Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL


(SIGUE  9ª. PARTE)
...en una empresa moderna, competitiva, que rindiera cuentas, y que realmente fuera una palanca de desarrollo para nuestro país, y que realmente fuera el instrumento que permitiera a los mexicanos que esa riqueza que tenemos en materia energética se traduciera a una mejor calidad de vida.

En ese espacio del 2008 ganó la minoría, no gano la mayoría; pero no tengo la menor duda que pertenezco a una generación de políticos que hay en todos los partidos, repito, que hay en todos los partidos, y más tarde, pronto, que nunca, habremos de darle a México una transición energética que convierta en realidad el anhelo de que aquello que tenemos, de recursos naturales, nos va a permitir darnos un verdadero bienestar. Y que la premisa que Petróleos Mexicanos es para todos los mexicanos sí se convierta en realidad.

Quiero detenerme y felicitar a la Comisión de Medio Ambiente del Senado de la República, ya que en números preliminares ha sido la comisión más productiva del Senado de la República, un especial reconocimiento a sus dos presidentes en estas dos Legislaturas: senador Jorge Legorreta y el senador Francisco Agundis, así como todo el equipo técnico de la Comisión.

Quiero agradecer y destacar la aprobación de la Ley de Responsabilidad Ambiental, no tenemos la menor duda que una vez que la Colegisladora la dictamine y el Presidente la publique será el instrumento legislativo más relevante en la historia de México en materia de medio ambiente.

Quiero agradecer y reconocer, y le pido al presidente les podamos dar un aplausos a todos los colaboradores del Senado, trabajadores. Ahora sí que sin ustedes no seríamos nadie.

Muchas gracias. (Aplausos)

Quiero agradecer a mis compañeros integrantes de la Junta de Coordinación Política. Al senador Manlio Fabio Beltrones a quien reconozco como ser uno de los políticos más destacados de este país, sin su presencia este Senado no hubiera aprobado muchas de las cosas que hoy nos enorgullecen.

¡Felicidades, señor senador! (Aplausos)

Quiero reconocer al senador González Morfín por su siempre diligente, por su siempre honesta respuesta representando al partido en el Gobierno y a la mayoría en este órgano legislativo.

Quiero reconocer a Dante Delgado, al senador Ricardo Monreal, independientemente de las diferencias siempre estuvieron ahí para dar un buen consejo. Ha sido un orgullo poder trabajar con ustedes, senadores. (Aplausos)

Quiero, en lo particular, y como un pronunciamiento personal, agradecer a tres senadores, tres senadores que en mi opinión si hubiera reelección legislativa tendrían que quedarse por simples resultados, por su forma de ser, por la forma que construyen acuerdos, por su talento, por su conocimiento técnico de muchos temas: al senador Francisco Labastida Ochoa, espléndido senador y un caballero de la política; al senador Ricardo García Cervantes, que desde el año 2000 lo conozco y representa lo mejor de la clase política mexicana; y a quien considero el mejor abogado del Congreso Mexicano, al senador Tomás Torres. (Aplausos)

Quiero terminar subrayando y agradeciendo a mi grupo parlamentario. Les agradezco profundamente todo su apoyo, confianza y lealtad. Compartir estas dos legislaturas con ustedes ha sido una de las experiencias más gratas de mi vida. Mi profundo y eterno reconocimiento a mi bancada.

Muchas gracias. (Aplausos)

-EL C. PRESIDENTE GONZALEZ MORFIN: Gracias, senador Escobar y Vega.

Tiene ahora el uso de la tribuna el senador Carlos Navarrete Ruiz, del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática.
-EL C. SENADOR CARLOS NAVARRETE RUIZ: Gracias, senador presidente.

Compañeras senadoras; compañeros senadores:

Hoy en esta Sesión Solemne estamos terminando los trabajos del último período ordinario de sesiones, y en la realidad, aunque terminamos hasta agosto, también estamos terminando nuestra actuación en dos legislaturas. Todos sabemos que el próximo primero de julio los mexicanos, los electores, vamos a elegir al titular del Poder Ejecutivo, a quinientos diputados federales, a ciento veintiocho senadoras y senadores que van a ocupar los escaños que nosotros ahora ocupamos en esta Cámaras.

En estas dos legislaturas es mi convicción, y es la sensación que hay en el país en muy diversos sectores, la Cámara de Senadores se ha reafirmado como una Cámara reformadora, y eso es necesario subrayarlo. No es el Senado la Cámara de los conservadores, no es el Senado la Cámara que cierra sus puertas al debate, ni que actúa de manera conservadora para no avanzar en los temas fundamentales que tiene que discutir.

Esto ha sido posible porque en estos seis años de trabajo legislativo, en medio de intensos debates parlamentarios, reconociendo la pluralidad que ha llegado para quedarse, y con pleno respeto a las opiniones y posiciones políticas de los grupos parlamentarios y de cada senador y senadora en particular, fuimos capaces de reformar leyes y reformar a la propia Constitución con la mayoría calificada que se requiere para hacer viable a nuestro país y para seguir avanzando en el objetivo, aún no logrado, pero necesario, de que México sea un país donde las leyes estén bien hechas por los legisladores; pero además se respeten por quienes tienen que aplicarlas.

Cuando asumimos el cargo el 31 de agosto de 20006 todos recordamos cuál era el clima político que existía en nuestro país. Había polarización, reclamos en las calles, incertidumbre sobre el resultado electoral de la elección presidencial y una enorme insatisfacción por la calidad del proceso que eligió al Presidente de la República.

Los tres partidos de la izquierda mexicana ocuparon en esta Cámara la representación que nos dieron más de 12 millones de electores con la bancada más numerosa de su historia, 36 senadores y senadoras de la República. Desde un inicio una pregunta estuvo presente entre los legisladores de izquierda, ¿Cómo actuar de la mejor manera para corresponder a quienes nos habían otorgado su confianza para representarlos?

