Versión estenográfica del Informe Anual de Actividades del Tercer Año de Ejercicio de la LXII Legislatura del Instituto Belisario Domínguez en el Senado de la República.MANUEL PÉREZ CÁRDENAS: Buenos días, les damos la bienvenida al Informe Anual de Actividades del Tercer Año de ejercicio, LXII Legislatura.
Agradecemos la presencia de representantes de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal; diputada María Angelina Hernández Solís y diputada Miriam Saldaña Chairas.
Del consejero de la Judicatura Federal, Manuel Ernesto Salomé Vera.
En representación de la Comisionada Presidenta, Ximena Puente de la Mora, del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, está el licenciado Leonardo Cerezo.
En representación del Doctor Eduardo Sojo Garza-Aldape, presidente del INEGI, está el licenciado Gualberto Garza Cantú.
En representación del Presidente del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, está su propio presidente, el magistrado Manuel Luciano Hallivis Pelayo. Y del magistrado Luis Ángel López Escutia, presidente del Tribunal Superior Agrario.
También contamos con presencias importantes, como por ejemplo el ilustre y nacional Colegio de Abogados de México; estando aquí su presidente, el licenciado Alfonso Pérez Cuéllar Martínez y uno de sus expresidentes, el licenciado Ángel M. Junquera Sepúlveda.
Hay también integrantes del Consejo Editorial de la Revista Pluralidad y Consenso, órgano oficial del Instituto Belisario Domínguez, como lo son el maestro José Luis Trueba Lara, director de la Revista; la maestra Julia Isabel Flores Dávila, el maestro José Luis Medina; el licenciado Bernardo Olmedo Carranza y el doctor José de Jesús Orozco Enríquez, quien es además consejero de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Tenemos también la muy distinguida presencia de varios embajadores, entre ellos de la Embajada de Argentina; de la Embajada de la Federación Rusa; de la Embajada de la República Libanesa; de la Embajada de Ucrania y de la República Árabe de Saharaui.
Sean, señores y señoras embajadores, representantes en nuestro país, muy bienvenidos al Senado mexicano.
Así también tenemos representantes de los institutos de investigación de los congresos estatales, representación de los notarios mexicanos y de otras instituciones muy relevantes de la vida de nuestro país.
En forma tal que, sin más antecedentes, vamos a solicitar al senador Fernando Herrera Ávila, proceder a rendir el informe de actividades al que me he referido.
Por favor, senador.
SENADOR FERNANDO HERRERA ÁVILA: Muy buenos días a todos y a todas por su asistencia el día de hoy.
Senador Miguel Barbosa Huerta, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.
Don Emilio Gamboa Patrón, presidente de la Junta de Coordinación Política de este mismo órgano colegiado.
Colegas senadores. Excelentísimos embajadores. Honorables miembros del Consejo Editorial de nuestra Revista Pluralidad y Consenso. Asambleístas, investigadores, académicos, señoras y señores:
Cumplimos hoy la obligación de informar sobre las actividades del Instituto Belisario Domínguez durante el último año.
Todos ustedes conocen la historia y las funciones del mismo, por eso hoy quisiera hacer una reflexión sobre cuál debe ser el papel de nuestra Academia, frente a una realidad social lacerante; frente a un país que lo rodea la pobreza y que demanda soluciones.
El Instituto Belisario Domínguez se ha formado a lo largo de 30 años y hoy es una institución sólida, fuerte, renovada. Está en condiciones de empezar a rendir sus mejores frutos; y esos frutos deben de tener un profundo contenido ético frente a la realidad, deben de estar por encima de ideologías y de los partidos.
Los académicos y los legisladores tenemos que ser sensibles ante el sufrimiento de los demás. Los pobres, los excluidos, los desempleados, los niños olvidados no están pensando en si una propuesta es de izquierda o es de derecha, si es de un partido político o es de otro; ellos sólo demandan y quieren soluciones, quieren comer, trabajar, quieren oportunidades de desarrollo.
Académicos y legisladores debemos tener presentes los datos recientes del Coneval: Dos millones más de pobres; un ingreso familiar tambaleante; acceso insuficiente a servicios básicos.
Con frecuencia nos perdemos en las disertaciones y en las escuelas de las ciencias sociales. Los hechos son los que deben movernos a la acción y en ello nuestra academia juega un papel fundamental.
Afortunadamente la sociedad ha venido cambiando las reglas del juego.
Por décadas el Senado de la República fue un poder subordinado a otro.
Hoy, ya no es así.
En el nuevo contexto democrático y plural, el Instituto Belisario Domínguez juega un papel transformador. Su sensibilidad social orienta a los senadores para crear mejores leyes.
