Versión estenográfica de la participación del senador Eduardo Ramírez, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la presentación del libro “Sociedad y Gobierno. Cultura ciudadana, contrapeso político”.
Muchas gracias, saludo con mucho cariño y respeto a la senadora Patricia Mercado, al senador Emilio Álvarez Icaza.
Al ingeniero Jorge Jiménez, titular del INIFED, muchas gracias, su presencia engalana este evento.
Asimismo, al ingeniero Luis Rojas, presidente del Colegio de Ingenieros de la Ciudad de México.
Y, al galardonado, al hombre que está presentando el día de hoy su libro “Sociedad y Gobierno”, de Carlos Alberto Morales.
Yo conozco a Carlos desde hace muchos años y siempre ha sido un destacado ciudadano, que se ha preocupado por su entorno comunitario. Un hombre con una sensibilidad y con una preocupación profunda del desarrollo urbano de su natal San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
Me di a la tarea de leer este libro y yo quisiera comentar que se viven la referencia histórica. Cuando hablamos de la política no podemos dejar de citar Aristóteles, no podemos dejar de citar a Platón con su obra “La República”, el pensamiento de destacados gobernantes Solón, en Atenas, uno de los principales creadores de la participación ciudadana, milenariamente.
Juntaba al pueblo ateniense, y empezaba a tomar sus decisiones como alcalde, en ese momento de la Polis, de la ciudad. Y ahí se discutían los temas fundamentales que son de competencia social.
Ese pensamiento, que se le conoce en la parte filosófica o de la ciencia política como el pensamiento de los clásicos, tuvo un auge importantísimo en los primeros años de formación institucional, ciudadana, estaremos hablando de casi 10 siglos.
Y, luego llegó una parte que se le llamó el Medievo, que se estableció en la gran presencia de la Iglesia Católica, en su momento. Instituciones clericales muy fuerte, dieron origen a un pensamiento universal como en la época de las luces; esta es otra época, y tuvieron que pasar 15 siglos para evolucionar en el pensamiento teórico, político, jurídico de nuestra sociedad.
Aquí se establece, en este libro, los tratados de Juan Jacobo Rousseu, el contrato social; a Montesquieu, con la división de poderes. Ya se cuestionaba la figura de un monarca, una Monarquía, como lo establece aquí el libro, es el poder absoluto, totalitario, no cabe la democracia, no cabe la disidencia. Y, por eso es que se buscan mejores formas de Gobierno.
En esa época de las luces o la época moderna, se escribieron tantos textos, como este, “Sociedad y Gobierno”, cómo encontrar un equilibrio de los poderes. Algunos decían que era utópico, otros más discutieron sobre la República, sobre el Federalismo, que dio origen en los próximos años, después de entender este pensamiento, y jugó un papel importante en la Revolución Francesa.
Ahí se establece, por primera vez, la esencia de la comuna y se habla sobre las libertades, sobre el proyecto liberal, sobre el liberalismo mundial. Da origen a una constitución que reconoce a las personas, a los ciudadanos, con todos sus derechos, con todas sus libertades individuales; esa es la esencia del liberalismo.
En México, nosotros tuvimos una conquista hace 500 años, 300 años de la época virreinal. Quienes estudiaban a Montesquieu, a Rousseu, eran los sacerdotes que tenían una mayor oportunidad de esta información; y es así como se gestan movimientos sociales.
En el pensamiento de Juan Jacobo Rousseu se inspiró Morelos. En el pensamiento de Montesquieu se inspiró Dolores Hidalgo. Y así destacados mexicanos, que aquí hace referencia el libro, da origen a nuestra Constitución de 1824.
Nadie puede olvidar el debate entre, en ese momento el Constituyente del 23, a finales, se establece el Constituyente y empieza una discusión larga que, hasta el día de hoy seguimos discutiendo: el Federalismo y el Centralismo.
Somos federalistas en la oposición y somos centralistas en el gobierno. Esa es nuestra realidad, y este ha sido un debate de 200 años.