Las senadoras y senadores del PRD siempre tuvimos clara la respuesta, había que actuar con energía para defender nuestros puntos de vista, con firmeza para defender principios y nuestro programa legislativo, y también con inteligencia para hacer valer la representación de tantos millones de mexicanos en el trabajo legislativo.

Desde un principio rechazamos la posibilidad de convertirnos en un grupo parlamentario marginal, y actuamos en consecuencia para hacer valer nuestra opinión, nuestras propuestas, nuestra presencia política. Cuando se tiene acceso a la tribuna del Senado para argumentar siempre he dicho que no hay necesidad de gritar; cuando se tienen propuestas y argumentos para presentar en las comisiones no hay por qué adoptar sólo una actitud de denuncia; cuando se pueden comunicar ideas, fijar posiciones políticas ante los medios de comunicación no se debe callar ni bajar…


(SIGUE 10ª PARTE)
. . . . . . . . . . ……fijar posiciones políticas ante los medios de comunicación no se debe callar ni bajar la voz.

Es cierto, muchas reformas no las compartimos, y defendimos nuestros puntos de vista para terminar votando en contra de la mayoría parlamentaria, ese es el juego en el Congreso.

Se gana cuando se construye una mayoría parlamentaria, se pierde cuando se queda en una minoría, pero en ambas situaciones el PRD hizo valer sus argumentos, su programa, sus convicciones. Lo hicimos aquí, en la tribuna del pleno, lo hicimos en las comisiones, lo hicimos en los órganos de gobierno, y cuando votamos en contra, argumentamos por qué lo hacíamos, pero aceptamos cuando la mayoría parlamentaria se conformaba de otra manera.

En otras ocasiones construimos mayorías parlamentarias y no fueron pocas las ocasiones en que las propuestas de las legisladoras  y legisladores del PRD fueron aceptados por otros grupos parlamentarios, pudimos convences, pudimos proponer, pudimos ser constructores de dictámenes con mayoría y demostramos, con una bancada como la del PRD, con la calidad de sus miembros podía lograr dictámenes mayoritarios por el bien del país.

Por eso, en todo este período exigimos pleno respeto a nuestra representación, por eso ocupamos 14 presidencias de comisiones; por eso asumimos responsabilidades en la Mesa Directiva, en la Junta de Coordinación Política, en el Instituto “Belisario Domínguez”.

Por eso fue posible que se notara la calidad y la experiencia de las senadoras y senadores del Grupo Parlamentario del PRD que hoy, y es enormemente satisfactorio, al término de las dos legislaturas los integrantes de mi bancada son respetados y valorados por integrantes de todas las bancadas de este Senado.

En momentos críticos, hay que decirlo también con claridad, el Senado abrió sus puertas para el debate público, para los foros de consulta, y para las diversas expresiones de la sociedad.

Así sucedió en las reformas que impulsamos para superar el ambiente de polarización después de la elección presidencial, y con la Reforma Electoral que hicimos después, que todavía muchos poderes fácticos no nos perdonan.

Así pasó en el debate energético y en la Reforma de PEMEX  donde el Senado escribió una de las páginas más intensas en su vida legislativa; así pasó en la emergencia por las consecuencias de la crisis financiera mundial; en el apoyo a las medidas sanitarias durante la epidemia de Influenza H1N1; así pasó en el tratamiento legislativo que le dimos al drama de los padres que perdieron a sus hijos en el incendio de la Guardería ABC; en la actuación del Senado para rechazar la Ley SB1070 de Arizona en la interlocución con el Movimiento por la Paz Con Justicia y Dignidad en el Castillo Chapultepec; en la aprobación de la Ley de Víctimas, que es un orgullo de este Senado, y que a la izquierda, particularmente la debe de llenar de orgullo por haber cumplido ese compromiso ;en la participación que tuvimos en la Reforma Constitucional Sobre los Derechos Humanos.

Todos estos temas y todos estos acontecimientos forman parte ya de nuestra historia personal y de la historia del Senado de la República.

Sería prolijo enumerar en esta intervención  las reformas legales y constitucionales que este Senado aprobó, y sólo quiero subrayar que se lograron avances sustanciales en materia de economía, de derechos humanos, de justicia, de reforma política, de política exterior, de derechos sociales, así como los temas que pudimos legislar en materia de educación, de salud y de cultura.

Este Senado también ejerció sus facultades en la ratificación, en el nombramiento de cargos diplomáticos y de órganos del Estado Mexicano.

Pero, compañeras senadores y senadores:

Estoy consciente que cuando se culmina una gestión llena los momentos del balance y éste siempre es visto desde ópticas y valoraciones diferentes, lo entiendo bien, desde dentro del Senado y desde fuera de él, quienes son críticos permanentes de la labor del Congreso suelen subrayar todas las reformas que no se hicieron, y colocan en segundo, tercer plano lo que el Congreso legisló.

Los legisladores podemos caer en la visión contraria, sólo subrayar la labor que realizamos, lo cierto es que este Senado de la República realizó una gran tarea reformadora, pero también dejo asignaturas pendientes; éstas últimas, y sólo para subrayar algunas, hay que destacar que nunca pudimos legislar en materia de radio y televisión, porque los poderes fácticos existen y se sienten y actúan.

Tampoco pudimos terminar el tema de justicia miliar, del fuero militar por las mismas razones, por cierto.

Nos faltó una reforma política más completa integral, nos faltó la profundización de la Reforma de Petróleos Mexicanos.

No pudimos concretar la reforma fiscal integral que el país requiere desde hace varios años y que todavía hoy sigue pendiente, y será materia de la próxima Cámara de Senadores.

Sí, son temas importantes que no fuimos capaces de abordar y consensar, y que hay que reconocerlo como parte de lo que no pudimos lograr.

Quiero terminar esta intervención agradeciendo profundamente a las senadoras y senadores de mi Grupo Parlamentario del PRD por su confianza otorgada y ratificada para coordinar a este grupo estos seis años.