Pero no se trata tan sólo de generar mejores leyes. Es una falsa ilusión creer que basta una ley mejor para transformar la realidad.
Con frecuencia muchos llegan a pensar que basta con cambiar el nombre a las cosas para que por la magia de las palabras las cosas se transformen en algo menos doloroso.
El senado tiene ya una institución capaz de aportar insumos para el debate y la toma de decisiones, así como para proporcionar a la ciudadanía los elementos que le permitan participar en la vida pública.
Hoy no se puede legislar a espaldas de las verdaderas necesidades de la gente. Hoy no se puede legislar sin un compromiso ético con los excluidos.
No se puede legislar bajo los dogmas inconmovibles de un partido político, de una ideología o de un grupo de interés.
Hoy, señoras y señores, no son momentos de imponer mayorías artificiales para quedar bien con otro poder. Hoy estamos ante un imperativo ético de atender las demandas de las mayorías desposeídas.
En el marco de la conclusión de esta Legislatura, una de las más importantes en la historia de nuestro país debido a las transformaciones que dan un nuevo cauce a la nación, es menester presentar ante ustedes un balance de las actividades realizadas por el Instituto Belisario Domínguez en este tercer año de ejercicio de la LXII Legislatura.
Haciendo un muy rápido repaso de los antecedentes del IBD, me permito recordarles que los orígenes de nuestra actual institución remontan al establecimiento de la Comisión Especial de Informática a finales de 1984 y la creación en 1985 del Centro de Informática Legislativa, que fue el primer apoyo informativo para la actividad parlamentaria de los senadores.
Diez años después, nuestra institución se transformó en el Instituto de Investigaciones Legislativas (ILSEN), y en 2007 pasó a denominarse Instituto Belisario Domínguez.
Siguiendo el anhelo de contar con una sólida institución del Poder Legislativo que pudiera contribuir al reforzamiento de la democracia en el periodo más reciente, la reforma del año 2013 marcó un nuevo hito en la consolidación del marco conceptual y normativo del Instituto.
Las décadas en que el Senado de la República fue un poder subordinado al presidencialismo quedaron atrás.
Con una democracia fortalecida y una plena independencia de los poderes de la unión, se volvió indispensable contar con un centro de investigación y reflexión que aportara los insumos necesarios para la actividad parlamentaria y el fortalecimiento de la cultura cívica.
Y hoy el Instituto Belisario Domínguez, como centro de investigación, reflexión, del Senado de la República, es capaz de afrontar los retos de la democracia, de la participación ciudadana y, sobre todo, del parlamento abierto.
En septiembre pasado recibimos una institución con un ambicioso mandato: ser un órgano especializado encargado de realizar investigaciones estratégicas sobre el desarrollo nacional, estudios derivados de la agenda legislativa, y análisis de la coyuntura en campos correspondientes a los ámbitos de competencia del Senado, con el fin de contribuir a la deliberación y la toma de decisiones legislativas, así como de apoyar el ejercicio de sus facultades, de supervisión y control, de definición del proyecto nacional y de promoción de la cultura cívica y ciudadana.
Al iniciarse esta nueva administración del IBD se aceptó esta importante misión plasmada en el mandato y se partió de la necesidad del Senado de la República de contar con una institución fuerte, renovada, capaz de aportar insumos para el debate y para la toma de decisiones, así como para transmitir a la ciudadanía información que le haga sentir la importancia de participar en la vida pública.
La renovación de nuestra institución impulsada en este corto periodo, en todo momento ha sido promovida por la visión de un instituto que pudiera hacer frente a los nuevos retos de un México democrático, un México plural.
La visión de un órgano especializado del Poder Legislativo que responda a la necesidad del Senado de legislar con información oportuna y confiable; que sea un espacio de discusión y análisis de ideas, libre, plural, capaz de proveer información neutral, no solamente para los legisladores sino para la ciudadanía en su conjunto.
La visión de una institución que sea referente privilegiado de conocimiento en materia legislativa, análisis y propuestas públicas para el Senado, para un Poder Legislativo informado y asequible y para la sociedad en general en una perspectiva de reforzamiento de nuestra democracia y consolidación del proyecto nacional.
El esfuerzo realizado en este año de gestión, para avanzar en la profunda renovación del Instituto Belisario Domínguez, ha sido enorme y por fortuna nuestra se han alcanzado muchos y buenos resultados.
El Senado necesita una institución capaz de aportar insumos para el debate y la toma de decisiones, así como para proporcionar a la ciudadanía los elementos que le permitan participar en la vida pública.
