SENADORA ADRIANA DÁVILA FERNÁNDEZ: Buenas tardes tengan todos ustedes.
Es para nosotros muy grato dar la bienvenida a todos y cada uno de ustedes, a esta reunión de trabajo de Comisiones Unidas contra la Trata de Personas, de Derechos Humanos y de Asuntos Migratorios.
Sin duda lo que hoy estaremos trabajando tiene que ver básicamente con conocer las consecuencias de la falta de protocolos en la detección y persecución del delito de trata de personas; y escuchar los casos de algunas mujeres migrantes que han sido víctimas de autoridades en nuestro país, justamente por esta falta de protocolos.
Como ustedes saben, en México no tenemos protocolos uniformes respecto del combate, la persecución del delito en materia de trata de personas; y lamentablemente en muchos de los casos el falso combate a la trata de personas ha hecho que tengamos víctimas alternas que lamentablemente no pueden tener esta justicia restaurativa, ni siquiera la justicia de castigar a sus tratantes, sobre todo cuando hay fines de explotación sexual, en zonas que ya la propia Organización de Naciones Unidas en su diagnóstico en materia de trata de personas ha planteado como una de las zonas complicadas, concretamente el sur de este país, específicamente en Chiapas.
Así es que quiero dar la bienvenida, por supuesto también a la senadora Angélica de la Peña, a quien le pido si nos puede plantear quiénes nos acompañan hoy, senadora.
Bienvenida también.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Claro que sí, senadora presidenta de la Comisión contra Trata de Personas.
Tenemos la presencia de la maestra Mónica Salazar, que es directora del Colectivo contra la Trata. Bienvenida, Mónica.
Igual la maestra Fernanda Ezeta, que es una experta y consulta en trata de personas, en la lucha contra la trata de personas y también en materia de derechos humanos. Bienvenida al Senado de la República, Fernanda.
Nos acompaña Denia Elizabeth Santos, que ella es una víctima sobreviviente y bueno, es importante destacar su presencia acá y sobre todo la valentía de acompañarnos. Muchas gracias y bienvenida al Senado.
Igualmente Cristóbal Sánchez, que es defensor de los derechos humanos, del Programa de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana. Bienvenido, Cristóbal.
Y por supuesto también Marina Wilcock, que es presidenta del Colectivo Soy Migrante, de la Universidad Iberoamericana, también aquí en la Ciudad de México. Bienvenida también al Senado de la República.
Son las cinco personalidades que tenemos aquí, senadora.
SENADORA ADRIANA DÁVILA FERNÁNDEZ: Muchas gracias, senadora de la Peña.
Yo quisiera comentar que la senadora Ana Gabriela Guevara está por incorporarse con nosotros. Tuvo un compromiso previo, pero no tarda en incorporarse con nosotros.
Y plantear un poco, antes de que la senadora dé un mensaje, la senadora Angélica de la Peña, plantear un poco que ya vimos el tema del objetivo; pero generalmente en materia de trata de personas se piensa que sólo el hecho de la parte de explotación son en donde se genera el mayor número de víctimas.
En un combate, como lo he venido planteando, que no se hace con protocolos específicos, en donde no hay un procedimiento de investigación, en donde en el caso concreto de México sólo se pretenden dar o generar estadísticas para poder plantear un supuesto combate, lo que se generan son muchas áreas de impunidad y víctimas alternas, justamente porque no hay un concepto definido.
Hemos insistido en los últimos meses de poder hacer las modificaciones necesarias en la ley, que nos permitan tener como muy claro el contexto de saber qué es exactamente la trata de personas y cómo poder combatirlo eficientemente.
Esto tiene que ver también porque no sólo Chiapas está en esta situación, sino también el Estado de México o el Distrito Federal, en donde es cierto, ha aumentado el número de sentencias, muchas sentencias que después se revierten, que no necesariamente son condenatorias, que terminan diciéndole a las víctimas: “usted disculpe, me equivoqué” y bueno, hay daños que jamás se pueden reparar.
Hoy no tenemos y lo planteábamos en la comparecencia del Secretario de Gobernación, no tenemos datos exactos del registro de víctimas que hay en este país en materia de trata de personas, porque lo que tenemos son números, las personas como tal pareciera ser que no existen, sólo tienen como una especie de sello, como en la víctima número uno a la víctima número mil 500, pero no sabemos sus nombres, sus apellidos, cómo están siendo reinsertadas, cómo están siendo, me parece que atendidas. En fin, una serie de cosas.
Así es que yo quisiera pedirle a la senadora Angélica de la Peña, con quien hemos compartido este trabajo serio y responsable, y a quien yo siempre le he reconocido no sólo su compromiso sino también la expertise en la materia, que nos dé un mensaje antes de iniciar con la presentación de los casos ya en vivo.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Gracias, senadora.
El problema que vive el país, tiene que ver con delitos que están inscritos en la delincuencia organizada y también delincuencia organizada transnacional.
No debemos olvidar que nuestra frontera, no es el momento de discutir si estamos haciendo lo correcto o no, yo pienso que no estamos haciendo lo correcto pero eso nos llevará a otro tema.
Sin embargo, nuestras fronteras, en el caso con Estados Unidos y nuestra frontera sur, se han convertido en un verdadero problema que, como consecuencia sabemos de una gran cantidad de violaciones a los derechos humanos a personas nacionales, no nacionales, mujeres, niñas, niños. Es decir, ya estamos ante un problema en donde no existe la característica de que solamente va dirigido hacia vulnerar los derechos hacia un grupo específico de personas.
El problema que tenemos en nuestro país claro que tiene una repercusión de lo que acontece en Centroamérica. No hemos podido lograr esta conciliación de nuestras fronteras y de nuestros países hermanados como una región latinoamericana.
Me parece que ese es un tema importante que en algún momento tenemos que darle un contexto analítico para abordar las cosas desde el nombre que deben ser. Somos una región que necesitamos hermanarnos más.
Sin embargo, las autoridades que se encuentran en el sur del país, pareciera que en vez de ver los problemas derivados de que entran personas a partir de nuestra frontera y empiezan a ser víctimas de las bandas delincuenciales de todo tipo, y en vez de resolver y resguardar los derechos de estas personas, lo que hacen, pareciera, es con su omisión estar trabajando para que estos delincuentes hagan de las suyas. Por eso tenemos graves problemas en el sur.
Y luego, si seguimos las rutas de la migración, vamos encontrando. Bueno, antes, como usted misma lo mencionó hace rato en la glosa del informe frente al Secretario de Gobernación, senadora Dávila, si seguimos la ruta de “La bestia” vamos a encontrar que toda la ruta de “La bestia” es una zona territorial que refleja una gran cantidad de violaciones a derechos humanos a personas de todo tipo.
Y las otras rutas alternativas a este tren, por supuesto que empezamos a observar también la misma situación.
¿Por qué? Porque el país está frente a una falta de política prioritaria.
Nos dicen las autoridades: “Claro que siempre estamos atendiendo”. Yo creo que no lo están atendiendo de manera prioritaria a partir de la magnitud del problema.
Y entonces el problema ha ido creciendo; el problema se les ha ido desbordando, y tuvimos hace algunos años un terrible hecho de 73 personas detenidas en Tamaulipas y resulta que las asesinan, las entierran, salvo una de ellas que queda con vida y huye. Y por eso supimos, por la número 73 lo que normalmente acontece con las personas migrantes que quieren ser cooptadas a las delincuencias organizadas de toda esta región y conocemos el hecho como el drama de los 72 de San Fernando.
Por esa persona que huye es que nos dimos cuenta del problema, porque regresa con las autoridades a enseñarles donde estaba la tumba de las 72 personas asesinadas y eso no era más que la una gota que derrama el vaso, frente a un problema que venimos arrastrando desde hace mucho.
Yo hablaba con nuestras colegas que esta discusión la venimos dando desde que México aprueba el Protocolo de Palermo y que junto con sus organizaciones en aquella época, te has de acordar que empezamos, ojalá que ahorita lo mencionen, empezamos a discutir la primera ley.
La primera les es la más trabajada en conferencia entre el Senado de la República, que fue la cámara de origen, me acuerdo muy bien, en la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, que presidía Sadot Sánchez y la de Justicia donde estaba, ahorita me acuerdo, el compañero del PAN, que fue embajador, Jorge Zermeño, y nosotros en la Cámara de Diputados trabajamos en conferencia y logramos sacar esta ley, la primera ley.
Si bien era una ley que tenía un contexto específico, después viene la reforma constitucional, que nos obliga a tener una sola ley general para todo el país, qué sé yo, a mí me parecía que esa ley podría haber sido una base importante para tener una ley como lo mandataba la Constitución.
Entonces, ¿por qué lo menciono? Porque es verdad que tenemos problemas para resguardar los derechos de las víctimas, para garantizar que todas las personas sean protegidas en sus derechos humanos, independientemente de su nacionalidad, de su circunstancia en la que se encuentre de movilidad humana y por el otro lado el vacío de la ley al que nos deja el no tener una ley general acorde a la problemática, a la resolución de la problemática a la que estamos obligados como nación.
E insisto, además vinculados no solamente por la Convención contra la Delincuencia Organizada y Transnacional, sino particularmente por uno de sus protocolos, el de Palermo, que tiene que ver con la trata de personas, la protección contra la trata de personas, especialmente mujeres, niñas y niños.
Y entonces México tiene muchos años intentando tener una ley que pueda ser el marco jurídico que permita resolver estos graves problemas que han ido creciendo, que conforme tenemos situaciones adversas en Centroamérica, de gran violencia, o solamente de extrema pobreza, sino también de violencia extrema, como es en el caso de Honduras, la salida de esos lugares a buscar otras condiciones de vida, incluso el que niños salgan enviados por sus propios padres, para que no sean asesinados, no sean coptados por las delincuencias organizadas de allá, pues claro que la situación es muy compleja y nuestro país siguió sin tener este instrumento.
¿Qué pasa con la ley general?
Año y medio trabajando en el Senado de la República primero hace discusiones para elaborar una iniciativa que reforme a la ley y después más de 4 meses de dictamen escrupuloso de los grupos parlamentarios, la senadora Margarita Flores como secretaria de la Comisión de Trata lo vivió también, para que finalmente tuviésemos, trabajado por todos los grupos parlamentarios, aquí no hubo distinción de colores partidistas, sino el interés superior de tener una ley como lo mandataba la Constitución que pudiera resolver el grave problema que tenemos de la no protección jurídica debida, a quien se encuentra en situación de migración.
Y hoy estamos enfrentando todos estos obstáculos, porque por desgracia nuestra colegisladora en la Cámara de Diputados, que ya terminó, estamos en una nueva legislatura, pues no hubo eco para entender lo que nos motivó a estar unidas y unidos, senadoras y senadores de todos los grupos parlamentarios que votamos por unanimidad, no por mayoría, estas reformas a la ley.
Hoy, yo agradezco a la senadora, Presidenta de la Comisión contra la Trata, y a la senadora Flores, Secretaria también de esta Comisión, que estén convocando también a Derechos Humanos y a Asuntos Migratorios para que retomemos estos problemas y particularmente nos circunscribamos como ella nos lo mencionó en su intervención, nos circunscribamos a la frontera sur, me parece que eso es muy importante.
Ya hizo una pequeña historia de todo este proceso que hemos discutido, a grandes rasgos, todos los años que tenemos, muchos años, pero me parece importante darle un contenido también desde el punto de vista de lo que hemos estado haciendo, no nos hemos quedado con los brazos cruzados ante este problema, ustedes deben saberlo, pero que no hemos tenido el eco que necesitamos.
De tal manera que esta reunión de hoy y que tiene un claro objetivo ver el tema, particularmente de la frontera sur, yo creo, no hay vuelta de hoja, tenemos que retomarlo.
Y tenemos que retomarlo todas las comisiones que tengamos que hacerlo, tenemos que inscribir a la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que nos acompañe y visitar cómo se encuentran los centros de privación de libertad en Chiapas y cómo se encuentra particularmente la situación de la frontera con Tapachula y ver con nuestros propios ojos otra vez y constatar que pasan los años y la situación no solamente no ha cambiado, ha empeorado.
Y el trato que reciben nuestros hermanos y nuestras hermanas de Centroamérica es inaceptable.