Con respeto a la libertad de cada uno para expresar sus opiniones, incluso con la decisión que tomamos de respetar el voto en consciencia pudimos mantener la unidad del Grupo Parlamentario del PRD.

Con el reconocimiento a la experiencia y aportación de cada quien, logramos hacer un grupo con influencia y peso en la conducción del Senado con actitudes de compañerismo y solidaridad cumplimos la gran responsabilidad de representar a los electores que votaron por nosotros en el 2006.

También quiero agradecer y reconocer un hecho que no pasó inadvertido a la opinión pública ni a los medios de comunicación.

Muchos acuerdos parlamentarios y consensos políticos fueron posibles en el Senado por el respeto y reconocimiento que se construyó en el trato diario de los coordinadores de los grupos parlamentarios.

Con estilos personales diferentes, con trayectorias distintas, cada quien representando posiciones políticas diversas, luchando por influir en las decisiones, con tonos diferenciados que reflejan la propia personalidad de cada quien, los coordinadores parlamentarios pudimos construir una relación de respeto mutuo, de cumplimiento de la palabra otorgada y de claridad en lo que podíamos avalar o no podíamos avalar.

Esta, señoras senadoras, señores senadores en estos seis años fue la Cámara de los políticos profesionales que saben honrar los compromisos y respetar a los adversarios, y esto en los tiempos que vivimos no es cosa menor.

Reconocimiento también especial merecen los profesionales de la comunicación que nos acompañaron estos años, hombres y mujeres de la prensa escrita y electrónica que difundieron lo que ocurrió en cada  sesión, en cada reunión, en cada debate, el Senado también debe estar orgulloso de la fuente informativa que realizó su mejor esfuerzo en la tarea profesional.

El 31 de agosto próximo estará sesionando aquí
la próxima legislatura, las senadoras y senadores de la república que sean elegidos el primero de julio les va a corresponder continuar la tarea que nosotros en los hechos culminamos ahora, aunque terminemos nuestra gestión hasta agosto.

Tengo la plena confianza de que los electores mexicanos sabrán elegir con inteligencia y esperanza y que la pluralidad, que hoy es una fortaleza del Congreso no podrá ser eliminada.

Confío que las próximas senadores y senadores mantengan….


(Sigue 11ª. Parte)
… que las próximas senadoras y senadores mantengan firme el pulso para garantizar la plena independencia del Senado, ya logramos el equilibrio de poderes, ya lo gramos que en el Senado no mande el Presidente de la República en turno, sea del partido que sea, ya logramos una relación de equilibrio y respeto con el Poder Judicial,  ya logramos que aquí los senadores actuemos con cabeza propia, ya logramos que los gobernadores no tengan bancadas personales, ya logramos que aquí se decida con libertad, conciencia con cada uno de nosotros, ojalá que en la próxima legislatura confirme y ratifique esto.

 Hoy compañeras y compañeros senadores, al terminar estas sesiones ordinarias, se puede decir, desde esta Tribuna, con toda claridad, gracias a los mexicanos que nos enviaron a representarnos.

 Las senadoras y senadores del PRD hemos cumplido con la encomienda que nos dieron, sin que olvidemos nunca la enorme satisfacción de haber actuado en esta Cámara del Congreso  con dignidad, con orgullo, con convicción, lo que hemos hecho estos seis años, estoy seguro, ninguno de nosotros ni de nosotras lo podrá olvidar nunca.

 Muchas gracias por su atención.

 -EL C. PRESIDENTE GONZALEZ MORFIN: Muchas gracias Senador Navarrete.

 Tiene ahora el uso de la tribuna  el Senador Manlio Fabio Beltrones Rivera, del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional.

 -EL C. SENADOR MANLIO FABIO BELTRONES RIVERA: Con su permiso, presidente.

Honorable Asamblea,  al igual que mis amigos  quienes me antecedieron en el uso de la palabra, con gran orgullo y atendiendo la responsabilidad  que nos encomendada, acudimos a este corolario de la Sexagésima Primera Legislatura, el que concluye un periodo, como bien se dice aquí, de retos y de intenso trabajo político, que ha sido un honor compartir con todos y cada uno de ustedes.

En lo personal, considero una enorme distinción el pertenecer al Grupo Parlamentario  del PRI a lo largo de estos seis años y también el presidir la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política del Senado.

 Y con esas responsabilidades interactuar con  los compañeros legisladores de todos los partidos en un ambiente, como bien lo hemos visto, no exento de pasión, pero en el que prevalecieron siempre la cordialidad y el respeto mutuos, porque nos identificó el compromiso de legislar a favor del interés general.
 
La intensidad de  los debates que han tenido lugar aquí,  junto con las diferencias ideológicas y políticas que nos distinguen, no ha sido obstáculo para la convivencia y el acuerdo parlamentario.

 Difícilmente podíamos concebir que después de la alternancia política, la forma de  comunicación entre los poderes de la unión pudieran ser las mismas, en particular cuando los gobiernos divididos nos obligan a la  adopción de una dinámica de trabajo que corresponda a nuestra pluralidad y a construir una forma  moderna  de dialogar y de comunicarnos.

 Ya se ha dicho, pero no podemos dejar de recordar una vez más el momento de instalación del Senado, cuando veíamos de una elección controvertida y de una  polarización política que parecía irreductible. Muchos pensaban que marchábamos hacia la confrontación  y la ruptura, y no era para menos, el propio fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación reconoció que la elección estuvo en riesgo, fueron tiempos y situaciones que realmente nos propusimos evitar que se repitieran.

 De ahí que nuestra primera tarea fue pensar en la estabilidad y el diálogo, en el marco apropiado para ello que son las leyes y las instituciones, fuimos capaces primero  de instalar  el Congreso y cumplir nuestros deberes con responsabilidad democrática para aportar a la gobernabilidad mediante el diálogo  la negociación y la construcción de acuerdos.