El instituto, en este sentido, es un espacio con doble compromiso que debe de ser recalcado. El apoyo a las labores parlamentarias y la contribución al robustecimiento de la cultura ciudadana.
Hoy no se puede legislar de espaldas a la agenda nacional y la ciudadanía. Por esta razón, el Instituto Belisario Domínguez es una pieza fundamental para el Senado de la República.
Frente a la realidad de la institución, en septiembre del 2014 se integró un programa de acción agresivo e integral, dirigido a la solución de los retos que a continuación se enumeran.
Permítanme hacer un rápido balance de propósitos y de resultados.
Primero.- Un primer reto ha sido llevar a cabo la integración de una planta de investigadores de muy alta calidad.
Para ello se profundizó el proceso de contratación de los investigadores de las cuatro direcciones generales, de Investigación Estratégica, de Finanzas Públicas, de Análisis Legislativo y Difusión y Publicaciones.
Desde luego esto vía concursos abiertos, que no fuese sólo la recomendación, sino que la mayor recomendación sea su capacidad para contribuir a esta labor.
El proceso no ha sido fácil, pero hoy tenemos la satisfacción de contar con investigadores altamente calificados, cuidadosamente seleccionados mediante una rigurosa evaluación curricular de los aspirantes y a través de valoraciones de sus aptitudes personales y profesionales.
Un proceso transparente, basado en el mérito y en que nos han apoyado comités independientes de evaluación.
Varios de los miembros de esos comités nos acompañan el día de hoy.
Y aprovecho para agradecer a cada uno de ellos su invaluable apoyo y contribución a la consolidación de una institución que cuenta hoy con un cuerpo de alrededor de 80 investigadores y personal técnico con destacadas competencias.
El resultado de este complejo proceso de contratación, es que el Instituto ya cuenta con la estructura que le permite cumplir a plenitud con sus responsabilidades.
Gracias a equipos multidisciplinarios, conformados por personal con amplios conocimientos y experiencia profesional, uno en los ámbitos de la economía, otros de las ciencias políticas, otros en materia de derecho, expertos en estudios sociales, derecho parlamentario, economía del desarrollo, etcétera.
Este recurso humano, constituye la mayor riqueza del Instituto Belisario Domínguez para coadyuvar al fortalecimiento de la democracia y apoyar las funciones legislativas de control y supervisión en el Senado de la República.
Segundo. Un según do reto de importancia con el que nos encontramos al iniciar la gestión del Instituto, fue precisamente que al iniciar este Tercer Año de Legislatura, era garantizar que los trabajos de investigación realizados, fueran consistentes con el mandato del IBD.
Esto es, que contribuyeran a la deliberación legislativa, que aportara a la definición de un proyecto nacional y que fomentara la participación de una cultura cívica y ciudadana.
Tres. Y vinculado a este reto, se encontraba el desafío de fortalecer las publicaciones del IBD.
También, enfrentamos con éxito a estos dos retos:
En el periodo que está por concluir, el Instituto produjo cerca de 300 publicaciones, muchas de ellas difundidas en versión impresa entre los senadores, entre los tomadores de decisiones y público en general, y todas desde luego disponibles en la página web del Instituto, para la cual se inició un proceso de modernización que ya ha permitido facilitar un mejor acceso a la información y al conocimiento para un número creciente de interesados en la Agenda Parlamentaria, en la evaluación y seguimiento de las decisiones legislativas y en los grandes temas de la vida democrática de nuestro país.
Los diversos productos de investigación e información que hoy ofrece el Instituto, sujetos a los principios rectores de relevancia, objetividad, imparcialidad, oportunidad y eficiencia, contribuyen definitivamente a la deliberación y la toma de decisiones legislativas, al tiempo que son un apoyo fundamental para las labores legislativas de control y supervisión, así como una valiosa contribución a la promoción de la cultura cívica y ciudadana.
Las diferentes publicaciones de las series del Instituto, como son: “Mirada Legislativa”, “Temas Estratégicos”, y el “Reporte Mensual de Actividad Económica y Finanzas Públicas”, así como los diferentes cuadernos de investigación y los libros que ya están en preparación, sin duda han contribuido a consolidar el cumplimiento del mandato que el IBD recibió como órgano especializado del Senado.
Los resultados han sido sumamente favorables, no solamente porque se ha incrementado el número de publicaciones puestas a disposición de todos aquellos interesados en el quehacer legislativo y en la vida democrática de nuestro país.
