México D. F., 26 de febrero de 2013.
SENADOR OMAR FAYAD MENESES.- Compañeras y compañeros de los medios vamos a proceder a realizar las preguntas, tal y como lo habían acordado previamente al doctor Manuel Mondragón y quiero darle la palabra a Leticia Robles de Excélsior.
PREGUNTA.- El día de ayer conocimos que algunos grupos, de estos llamados de autodefensa, que en las comunidades lejanas de Michoacán ya están armados con artefactos de grueso calibre o las llamadas armas largas. Le quiero preguntar si este hecho que ayer se descubrió eleva el riesgo de lo que está pasando con las autodefensas, dado que conocemos que también grupos como La Familia nacieron de esa forma.
¿Esto no nos está indicando que el crimen organizado ya está penetrando a estos grupos de autodefensa?
Eso por un lado, y por otro, ayer usted nos explicaba que en términos de la Gendarmería Nacional este grupo va ir a las localidades, a los estados, a los municipios, donde sean solicitados por gobernadores o presidentes municipales. Explicaba usted que ellos se van a establecer ahí y que para eso se necesitarán, pues un local, una gendarmería, van a necesitar casas, van a necesitar alimento.
La pregunta es: ¿Quién va a correr con los gastos de ese establecimiento? ¿La Federación? ¿Los estados o los municipios?
MANUEL MONDRAGÓN y KALB.- Ayer comentaba que estos grupos de policía comunitaria, que existen en algunos lugares de años, ahora se transforman en grupos de autodefensa y estamos observando --es un hecho que está a la vista-- que estos grupos se están multiplicando.
Decía yo, precisamente ayer, que dar hoy una línea estratégica de acción para definir, precisar qué va hacerse con ellos sería una irresponsabilidad porque la causalidad de esto, como en toda patología que se presenta, y aquí sí podría llamar esta situación como una posible situación de patología en los lugres, tienen que analizarse y conocerse sus causas. Qué está ocurriendo para que así se presenten los llamados grupos de autoayuda.
Las características de estos grupos difieren, el armamento difiere, la personalidad de quienes los conforman, aparentemente unos vienen de determinados grupos sociales, y en otros, de otros grupos sociales, entre comillas.
En algunos lugares están siendo aceptados en su conocimiento, por lo menos en su conocimiento, no entro en más detalles, por los propios gobiernos de las entidades, en otros no.
Creo en consecuencia que esto que ya nos ocupa, que le ocupa al gobierno de México, que le ocupa, sin duda, a la Secretaría de Gobernación, de la que yo formo parte, es una situación que tenemos que analizar, y lo estamos haciendo con mucho cuidado.
No puede simplemente calificarse de una manera única, a través de una sola dimensión y de una forma simplista.
Tenemos que precisar todo esto para dar, sin duda, el tratamiento y el manejo que se exija.
Esto no lo voy a comentar hoy porque es, precisamente, el producto del análisis muy importante que hoy se está realizando por parte de las autoridades, y también, de las autoridades de primer nivel, de las autoridades federales que tienen que ver con la justicia, con la gobernabilidad del país y con los gobernadores correspondientes.
Por lo que se refiere a la Gendarmería, le comento que la operación de la Gendarmería, como ayer lo señalaba, genera gastos.
Que para ir en un momento dado a cumplir una de las funciones que la Gendarmería tendría ubicadas, que es ir a lugares de riesgo social, en donde los gobernadores piensen que son necesarios, y obviamente, pasen por la auscultación y la calificación nuestra. Si así fuera la operación tiene un costo, los gobiernos tienen un presupuesto para seguridad y habría, como es el caso, y los estábamos tratando con los señores gobernadores en este y en otros aspectos, de: yo ofrezco y tú también, vamos y regresamos.
Tenemos que ofrecer, tenemos que tratar de resolver pero también en las entidades habrá que corresponsabilizarse y recibir a cambio.
Una Gendarmería que iría a una entidad de riesgo posiblemente en este caso, como el que usted ejemplifica, a ocuparse de la seguridad en lugar de una policía municipal o en apoyo a la policía única estatal en un municipio pues tendría costos.
Necesitamos, porque va de forma permanente a estar en ese sitio a vivir en ese lugar pero se necesita un cuartel, necesita de casas habitación para casas de ellos que deben de tener características muy claras, no pueden estar desperdigadas si es un área de riesgo. No podríamos someter a los policías a un riesgo para ellos.