 Por todo ello, en noviembre del 2006 impulsamos una Ley para la reforma del Estado que algunos les parecía excesiva, decían: “Es una Ley para reformar leyes que en realidad es una ley convocatoria con las garantías suficientes  para permitir a todos los actores, aún aquellos que no se reconocían en legitimidad o estaban enfrentados  en otros tiempos, sentarse en una mesa de diálogo y con las posiciones  de todos a la vista avanzar hacia la construcción de una agenda nacional.
 
 Esos fueron los primeros pasos hacia una reconciliación  que nos permitiera superar una ruptura que parecía ineludible.

 Nuestra decisión fue que debíamos superar el encono, pero también resolver las cuestiones que nos habían llevado a esa irrepetible situación.

 Con base en ese principio del diálogo democrático es que impulsamos  y aprobamos en el 2007 como bien se ha dicho aquí, una reforma electoral y un nuevo modelo de comunicación política puesto a prueba en la elección federal intermedia del 2009 en donde tuvimos resultados democráticamente aceptados, no obstante la intensidad de las campañas y el nuevo modelo de  comunicación política puesto a prueba que por cierto hoy sigue en su segunda  gran prueba en las elecciones del 2012.

 También y a partir de la construcción de ese puente de diálogo construimos una reforma al sistema de pensiones   y evitamos un colapso financiero que hubiera puesto en  riesgo inmediato a los trabajadores en retiro y a sus familias.

 Asimismo impulsamos una reforma  del sistema de seguridad y Justicia Penal que nos permitirá transitar del presunto culpable a la presunción  de inocencia.

 Fuimos más allá y aprobamos una reforma profunda     en materia de derechos humanos, establecimos en el nivel constitucional, la vigencia de los derechos humanos aún a aquellos  establecidos en los tratados internacionales firmados por nuestro país.

 Dotamos a la Comisión Nacional de Derechos Humanos de la facultad de investigación anteriormente reservada a Suprema Corte de Justicia de la Nación; regulamos la suspensión de garantías con un piso esencial de derechos  que no pueden ser suspendido por ningún motivo y que sólo puede ser temporal con la supervisión de la Suprema Corte.

 Establecimos un procedimiento  unistancial para el caso de expulsión de extranjeros que violen la restricción constitucional para intervenir en asuntos  internos nacionales y en consonancia con este espíritu expedimos una nueva Ley de Migración, que reconoce para todo migrante en nuestro país el más alto estándar de respeto a los derechos humanos.

 Establecimos también una nueva época en la impartición de justicia en nuestro país con la reforma constitucional y actualización a la histórica  institución del amparo y también con las  acciones  colectivas, hecho inédito en el país.

 Hemos impulsado una nueva Ley de Amparo, que reconoce efectos generales a la declaración  de inconstitucionalidad de leyes así  como el interés de terceros interesados en la promoción del juicio de garantías.

 Hemos impulsado también una reforma política que hoy podemos decir que ha sido  aprobada en ambas Cámaras y se encuentra en proceso de refrendo por las  legislaturas de los estados, con base en ella le estamos devolviendo poder a los ciudadanos, pues podrán participar  directamente en las elecciones con figuras de las candidaturas  llamadas independientes; dispondrán de la facultad de  de iniciativa popular para el impulso a proyectos de ley, y se estableció el recurso de referéndum en temas de trascendencia constitucional entre otros importantes avances.

 También tras una amplia consulta nacional en la que participaron  expertos académicos, profesionales, empresarios e integrantes de la sociedad civil, del Gobierno y de los propios partidos aprobamos la modernización de Petróleos Mexicanos, dotándole de autonomía de gestión, una dirección corporativa con consejeros profesionales independientes, normas internas que le proveen . . .


(Sigue 12ª parte)
… con consejeros profesionales independientes, normas internas que le proveen flexibilidad presupuestal.

 Sí es cierto, nos hizo falta una reforma de segunda generación, insistir más en construir una verdadera empresa como Petróleos Mexicanos, tarea impostergable, sobre todo si queremos tener mejores resultados.

 En materia de ingresos y seguridad pública al Ejecutivo Federal, se le aprobaron todas las leyes que solicitó. No sin modificaciones que las hicieran viables, posibles y salvaguardaran los derechos fundamentales.

 Fue así que también se aprobó la Ley de Extinción de Dominio, se le dieron facultades de arraigo, de intervención de comunicaciones y de cateo en flagrancia, con la debida supervisión de jueces de control. Todo ello a la Procuraduría General de la República.

 Se aprobó la Ley de Narcomenudeo y Atención de Adicciones, aprobamos la legislación antisecuestro, se aprobó la Ley contra el Lavado de Dinero, se reformó la Ley de la Policía Federal, se creó una fiscalía anticorrupción, entre otras importantes legislaciones.

 El gobierno federal entonces ha contado oportunamente con las leyes que ha solicitado para rendir mejores cuentas a los mexicanos en materia de seguridad en donde el legislativo ha cumplido en la medida que le corresponde.

 El Ejecutivo Federal, hay que recordarlo, presentó ante el Senado de la República, durante los seis años de nuestro periodo legislativo, 45 iniciativas de ley o decreto, de las cuales fueron aprobadas 38, lo que representa una tasa de aprobación del 85 por ciento, en consonancia con los compromisos asumidos también en el diálogo con el Movimiento por la Paz, Justicia y Dignidad, construimos el consenso para aprobar la Ley General de Atención de Víctimas que crea una entidad autónoma en el Ejecutivo Federal, incluyendo la creación, la necesaria creación de un registro nacional de víctimas.

 Hace unos momentos la colegisladora acaba también de aprobarla. Por lo cual esta ley ya es un hecho.
  
 Con el intenso trabajo legislativo realizados en estos seis años recordemos que hemos dado curso a 36 iniciativas de reforma constitucional que han implicado la adición o reformas a 93 artículos de nuestra Carta Magna.