También porque las líneas de investigación alrededor de las cuales se han definido los programas de trabajo del Instituto y de cada una de las cuatro Direcciones Generales, han tenido una estrecha vinculación con aquellos temas debatidos en la Agenda Parlamentaria; aquellos asuntos de interés nacional y aquellas problemáticas que han dominado en el proceso de la consolidación de la vida democrática de nuestro país, en estos últimos meses y años.
Además, los resultados de las investigaciones realizadas por el IBD no sólo ofrecen información sobre los puntos torales de las agendas nacional y parlamentaria; sino que también han abierto cauces al encuentro y desde luego también a la discusión.
Así, el análisis del Sistema Nacional Anticorrupción, el estudio de la Reforma Política del Distrito Federal, el análisis de la cuenta de la Hacienda Pública Federal, la atención a la problemática de la seguridad pública, el tema de la desaparición forzada, el seguimiento y evaluación de la Reforma Educativa y el análisis del Fondo Mexicano del Petróleo para la estabilidad y el desarrollo; han constituido algunas de las importantes líneas de investigación del Instituto en este periodo.
Otros proyectos se han enfocado hacia la atención de la problemática de la desigualdad en todas sus facetas, el análisis de la factibilidad hacendaria de decisiones legislativas, el estudio de la Reforma Política Electoral y el seguimiento del Proceso Electoral 2015, el estudio de las designaciones y funciones del control del Senado y las problemáticas vinculadas con el Estado de Derecho.
Los derechos de las niñas, los niños y los adolescentes, el seguimiento a la Reforma Laboral y el estudio de la situación de la informalidad en el país; el tema de lavado de dinero, el estudio de los órganos constitucionales autónomos, el trascendental tema de la transparencia, el seguimiento a la Reforma Constitucional en materia de Derechos Humanos, la atención a la problemática de la discriminación, el análisis del paquete económico y el estudio de las reformas legales en materia de consolidación de un sistema de justicia penal; han sido, entre muchos otros más, temas de suma importancia para la consolidación de la vida democrática y el proyecto nacional que el Instituto ha ido analizando con oportunidad y objetividad en este año, aportando elementos para la toma de decisión de nuestros legisladores.
Para cerrar este apartado relacionado con los resultados obtenidos en este año en materia de publicaciones, quisiera abundar en dos aspectos o temas particulares:
Durante esta gestión, se ha iniciado la construcción de un sistema de indicadores para el seguimiento de las políticas de desarrollo. Este proyecto multianual, cuya primera entrega ya está a disposición de la ciudadanía, sin duda contribuirá a las prácticas institucionales de seguimiento y evaluación del desarrollo nacional.
También quiero señalar que nos llena de orgullo haber logrado relanzar la Revista Pluralidad y Consenso, en su nueva época; ya que con los debidos registros legales, nacionales e internacionales, circula ya con amplitud esta revista.
Asimismo, hemos logrado constituir un consejo editorial de pluralidad y consenso con personalidades de gran renombre, varias de las cuales hoy nos acompañan en este evento.
Se ha conseguido robustecer los contenidos de la revista, con una mejor definición temática. Y este medio de divulgación también se ha enriquecido gracias a las contribuciones de varios de mis compañeros senadores, que han participado como articulistas en las más recientes entregas de pluralidad y de consenso; y han encontrado en la revista un espacio adicional en el que pueden mostrar y discutir sus posiciones.
También nos llena de orgullo y satisfacción, el haber contado con contribuciones de ganadores de premios Nobel como Joseph Stiglitz y Amartya Sen; y colaboraciones de otros articulistas invitados como el gobernador del Banco de México, doctor Agustín Carstens, que nos acompañará en la presentación del número de este trimestre, el próximo miércoles.
Se ha ampliado el camino para que la revista, al igual que el resto de las publicaciones del Instituto, no sean consideradas solamente como materiales de consumo interno al Senado.
Muchos esfuerzos se han realizado para mejorar la difusión de todas las publicaciones y acercarlas a la ciudadanía.
Reto cuatro.
Para el Instituto Belisario Domínguez en este año, era consolidar su presencia a nivel nacional y global, en el ámbito académico y como espacio de discusión y propuestas de políticas públicas.
En efecto, no podemos pensar que nuestro país es una ínsula y que el espacio de investigación y reflexión del Senado puede vivir aislado de lo que ocurre en el mundo y otros centro de investigación, docencia y análisis parlamentario.
Por ello, una labor muy importante durante este año ha sido la celebración de convenios de colaboración, con el propósito de establecer los vínculos y los apoyos necesarios para que el Instituto se relacione con instituciones de educación superior, centros de investigación y distintas organizaciones vinculadas con la agenda legislativa y los grandes temas nacionales.