No podemos cerrar los ojos a esa situación denigrante contra ellas y ellos y tenemos que hacer lo que acordemos de manera unida, para encontrar, seguir con esta ruta de lograr que lo que decidamos pueda reflejarse en que a estas personas no se sigan violando sus derechos humanos.
Es cuanto Presidenta.
SENADORA ADRIANA DÁVILA FERNÁNDEZ: Muchas gracias senadora Angélica de la Peña.
Quiero dar la bienvenida a la senadora Margarita Flores, que ha sido parte fundamental también en estas discusiones.
Su equipo de trabajo, ella, han estado colaborando intensamente para que pudiéramos tener en ese tiempo la minuta hoy, ya espero que pronto con mejores resultados.
Gracias senadora Margarita Flores, por estar aquí presente.
Y quisiera ceder la palabra, para seguir el Orden del Día que tenemos planteado, a la maestra Mónica Salazar, Directora de Colectivo contra la Trata de Personas.
Ella nos hablará evidentemente sobre las consecuencias invisibles del rescate a víctimas en materia de trata de personas.
Recientemente presentó un libro, que lo vamos a hacer también en el Senado de la República, espero muy pronto.
Pero si alguien sabe de estas víctimas alternas, es la maestra Mónica.
Así es que bienvenida Mónica. Adelante.
MÓNICA SALAZAR, PRESIDENTA COLECTIVO CONTRA LA TRATA DE PERSONAS: Muchas gracias.
Buenas tardes a todas y todos.
Buenas tardes senadoras.
Es un gusto para nosotras estar el día de hoy aquí compartiendo varios de los hallazgos que identificamos.
Me parece muy oportuno lo que acaba de señalar la senadora Peña, porque si bien la frontera sur del territorio nacional es la puerta de entrada para muchos connacionales extranjeros y extranjeras, que buscan mejorar su calidad de vida y sus condiciones de vida y se enfrentan a muchos problemas en tránsito por México.
Una de las consecuencias que nosotras identificamos es que a raíz de la promulgación de la Ley General del 2012 en los delitos en materia de trata de personas, algunas de las consecuencias que sufre la población extranjera, así como las personas nacionales, principalmente mujeres, se ha recrudecido.
Y es por eso que desde Colectivo decidimos con vínculo con una organización en Países Bajos, establecer esta investigación.
Principalmente porque nos llamaron la atención dos cosas:
Uno. Como miembros de la Comisión Intersecretarial del Gobierno Federal, fueron estas estadísticas que se empezaron a presentar desde el gobierno mexicano, en donde con la primera legislación del 2007 al 2012, México había identificado aproximadamente a 300 víctimas de trata, en 5 años. Más del 75 por ciento de estas personas identificadas, eran extranjeras.
A partir de la ley del 2012 a finales del primer semestre del 2015, se ve un cambio totalmente de paradigma y se empiezan a identificar connacionales mexicanas y mexicanos, tanto como víctimas de trata ya ellos principalmente como tratantes.
Esto nos llama muchísimo la atención, por lo que empezamos a implementar una herramienta que se crea en Holanda, para medir el impacto de la política pública en materia de trata y cómo ésta estaba violentando los derechos humanos de las personas.
Dentro de muchos hallazgos identificados, nosotras decidimos enfocarlo en el Distrito Federal, por tres grandes razones:
Es el principal estado que ejerció políticas en contra o en combate a la trata.
El Distrito Federal es un punto de tránsito de las personas migrantes que buscan llegar a la frontera norte.
Muchos medios de comunicación y muchos activistas han aplaudido las acciones que el Distrito Federal ha desarrollado en materia de trata de personas. Es más, muchos estados de la República las han copiado.
Y lo que queremos decir es: no todas las acciones que se han ejercido desde el DF han tenido consecuencias positivas. Al contrario, dentro de los hallazgos que nosotras identificamos en esta investigación fueron que ni siquiera muchas de las autoridades del Distrito Federal están de acuerdo con la forma en la que se están desarrollando las actividades de combate a la trata de personas; pero que no lo pueden decir públicamente, ¿por qué?
Porque la política viene instaurada desde esferas muchísimo más elevadas.
Dos. Las personas que se están deteniendo actualmente, son principalmente hombres que se dedican a alguna actividad vinculada a las esferas en donde se están dando estos operativos, ¿a qué voy?
Recabamos más de 30 testimonios de personas detenidas en estos últimos dos años, que están detenidas enfrentando procesos por trata, que son delitos graves, que probablemente no van a alcanzar una libertad pronta por los tipos procesales y los tiempos procesales en este país y principalmente en esta ciudad; pero que se dedicaban por ejemplo a limpiar baños, que se dedicaban por ejemplo a ser cocineras.
De hecho, tenemos un testimonio que realmente nos hace enfocarnos dentro de un sector, que es el sector de los table dance, porque es un persona que además de ser de 60 años, que tuvo un proceso de ocho meses, que al momento de que salen con el “usted disculpe, no encontramos los elementos suficientes”; la señora sale con antecedentes penales y la señora sufre todas las consecuencias de no conseguir un empleador, de haber sido expuesta mediáticamente, de haber sido sancionada socialmente y que nunca se ofrezca un perdón o una disculpa pública por parte de las autoridades.
Ella sufre ahora de una grave estigmatización, nadie la quiere contratar, es una persona de la tercera edad, considerada como tal, que muy pronto vamos a encontrar probablemente vinculándose a otro tipo de esferas: tiene que comer, tiene que sobrevivir.
Sin embargo, dentro de la metodología que nosotras hicimos en este documento, fue entrevistar también a autoridades a nivel federal, ¿por qué dirigirnos a la FEVIMTRA de la PGR? ¿Por qué dirigirnos, por ejemplo, al Instituto Nacional de Migración? ¿Por qué dirigirnos a SEIDO?
Porque las políticas que estaban siguiendo a nivel federal, son distintas a las políticas que se establecen a nivel local. La identificación de víctimas de trata a nivel federal, distan mucho de lo que están haciendo los gobiernos locales.
Y ahora que Denia nos comparta su testimonio, vamos a poder identificar por qué cada estado va por la libre, por qué no hay una política que transversalice realmente, ¿y por qué?
Porque no entiende qué es el tema de trata, porque tenemos una legislación tan porosa que le permite a cada estado tener y conceptualizar el tema, como mejor se les dé a entender.
Entonces, ¿por qué enfocarnos en el Distrito Federal?
Precisamente por el impacto que están recibiendo estas autoridades, a las cuales se les está aplaudiendo lo que están haciendo, a consecuencia otros estados las están copiando.
Entonces, sí, Chiapas sufre actualmente de una grave política completamente restrictiva y errónea en términos de trata, pero también el Estado de México; pero también Puebla; pero también el estado de Nuevo León. Entonces empezamos a ver que se repetía.
Dentro de la metodología que nosotras ocupamos para esta investigación, también hicimos entrevistas hacia personas que estaban siendo afectadas directamente, tanto detenidos y detenidas, como personas a las que se les estaba estigmatizando como víctimas de trata.
¿Y por qué digo estigmatizando?
Porque no eran víctimas como tal, muchas de ellas te lo decían de entrada, “no soy víctima. Me obligaron a denunciar a mis compañeros de trabajo, estuve muchísimas horas detenida mientras me forzaban a firmar una declaración. Si yo no la quería firmar, me amenazaban con cambiarme de calidad, de víctima a victimaria, lo que era que me iban a trasladar y me iban a detener e iba a tener que sufrir un proceso”.
Eso nos llama poderosamente la atención, por todas las violaciones masivas, tanto al debido proceso como a todos los temas vinculados a la legalidad dentro de cómo se están haciendo las acciones entonces.
Si llevamos añosas acciones entonces.
ulados a la legalidad dentro de c hablando sobre la trata y las investigaciones proactivas, ¿por qué la necesidad de forzar a alguien a autoidentificarse como víctima de trata? Porque nuestro marco jurídico lo permite.
¿Por qué una persona mayor de edad no se puede vincular directa y voluntariamente al comercio sexual?
¿Por qué se le cuestiona?
¿Por qué se le pone en tela de juicio su dignidad?
¿Por qué el tema de trata se vinculó a la dignidad y se desvinculó completamente de la migración y el traslado?
Eso es sumamente grave.
¿Por qué criminalizar temas vinculados a la pobreza, a la exclusión, a la desigualdad por encuadrarlos en un marco de trata de personas?
Dentro de los hallazgos de esta investigación y lo que nos llama poderosamente la atención, y mi compañera Fernanda va a profundizar, es: ¿por qué una de las medidas que en los centros nocturnos denominados table dance empezaron a ejercer en el Distrito Federal, que fue la no contratación de personas extranjeras?
La pregunta de los 65 mil dólares es: ¿Entonces dónde están esas personas? ¿Quién las está protegiendo y de qué forma?
Si el gobierno mexicano me está diciendo a mí que se han identificado más de tres mil víctimas de trata, mi pregunta es: ¿Dónde están?
¿Dónde están y qué atención recibieron?
¿Cómo se les reintegró? Y, en determinado momento, ¿cómo fue que se creó el mecanismo para una reparación del daño?
Estamos perdidas en el limbo de lo que es la trata o no es la trata. Es como tal por lo que nosotras establecemos en consecuencias invisibles casos table dance en el D.F.
Sin más preámbulo les devuelvo la palabra, en términos de que la maestra Fernanda Ezeta pueda profundizar y podamos empezar a desagregar un poco más la información para que quede más clara.
Muchas gracias.
MAESTRA FERNANDA EZETA: Gracias. Muy buenas tardes.
Esta fue una investigación que realizamos, digamos, con el seguimiento hemerográfico de enero del 2012 a marzo del 2015, un poco para ver cuáles habían sido los cambios y las tendencias.
Nos concentramos, por supuesto, a partir de la instalación de la Subprocuraduría de Trata de Personas de la PGJ-DF que fue en 2013, porque lo que vimos fue un incremento inusitado en los operativos de rescate como una política o como una estrategia de combate a la trata de personas, y un incremento también impresionante en el número de víctimas rescatadas o liberadas.
Nuestra metodología fue la siguiente:
Por un lado, primero revisamos cuáles habían sido las acciones que había tenido el gobierno mexicano a nivel legislativo y en materia de política pública desde el 2005, que fue cuando se empezaron a hacer todas las gestiones para la primera ley, hasta el 2012 con la ley general.
Luego analizamos específicamente, por el tipo de tema que tratábamos, el articulado relativo al comercio sexual o a la explotación sexual.
Yo voy a tratar de hablar de lo general a lo particular de los principales hallazgos.
En primer lugar, la Ley General de Trata de Personas equipara el delito de trata con la explotación al anular los medios. Es decir, no sólo sanciona la trata sino tipifica las distintas modalidades de explotación en sus distintas vertientes.
No considera el consentimiento de una víctima adulta, y obviamente la menor de edad que ya está establecido en el Protocolo de Palermo, sino que tampoco considera el consentimiento de una persona que pueda consentir hacer o realizar determinadas actividades.
Y contempla en el articulado de comercio sexual una idea de comercio sexual muy amplia. Es decir, no sólo prostitución; habla de pornografía; habla también de servicios de modelaje y acompañamiento.
Y si uno lee, como es tan amplia, podría incluir ahí los hot-lines o podría incluir incluso los servicios de masaje, incluye el exhibicionismo erótico, el baile erótico también.
Entonces, ya nos está planteando de entrada no sólo prostitución, sino una amplia gama de lo que nosotros llamamos comercio sexual, donde hay alguien que compra y hay alguien que vende y entonces lo que intenta en esa manera es que en ese mercado de compra y venta sanciona la explotación, el que se beneficie de esa, se supone, negociación entre dos personas adultas.
¿Cuál es la inspiración del articulado de explotación sexual?
Es el Convenio de 1949. Ahí en el libro hay un cuadro comparativo entre lo que se establecía en 1949 en este convenio que fue del que México es parte y de lo que se establece en la Ley General y esto, desde nuestro punto de vista, es una retroceso absoluto a la lucha que han tenido las mujeres por sus derechos de libertad sexual y el reconocimiento a su cuerpo y de autonomía y de ejercicio del trabajo.
El Convenio de 1949 es la consolidación de una lucha muy importante, de una lucha abolicionista que buscaba ciertamente proteger los derechos en ese momento de las mujeres.