 Cabe destacar que estas reformas no han sido para menos, sino para actualizar y modernizar nuestro país, y esencialmente para ampliar las libertades, la democracia y la permanente búsqueda del bienestar y de la justicia.

 Es así que en las proximidades de su centenario, la nuestra es hoy una mejor Constitución.

 Si hemos de referirnos a un posible legado colectivo, emanado del trabajo legislativo desarrollado en la presente y en la anterior Legislatura, sería que hemos demostrado que en la pluralidad y la diversidad propias de una sociedad como la mexicana sí es posible construir acuerdos parlamentarios y políticos a partir de lo que aquí se ha definido bien por nuestros compañeros, de la actuación de un Senado moderno, reformador como el que nos hemos propuesto consolidar.

 No ha sido un camino fácil y ni ha estado exento de obstáculos o menos entendidos, pero concluimos nuestra labor plenamente convencidos de que por larga  y sinuosa que parezca, la ruta de la política democrática y pluralista siempre resulta mejor.

 Hemos comprendido el significado parlamentario de escuchar, de reconocer y conceder como las mejores armas y los mejores recursos para impulsar las reformas institucionales que caracterizan nuestra gestión legislativa y para procurar un mejor diálogo entre los poderes que nos aleje de las controversias constitucionales y la judicialización de la política.

 En verdad que ha sido un trabajo legislativo intenso y de gran calidad para fortalecer, modernizar nuestras instituciones y sobre todo buscar nuevas instituciones que nos permitan hablarnos entre los poderes para así evitar los conflictos dentro del país.

 Nuestra labor buscó, estoy seguro, abordar nuevos modelos de comunicación política para evitar que en estas elecciones se presentaran problemas como los que vivimos en el año 2006. Es que si fue necesario atender un nuevo modelo de procuración y administración de justicia lo atendimos sin demora.

 Si debíamos profundizar en la observancia de los derechos humanos aportamos un modelo de respuesta apropiado con la reforma constitucional al capítulo primero.
 
 Si debíamos ampliar el acceso a la justicia fuimos al modelo de una nueva legislación de amparo cuyas sentencias tuvieran efectos para todos.

 Y aportamos al fortalecimiento del Estado mexicano resultados que estoy seguro habrán de alentar a muchos más a proseguir en una labor legislativa sumamente pródiga en resultados.

 Señoras y señores, esta nueva sede de la soberanía popular y el pacto federal aspira, estoy seguro, a consolidarse como un Senado de la República moderno y reformador, de puertas abiertas a la expresión de la ciudadanía y a la representación de la pluralidad y la diversidad nacional. Todo ello, estoy seguro, para consolidar su función institucional como espacio de libertad y deliberación política donde se colegisla con visión de estado para servir a los intereses de la nación.

 Ningún tema por controvertido y espinoso que pareciera fue ruido durante nuestro mandato como representantes populares. Se escuchó la voz de la ciudadanía, se institucionalizó la realización de foros y consultas sobre las más diversas materias y se asumieron compromisos que se tradujeron en legislación y reformas institucionales.

 Para ello fue necesario y estuvo presente siempre el talento de nuestras amigas senadoras, nuestros amigos senadores de todos los partidos políticos. Es que talento junto con clase política, como también lo que es el conocimiento, generaron reconocimiento entre todos y cada uno de nosotros al valor fundamental que cada uno de nosotros le aportó al diálogo, a la legislación moderna a través del respeto entre nosotros mismos y a nuestra forma de pensar.

 La pluralidad hoy en el Senado sirvió para alcanzar acuerdos, para admitir que nuestras diferencias enriquecen las posibilidades de una legislación mejor, para que la experiencia de unos y otros combinada nos diera la oportunidad de saber que todos nos necesitamos a todos y que nadie puede ser excluido de lo que debe ser su planteamiento para buscar que le vaya bien al país.

 Saludo así a través del senador José González Morfin, al Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional. Lo hago también a través del senador Carlos Navarrete, un saludo al Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática; a través de Arturo Escobar, al Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista; a través de Dante Delgado al Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano; y a través de Ricardo Monreal al Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo. Saludo al senador Rafael Ochoa y a sus correligionarios en el Partido Nueva Alianza. Saludo a todos con el respeto que nos debemos y sobre todo con el reconocimiento que el Grupo Parlamentario del PRI les hace a todos y cada uno de ustedes.

 Es que concluir nuestra mandato constitucional plenamente convencidos de que México tiene sin duda el capital político, social y humano suficiente para salir adelante y recuperar el orden público, el crecimiento sostenido, el empleo productivo y alcanzar la justicia social, es una de las tareas y uno de los motivos que estoy seguro habremos de seguir en cualquier lugar en donde nos encontremos.

 Senadoras, senadores, con esa vivencia y sobre todo…


(Sigue 13ª parte)
....  con esa vivencia, y sobre todo con la mejor experiencia a partir de mañana, donde quiera que nos encontremos sigamos en nuestro esfuerzo colectivo y de servicio público para consolidar la grandeza de México y alcanzar el objetivo compartido entre todos nosotros, que es construir una nación más justa, más libre, y más solidaria. Muchas gracias. (Aplausos).

-EL C. PRESIDENTE GONZALEZ MORFIN:  Tiene ahora el uso de la tribuna la senadora Gabriela Ruiz del Rincón, del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional.

-LA C. SENADORA GABRIELA RUIZ DEL RINCÓN:  Con su venia, señor presidente. Muy buenas tardes señoras y señores senadores de la República, como un deber quiero, primero, agradecer a todo el personal administrativo, auxiliar técnico, de seguridad y operativo que ha hecho y hace posible que este Honorable Senado se consolide como una institución digna del Estado Mexicano; gracias por su servicio, gracias por su presencia.