Con esta visión, el Instituto Belisario Domínguez suscribió durante esta gestión un Convenio Marco de Colaboración con el Consejo Coordinador Empresarial, que ya está sumando esfuerzos y contribuye de cerca al análisis de las decisiones legislativas en materia de informalidad, y al estudio de los factores que condicionan el éxito de varias reformas estructurales, ambos proyectos liderados por nuestro instituto.
También se firmó un Convenio de Colaboración con la Auditoría Superior de la Federación, estrechando vínculos para impulsar estudios relacionados con la previsión de ingreso y gasto público y el diagnóstico de las finanzas estatales y municipales, entre otros temas de interés compartido.
En el marco del convenio firmado con el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, se realizarán acciones conjuntas y se colaborará en estudios compartidos en torno a las necesidades de actualización de la legislación secundaria, con base en las reformas constitucionales aprobadas recientemente, entre otros proyectos conjuntos.
El Convenio de Colaboración firmado ayer con el Conacyt, y el que se suscribió con el Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México hace unas semanas, también permitirán al Instituto Belisario Domínguez llevar a cabo actividades conjuntas con estas muy importantes instituciones, y así fomentar el mejor desempeño de sus funciones y atribuciones.
Asimismo, en el Marco de Convenio de Colaboración que firmará en 10 días con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, el Conapred, el IBD trabajará con un sólido aliado para desarrollar investigaciones de temas vinculados con la desigualdad y la atención a poblaciones vulnerables.
En esta gestión, el IBD no se ha limitado a acercarse a estas y otras instituciones nacionales de prestigio con las que comparten temas de interés común y se ha comprometido a llevar a cabo actividades conjuntas de investigación y compartir información y conocimiento.
También ha profundizado sus vínculos con instituciones a nivel internacional.
De esta manera, a través del Convenio de Colaboración suscrito con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), ambas instituciones se han comprometido en desarrollar acciones de cooperación técnica, institucional, en temas de desarrollo económico y social, y trabajar conjuntamente en temas de interés compartido, en particular en materia de desigualdad y reformas estructurales.
También, mañana será un importante día para nuestro instituto, ya que se firmará un Convenio de Colaboración con la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. La formalización a lo largo de esta gestión entre ambas instituciones constituye un hito y abre campo para la elaboración de nuevos proyectos conjuntos, de investigación y análisis en diversas materias relacionadas con la actividad legislativa y en beneficio de la ciudadanía.
Quinto.
Otro desafío con el que nos encontramos al iniciar esta gestión era emprender un ambicioso programa de seminarios, mesas redondas y foros de discusión sobre los temas vinculados al desarrollo democrático nacional, para consolidar al IBD como un espacio de reflexión y diálogo.
Sin duda, a través de más de una decena de eventos de divulgación, el Instituto ha contribuido a propiciar la discusión y el análisis de los temas de la agenda legislativa, así como de los asuntos fundamentales para la nación.
Se han generado espacios donde investigadores y especialistas, al igual que representantes de la sociedad civil y servidores públicos, se encontraron para debatir y presentar propuestas para la vida parlamentaria y la cultura ciudadana.
En este año se llevaron a cabo diferentes seminarios y presentaciones en torno a los temas de seguridad y justicia, reforma constitucional sobre derechos humanos, reforma política de la ciudad de México.
También se organizó un foro sobre los mecanismos para garantizar el derecho de la identidad de los mexicanos en el exterior, entre otros eventos de divulgación y debate.
A finales de este mes se realizará un encuentro de especialistas que discutirán en torno al tema del combate a las drogas y ya está preparación para finales del próximo mes un importante seminario de análisis de los factores que condicionan el éxito de ocho de las llamadas reformas estructurales: la laboral, la educativa, la político-electoral, la reforma en materia de derechos humanos, la financiera, la fiscal, la energética y la reforma en materia de justicia penal.
Finalmente los afanes de transformación que se llevaron a cabo durante este periodo no sólo han estado vinculados con la reestructuración administrativa, la elaboración de un sólido ejercicio programático de las tareas sustantivas de investigación y la consolidación de una plantilla de investigadores y técnicos del más alto nivel.
Un desafío adicional que decidimos afrontar, era consolidar la vida orgánica y garantizar la consistencia de las acciones de nuestro instituto hacia el futuro.
por ello, el informe que se les proporcionará en unos momentos más contiene una propuesta de cambio legal del IBD, que al transformarlo en órgano especializado desconcentrado del Senado de la República, le otorgue cierta autonomía técnica, operativa y presupuestal, que lo que lograría encarar mejor los desafíos del futuro.