El abolicionismo lo que pasa es que no reconoce la diferencia entre prostitución forzada y prostitución voluntaria y pone a las mujeres como tan vulnerables que son todas susceptibles de protección.
Por lo tanto todo lo que circunde, lo que promueva, ya sea a través de establecimientos o personas físicas, esa forma de violencia, como se decía entonces, hacia la mujer y hacia las instituciones familiares, todo lo que lo promueva va a ser condenado.
Esa es la premisa básica de la abolicionismo y es la que retoma nuestra ley general, pero es la que mucho antes, en 2008 retoma la modificación al Código Penal, el 188 Bis del Distrito Federal y esa es la razón por la que el Distrito Federal ha sido punta de lanza en el combate a la trata, porque simplemente nunca ha considerado la voluntariedad de las mujeres trabajadoras sexuales, porque las toma como sujeto de vulnerabilidad y por lo tanto todas son víctimas.
Esto es muy importante porque nos habla también de que la aprobación de la ley general está acompañada de un discurso muy claro en el que de alguna manera todos hemos repetido y caído.
Es el discurso que además se repite en varios países, que tiene tres elementos fundamentales: la primera es la presentación de cifras alarmantes, decir que este es un delito creciente, que cada vez involucra a más víctimas, que hay mujeres sobre todo y niños azotados en cifras que llegan no sólo a los cientos o a los millones, ahí hicimos una serie de citas de lo que iba prediciendo en los medios.
Hay que reconocer y no sólo lo reconocen algunos estudiosos de este tema en México, sino que se reconoce en el mundo que no hay cifras hasta hoy, incluso las Naciones Unidas lo dicen, o hay cifras confiables todavía a nivel mundial y mucho menos a nivel nacional, en el tema de trata de personas.
En México, como bien lo dijo la senadora Dávila, no contamos con un registro de víctimas, no sabemos quiénes son, no sabemos realmente sus edades y sólo hay estimaciones. Es más, seguimos usando algunas cifras, la de los 20 mil niños víctimas, que es del año 2000.
La primera cifra que salió de las 800 mil víctimas que cruzaban a Estados Unidos como víctimas de trata, después se comprobó que fue una cifra de una estimación que hizo un periodista para poner el tema en el centro de la mesa y de la discusión pública.
Y ese manejo de cifras muy infladas, es muy atractivo, por supuesto que llama la atención y poca gente, dada la magnitud del problema, o dadas las características del problema nos atrevemos a cuestionarlo.
En segundo lugar, el segundo componente de este discurso es la aparición en medios desde el 2011, pero con mayor auge en 2012 y 2013 de historias terribles, contadas con un detalle mórbido: “la encontramos sin un ojo y además había sido golpeada 300 veces; la quemaban con la plancha, con los castigos”.
Unas historias que por supuesto lo que mueven son los ánimos, el coraje, la frustración y generan empatía, pero siempre son mujeres, o niñas o niños y siempre son demasiado escandalosas.
En nuestro caso hemos atendido a personas víctimas de trata y por supuesto sí hay situaciones terribles, pero nunca expuestas con ese grado de sangre.
Ahí también pusimos varios ejemplos de lo que encontramos en medios sobre estas historias y estos testimonios que verdaderamente lo que hacen es manipular, son muy convincentes.
Y el tercer elemento de este discurso es que es un discurso monocromático, es blanco o negro, estás conmigo o estás contra mí, porque si tú cuestionas mi posición y mi discurso, eres una tratante, estás a favor del lenocinio y en sí te condenan directamente. Creo que no sólo las senadoras sino varios de nosotros ya hemos sido condenados en ese sentido.
Cualquier persona que cuestione lo que en un discurso muy bonito de estás en el tema, dicen estás en contra de la libertad de las mujeres.
Y yo de entrada, lo que queremos decir aquí es que nosotros estamos a favor de los derechos de las mujeres, pero de todas las mujeres, no sólo de aquellas que parecen haber sido víctimas, sino de aquellas que han decidido ejercer libremente el comercio sexual.
Este discurso ha sido realmente convincente y ha acaparado un gran espacio en los medios.
Cuál es la consecuencia de esto: Hoy por hoy el ciudadano de a pie que no estudia este tema, no sabe distinguir entre un caso de trata, un caso de explotación sexual y un caso de trabajo sexual.
Entonces cuando nos refiere el gobierno del Distrito Federal que las denuncias han aumentado al 100 por ciento, de la gente, puede ser que tú estés hablando porque tu vecina del segundo piso invita a varios amigos a su casa y tú dices: “esta persona está en una grave situación de explotación sexual”, y quizá esté ejerciendo la prostitución de manera voluntaria. Y la prostitución no es ilegal en México. No es ilegal, pero está prohibida en muchos espacios.
Ahí me parece que hay un tema bastante grave que ha retomado pues al pie de la letra el gobierno del Distrito Federal, y el gobierno del Estado de México, y el gobierno del Estado de Chiapas y algunos otros, digamos, han retomado el discurso, han retomado al pie de la letra las disposiciones de la Ley General.
Qué pasa en el caso de los “table dance”. Han retomado esto de tal manera que se ha centrado, con excepción de algunos casos en el D. F., bastante recientes, la política de combate a la trata se ha centrado en el comercio sexual, en el combate al comercio sexual, no en el combate al comercio sexual, no en el combate a la trata.
Mientras nosotros estábamos haciendo esta investigación, donde se hicieron 73 operativos a bares y centros nocturnos de mediados del 2013 al 2015, finales de 2014, se habían hecho 130 operativos en casas de masajes y spa, de masaje erótico; y se habían hecho otras 19 acciones similares en calle y en hoteles y en casas de citas.
Es decir, estamos hablando, para empezar, de un promedio de dos operativos a la semana, todos centrados en comercio sexual, donde las más de 600 víctimas rescatadas que orgullosamente defiende el Distrito Federal, son el 98 por ciento son mujeres y son adultas, no hay, hay muy pocos casos, ayer incluso lo refirieron, hay seis menores de edad, no hay hombres.
Y esto nos habla, sí, de una estrategia de erradicar el comercio sexual, por un lado, o intentar erradicarlo; y por el otro lado ir en contra de las mujeres adultas aprovechando de que no importa su consentimiento, no va a ser tomado en cuenta.
Ojo, es de verdad un retroceso en los derechos de las mujeres, impresionante.
¿Por qué nosotros nos centramos en el table dance?
Entrar a esta población que está muy estigmatizada y que es muy discriminada, es muy difícil a la población de trabajadoras sexuales. Nosotros logramos hacer contacto con el Movimiento Pro entretenimiento Erótico y trabajamos con los bares de la Asociación de Bares y Centros Nocturnos, que han dado la cara y se han mostrado muy abiertos para que conozcan cómo están trabajando.
Y ahí, haciendo como una revisión, por ejemplo, de la Ley de Establecimientos Mercantiles del Distrito Federal, nos dimos cuenta y mucho antes de toda esta historia – ¿se acuerdan? – de cuando se incendió el Lobombo en el año 2000 y entonces hubo una serie de operativos masivos a los table dance, donde veían un tema más administrativo. En ningún momento se tomaron en cuenta la situación de las mujeres: si estas mujeres eran explotadas o no.
A partir de ahí, los table dance que se mantuvieron, se mantuvieron en un vacío legal. No están reconocidos, no están reconocidos en ninguna legislación, no están regulados, como otros espacios donde se ejerce el comercio sexual, simplemente el gobierno es omiso, es tolerante o había sido hasta ahora; entonces al momento de pedir temas administrativos, ahora que se les acusa de trata, pues están en un vacío, no existen. Entran dentro de los cabarets y lo demás.
Otro punto interesante para nosotros es que desde 2006 los table dance habían sido como un foco rojo de alerta, porque traían a bailarinas extranjeras. Ya varias organizaciones civiles alertaban que estas bailarinas podían ser traídas como víctimas de trata de personas.
De hecho, el Senado de la República sacó un par de puntos de acuerdo pidiendo que se aumentaran las inspecciones en estos centros, porque había una presencia muy fuerte, y de hecho la había, de acuerdo a los testimonios recabados, había en algunos lugares más del 60 o el 70 por ciento de la población de bailarinas eróticas, eran extranjeras y ciertamente las traían.
El problema es que en un marco en el que el comercio sexual no está reconocido ni regulado y en el baile erótico tampoco y todo se generaliza como prostitución; ciertamente las bailarinas migrantes eran objeto de vulnerabilidad, los propios trabajadores reconocen que muchas de ellas estaban en condiciones de abuso laboral, no tenían mecanismos de defensa, pero muchas de ellas, la gran mayoría, no eran víctimas de trata. Y ahí no se hace otra vez distinción entre abuso laboral, explotación laboral y trata de personas.
Muchas de ellas lograban mandar, iban a sus países dos veces al año, iban y regresaban, mandaban dinero en calidad de remesas a su casa, y cuando terminaban de pagar su deuda –yo no lo estoy justificando, pero así eran– cuando terminaban se podían ir, y generalmente se iban a otros centros nocturnos donde tenían otras condiciones de trabajo.
El problema aquí es que otra vez se generaliza.
¿Y qué pasa con las bailarinas migrantes con esta ley y con la serie de operativos?
En primer lugar se les despide. En segundo lugar, se esconden; no las pudimos encontrar. Sabemos que algunas siguen trabajando; sabemos que otras se fueron a otros puntos de la República, pero están en un ambiente de total clandestinidad y riesgo.
¿Cómo se hacen los operativos?
Bueno, pues sí encontramos una falta de procedimiento en la forma de hacer los operativos. Digamos que en la noche llegan primero –según las declaraciones y los testimonios– llegan dos personas de la Procuraduría, de la policía de investigación, toman, observan, hacen unas preguntas y 20 minutos después apagan las luces, rompen cámaras de seguridad y entra un grupo enorme de policías, ministerios públicos y policías de investigación.
Separan a la población ahí en tres grupos: las bailarinas, todas son víctimas de trata de entrada, a menos que haga una investigación que refiera que no, pero todas las bailarinas de entrada se clasifican como víctimas. Los empleados y las empleadas, desde el anunciante ahí en el table, las señoras del baño, todos son presuntos responsables. Y los clientes que son testigos, posibles testigos.
Los presuntos responsables y los testigos se van en una camioneta a la PGJ-DF. Las bailarinas, pues las que alcanzan a vestirse, o les dan chance de vestirse, les toman sus identificaciones y las llevan en calidad de víctimas a la Procuraduría.
¿Qué encontramos en las bailarinas? Violencia institucional muy grave; violencia física por parte de las autoridades; violencia verbal.
Imagínense en un testimonio, que a mí me pareció muy impresionante. Imagínense que va el policía de investigación a hacer un operativo de rescate y tienes a la posible víctima y le dices a la policía: “Agárrame a esa puta”; pues ya le cerraste toda la confianza para hablar. Perdone usted la palabra altisonante, pero así lo dijeron, ¿no?
La libertad de las bailarinas está condicionada a la firma de declaraciones prefabricadas. Muchas de ellas no reconocen las declaraciones que tienen enfrente. Las declaraciones están inculpando a sus compañeros de trabajo. Si se niegan a firmar, entonces se van en calidad de detenidas a Santa Martha. Cambian su condición de víctima a presunto responsable por no firmar.
La atención médica y psicológica que también siempre hablan en la Procuraduría es la observación ordinaria. Es decir: “Señorita, desvístase y dese tres vueltas para ver si usted no tiene moretones”, ¿no?
Donde no encuentran situaciones de uso de la fuera o coacción, entonces dicen: “Esta persona está aquí por una situación de vulnerabilidad, porque es madre soltera –por ejemplo–, porque no encontró otro trabajo mejor”.
Y bueno, si nosotros salimos a la calle, hay más de siete millones de mujeres madres solteras, todas vulnerables, y por lo tanto todas son susceptibles o potencialmente víctimas de trata.
Las mujeres no entienden lo que está pasando; no entienden por qué están ahí y cuando terminan, si firman la declaración salen a la calle. Le dicen: “Bueno, ya te vas”, y al menos muchas de ellas han dicho: “Pues dame dinero para mi pasaje, para llegar a mi casa, porque ya perdí la ganancia de esta noche, ganan por día, pues al menos dame para un taxi, ya que me tuviste aquí 12 horas encerrada, sin poder salir”.