Muy buenas tardes también a quienes nos acompañan y nos hacen el honor de estar aquí con nosotros en este pleno senatorial, en esta tarde de clausura de los trabajos ordinarios de esta Sexagésima Primera Legislatura, pero sobre todo a quienes espero hayamos podido servir y así haber estado a la altura de la confianza que depositaron en nosotros a lo largo de estos seis años de labores legislativas; a todas y a todos los mexicanos.

Tengo el honor, el gran honor de presentar  a nombre del grupo parlamentario de Acción Nacional, la conclusión de seis años de trabajo de la Sexagésima y Sexagésima Primera Legislatura, ciertamente ya se dijo aquí, no se puede presentar este balance, o se puede, más bien, presentar este balance desde varios enfoques, pero imposible abarcar todo con el tiempo acordado.

Sí, tres objetivos están en mí: el valor y la responsabilidad republicana de muchos legisladores, de muchas legisladoras con lo que la histórica Sexagésima Legislatura honramos el mandato constitucional, de tomar protesta al Presidente de la República, hoy concluimos un período legislativo más y con ello un “siglo” de nuestra democracia, el saldo que arroja nuestro trabajo estará sujeto a múltiples interpretaciones.

Sería simplista afirmar que se hizo poco en estas legislaturas, en ellas aprobamos, y ya se mencionaron muchas de ellas iniciativas relevantes en materia de derechos humanos, medio ambiente, educación; reformamos la Ley de Amparo, aprobamos reformas para fortalecer el Código Penal.

Tenemos una ley que da garantías a la protección de Datos Personales en posesión de particulares, un nuevo marco de asociaciones público privadas para las acciones colectivas, y la Ley de Migración es ya una realidad; y logramos que los jubilados y pensionados queden exentos del impuesto sobre la renta. 

La tarea legislativa ha sido compleja en muchos ámbitos, en especial, en materia de seguridad. Mucho se discute sobre los métodos, las formas, los participantes y los resultados obtenidos con las acciones del gobierno federal, sin embargo esta soberanía, y ahí coincidimos, fue solidaria con el Presidente de la República en los serios y fuertes reclamos a los vecinos del norte sobre el armamentismo provocado con sus acciones encubiertas, tanto de armas como de lavado de dinero.

Recientemente aprobamos la Ley para Proteger los Derechos de las Víctimas, de esto delitos y la Reparación del Daño que hubiese sido causado; iniciativas que también ya se han mencionado aquí, de Extinción del Dominio, y la Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro. También la Fiscalía Nacional Anticorrupción muy importante para atacar el grave problema.

La variedad de los diversos frentes que trabajamos reflejan el esfuerzo por responder a una realidad social cada vez más compleja, que precisa de la acción legislativa para tener un marco jurídico más fuerte.

Por otro lado, el tema de este recinto parlamentario sin duda desató diferentes opiniones, unas negativas, otras positivas, pero más allá de los juicios pronunciados debemos reconocer que la construcción de este inmueble permitió hacer realidad la sede para el Senado de la República, y nos ha permitido estar unidos grupos parlamentarios, oficinas legislativas y administrativas, todos, todos reunidos aquí mismo. 

Hemos escuchado posturas que han contrariado el espíritu legislativo, porque perdieron de vista que ante todo México es un país de instituciones a las cuales hay que honrar y por las cuales hay que trabajar; y aun con el intenso trabajo realizado estos seis años es preciso reconocer que no se avanzó lo suficiente en tres frentes particulares:  La Reforma Hacendaria,  la Reforma Política, y las Reformas en materia de Seguridad.

Estas reformas son inevitables y queremos superar los tres grandes desafíos que afectarán a futuros gobiernos: primero, asegurar la viabilidad financiera del Estado, fortaleciendo su capacidad de recaudación.

Dos. Fortalecer la legitimidad de nuestras instituciones, su representatividad y con ello la credibilidad del discurso democrático.

Y tres. Fortalecer la capacidad del Estado para enfrentar a la delincuencia organizada. 

En materia de reforma política mi grupo parlamentario insistió en impulsar lo que no se logró impulsar la reelección, la reconducción presupuestal, la reducción del número de legisladores, la segunda vuelta electoral y la eliminación del fuero constitucional; posiciones todas ellas en un gran respaldo ciudadano que contar y que, por supuesto, fortalecían a la democracia a favor de los ciudadanos.

Sin embargo, nuestra Colegisladora tuvo otra opinión sobre ciertos temas y la reforma no avanzó lo necesario.  Quedan pendientes de aprobar reformas muy importantes en materia de seguridad, como el fortalecimiento y reorganización de los cuerpos policiales, ordenamiento para combatir el lavado de dinero, y una Ley de Seguridad Nacional.

Pero más allá de diferencias partidistas y de cálculos políticos, debemos reconocer que las exigencias de la lucha contra la delincuencia organizada y de asegurar una viabilidad financiera del Estado, obligarán a la siguiente legislatura a aprobar reformas en esta materia, no hacerlo le costará mucho al país, a las instituciones...

(Sigue 14ª parte)
…materia, no hacerlo le costará mucho al país, a las instituciones y a los ciudadanos.

 La lección, la lección que podemos inferir del saldo de nuestro intenso trabajo legislativo es que la pluralidad de nuestra democracia nos dice: que un solo partido, ninguna fuerza política sola tiene por sí sola la capacidad para funcionar los problemas prioritarios de nuestra agenda nacional.

 Don Adolfo Christlieb Ibarrola decía: “Que la tarea de forjar, de labrar una patria mejor y más generosa para todos, no es de unos cuantos, reclama la presencia de todos los mexicanos. Por lo tanto los acuerdos son necesarios para avanzar en la dirección que nos exige la sociedad, diferirlos sería contribuir a desgastar más una democracia cuya eficacia es puesta en duda por la desesperación social ante las diferencias políticas”.