Sacar el órgano técnico de discusión y análisis de la tentación política es, sin duda, una tarea que se antoja y que se ofrece como necesaria.
Por último, un aspecto importante tiene que ver con la relación que cada vez más evoluciona y se profundiza entre la sociedad y los congresos representativos de todas las democracias del mundo.
México por supuesto no es la excepción. Hoy, con el auspicio de las Naciones Unidas, los diferentes países han asumido compromisos en materia de lo que se conoce como parlamento abierto, lo cual, en el caso de nuestro país, se suma a los profundos y recientes cambios legales realizados en materia de transparencia y rendición de cuentas.
En el Senado recién nos hemos dado un nuevo estatuto en la materia, lo que sin duda ampliará y transformará la relación que esta institución mantiene con el conjunto de la sociedad.
En el mismo sentido es de reconocer que hasta la fecha es poco lo que se sabe de lo que han hecho los 32 congresos estatales, lo que se legisla día con día.
Así es considerable el riesgo de que existan disposiciones legales de carácter constitucional o en leyes secundarias federales que no necesariamente estén reflejadas en los marcos jurídicos vigentes a nivel local.
Por ello y para hacer frente a los nuevos desafíos en materia de parlamento abierto, del cual México ya asumió en septiembre de 2014, como particular la información legislativa que continuamente se genera en los diversos órdenes legislativos del país.
Hemos concebido un nuevo proyecto que conocemos como SMILE –Sistema Mexicano de Información Legislativa-, que si bien tenía antecedentes desde el año 2008, nunca alcanzó a desarrollarse.
Hoy es necesario hacerlo, pero con mucha mayor profundidad y alcances de las nuevas exigencias y conveniencias en la materia.
El sistema SMILE, se concibe como un proyecto multianual a realizarse en por lo menos tres ejercicios fiscales.
Consta de una plataforma digital que permitirá el manejo de la información legislativa, desde iniciativas hasta las leyes promulgadas.
Al mejorar el seguimiento del proceso legislativo en sus diversas etapas, transparentar esos procesos a la sociedad y permitir y facilitar su participación directa en tiempo real en los procesos legislativos.
El Senado, a través del Instituto como operador del proyecto, jugará un papel catalizador del perfeccionamiento democrático en nuestro país.
El proyecto SMILE, prevé que los congresos estatales y otras instituciones de los poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo que así lo deseen, puedan sumarse a la consecución de sus objetivos.
De hecho, a través del Instituto Belisario Domínguez, el Senado ha signado ya convenios con cada uno de los congresos estatales que esperan poder integrarse cuanto antes a lo que consideran un proyecto de valor estratégico.
Solamente me queda reconocer y agradecer el trabajo de todos aquellos que hicieron posible esta nueva etapa del Instituto.
Quienes hemos participado en esta noble labor de una u otra manera, algunos más otros menos, debemos sentirnos satisfechos del enorme trabajo realizado este año y también del precedente de quienes lo dirigieron anteriormente y desde luego orgullosos de lo que juntos hemos alcanzado.
Debo de mencionar al senador Jorge Luis Preciado, quien inició los trabajos en este año al frente del Instituto Belisario Domínguez.
Agradezco por supuesto, también, a los tres secretarios del Instituto: al senador Roberto Albores, al senador don Daniel Ávila, y al senador Benjamín Robles.
También agradezco y felicito a los miembros de la Junta Ejecutiva del Instituto:
El Coordinador Ejecutivo, don Manuel Pérez Cárdenas. Gracias Manuel, por tu dedicada labor al frente del Instituto.
Los directores Alejandro Encinas Nájera, Noel Pérez Benítez, María de los Ángeles Mascott Sánchez, y Juan Carlos Amador Hernández, que pusieron su esfuerzo, su dedicación, para lograr estos significativos avances.
De manera general, agradezco a todo el personal de investigación técnico y administrativo del Instituto Belisario Domínguez, y a todos los que desde dentro y desde afuera del Senado han apoyado y colaborado a la consolidación del Instituto Belisario Domínguez en este año de transición y reforzamiento de sus bases para su crecimiento futuro y su cada vez mayor participación en la vida democrática del país.
Aún queda mucho por hacer. Pero ya están las bases institucionales sólidas para que en sus próximos 30 años de existencia, el Instituto Belisario Domínguez logre afirmarse como un referente privilegiado de conocimiento en materia legislativa, con alcance internacional y como un claro espacio de investigación y reflexión de donde emerjan cada vez más propuestas de políticas públicas, investigaciones estratégicas, ejercicios de evaluación de las decisiones legislativas y aportaciones a la definición de un verdadero proyecto de Nación, como fomento a la democracia y participación ciudadana.