Se van a su casa y se les pierde el rastro, esa es la atención a las víctimas rescatadas, repito, más de 600 se están contabilizando en el Distrito Federal.
¿A qué se enfrentan cuando salen?
Una son los sentimientos de culpa terribles por haber incriminado, haber sido forzadas a incriminar a sus compañeros; miedo, inseguridad, desempleo, y además las están condenando o las están llevando a realizar actividades sexuales de forma mucho más clandestina.
Ahora si muchas de ellas antes no ejercían este trabajo sexual, como la prostitución, ahora lo están haciendo porque están perdiendo dinero.
¿Qué pasa con los presuntos responsables, los trabajadores?
A los trabajadores se les exhibe, a todos se les toma una fotografía que se publica en los medios y en la página de la Procuraduría del Distrito Federal antes de ser procesados, situación que ha tenido un grave problema familiar de desintegración, de bullying, de deserción escolar, están exhibiéndote sin haber sido culpable todavía.
Estamos hablando de los meseros, de los garroteros, del barman, del DJ, no estamos hablando de gente con un trabajo a lo mejor, mejor pagado, que otro mesero, pero no mucho más que generalmente son el sustento de su familia y que de pronto están en la cárcel, llevando procesos ya de dos años, más o menos, y que están detenidos.
Obviamente no saben quién les acusa, no entienden cuál es el procedimiento y ahí hay varios testimonios que son de verdad escalofriantes.
Nadie mide las consecuencias familiares de lo que está teniendo este abuso de la prisión preventiva, creo que Venia nos puede hablar de eso más adelante, nadie mide lo que implica la desestructura familiar, en la inestabilidad familiar y después cuando salgan a rehacer su vida, no hay un disculpe, nos equivocamos, no hay un disculpe. Denia nos va a hablar más de eso.
¿Cuáles son las consecuencias para el gobierno?
El gobierno también tiene consecuencias y tiene consecuencias graves, el gobierno del Distrito Federal y como los gobiernos que están aplicando esta política que además ha sido premiada por algunas organizaciones.
En primer lugar hay muy altos costos físicos y económicos en hacer estos operativos. Con los testimonios de funcionarios públicos que recabaos, en ese momento estaban verdaderamente quemados. Salir un operativo que empieza a la una de la mañana y acaba a las seis de la mañana o siete u ocho y al otro día entrar a trabajar a las nueve, muchas veces yendo en taxis, sin ninguna seguridad, sin ninguna garantía, estaban con estrés, agotados, con obviamente pérdida de objetividad y muchos de ellos enojados, porque resulta que las víctimas decían “yo no soy víctima”, que entrevistaba, ganaban mucho más que ellas en un mes, que los ministerios públicos.
Y entonces no entendían por qué estaban deteniendo a estas personas como víctimas si decían, oye, mejor también me meto a esto, si esta señora gana, o llevan a sus hijos a una escuela privada –por ejemplo-, o tienen dos carreras universitarias, o una”.
Yo soy más víctima, decían los ministerios públicos, con los que estaban muy enojados de verdad, no entienden por qué esto es trata de personas.
Obviamente, claro, el tema del comercio sexual es un tema complejo del que nadie quiere hablar y la verdad a nadie le importa mucho este sector de la población, este sector de las mujeres, o parece no importarle.
Por lo tanto ha sido muy difícil para nosotros proyectar esta investigación, más bien pues la gente lo ve como una cosa muy compleja y se quedan callados pero sí hay un detrimento en la imagen del Gobierno del Distrito Federal como un gobierno que apoya las libertades y los derechos.
Y hay sobre todo una desconfianza absoluta por parte no sólo de las bailarinas sino de los trabajadores hacia la institución del gobierno.
¿Y qué quiere decir esto? Se está minando con esta ley y con las políticas públicas que se aplican en este sentido, la posibilidad de tejer redes solidarias comunitarias.
Desde nuestro punto de vista no hay mejores aliados para combatir la trata en este sector que es rechazado social, clandestino y tal, que haciendo lo que son las bailarinas y los trabajadores, la gente que está allá adentro, que si no la reconoces, que si no reconoces su trabajo, que si no lo dignificas pierdes de verdad una oportunidad muy valiosa.
Desde nuestro punto de vista el tejido social se está fracturando en pequeños sectores.
Eso fue todo.
Ojala disfruten la lectura del libro y muchas gracias.
SENADORA ADRIANA DÁVILA FERNÁNDEZ: Muchas gracias Fernanda Ezeta.
Efectivamente, ya casi traemos la presentación del libro.
Pero quisiera enmarcar justamente la exposición tanto de Mónica como Fernanda, para lo que a continuación escucharemos porque evidentemente este tema tiene que ver justamente con estas víctimas invisibles que de una u otra manera en un combate no tan establecido ni que tiene un proceso de investigación como se han logrado desarticular y debo reconocer también por la SIEDO, algunas redes, la de San Luis Potosí, o incluso algún tema de tratantes de verdad que vienen de un proceso de uno, dos años de investigación y si desarticulan estas redes, con un tema más bien mediático que no representa realmente un verdadero combate, lo cual no significa que no haya prostitución forzada en muchos de esos lugares.
Yo quisiera pasar en este contexto ya el micrófono a Denia Elizabeth Santos, quien se acercó justamente por el Colectivo y por la Universidad Iberoamericana con nosotros, para poder platicarnos y que podamos entender un poco más de viva voz lo que ella vivió, sin ser víctima de trata pero tampoco tratante.
Denia, bienvenida. Gracias por acompañarnos y nos gustaría muchísimo escucharte.
DENIA ELIZABETH SANTOS: Muy buenas tardes.
Mi nombre es Denia Elizabeth Santos. Soy de nacionalidad hondureña.
Tengo yo aquí viviendo en México desde hace 13 años.
Entré por lo que es la frontera La Mesilla.
Me encontré con unos compañeros, en el transcurso del camino me dijeron que era muy peligroso pasar lo que era la frontera, que me iban a ayudar.
Me llevaron a una casa de un señor. Cuando llegué ahí el señor me dijo no, vas a estar aquí unos días por mientras te mandan el dinero para que te vayas a Estados Unidos, porque ahí estaban mis hermanos.
A la semana que estoy ahí mi hermano me dice espérame unos momentos.
Ok, está bien.
Me dice el señor: pero ya aquí no te puedo tener. Te voy a ir a dejar a lo que es el lugar Paso Hondo. Ok.
Cuando llego al dicho bar, restaurante, me recibe el dueño: “Bueno, vas a empezar a trabajar”.
Eso trabajar, yo como no sabía que era bar, restaurante, familiar, yo me imaginé que era meserear. No, pues lo primero era atender a los clientes, limpiarle la mesa y luego sentarme con él. Si me invitaban una cerveza me daban un porcentaje. Bueno.
Luego, al mes de estar ahí me dice él; le digo: oiga, por qué no me ha pagado.
Porque no –me dice-. Lo que pasa, dice, de que el señor que te trajo le tuve que pagar para que te trajeran a este lugar. Pero con lo que fichas, con eso te puedes sustentar”.
Con eso sí me ayudaba, le mandaba a mi familia, porque yo cuando decidí emigrar de mi país venía embarazada, ahora tiene 13 años. Yo le dije: “ya no puedo trabajar más aquí porque la verdad me está perjudicando”; “no te preocupes, te voy a ir a dejar a un restaurante a la frontera con Malapa”.
Ahí nació mi niño, a los meses ya empezando a trabajar con una señora que me atendía muy bien, me dijo: “sigue trabajando”. Empecé como ayudante de cocina, ahí trabajé por lo menos 2, 3 años.
Luego como a los seis años de estar trabajando, me dedico a la venta de productos Fuller, que el papá de mi niña fue el que me ayudó como aval para que yo pudiera ejercer el trabajo, porque no tenía papeles, no podía representar el papel, me apoyó el papá de mi niña.
Estando ahí trabajando, andaba en todos los bares vendiéndole a las compañeras de Honduras, me abonaban. Luego estando trabajando en el 2011, estaba embarazada de mi bebé, tenía ocho meses de embarazo cuando en ese momento me encontraba en el restaurant bar denominado “La parranda”, cuando un operativo llega.
Empezaron a llegar personas desconocidas, nos hacían preguntas. Yo, como estaba embarazada me senté en la barra a esperar que el dueño le pagara a las muchachas para que me pudieran abonar; cuando de repente entra el operativo con cámaras y todo, y agarran a las meseras, las ponen a un lado; agarran a los clientes, los empiezan a revisar, les empiezan a sacar todo y luego se van a la barra, y me dicen: “¿el dueño o encargado?”; y les dije: “Ahí está el dueño”.
Me dicen: “Ven tú, es que tú tienes llaves. Ven acompáñame, vas a una investigación previa, porque hay una llamada anónima donde aquí se prostituyen menores”.
Bueno, los acompaño porque, como dicen, el que nada debe, nada teme. Y por no sentir presión ni nada porque estaba embarazada, digo: “bueno”.
Me dicen: “Me tienes que acompañar al carro”. Me subo al carro, ahí me tienen media hora mientras ellos empezaron a registrar todo. Sacan el dinero de la caja, sacan de la rockola, sacan a los clientes, los empiezan a revisar y suben a una muchacha, que la hermana de la menor trabajaba ahí y llegó la menor a pedirle dinero, porque no tenía cómo ayudarle a su niña, que tenía enferma.
Luego le dicen: “Acompáñanos porque eres menor de edad”; “No, es que yo no trabajo aquí”; “Sí, tú trabajas aquí”; “No. Yo vine porque mi hermana aquí trabaja”.
Agarran a la hermana, a la menor, y nos suben a la camioneta. A otra señora, que supuestamente la llamada anónima era para la señora, la suben a otra camioneta. Cuando vamos en camino, dicen: “ya tenemos otra tratante más. Esta se va a arrepentir de lo que está haciendo”.
“¿Y quién es?”, preguntamos; “No, no se preocupen, ustedes van a una declaración previa”.
Cuando llegamos a Tapachula me encierran en una habitación, agarran a la supuesta víctima, la ponen en otra habitación, y a la hermana de la menor. Llaman a la hermana, le empiezan a hacer su declaración: que por qué estaba su hermana ahí; “Mi hermana llegó porque se encontraba enferma su niña y yo soy la que le ayudo económicamente, con medicamentos, pañales, con leche, porque su esposo estaba inválido y no puede sustentar a la niña”.
Yo embarazada, les digo: “¿me pueden regalar agua?”; “No, agua para ti, perra, no hay”; “¿por qué? ¿Qué hice?”; “No te preocupes, ya te vamos a decir”.
Después dicen: “Ellas van a ser puestas a Migración”. A la menor la mandaron a un albergue, Belén, en Tapachula.
Pasan dos días y me tenían a mí sin bañarme, sin cambiarme, y les dije: “¿Me pueden conseguir ropa o un jabón de baño para bañarme?”; “No, no. Tú quédate ahí, tú no tienes uso de palabra”. “¿O le puedo hablar a alguien para que me lo venga a dejar?”, “No, porque tal vez puede ser tu acompañante”. “¿Pero en qué?”, “Es que te estamos haciendo una declaración”.
Allá como a las cinco de la tarde, llega una señora, no sé si era psicóloga, con la menor, y cuando la menor Nancy Carolina Núñez Palma me abraza y me dice: “Mami, ¿cómo está?”, “No, yo no sé qué pasa”, me pongo yo a llorar y les digo: “No, tranquila –me dice–, de esto usted tiene que salir porque nosotros sabemos plenamente que usted no nos ha hecho nada”. “No, pero es que no sé qué pasa, me están tratando muy feo. Verbalmente me trataron pésimo”.
“No”, dice la señora, levanta a la muchacha y le dice: “No, yo con esta señora no tengo nada que hablar”. “¿Y por qué?–le digo– si ella va a declarar, va a hablar, no sé qué es lo que va a pasar”. Y todos los judiciales ahí.
Allá se llevan a la muchacha. Empiezan ellos toda la noche haciendo el papeleo. Allá el día sábado, eso fue el viernes, el sábado empiezan a tomar y dicen: “Ya tenemos 35 mil pesos en la bolsa”, porque eso es lo que les pagaban a ellos por cada tratante, supuestamente, que agarraban.