 Más allá de estos momentos electorales, que a veces nos impiden ver con la claridad, con la frialdad necesarias para llegar a acuerdos, y más allá del partido que gobierne, el hecho claro que debemos asumir nosotros y los futuros legisladores es que no transitaremos por el camino de la solución de los problemas si no somos capaces de asumir una visión de estado.
  
 Mientras la lucha por el poder se anteponga a la aprobación de los acuerdos, seguiremos inmersos en una especie de eterno retorno político, donde legislaturas se van y legislaturas llegan sin lograr a veces los avances que se marcan o que nos marca la sociedad, una sociedad cada vez más informada, también más cansada, pero también más organizada y que se hace escuchar con mayor intensidad cada día.

 Compañeras y compañeros Senadores:

 Termina un ciclo legislativo y se acerca el de un período de gobierno, sin importar el signo ideológico partidista.

Legisladores y Ejecutivo enfrentarán los mismos problemas, con la misma pluralidad, y quizás con nuevos equilibrios de fuerzas y renovados contrapesos políticos.

La fuerza de la democracia no se mide por la capacidad opositora para rechazar Iniciativas que pretenden fortalecer al Estado frente a los problemas que todos, todos reconocemos.

La fuerza de la democracia se mide, en gran parte, con la responsabilidad de los partidos para dialogar, para negociar y para lograr acuerdos, pero también se mide por la sensibilidad en la que se procesan las demandas sociales y con la plena disposición de pagar costos políticos por el bien superior de la nación.

El reto que tuvimos y tendremos en el futuro inmediato es que los ciudadanos vean a los partidos y a sus legisladores como la solución a sus problemas.

Si bien esta legislatura dio prueba clara que se puede trabajar para tener un México mejor; dio prueba clara de la calidad de sus legisladores, y se comportó a la altura de los desafíos a los cuales se enfrentó. Sin embargo, queda todavía mucho camino por recorrer.

Hay que buscar, no sólo el avance socioeconómico del país, sino también el avance político y democrático que dé respuesta a todos los ciudadanos, independientemente de sus banderas electorales o de sus tintes políticos.

Concluyo, amigas y amigos.

La Comisión Permanente del Congreso de la Unión iniciará sesiones en las próximas horas, y serán sus integrantes quienes den por finalizada oficialmente en agosto próximo esta Sexagésima Primera Legislatura.

No obstante esta será la última ocasión en que nos encontremos reunidos en este Pleno, en este Pleno en el que nos ha tocado compartir juntos la enorme responsabilidad de dirigir los destinos de la patria.

Estoy cierta que en algún momento nos encontraremos con el mismo ímpetu, con el mismo ímpetu en nuestras coincidencias, y con claridad en la verdad de nuestras legítimas diferencias.

Con responsabilidad y compromiso por la patria, siempre. El reto ciudadano es aspirar a un mejor estar mejor, y la Sexagésima Primera Legislatura; la Sexagésima y Sexagésima Primera Legislatura podrán decir: que es insuficiente, pero quizás siempre lo serán, porque esto es, esta tarea es como decimos los panistas: “Brega de eternidad”.

Muchísimas gracias. (Aplausos).

-EL C. PRESIDENTE GONZALEZ MORFIN: Muchas gracias a la Senadora Gabriela Ruiz.

Honorable Asamblea:

Es un honor para mí dirigirme a todos ustedes en esta fecha tan significativa.

Hoy cerramos un ciclo de 6 años de intenso trabajo a favor de México, un ciclo en el que el Senado de la República se afianzó como una institución clave para la democracia y la vida pública de nuestro país.
Cerramos hoy la Sexagésima Primera Legislatura con un Senado más fuerte y un México que avance por la ruta de la transformación.

Ya nuestros compañeros coordinadores de los distintos grupos parlamentarios han hablado de los avances que hemos conseguido como órgano legislativo.

Quiero simplemente  --si me permiten--  hacer una breve recapitulación de los que a mi juicio son algunos de los más importantes logros de estas 2 últimas legislaturas en áreas centrales del país.

En primer lugar logramos la aprobación de leyes que serán fundamentales en la lucha de todos los mexicanos por construir un país de paz con justicia, destacan entre ellas:

La reforma al sistema de justicia penal;
La reforma constitucional en materia de derechos humanos;
La reforma constitucional en materia de amparo, así como nuevas leyes contra la delincuencia, como son:
La de Extinción de Dominio;
La de Combate al Secuestro;
La de Combate al Lavado de Dinero;
La Ley Contra la Trata de Personas, y de manera muy reciente, la Ley General de Víctimas.

Vale la pena subrayar la importancia de esta ley, ya que representa la posibilidad de que quienes han sufrido a causa de la violencia criminal, puedan recibir una justa reparación del daño, así como asistencia y protección de parte de las instancias del Estado.

Es, sin duda, un paso en la dirección correcta para cerrar las heridas que el crimen ha causado a nuestra sociedad.

En segundo lugar, logramos la aprobación de reformas que han dado un renovado impulso al crecimiento económico de nuestro país, desde luego, hablo de las reformas fiscal y energética, pero también se aprobó la nueva Ley de Asociaciones Público-Privado, con la que se potenciará la construcción de infraestructura y la nueva Ley de Competencia Económica que nos permitirá contar con mercados más competitivos en beneficio de los mexicanos.

En tercer lugar, hubo logros significativos en materia de derechos ciudadanos. Hablo, por ejemplo, de la reforma al artículo 6º de la Constitución que garantiza el ejercicio efectivo del derecho de acceso a la información, y también a la protección de datos.

La reforma en materia de acciones colectivas que permite que los mexicanos nos podamos organizar para defender nuestro derechos, y desde luego, la reforma política.

Gracias al compromiso democrático de esta Cámara, la reforma aprobada por el Senado, incluyó temas fundamentales como las candidaturas independientes, la iniciativa ciudadana, la consulta popular.