Seguro estoy que, quien presida esta gran institución el próximo año, gracias al eficiente y eficaz equipo conformado, podrá incrementar los resultados hasta ahora obtenidos y deberá buscar que el progreso institucional que sea consistente y sustentable en el largo plazo, es decir, una estructura normativa que permita optimizar los recursos a su alcance.
Así pues, termino expresando mi más genuino deseo de que todo lo avanzado en años anteriores y en este Tercer Ejercicio de la LXII Legislatura del Senado de la República, sea sólida, base para seguir construyendo un nuevo Instituto Belisario Domínguez que esté a la altura de los anhelos del prócer mexicano, cuyo nombre ostenta; de las aspiraciones de la actual generación de mexicanos, de los retos y desafíos que habremos de enfrentar, seguro estoy que juntos construiremos un México mejor.
Muchísimas gracias.
MANUEL PÉREZ CÁRDENAS: Para continuar, de la manera más atenta solicitamos al senador Emilio Gamboa Patrón, presidente de la Junta de Coordinación Política, hacer unos comentarios sobre el informe rendido.
Señor senador.
SENADOR EMILIO GAMBOA PATRÓN: Muchas gracias. Muy buenos días tengan todos ustedes, bienvenidos a la casa del pueblo de México.
Saludo con enorme afecto al presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, al senador Miguel Barbosa.
Saludo a mi amigo, que el día de hoy me invitó, presidente de este gran Instituto, el Instituto Belisario Domínguez, y que en breves minutos nos pudo explicar lo que ha podido avanzar este Instituto para beneficio no sólo de los senadores de la República, sino de la ciudadanía, el pueblo de México, al que nos debemos y al que representamos.
Hoy en este Salón de la Comisión Permanente, se dan grandes debates, discusiones, posiciones profundamente encontradas; y siempre, siempre hay una participación atrás, callada, profesional y seria del Instituto Belisario Domínguez.
Felicidades, presidente Fernando Herrera, por este gran informe.
Saludo también al senador Daniel Gabriel Ávila Ruiz, secretario del Comité, director de este Instituto.
Al licenciado Manuel Pérez Cárdenas, coordinador ejecutivo de investigación del Instituto Belisario Domínguez.
A mi amiga, compañera de Acción Nacional, a Mariana Gómez del Campo. Gracias por acompañarnos.
Al senador Búrquez, gracias por acompañarnos.
Al senador Torres Graciano, gracias por estar el día de hoy.
Par mí, como presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, es un privilegio que el cuerpo diplomático, representado aquí en mi país, esté aquí en este informe.
Nosotros tenemos una obligación en el Senado, tener una enorme vinculación con la diplomacia internacional, estar atentos a la política exterior del presidente Enrique Peña Nieto y tener una relación estrecha y cercana con los embajadores. Por eso me da mucho gusto la asistencia de un grupo importante de embajadores aquí en mi país.
Yo estoy convencido, como creo que los 128 senadores, que la tarea legislativa tiene como actividad primordial la creación, perfeccionamiento y transformación de la ley.
No hay duda –saludo a Daniel Amador, Daniel bienvenido, también senador de la República– y creo que aquí coincidimos todos los que estamos aquí el día de hoy, que la buena ley es el producto más acabado del Congreso; y no concibo una buena ley sin la participación, una vez más, del Instituto Belisario Domínguez.
Veo caras, veo senadoras, veo senadores que en esta tribuna hemos dado debates que creemos, que es lo que pensamos, que es lo que deseamos que le vaya bien a nuestro país, y hay otras formas de pensar que creen y piensan distinto, y en este cuerpo colegiado, para mí el más importante, donde se encuentra la oposición real al Ejecutivo Federal, en este recinto hemos tenido grandes transformaciones.
Hemos hecho de este Senado un Senado de diálogo, de negociación, de conciliación, de acuerdos, ¿y por qué no decirlo? También de algunos enfrentamientos entre senadoras y senadores, porque creen y piensan y creen y pueden ayudar a México de otra manera, pero tenemos una enorme ventaja en el Senado de la República: aquí gana la democracia. Aquí gana el mayor número de votos que se pueda dar.
Y con orgullo quiero decirles que casi la gran mayoría de las iniciativas y de las leyes que hemos aprobado, que son muchas, va a ser histórica la LXII Legislatura que está a escasos 20 días de terminar, la gran mayoría de esas leyes se aprobó por la gran mayoría de las senadoras y de los senadores.