Viene y dice: “Ya tenemos para irnos a divertir” y empiezan a mandar a comprar cervezas y a tomar. Le digo: “Oiga, ¿qué va a pasar conmigo?”. “No, no te preocupes. A ti te vamos a llevar a Migración, nada más que estamos haciendo esta declaración para que tú te puedas ir a Migración”, “Ah, está bien”, “Pero no te preocupes, vas a ir a donde tu amiga”.
Allá como a las ocho de la noche del día domingo me dicen: “Ya vas para Migración, hija”, “Ah, bueno, gracias. ¿Puedo hacer una llamada?”, “No, no tienes permiso para llamar. No tienes derecho a nada, nada más te vamos a mandar a Migración”.
“Oiga, ¿le puedo hablar a mi consulado?”, “No, la Cónsul Patricia –en ese entonces– no se encuentra”.
Allá llegan y me dicen: “Te vamos a ir a dejar a Migración”.
Entrando, como a las nueve de la noche donde está el penal, yo miro el letrero y le digo: “Oiga, pero aquí no es Migración”, “Sí, –dice– aquí es migración, nada más que está dividido. Aquí es el penal, pero más allá está lo que es Migración”.
Cuando yo voy entrando, “¿Pero traes cosas? ¿Traes dinero? ¿Traes celular?”, me empiezan a quitar todo y les digo: “Pues sí, tengo mi celular y mis cosas. Aquí están”. “Sí, –dice– porque ¿si te vas a regresar, verdad?”, “Sí, porque aquí tengo a mi varón, él se quedó con mi amiga”, “Lo puedes ir a recoger allá a la Fiscalía de Delitos Cometidos en contra de Migrantes”, “Ah, bueno”, le dije.
Cuando yo entro, miro que están las guardias y les digo: “Oigan, ¿dónde están mis amigas?”, “¿Qué amigas? –me dicen–, “Aquí es Migración”; “No, nena; aquí te encuentras en la cárcel”, “¿Y por qué?”, me les desmayé.
Al día siguiente, yo ya estaba canalizada en una camilla, cuando llega una licenciada y me dice: “Vengo a notificarte que estás detenida por el delito de trata de personas en agravio de Nancy Carolina Núñez Palma”, “¿Cómo?”, “Sí, pero sabemos que te encuentras muy mal de salud y queremos hacerte tu investigación”.
Cuando yo llego al juzgado me empiezan a declarar lo que la menor había declarado, que ella sí trabajaba allí, que yo la prostituía; de que entraban a tales horas y salían a tales horas; de que la hermana era la que le ponía a los clientes para que le invitaran las cervezas, y una infinidad de cosas.
Cuando allá pasan como seis meses que estaban citando a la menor, no la encontraban. Allá al año llega la hermana. Ella llegó como al año y medio; entra una cuñada de la muchacha y le dice: “Oiga, fíjese que aquí estuvo una amiga”, “¿Cómo se llama?”, “Aquí nació su bebé”, “No –dice– aquí sólo hay una muchacha que le decimos ‘flaquita’, que ella está por el delito de trata de personas”, “¿Cómo se llama?”, “Denia”, “Ella es mi amiga –dice la hermana de la menor– ella es mi amiga”, “¿Cómo?”, “Año y medio de estar aquí”.
Viene y le dice, pues está en la iglesia, cuando ella llega y me abraza: “No, mami –dice– a nosotros nos dijeron que a usted ya la habían deportado a Honduras”. “No –le digo– yo aquí he estado todo este tiempo. Las he tratado de localizar, pero nunca he podido”.
“¿Pero qué pasa?”, “No, para tal fecha yo tengo una declaración –le dije yo– no sé si usted quiere, por qué es con usted y con su hermana”. “Mire –me dice– voy a venir yo a la declaración. Voy a venir a declarar lo que es”. Y ya llegó ella, declaró que su hermana no trabajaba ahí; todo.
Cuando llega y me dice Leo, para tal fecha, en diciembre del 2012, tenía yo la declaración, pero yo era de las personas de que a cada persona que llegaba si era de Derechos Humanos, si era de cualquier institución, de iglesias y todo, les decía y les pedía apoyo y les decía que no tengo familia, no tengo quién me ayude con mi hija, necesito un apoyo para poder ver quién le puede entregar estos papeles al gobernador o a alguien que me escuche.
Venía en una caravana del 2012 de madres migrantes, conozco lo que es Cristóbal, fue al que le dije, oiga, disculpe, me puede apoyar. ¿En qué? Me dice, es que quiero mandar este escrito al gobernador de que me quiero someter a una huelga de hambre porque ya no quiero estar aquí presa, mire, mi niña está creciendo aquí, tiene dos años, a los tres años sale la niña y pues no tengo quién me apoye.
Pues me dice él, con gusto, hazlo, pero es como que el gobernador va a garrar el papel y lo va a tirar a la basura, me dijo, pero hazlo, inténtalo y desde ahí, a raíz de eso fue que vine y empecé a luchar.
Yo no soy de aquí, soy del DF y quien te puede apoyar en esto es el señor Ruiz Villagrán, eran las 10 de la mañana, y a la hora que nos abrían íbamos corriendo y hablar qué pasa don Luis, me están dando la espera que queremos para tal fecha.
Ahí en eso vino a declarar lo que esa menor de edad y declara todo y dicho que en ningún momento yo declaré eso. A mí lo que me dijeron era que firmara esos papeles, porque si no, me iban a quitar a la niña y que me iban a deportar y si volvía a entrar al país, me iban a mandar con los zetas o me iban a desaparecer.
Entonces, yo forzosamente tuve que firmar esos documentos, igual cuando a mí me hicieron firmar los papeles, a mí no me los pusieron de frente, a mí me los pusieron al revés, porque ya supuestamente iba yo a Migración.
Llega la MP y me pregunta, ¿pero qué lo hiciste? Porque me obligaron, a mí me obligaron a firmar esos papeles y estaba de por medio mi niña y por eso lo hice, no por otra cosa, pero ella nunca me prostituyó, ella me cuidaba a mi niña cuando estaba en la casa, yo me dedicaba a lo que era trabajar en casa y ganaba muy poco y por eso le quité a la niña para que ya no me la dejara de cuidar.
Pero he venido acá para declarar y estuvo el cónsul presente, allá a los tres meses cerramos conclusiones, yo estuve casi esperando casi un año para, estuve cuatro años detenida.
Al cumplir los tres años y medio se cierran las conclusiones, estoy esperando lo que es mi sentencia, me llega la sentencia, tiene audiencia a derecho, el juez le expliqué cómo había estado todo, me dice que me van a poyar.
A los tres meses me llega mi sentencia de 13 años y meses con 200 mil pesos de multa y ahí fue un shock porque empecé a llorar y a llorar, lo que hice fue abrazar a una guardia, me fui a la iglesia, y cuando yo estoy hincada en la iglesia, diciéndole a Diosito tú sabes lo que hiciste, llega mi niña de tres años, me abraza y me dice mamita, por qué lloras, tú me dijiste que no ibas a llorar.
Aquí papacho dice que ya nos vamos. Sí, mami. Le dije, ya nos vamos a ir, a los tres años y medio el director de ahí me apoyó para que mi niña se quedara tres años y medio, porque a los tres años ella tenía que salir, me apoyaron seis meses más, sale mi niña, la mando con una señora que es suegra de una compañera igual, hondureña. Que está acusada por el delito de trata de personas, que la agarran embarazada. Ahí nace su niño prematuro, porque a ella sí la golpearon.
El niño ahorita ya tiene un año y ella sigue presa, a ella le di mi niña. Cada domingo que la niña llegaba, me abrazaba y me decía cuándo te vas a ir conmigo. Esperemos hija, allá como a los, de estar esperando yo mi apelación no me llegó, me llega que voy a seguir en el proceso, que baje a proceso porque la menor no se presentó, que porque la hermana de la menor no se presentó y que yo tenía que presentarlas de nuevo.
Allá esperé todo eso y le dije yo a un licenciado oye ayúdeme, yo quiero hacer mi cierre, venga lo que venga.
Estoy yo en el cierre de conclusiones, me llevan, cuando vengo ya le digo a otra mía compañera: oigan, le digo, hagamos una cosa, hablémosle a Luis, yo ya no aguanto la presión, hablémosle a Luis y digámosle de que vamos a someter a una huelga de hambre, ya no soporto esto.
Estar viendo a mi hija que cada domingo llega y me agraza y me diga que cuando me voy a ir. Mi hijo anduvo de albergue en albergue, se huía, se cortaba, llegaba todo cortado y me decía “mamita, vámonos”. Hijo, pero espérame, dame tiempo.
Cuando él llegaba, a veces, una noche me dicen: “Denia, tu hijo no está en el albergue, se ha escapado”.
Una señora al día domingo se presentó con el niño y me dijo “señora: su niño lo encontré en la calle. Dice que usted está aquí y pues vengo yo a poner la cara”.
Tres meses estuvo con la señora y no podía porque le dañaba mucho verme estando ahí.
Cuando le digo yo a mis compañeras “yo ya no aguanto esta presión, hagamos esto, nos sometamos a una huelga porque yo ya no aguanto”.
Fue entonces cuando le hablamos a Luis. Y le digo: Luis, nos vamos hoy a encerrar en la escuelita con Karen Vallecillos, igual, acusada a 27 años.
Santa María Rosales, sentenciada a 6 años, y Karen Vallecillos estuvo 5 años en proceso, tres veces la sentenciaron, bajaba a proceso; Santa María dos veces bajó a proceso y sentenciada y yo sentenciada a 13 años y dos veces bajé a proceso.
Fue cuando nos sometimos a la huelga. Al día siguiente en la noche le hablamos lo que es el vocero de la mesa de reconciliación que llegaba ese día y nos dice “pues no, suspendan esa huelga”.
No. Nosotros no la vamos a suspender hasta que miremos que haya una revisión porque nos han dicho que para mayo nos dan nuestra libertad, que para diciembre nos dan nuestra libertad, que están en revisión nuestros expedientes, que ya tenemos un número de toca y pues eso era mentira porque así nos tenían.
Allá sintió presión y llega al día siguiente y dice: “No. Nenas, ya, vengo a poner la cara y vengo a decirles que sí les vamos a ayudar pero suspendan esa huelga”.
No, si usted no nos dice, no nos garantiza que nos va a dar nuestra libertad, o que nos van a ayudar, o que nos van a revisar nuestros expedientes.
Empiezan las mujeres, compañeras que están ahí, eran 19, creo que acaban de salir 5, sentenciadas a 14, a 27, a 19, a 15 la otra, ya tenían casi 6, 4, 3, 2 años ahí puro procesos y sentenciadas.
Le digo yo, únanse, no tenemos miedo a los traslados, porque eso nos decían a nosotros que nos iban a ser trasladadas a otros penales.
Les digo no me importa. Yo por mis hijos tengo que luchar. Agarré y le dije yo quedémonos nosotros tres y venga lo que venga. Sí.
Mandó hablar el director, nos dice: “no hijitas, ¿no se les antoja una pizza? No. Porque nosotros ya hablamos con el vocero y nos dijo que hoy se presentaba a hablar con nosotros.
Entonces viene y dicen pues no, dice, miren, desistan porque si no van a ser trasladadas.
Pues a donde nos trasladen ahí vamos a seguir con nuestra huelga porque queremos una revisión de expediente.
En el momento que estamos otra vez, que nos regresamos donde estábamos llega el vocero y nos abraza y nos dice: “no hijas, ya, ya hicimos el trabajo. Dentro de una semana, no les digo que hoy se van, pero les prometo que en esta semana nosotros les tenemos una resolución”.
Agarran y ya pues yo ya estaba esperando mi audiencia de derecho, mis otras compañeras en cierre de conclusiones, ya cuando revisaron y todo llegan y nos dicen van el día tal, van a llevar a Santa María al reclusorio de Huixtla, a su audiencia de derecho, a Karen Julisa Vallecillos el día jueves y pues Denia el día viernes a Motozintla, para su audiencia de derechos.
Cuando yo llego ante el juez me dice: “cómo estás”. Sí, bien, buenas tardes.