Lamentablemente ha quedado pendiente el tema de la elección consecutivo de legisladores y alcaldes, que dotaría a los ciudadanos de una poderosa herramienta para permitir o castigar el trabajo de sus representantes, como ocurre en las democracias más consolidadas.

El común denominador de todos estos avances legislativos…

(Sigue 15ª parte)
…el trabajo de sus representantes, como ocurre en las democracias más consolidadas.

 El común denominador de todos estos avances legislativos, ha sido la voluntad democrática; con voluntad democrática esta legislatura estuvo dispuesto a sacudir inercias e impulsar cambios fundamentales para la vida institucional de la Nación; con voluntad democrática, las diferentes bancadas del Senado dieron muestra de que a través del diálogo respetuoso, sí es posible arribar a consensos en los temas que más preocupan a los mexicanos;  con voluntad democrática, el Senado de la República se consolida como una institución responsable, capaz de alcanzar acuerdos que transforman a México.

 Estoy  convencido, de que la labor de esta legislatura, ha sido un gran paso en la construcción del Poder Legislativo, que México requiere para el siglo XXI.

 En el que yo considero que debe de ser un Poder Legislativo que cogobierne, no que obstaculice. Y que a la vez que exige, cumpla cabalmente; un Poder Legislativo que no se asume como un mero espectador crítico, sino como protagonista responsable y pleno en la conducción del destino de nuestro país.

 De cara al futuro veo dos grandes retos:
 
 El primero, es lograr una mayor coordinación entre el Senado y la Cámara de Diputados.
 
 Me parece que, sin descuidar el sano equilibrio que debe existir entre ambas cámaras, es necesario, por el bien del país, que tengamos una mejor alineación de objetivos y conciliación de intereses al interior del Legislativo.
 
 El segundo gran reto es, cerrar la brecha que existe entre la ciudadanía y el Poder Legislativo, y para lograrlo son indispensables tres elementos: más transparencia, más trabajo y mejores resultados.
 
 Más transparencia en el uso de los recursos que nos confiere la sociedad, y en las razones para apoyar o bloquear algunas iniciativas.

 Más trabajo en las distintas comisiones que conforman ambas cámaras, para desahogar los asuntos que urgen al país.

 Y sobre todo, mejores resultados en la aprobación de leyes, que nos permitan superar los enormes desafíos que enfrentamos como nación.

 Ya hemos dado los primeros pasos. Pero aún hay mucho camino por recorrer, para dar a la ciudadanía un Poder Legislativo a la altura de sus exigencias.

 Amigas y amigos, senadores de la República, el 5 de febrero de 1857, al clausurar la histórica sesión del Congreso Constituyente, el gran liberal Francisco Zarco, dijo: —cito— “El Congreso estimó como base de toda prosperidad y de todo engrandecimiento, la unidad nacional y, por tanto, se ha empeñado en que las instituciones sean un vínculo de fraternidad, un medio seguro para llegar a estables armonías” —hasta aquí la cita—.

 Tenemos que seguir trabajando para que el Poder Legislativo se convierta en el espacio democrático por excelencia, en el que el debate y la pluralidad sea la vía para fortalecer la unidad nacional.

 Durante estos seis años, pudo constatar que existen en México mujeres y hombres con esa altura de miras. Capaces de ver más allá de los intereses inmediatos; capaces de proponer e impulsar cambios de fondo en el beneficio de nuestro país.

 A todos ustedes, a todas ustedes, compañeras, compañeros senadores, les expreso mi gratitud y aprecio permanente por estos seis años de experiencias imborrables; de trabajo conjunto en favor de nuestro proyecto y casa común, que es México.
 
 Finalmente, quiero, antes de finalizar, agradecer muy especialmente a mis compañeros integrantes de la Mesa Directiva, su experiencia, su apoyo en los trabajos; créanme que son invaluables; hicieron muy amable el ejercicio de esta responsabilidad, la Presidencia de la Mesa Directiva, la más honrosa responsabilidad que he tenido a lo largo de mi vida política y que se las debo a todas y a todos ustedes.

 Muchas gracias, a todos mis compañeros de la Mesa Directiva.
 
 No menos importante, quiero agradecer muy sinceramente a todo el equipo de trabajo del Senado de la República. A todo el personal de áreas que resultaron clave para la buena marcha de nuestra labor legislativa.

 Como la Secretaría de Servicios Parlamentarios; la Secretaría de Servicios Administrativos; las secretarías técnicas de las comisiones; en fin, a todas las mujeres y hombres comprometidos con México que sirvieron con eficacia y diligencia al Senado de la República, en estos años tan desafiantes para nuestro querido México.
 
 Para todos ustedes, la gratitud y reconocimiento mío, y de todas y de todos mis compañeros senadores.

 Muchísimas gracias. (Aplausos)

 Quiero pedir a todos los presentes, nos pongamos de pie para entonar nuestro Himno Nacional.

(Todos de pie)

(Entonación del Himno Nacional)

 (Gritan: ¡Viva México!)

 (Contesta la Asamblea: ¡Viva!)

 Solicito a los presentes permanecer de pie.

(Todos de pie)

 (Aplausos)

 “Hoy, 30 de abril de 2012, la Cámara de Senadores de la LXI Legislatura del Honorable Congreso de la Unión, declara concluidos sus trabajos correspondientes al Segundo Período Ordinario de Sesiones Ordinarias del Tercer Año de Ejercicio Constitucional”.

 Se instruye a la Secretaría, participar por escrito esta clausura, al ciudadano Presidente de la República; a la Suprema Corte de Justicia de la Nación; a la Cámara de Diputados; a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal; así como a las legislaturas de los estados.

 Se cita a los senadores que han sido electos para integrar la Comisión Permanente, a que asistan a la instalación de este órgano, hoy mismo a las 14:30 horas, en el salón que se ubica en este mismo inmueble, en el sótano uno.

 Se levanta la sesión.


Se levantó la sesión solemne a las 14:12 horas.

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