Hoy, con las nuevas técnicas y mecanismos de participación ciudadana, vamos fortaleciendo las instituciones. Ha sido largo, se establece el régimen de partidos políticos y no me voy a ir a la parte de la Independencia hacia la Revolución, porque estaríamos llevándonos mucho tiempo; pero sí de la Revolución Mexicana en adelante.
Los partidos políticos se establecieron en nuestro país y prácticamente se dio origen a un solo partido hegemónico, y eso limitó también las libertades políticas, porque empezó a convertirse en una sola cúpula donde estaban representados por los militares, los religiosos, el poder económico, las organizaciones de trabajadores, de campesinos. Y así se formó ese mosaico plural, que hoy conocemos como nuestra sociedad mexicana.
A través de los años hemos entendido, como lo dice Carlos Morales, porque hace una referencia de la creación de los partidos como el Partido Acción Nacional, después de la expropiación petrolera, con una tendencia muy de izquierda el general Lázaro Cárdenas, se genera el Partido Acción Nacional.
Y, así muchos partidos que fueron generándose y que tenían poca representación política en las Cámaras, no existía la figura de los plurinominales, se da en la reforma con Reyes Heroles.
Y es ese México que hoy tenemos y que tenemos la obligación de cuidarlo, cada quien desde el pensamiento que uno defiende desde el rumbo de país que necesitamos.
Aquí también es crítico del actual Gobierno en su libro, Carlos Morales, como debe ser. Aquí no hay un pensamiento uniforme, o no estaríamos construyendo un México donde el pluralismo está en todo su esplendor.
Por eso, para mí esta es una aportación a la ciudadanía mexicana. Construir ciudadanía desde la Academia; construir ciudadanía desde la planeación urbana; construir ciudadanía desde la política y construir ciudadanía también desde el Gobierno.
Es una mezcla de dos columnas que dan origen a un Estado de Derecho, a una impartición de justicia donde cada uno asumimos nuestra responsabilidad, legislativa, judicial o ejecutiva o social. Si entendemos como participación ciudadana solamente el proceso electoral, definitivamente no estamos construyendo un país.
Si entendemos como participación ciudadana cuando se llega una acción, una infraestructura al barrio, al fraccionamiento, al propio edificio y contribuimos con nuestro pensamiento y con nuestras conclusiones: eso es hacer ciudadanía.
Si asistimos a la escuela, ante el comité de padres de familia, eso es hacer ciudadanía. Si asistimos a las juntas vecinales solamente en la política electoral, eso no es hacer ciudadanía.
La ciudadanía se construye día a día, minuto a minuto y por eso este libro que hace el arquitecto Carlos, que también lleva la parte de la planeación urbana, como parte de la participación política, ciudadana, ha sido un tema que él ha traído durante más de 15 años, que yo tengo referencia; quizá más, y siempre ha estado presente él en los institutos de planeación urbana en Chiapas.
Ha manejado esta bandera y ha sido congruente esta bandera con lo que hoy plasma en este libro. Por eso quiero extenderle mi mayor felicitación y que me dé oportunidad también de discutir algunos temas en los que podemos enriquecer y podemos plantear, él como legislador federal en la Cámara de Diputados; y su servidor como senador de la República.
Nos une nuestro estado, que es Chiapas, pero nos une más México. Y, por eso quiero reconocerlo ampliamente aquí en el Pacto Federal, en el Senado de la República, como una aportación para su vida académica, como una aportación y una contribución a este México.
No recuerdo el autor, no quisiera equivocarme, pero alguna vez leí que solamente se trasciende en la vida, el hombre, por tres cosas: uno, a través de un libro, cuando se plasma un pensamiento; dos, a través de la música, qué bueno aquellos que tienen una gran interpretación, pero también a través del arte.
Y yo quiero agregarle un cuarto ingrediente: también se puede trascender desde la vida social, desde la ciudadanía, y esa trascendencia es la responsabilidad de cada uno de nosotros.
Muchas gracias y felicidades, Carlos.