Mira, dice, nena, dice, al parecer para el día martes, dice, te tiene el gobernador una sorpresa. Van a estudiar tu caso y hay una sorpresa”; “Ah, qué bien”.
“¿Qué has aprendido ahí en el Reclusorio?”; “Pues he aprendido en el taller de panadería, tejas, repujado, todo. Fui al grupo de alcohólicos anónimos, participaba en todos los eventos y aquí estoy”; “Tienes una buena conducta, al parecer”; “Sí, es lo que trata uno de tener en la reinserción social”.
Y me dice: “Sí, pero vamos a esperar para el día martes, a ver qué te dice el gobernador”.
A las 11:30 le llega la libertad a Santa María; a las 12 a Karen y a las 12:30 me llega a mí. Sólo nos dicen: “Escribe aquí que sales totalmente sana, sin ningún problema, sin ninguna enfermedad y que tienes tu carta de libertad”.
Cuando pasa todo, me abraza el cónsul y me abraza el vocero, y me dicen: “Qué bueno, no te van a deportar. Te vas a quedar, vamos a ir al Consulado”. Llegamos al Consulado.
Y el 30, que hubo una marcha de corazón azul, ahí nos unimos Karen y yo, y nos fuimos en la marcha, supuestamente para combatir el delito de trata de personas. Ya que termina, nos metemos en las cámaras y empezamos a decir que cómo era posible que estén diciendo que están combatiendo el delito, cuando hay tantas mujeres detenidas, de la tercera edad, personas con diabetes que están en el Reclusorio por tantos años y que yo fui acusada del delito de trata de personas y que sólo me están diciendo “gracias. Ya saliste libre”; y de ahí hemos andado luchando y hemos enfrentado a las cámaras y les hemos dicho que apoyen a nuestras compañeras que aún siguen presas.
En el Reclusorio de Huixtla hay dos personas: una tiene cuatro años y medio, Levis Emanuel Vázquez y Wilmer, igual ya tiene dos años.
¿Qué hago yo cuando salgo?
Hablo a la hermana de la menor por la que fui acusada, y le digo: “¿Dónde vives?”; “¿Dónde estás?”; “Estoy en Huixtla, vine a traer a la niña”; y me dijeron: “Denia, véngase para la casa. Yo la voy a ayudar en lo que pueda”.
Ahí he estado desde el 26 de mayo que salí y a veces presionando a Cristóbal. Viene mi amiga y me dice: “Yo voy a trabajar, cuídeme al niño”, y dos amigas más: “Cuídeme al niño, le vamos a pagar”. De ahí es que pagué inscripciones para la niña, porque voy a un lugar a buscar trabajo y no, no lo encuentro a veces por ser hondureña.
El único trabajo que a veces encontramos es en los bares fichando, de meseras, y no encontramos un trabajo digno, nada más llegamos y nos metemos a los bares, ahí ganamos por una cerveza 40 pesos, por tomarnos una media; por un cuartito 20 pesos, y a veces incluso el patrón nos paga un sueldo de 100 pesos el día.
¿Qué vamos a hacer con eso?
Con eso nos vamos sustentando, a veces con lo poco que ganamos eso le mandamos a nuestras familias, porque igual, nuestras familias son de bajos recursos. Venimos buscando un bienestar para nuestra familia y a veces por el hecho de ser emigrantes nos encontramos con estas cosas, que hasta hoy hemos visto.
Es una corrupción, porque fue político, fue con el gobernador Sabines, ahí fue la redada que nos hicieron y agarraron a personas injustamente, personas que hasta hoy siguen detenidas, que no tienen la revisión de un expediente, que los licenciados a veces, hasta los mismos familiares han dicho que les cobran, licenciados de oficio que les cobran para estudiarles o ayudarles en su caso. Lo hemos visto ahí en Tapachula, que hay un licenciado que le ha cobrado a una compañera, que son personas que no hablan español, hablan dialecto, y les han cobrado hasta 30 mil pesos; a otro le cobró 20 mil pesos. Hay una señora que no sabe ni cómo escribir su nombre, más que huellado, es de Guatemala y está por el delito de trata de personas.
Una señora de la tercera edad, Arcelia Sarmiento, que también una señora que tiene 35 años de haber tenido su palapa, restaurante familiar, dice, y la acusan del delito de trata de personas.
Igual varias compañeras que están ahí.
Una señora que tiene cáncer y otra que está mala de la columna. Unas que están enfermas del riñón.
Y, a raíz de que cuando nosotras salimos eso les impactó y empezaron a sentirse más mal, más presionadas y presionan más a don Luis, a Cristóbal a cada rato le hablan. Otras a veces hasta se molestan y nosotros ahí hemos… dicen: “No, es que ustedes no nos están ayudando”.
Cuando les llevamos y llegamos al penal con don Luis y llegó el vocero, y les dijo: “Estamos para ayudarles. Venimos a ayudarles”, y ellas se pusieron a llorar, a abrazarnos y dijeron: “No, pensamos que ustedes se iban a olvidar de nosotros”.
Nosotros les dijimos: “No, nosotros les dijimos que íbamos a estar, que íbamos a hacer que las escucharan; que íbamos a hacer que hablaran por ustedes, o ver de la manera cómo las podíamos ayudar”. Porque la verdad en el panal no hay ni doctores, no hay medicamento, la comida está pésima, y a veces son madres que tienen niños, tienen sus hijos ahí sufriendo, igual como mi caso.
Les digo: “Vamos a ver qué podemos hacer o qué vamos a hacer”, porque la verdad este es un delito que es un puro invento, puro creado, porque la verdad fue creado.
Hay tratantes, porque sí hay verdaderos tratantes, pero los verdaderos tratantes andan libres; las que estamos pagando las consecuencias somos nosotros los extranjeros, los que venimos buscando otra clase de vida.
O a veces nos encontramos con personas que nos dicen: “La mejor opción es un bar, trabaja”, ahí nos encuentran como lavaplatos, meseras, ayudantes de cocina. Y los dueños, bien gracias, en su casa. Les pedimos: “Oye, apóyenos”. ¿Y qué dicen ellos? “No podemos, es que nos andan buscando; es que tenemos orden de aprehensión”.
¿Y quiénes están pagando?
Mientras tanto, nosotros sufriendo con nuestros hijos. Mi familia hasta que un compañero de él le habló por teléfono por medio de unos muertos que hubieron no sé dónde, y que había gente que vivía cerca de donde mi familia, ahí fue que lograron, tenía yo 13 años de no saber de mi mamá. Tenían ellos cuatro años de que me hacían muerta.
Cuando yo les hablo, ellos se impactaron mucho. Mi mamá, mi abuelita cayó en cama, desde ahí no se ha levantado, sigue en cama, y le digo yo: “Pues échele ganas, abuela, yo la quiero volver a ver”. Son siete años que tengo de no verla. Cuatro que estuve y hace dos años había ido y le dije: “No, mami, échele ganas, yo la quiero ver”. A raíz de que se impactó que yo había estado presa acusada de ese delito, fue que mi abuela recayó.
Igual la mamá de mi amiga, de Santa María, acaba de morir hace 15 días porque ella, igual de la impresión de que supo que su hija había estado presa y por ese delito y que acababa de salir. La señora, no sé, le impactó mucho y murió la señora, tiene 15 días. Mi amiga está muy dolida; ella fue la que estuvo en la otra reunión, “La colochita”. Se le acaba de morir su mamá.
Igual le digo yo: “Vamos a hacer todo lo posible”. Y, como les digo, ese día que estuvimos aquí la senadora nos dijo: “Vamos a estudiar estos expedientes”, y de antemano eso es lo que también he pedido.
Como les digo, a nosotros no nos dijeron: “Tanto les vamos a pagar”. Nada, nada más nos dicen: “Salen libres”.
¿Y nuestros daños?
¿Nuestros daños morales; nuestros daños a nuestros hijos? ¿Quién nos dice: “Ten esto” o “Te vamos a pagar una recuperación”? Nada. Nada más: “Gracias y que Dios te bendiga”.
Ahí hemos sufrido, y con esto yo es todo lo que tengo que decir.
Y ayudar a mis amigas, que seamos como una voz para ellas, es lo que yo siempre he dicho:
Y ayudar a mis amigas, que seamos como una voz para ellas, es lo que yo siempre he dicho: Nosotros no vamos a parar hasta ver que esto sea realidad, que los verdaderos tratantes sí estén presos y las víctimas que puedan salir, porque sí es muy doloroso estar ahí.
Gracias.
SENADORA ADRIANA DÁVILA FERNÁNDEZ: Muchas gracias, Denia.
Quisiera precisar cómo es que se da este tipo de encuentros y el motivo por qué nosotros hoy decidimos en el Senado de la República traer el testimonio de Venia en estas tres comisiones unidas.
Primero porque a nosotros nos busca Luis y nos busca Cristóbal Sánchez junto con el Colectivo contra la Trata, para platicarnos sobre lo que estaba sucediendo en Chiapas, concretamente en 19 casos que hoy están en este estudio, nos dicen que hay cerca de 200 que están en circunstancias similares y que era importante que escucháramos a quienes de una u otra manera, sin ser víctimas de trata, o sin ser tratantes, sin ser explotadas, estaban sufriendo daños colaterales en un combate que tendría que estar mucho más establecido.
Y lo retomo por la intervención de Fernanda y de Mónica, en donde justamente por las características del delito, que no están especificadas y que pocas personas pueden entender la diferencia entre lo que ya Fernanda nos hacía, comercio sexual, trata de personas, explotación y que la situación de Denia es una situación que viven muchos otros migrantes que lamentablemente en su camino, en su traslado a México, en su traslado también para llegar a este sueño americano, a Estados Unidos, puede estar siendo no sólo invisibles sino pueden en su intento por cruzar y mejorar sus condiciones de vida, estar a la mitad del camino, lo decíamos hoy también, muchos de ellos utilizados como mulas en el narcotráfico, como sicarios, víctimas también de explotación sexual en la zona norte del país.
Otros tantos en trabajos forzados también para la propia delincuencia organizada o en un lugar donde por su situación irregular estamos teniendo estas víctimas.
¿Qué nos interesa en el Senado de la República?
Nos interesa un combate frontal por supuesto, pero también nos interesa un combate eficiente que nos ayude a evitar historias como las de Venia o como la de muchos otros que lamentablemente en estas redes articuladas, es cierto, no contamos con un sistema de información que es importante, también podamos tener un poco más de formalidad, seriedad, y compromiso en el combate, tal pareciera que la trata de personas solo importa cuando se escuchan historias como la de Denia, pero muchas otras de esas historias no pueden ser ni siquiera contadas, porque no tenemos claridad de cómo se está llevando a cabo este procedimiento.
El fenómeno de la migración es un fenómeno que nos lastima a todos y que sin duda también tendríamos historias o tenemos historias en Estados Unidos de compatriotas mexicanos que están viviendo exactamente lo mismo, acusados de cualquier otro tipo de delito que no necesariamente es trata, pero que en su paso, en su circunstancia de vulnerabilidad son aún más vulnerables cuando además se intenta fabricar culpables.
Exigimos un combate serio, responsable, derivado de un proceso de investigación y con protocolos uniformes que nos permitan de verdad evitar historias como las de Denia.
Y quisiera ceder el micrófono a Cristóbal Sánchez que es activista y asesor de derechos humanos, él está en el Programa de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana, para poder tener algunas conclusiones y hacer algunas propuestas, porque no puede tenerse una reunión si no tenemos una propuesta con claridad y exactamente qué queremos conseguir de esto, no sólo sensibilizar a quienes nos ven a través del Canal del Congreso o quienes están hoy aquí, que pueden contar estas historias, sino las acciones que hagamos desde el Senado con acciones concretas.
Cristóbal, bienvenido, adelante.
CRISTÓBAL SÁNCHEZ: Muchas gracias por la invitación, senadoras, muchas gracias; compañeras del Colectivo contra la Trata, muchas gracias por la invitación.
Quisiera empezar comentando que, en efecto, lo que decía Fernanda, nos da un escenario de un sistema de impartición de justicia putrefacto donde las víctimas resultan ser las victimarias.
En el caso del D.F., es muy parecido a lo que está pasando en el estado de Chiapas y lo que ha estado pasando durante los últimos años.