… un área de riesgo no podríamos someter a los policías a un riesgo para ellos. Todo esto tendríamos que platicarlo con los señores gobernadores, a efecto de compartir, en todo caso, los costos y forma concreta, pero la idea, la política sería el compartir costos y gastos.
Esto naturalmente pues será aleatorio, vamos a ir viendo, cada caso se tratará en forma especial y en los gastos.
PREGUNTA.-Buenas tardes Comisionado, dos preguntas: la primera, si usted considera que estos grupos de autodefensa son sinónimo de ingobernabilidad ya en el país y ahora que usted ya fue ratificado como Comisionado Nacional de Seguridad, ¿usted cree que se enfrenta a un país convulsionado por la violencia?
Manuel Mondragón y Kalb.-Radicalmente, enfáticamente digo que en forma alguna la presencia de estos grupos denotan o connotan ingobernabilidad. Nuestro país es muy grande, nuestro país tiene millones de kilómetros cuadrados, tiene 2 mil 400 y tantos municipios, 31 entidades federativas y el Distrito Federal; tiene casi 120 millones de habitantes. La mayor parte de los habitantes del país viven tranquilos, la mayor parte de las entidades están en términos de tranquilidad también.
El que en algunos sitios se estén desarrollando estos fenómenos, de ninguna manera habla de ingobernabilidad. Es un país que está con toda la gobernabilidad, la gobernabilidad absoluta y naturalmente nosotros tenemos como puntos especiales, como puntos gatillo, como focos rojitos que se prenden, a resolverlos.
El país no es un país convulsionado, el país tiene problemas para los que precisamente, en el caso ahora de la Comisión Nacional de Seguridad, pero con la participación de muchas otras estructuras de primer nivel de gobierno, pero también del segundo y el tercero y de todas las instituciones en capacidad y en materia tanto para prevenir, como para difundir, como para promover la cultura de la legalidad, la cultura física, el buen manejo, la parte de atención ciudadana, todos somos mucho más importantes que grupos.
Todavía yo les podría llamar grupúsculos que no pueden significar un país y calificarlo de un país violento o un país ingobernable. No lo podría yo aceptar, no lo es, creo que los mexicanos debemos estar tranquilos, en ese sentido, pero también que todos los ciudadanos sepan que el Gobierno, que el Presidente de la República, que el Secretario de Gobernación están pendientes de todos estos aspectos precisamente para ir hasta sus causas y resolverlos lo antes posible.
PREGUNTA.-Buenas tardes, ¿cómo hacer frente a una situación que en los últimos meses ha tomado mayor fuerza en el sentido deportivo y es la violencia que ha sucedido en los estadios de fútbol, dentro y fuera y en los alrededores?, en donde la alarma se ha encendido en los últimos meses por el terreno que han ganado estos grupos organizados denominados barras y que hoy en día parecen ir tomando más fuerza? ¿Cómo hacer frente ante unos operativos que se han visto rebasados en los últimos meses?
Manuel Mondragón y kalb.-Yo creo que usted toca en su pregunta la respuesta. Yo recuerdo cuando estaba en la Secretaría de Seguridad Púbica de la ciudad de México, que nuestro trabajo era consuetudinario con las barras, con las porras, no había un juego de futbol soccer o de futbol americano, particularmente aquellos que desencadenan estas cosas, con los que previamente antes no platicáramos con los directivos del equipo y con las barras, la Monumental, con todos ellos; que estableciéramos medidas claras y precisas en la segunda parte de estrategias de llegada y de salida, no juntar a unos con otros y, finalmente, estrategias de seguridad cubriendo con número todo junto, cubriendo con número adecuado de personal, tanto la parte externa, como las partes internas de los estadios y no nos conformábamos con ello sino que íbamos hasta donde las porras se reunían a distancia, para evitar que robaran o que secuestraran micros, autobuses, se subieran a los toldos; alguna vez se nos cayó una muchacha y se mató, estas cosas tendríamos que preverlas a distancia.
Yo creo que en esto está la respuesta, hay que meterle atención, hablar con las porras, hablar con los dueños de los equipos, hablar con los responsables de los estadios, hablar con los municipios y con los gobernadores para que apoyen, para que ratifiquen, para que reiteren y consoliden esas medidas de seguridad, porque tampoco podemos, por unos cuantos, quitarle a nuestro pueblo la diversión, el espectáculo de algo que va muy metido en nosotros, en este caso el futbol.
Muchas gracias
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