En la actualidad el flujo migratorio aproximadamente es de 800 mil personas al año de las cuales un 25 por ciento de ellas son mujeres. Es decir, estamos hablando de 200 mil mujeres y menores que transitan por la frontera sur y que son sumamente vulnerables.
El programa de asuntos migratorios tuvo el honor de acompañar 23 de los casos de mujeres acusadas, inculpadas por el delito de trata en la ciudad de Tapachula, frontera sur de México.
En el centro de reclusión, de reinserción social número 4 femenil en la ciudad de Tapachula, en el momento que nosotros comenzamos el acompañamiento de estos casos había 96 mujeres presas por diferentes delitos.
De ellas 23 eran acusadas por el delito de trata, lo que representa el 24 por ciento de la población total. Esto quiere decir que una de 4 mujeres acusadas por cualquier delito en Chiapas, son acusadas por trata.
De este porcentaje del 24 por ciento del total de la población presa en el femenil número 4 en Tapachula, el 50 por ciento son hondureñas, el 17 por ciento salvadoreñas y el 5 por ciento guatemaltecas.
Estamos hablando de casi un 70 por ciento de esta población de centroamericanos, inculpadas por el delito de trata. Desde ahí ya estamos viendo un sesgo discriminador y racista de la política del estado de Chiapas, que se refleja de la política nacional.
Todas ellas más o menos en un promedio de 35 o 40 años de edad y sin antecedentes penales, es decir, son prima delincuentes, sin haber sido detenidas previamente. Todas ellas fueron detenidas en su lugar de trabajo y acusadas sin pruebas.
Estos casos, cuyos testimonios fueron recogidos personalmente en febrero de este año, el 60 por ciento de ellas ya tienen sentencias que van de 6 años hasta 27 años, como el caso de Denia, que fue de 13 años y el 40 por ciento restante no ha recibido sentencias y llevan aproximadamente dos años y medio privadas de su libertad sin recibir sentencia.
Las características de las presas vinculadas a las circunstancias del lugar y el momento en el que se hicieron las detenciones, muestran un patrón característico hacia las personas migrantes centroamericanas indocumentadas en México.
Todas ellas emigran debido a la pobreza y violencia en su lugar de origen, con la intención de llegar a Estados Unidos.
Sin embargo, en Chiapas fueron captadas para ser explotadas, aunque algunas sólo reconocen que hacen labores para las que no fueron contratadas en botaneros, cantinas, prostíbulos y lupanares de la frontera sur de México.
Sus casos se inscriben en el contexto de implementación de la ley para combatir, prevenir y sancionar la trata de personas en el estado de Chiapas, promulgada en el 2009 junto con la campaña “Corazón Azul”, impulsada por la oficina de Naciones Unidas contra la droga y el delito.
Como parte de la campaña mediática para visibilizar la efectividad de la ley, se hicieron una serie de declaraciones en los medios de comunicación como “gana PGJ de Chiapas la primera sentencia condenatoria por el delito de trata de personas”, que es el caso de doña Lilian Elizabeth y simultáneamente se publicaron sus rostros y nombres sin haber llevado a cabo una investigación y la determinación de su culpabilidad, que es igualito que lo que pasa aquí en el Distrito Federal.
Estos datos coinciden con los recogidos con el informe sobre migrantes en prisión, realizado por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro y el PRAMI, en el 2014, de los cuales se deduce que ante la presión social las autoridades detienen a migrantes centroamericanos para imputarles falsamente delitos que no cometieron, y de los cuales, difícilmente pueden defenderse debido a su vulnerabilidad y a la corrupción del sistema de procuración y administración de justicia estatal.
Los operativos violentos y arbitrarios en los cuales se amenazó y torturó a las víctimas para que firmaran sus declaraciones, así como el proceso penal plagado de violaciones y la absolución de diez casos por falta de pruebas, dan cuenta de dicha situación.
Es significativo que las solicitudes de información respondidas en 2013 para el informe mencionado en el estado de Chiapas, reportó 33 mujeres privadas de la libertad, de las cuales nueve estaban acusadas por el delito de trata de personas y recluidas en el CERESO número cuatro.
De acuerdo a las entrevistas realizadas en febrero de este año, en dicho centro de reclusión en el 2013 ya había 23 casos de mujeres centroamericanas acusadas por el delito de trata, las cuales no fueron reportadas en la solicitud de información mencionada.
Chiapas sigue siendo, por el flujo migratorio, un punto neurálgico para esta llamada esclavitud moderna, 800 seres humanos transitan cada año, pasando en la frontera de 965 kilómetros que componen entre los estados de Tabasco, Campeche y Chiapas; con los países hermanos de Guatemala y Belice, donde existen más de 400 caminos de extravío que incluyen los oficiales: Tecún Umán, El Carmen, Toquián Grande, Sibinal, La Mesilla, Gracias a Dios, Betel, El Seibo, El Naranjo; sin incluir la ruta marítima por el litoral chiapaneco, que a últimas fechas es la más socorrida por los migrantes.
Un 25 por ciento de este movimiento humano son mujeres y menores, muchos de ellos no acompañados, es decir, casi 200 mil seres humanos altamente vulnerables se mueven en esta región del mundo, con todo tipo de riesgos y peligros.
Las mujeres provenientes, principalmente de Honduras, Guatemala, El Salvador, en un número inexacto dadas las características de su movilidad y de su invisibilidad, deciden establecerse en el Soconusco. Eso de decir establecerse, es medio entre comillas.
La costa de esta entidad chiapaneca y un porcentaje aún más volátil se dedica a la labor o más bien a sobrevivir como trabajadores en bares y cantinas, que incluye bailarinas, sexoservidoras, meseras, otras como empleadas domésticas; en todos los casos señalados existe por lo menos trabajos forzados.
Debido a lo que Chiapas representa, en muchos otros lugares, lo que se ocupa mucho es el artejo de la fichada, que es la única manera en donde las mujeres que laboran en estos bares y cantinas ganan más dinero, como lo platicó Denia hace rato.
Este accionar se traduce en un alto porcentaje de ellas consumidas por el alcoholismo y la drogadicción, ya que entre más cervezas o copas de licor beban, más ganancias obtienen día a día, noche a noche, consideración que se puede vislumbrar como un acto de usos y costumbres, que no es tomado en cuenta. Es decir, la permisión social es excesiva en el estado de Chiapas.
El engañoso combate que persiste por parte del gobierno de Chiapas para supuestamente combatir y erradicar la trata de personas, ha traído daños de irremediable reparación para muchas mujeres, que pasaron parte de su vida en prisión y en muchas tantas, que permanecen en espera de ser alcanzadas por la justicia.
A continuación les voy a platicar algunos de los datos que se generaron a partir de estas entrevistas con las chicas presas. Ya más o menos les había contado:
El 5 por ciento son guatemaltecas, 17 salvadoreñas y casi el 50 por ciento hondureñas. En el momento de su detención, a ninguna de las mujeres o los 23 casos manifiestan jamás se les presentó orden de aprehensión en el momento. Igual, al cien por ciento de ellas durante su detención nunca se les comunicó cuáles eran sus derechos.
El 85 por ciento de ellas fueron detenidas sin que se les explicara el motivo de su detención. Y el 13 por ciento restante señala que en el momento de su detención, las autoridades dijeron que sólo iban a dar una declaración o que habían recibido una llamada anónima.
En el momento de presentación ante la autoridad, en todos los casos las inculpadas señalan que fueron obligadas a firmar papeles en blanco. Les prohibieron leer las declaraciones y fueron forzadas a firmarlas bajo mentiras.
El 87 por ciento fueron presionadas para declarar algo sobre lo que los culpaba la autoridad y el 13 por ciento argumenta que fueron engañadas y nunca les tomaron su declaración.
El 100 por ciento manifiesta que nunca tuvo su apoyo consular.
El 100 por ciento señala no haber entrevistado nunca con su abogado, previamente a rendir su declaración.
Y al 100 por ciento de ellas se les negó el derecho a realizar una llamada.
Dentro de ellas, el 14 por ciento de ellas se adscribe a un grupo indígena que es el MAM, son guatemaltecas. Jamás, jamás se les preguntó si hablaban alguna lengua indígena; si se adscribían a alguna comunidad indígena; y mucho menos se les prestó la opción de traductor.
Sobre el derecho a una defensa, 40 por ciento de ellas manifiestan que cuando se han presentado ante el juzgado jamás han tenido alguna asistencia jurídica.
El 60 por ciento de las chicas no se les comunica cómo va su proceso.
El 73 por ciento afirma que no tuvo la oportunidad de manifestar sus inconformidades durante el proceso.
El 80 por ciento argumenta haber presentado pruebas para demostrar su inocencia, pero jamás les hicieron caso a sus pruebas, porque se remiten a la averiguación previa que integra el ministerio público.
El 80 por ciento considera que su abogado no ha sido útil durante su proceso, porque no lo conoce.
Acerca de si su abogado mantiene comunicación con su familia, pues si ellas no la conocen sus abogados tampoco.
El 33 por ciento manifiesta no haber tenido abogado desde el inicio.
En la actualidad, el 80 por ciento cuenta con abogado de oficio proporcionado por el Estado; el 20 con un abogado particular y sólo el 67 los conoce, dice aquí.
Y, por parte de la parte acusadora, el 40 por ciento de las acusadas conocen a las supuestas víctimas.
Y sobre si la parte acusadora se ha presentado ante el juez, el 73 por ciento dice que no, porque las víctimas no existen.
Sobre si la parte acusadora ha sostenido su denuncia, el 87 por ciento manifiesta que no.
Estos son algunos datos.
El 93 por ciento de ellas jamás ha visto al juez ni sabe cómo se llama el juez.
El 70 por ciento ya sentenciadas con penas a purgar, desde los seis años, 10 años, 13 años, 14 años, 20 años, 27 años.
Ninguna de ellas hasta este momento sabía si tenían derecho a salir bajo alguna garantía.
Y el tiempo de internamiento para que se les dicte la sentencia es de dos años.
Esos son algunos datos que nosotros hemos recogido personalmente. Ellas nos los han dado. A través de un cuestionario se les preguntó.
Esos son algunos datos que nosotros les compartimos sobre la situación actual en cuestión al delito de trata de personas en el estado de Chiapas, en donde se están procesando a personas inocentes.
Son, la mayor parte de los culpados de esa estadística que tiene el estado de Chiapas para decir los supuestos traficantes y los que cometen el delito de trata de personas, son inocentes.
Gracias.
SENADORA ADRIANA DÁVILA FERNÁNDEZ: Muchas gracias, Cristóbal.
Damos la bienvenida a la senadora Lucero Saldaña.
Yo quiero decirles que efectivamente los trabajos que hemos venido nosotros realizando, los hemos venido realizando las tres fracciones parlamentarias: PAN-PRI-PRD, con mucha responsabilidad y también con la Comisión de Asuntos Migratorios, con la senadora Ana Gabriela Guevara.
Y estamos todos en el mismo tenor de no generar sesgo alguno en ninguno de los trabajos que estamos haciendo.
De tal manera que queremos plantear que, ya como lo platicaron Fernanda, Mónica y hoy Cristóbal, esto no tiene que ver con el color de algún gobernante, ¿no?
Porque tenemos casos en Chiapas con el anterior gobernador, con el actual; en el caso de Puebla, en el caso del Distrito Federal, de tal manera que me parece que el tema tampoco sería ni culpar. Nosotros no pretendemos definir aquí en el Senado si quienes están hoy siendo procesados por este delito concretamente en las circunstancias que se nos está planteando aquí, son culpables o inocentes, no corresponde al Senado hacerlo.
Lo que nos interesa es que el debido proceso se cumpla y lo que nos interesa es que quienes no son delincuentes y tratantes no estén en la cárcel, pero los que sí son delincuentes y tratantes estén evidentemente en la cárcel, purgando las condenas en un combate que es responsabilidad de todos nosotros.
Quisiera recapitular un poco lo que significa para nosotros esta reunión y tiene que ver con qué acciones concretas podemos llevar a cabo luego de estas cifras alarmantes que es cierto cuando dice Fernando, son cifras que terminan lamentándose, porque evidentemente en la metodología para poder establecer cualquier investigación, cada quien tiene una metodología distinta.
La academia, uno, los investigadores también de la academia, otro, las procuradurías, otro, la opinión pública a través de los medios de comunicación, otro, pero lo cierto es que yo quisiera que pasáramos lo ideal del número uno en mil 500, como decías, que se nos pueda colocar en el pecho, al número uno fulano, perengano, zutano, que tiene familia, que vive ahí y destaco que lo triste es que este país ha avanzado en materia de derechos de las mujeres, o quiero decir con certeza, porque hay muchas, tengo a dos compañeras que son ejemplo de esa lucha y durante muchos años han planteado este tema de derecho de las mujeres, que lo han venido peleando en la ley y en el acceso a cargos públicos y demás, pero curiosamente cuando se combaten delitos de esta naturaleza seguimos viendo un proceso de discriminación, revictimización o victimización de algunos temas.
Planteaba Fernanda y decía: la mayor parte de los operativos se hacen en centros nocturnos de tales características, en tables de tales características, y hasta ahorita, si no me equivoco, no hay un solo operativo que se haya hecho en los lugares en donde los varones bailen, porque también hay lugares donde varones bailan y que yo sepa, por lo menos de lo que públicamente está establecido y de las investigaciones que ustedes nos han planteado, en los lugares donde los varones bailan no hay un operativo de esta naturaleza, es permisible, es planteado ahí no existe nada, es más no existen, mejor que vayan.
No estoy diciendo que todos los que esté ahí estén cometiendo un delito, lo que estoy diciendo es que es una paradoja entender cómos se combate a favor de las mujeres algo en contra de las mismas mujeres, es algo difícil de entender.
Quisiera pasarle, por supuesto no sé si la senadora Lucero Saldaña, después de la senadora Angélica, o antes, como nos indiques, después de la senadora Angélica que nos haga la recapitulación y que nos haga la propuesta concreta de un punto de acuerdo que queremos nosotros plantear, que hemos venido platicando, con algunas modificaciones que se están haciendo justamente derivado de observaciones de la senadora de la peña y que también la senadora Lucero nos hará las propias observaciones, para poder plantearlo de urgente resolución y que nos permita conocer más de cerca este tema.
Reitero, sin que estemos señalando aquí culpables o responsables. Confío en la disposición de las autoridades y de los gobiernos estatales, concretamente hoy el de Chiapas, que nos permita contribuir a que el delito en Chiapas, que está generando problemas, pueda combatirse con mayor eficiencia.
Y reitero también que no hay ninguna ley ni la que podamos presentar nosotros desde nuestro punto de vista técnicamente está más completa, sin que no signifique que no tenga alguna deficiencia, que puede ser perfectible, hasta la que está actualmente o algunas más que puedan presentarse de iniciativas válidas, no hay ninguna ley que sustituya ninguna conducta humana.
Si no hay una conducta humana responsable, cualquier ley va a ser el blanco perfecto de violarse, o cualquier ley va a ser el blanco perfecto de no respetarse, de tal manera que los delitos pueden seguir ahí, las conductas son las que tienen que castigarse.
Lo cierto es que una ley con mejores condiciones evita mayor discrecionalidad en el manejo de estos temas.
Senadora Angélica de la Peña.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Gracias.
Pues sí, el punto de acuerdo que queremos que se apruebe por obvio y urgente resolución, no abundaré en las consideraciones pero me parece que muchas de ellas coinciden con lo que aquí se ha planteado y la preocupación concreta nos lleva a diseñar estos cuatro puntos que tienen que ver con, en primer lugar, pedir información.
En este caso el gobierno del estado de Chiapas para que informe al Senado de la República sobre qué protocolos utiliza para la investigación de los delitos en materia de trata de personas y que son aplicados por la procuraduría del Estado en la ejecución de los operativos.
En particular, es necesario conocer si estos protocolos incluyen la perspectiva de género, si tienen establecida la atención y prevención, protección de personas indígenas y por supuesto también de personas migrantes.
El segundo punto tiene que ver con el exhorto, también de manera respetuosa al gobierno de Chiapas, para que informe a esta Soberanía, al Senado de la República, sobre qué campañas de prevención de delito de trata de personas están aplicando en la entidad y si en éstas se considera la pluriculturalidad del Estado y también a las personas migrantes.
El tercero, se exhorta también al gobierno de Chiapas, para que informe a esta Soberanía sobre el estado que guardan las investigaciones o procesos que se siguen en contra de mujeres migrantes, acusadas por delito en materia de trata de personas, que tiene mucho que ver con la intervención de Denia Elizabeth, y lo que completó Cristóbal respecto de la situación que guardan todos estos datos de personas, de mujeres particularmente, sus nacionalidades en las circunstancias de sus procesos, etcétera, etcétera, etcétera.
Bueno, aquí este tercer punto, lo que estamos pidiendo es una información puntual sobre las características de las personas, de las mujeres que se encuentran en situación de migración y que están recluidas y cuáles son las características de su proceso.
Pero además, el cuarto punto es muy importante, de este resolutivo, porque tiene que ver con que estamos exhortando a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para que en ejercicio de sus responsabilidades supervise el cumplimiento y respeto a las formalidades esenciales del procedimiento y derechos humanos de cada uno de los casos expuestos en el penal de Tapachula, Chiapas, sobre las personas migrantes que están siendo procesadas y las probables violaciones a sus derechos humanos de las que presuntamente han sido víctimas.
Hay en este aspecto una intención por parte de nosotras de ir a Chiapas, de visitar este centro de privación de libertad precisamente acompañados de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para que podamos verificar también la presencia de mujeres migrantes, sus condiciones, su situación y no nos vamos a detener en poner orden porque esa es nuestra responsabilidad, independientemente de que saquemos adelante las reformas a la ley, que ya quedó claramente expuesto tanto por Fernanda como por Mónica, que es necesario hacer porque la ley como está es peligrosa, no repito todo lo que ustedes dijeron, y por lo tanto tendremos que estar trabajando de manera particular en el caso concreto de lo que aquí se expuso por parte de nuestra ponente de Honduras y todo el literal horror que vivió en Chiapas y la criminalización que hicieron contra de ella, denotando sin lugar a dudas una profunda discriminación y un abuso de la autoridad, precisamente por su condición de migrante, de mujer, de estar sola y en la situación tan terrible del lugar en donde todas las mujeres y las niñas están permanentemente sufriendo hostigamiento y violaciones a sus derechos humanos.
Sería cuanto, senadora.
SENADORA ADRIANA DÁVILA FERNÁNDEZ: Gracias, senadora de la Peña.
Senadora Lucero Saldaña.
SENADORA MARÍA LUCERO SALDAÑA PÉREZ: Muchas gracias, senadora Adriana y gracias también a Angélica. Una disculpa, estábamos también en otra reunión.
Nos incorporamos ratificando que este tema lo hemos venido trabajando de manera plural y también con absoluto respeto a la doble victimización de las víctimas, de no exponer con un sentido de morbo, amarillismo hacia los medios de comunicación; sino el poder hacer un trabajo de revisión de lo que hay y las modificaciones que se requerían.
Seguimos con la expectativa de que la nueva Cámara de Diputados tengamos esta apertura de un trabajo conjunto, para que esas lagunas no prevalezcan y podamos llegar precisamente a especificar las diferencias entre lo que es trata, de lo que es migración, de lo que es prostitución forzada, de lo que es ejercicio de la prostitución, en fin; todo lo que puede a veces ser una conjunción de delitos, pero que tienen que ver con el tema de explotación.
Para nosotros está muy claro lo que significa: en el país no hay fronteras, pero sí tiene que ver con el estar respetando los tratados internacionales a los cuales nos hemos adherido, suscrito y ver que en esto, allá también nos dicen, que faltaron el respeto al artículo 36 de la Convención de Viena, que tiene que ver con el aviso a los consulados cuando son extranjeros.
Entonces, necesitamos revisar que esa legislación internacional que somos adscritos, nos sumamos, sea también respetada y que los protocolos, como aquí se ha leído, tengan sobre todo la perspectiva de género porque, efectivamente, hay una cantidad, hay un sesgo, cada vez se nota, hacia niñas, niños y mujeres.
Entonces sí necesitamos el que revisemos, vayamos y estos exhortos no tienen que ver con de qué partido son, de qué estado son; aquí se ha visto que donde haya, se investigue, se exhorte y se pida la información suficiente.
Nos hemos adherido siempre en esa medida en que no tenga que ver con hacerlo partidista, un tema que debe ser respetuoso, debe ser atendido, primero la prevención, después las investigaciones y la justicia correspondiente con la reparación del daño.
Es el sumarnos ante ustedes, con esta convicción de que Chiapas tiene una complejidad en el tema de lo multicultural, pero también de ser la frontera que tiene las complicaciones del paso y que hoy necesitamos que estemos rindiendo cuentas o aplicándonos en la corrección de estas aplicaciones de las políticas públicas y de los protocolos y mecanismos.
Ese es solamente mi comentario.
Gracias por la presencia de todos ustedes, porque venir aquí al Senado a esta Comisión quizá no sea de todos los días, no sea tan fácil el acudir. Y un reconocimiento a quienes están en esos lugares con esas corrientes en contra.
Creo que hemos acudido por la Comisión de Derechos Humanos algunas veces a los penales.
También desde hace tiempo hemos tenido un trabajo en lo que corresponde a mi estado, Puebla, en revisar también las condiciones que viven sobre todo las mujeres en la cárcel, y conocemos que hay grandes retos ahí.
Si en algo podemos coadyuvar, de eso se trata: de ayudar a que esto se prevenga y que los casos que haya logren la justicia.
SENADORA ADRIANA DÁVILA FERNÁNDEZ: Pues muchas gracias a todas y todos; Fernanda, Mónica.
Aunque adelantamos un poco el tema del libro, valdría la pena volver a plantearlo.
Estoy segura que, Denia, lo que has pasado seguramente ayudará a que otras personas no lo pasen. Lamento muchísimo la circunstancia en la que te encuentras, sobre todo porque tú no eres víctima de trata ni tampoco fuiste tratante, de tal manera que es un daño, insisto, colateral que lamentablemente te tocó vivir.
Y de eso se trata, pues, de poder conjuntar en la responsabilidad del Senado.
Reitero que no estamos aquí para acusar absolutamente a nadie ni tampoco para revisar si estas sentencias o estos procesos, si hay culpables o inocentes. Lo que queremos es que se haga con mucha más responsabilidad.
Hemos acordado presentar el punto de acuerdo de urgente resolución, ahora lo vamos a firmar. Lo presentaremos para que, tan pronto la Cámara de Senadores dé esta posibilidad, pueda plantearse y podamos acudir a Chiapas con ustedes, por supuesto en la gestión que la Comisión de Derechos Humanos hará a través.
Le pediremos –según me indica la senadora de la Peña– al presidente de la CNDH que nos acompañe, que también participe. Creo que vale la pena.
Y reitero nuestra confianza en que las autoridades entenderán que no es un asunto de acusaciones, de señalamientos.
Que nos interesa que en esta posibilidad de diálogo entre el Senado y el Poder Ejecutivo podamos con toda fortaleza hacer entender que en las entidades federativas el trabajo tiene que ser mucho más coordinado, mucho más estable.
Que le apostamos a que los procesos de investigación del delito estén todavía más profesionalizados.
Que los ministerios públicos tengan los elementos suficientes para integrar averiguaciones previas sólidas que deriven de un proceso también de inteligencia, porque las redes que sí dejan ganancias millonarias, que sí están estableciendo una complicidad terrible entre ellos, que se conectan entre países, están ahí muy bien sin ser tocados.
Qué mejor que haya distractores hacia otro lado; que se vayan y que nadie los vea. Que mientras alguien inocente que está siendo acusado de todo, estos verdaderos tratantes y redes que están lucrando con la vida que están explotando a seres humanos, que están trasladándolos, que están captándolos, que están enganchándolos para todos los diversos fines de explotación, están como la fresca mañana sin ser tocados, viviendo muy bien, cómodamente. Y quienes están en la cárcel no necesariamente –no digo que todos– pero no necesariamente todos son culpables.
Agradezco a la Universidad Iberoamericana; Cristóbal, por supuesto, que nos hayan acompañado.
Denia, bienvenida. Buen regreso a Chiapas.
Muchas gracias a todos. Muchas gracias. Buenas tardes.
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