Les decía que para hacer buenas leyes se requiere contar con herramientas técnicas, con metodología, que acerquen los diversos campos del conocimiento a nuestra responsabilidad, a la función legislativa.
Este instituto tiene esa gran misión: análisis, investigación, estudio, reflexión y poner todo eso, todo ese conocimiento al servicio de cada uno de los 128 senadores.
De veraz, celebro el Informe de Labores que presentó mi amigo, el senador Fernando Herrera, en calidad de Presidente de este gran Instituto, el Belisario Domínguez. Nos da sus tiempos; nos dice qué pudo hacer en siete meses que tiene presidiendo este instituto; le hace un reconocimiento al senador Preciado, que también estuvo cuatro meses presidiendo este instituto.
Y, sin duda, este ejercicio representa la apertura y la transparencia con la que se está trabajando en este Senado de la República. Hay cada vez más transparencia; hay un Senado que quiere abrirse todos los días y que es un compromiso que tenemos con toda la ciudadanía los senadores y las senadoras.
Luego de 30 años de investigación, el Instituto Belisario Domínguez está inmerso en un amplio proceso de renovación para estar a la altura de los retos legislativos que nos demanda el México del siglo XXI.
En la persona del senador Herrera hemos encontrado un liderazgo serio que comprende y entiende la pluralidad. Siempre prudente, activo, propositivo, buscando soluciones, no buscando problemas.
Y yo aquí quiero hacer un reconocimiento personal al Presidente del Belisario Domínguez, que donde esté cuando deje este gran instituto sé que le va a ir muy bien, porque es un hombre que sabe perfectamente cuál es el propósito de un senador. El propósito de un senador de la República es, ante todo, hacer leyes para mejorar a las clases más desprotegidas de nuestro país.
Felicidades, de verdad, Fernando.
En abril del 2013 –también quiero aquí hacer un reconocimiento–, el senador hoy presidente de la Mesa Directiva, Miguel Barbosa, planteó ante la Junta de Coordinación Política la renovación de este instituto, y lo dijo abiertamente:
El instituto no está haciendo la labor que tiene que realizar. Es un nicho de una parte de un partido, de otro partido y ahí se está simulando el técnico, serio, responsable que tiene que tener este instituto al servicio de nuestra patria.
Y por eso se fortaleció al instituto, se hizo una gran reforma, incorporando en sus estatutos los principios rectores de relevancia, objetividad, imparcialidad, oportunidad y eficiencia.
Por eso también le hago un enorme reconocimiento al senador presidente de la Mesa Directiva, Miguel Barbosa.
Hoy los investigadores –como lo dijo el senador Herrera— del instituto son académicos de reconocida trayectoria, que contribuyen todos los días a la discusión y al debate en este Senado de la República.
El cuerpo técnico que está el día de hoy aquí presente, está sujeto a una permanente capacitación y evaluación, para seguir creciendo en lo personal y en lo institucional.
En una época de grandes transformaciones como las que vive México, han sido originadas desde el Poder Legislativo; iniciativas del Ejecutivo que aquí se perfeccionaron, se analizaron, se discutieron, se transformaron, se llegaron a grandes acuerdos.
Y eso es lo que hace este Senado de la República: privilegiar la mesa del diálogo, privilegiar la mesa del debate, privilegiar el respeto de cada uno de nosotros y así poder avanzar y sacar las leyes que México está demandando.
Refería Max Weber: qué mejor que usar el conocimiento para transformar la realidad social. Creo que los 128 senadores coincidimos perfectamente con este gran filósofo.
Las investigaciones estratégicas que realiza cotidianamente y que abonan significativamente en la toma de decisiones en el Senado de la República este Instituto, nos alimenta, nos dan instrumentos para el debate nacional y sobre todo nos incluyen temas prioritarios para muchos sectores que han sido olvidados todavía en nuestro país.
Cobra una enorme relevancia la publicación de diversos textos, como lo dijo el presidente de este instituto, para mí de gran trascendencia, la veo, la leo, la edición de la nueva época de la “Revista Pluralidad y Consenso” y más de 500 documentos de apoyo y trabajo parlamentario, elaborado en estos tres años que llevamos como senadores de la República.
No puedo dejar de reconocer el trabajo serio, cotidiano de las y los investigadores que día a día suman su talento, su experiencia, su conocimiento, para lograr mejores productos legislativos.
Felicito a la Coordinación Ejecutiva de Investigación, a los directores generales, a los investigadores y al personal administrativo del Instituto Belisario Domínguez, cuyo compromiso es todos los días para hacer mejor su trabajo y ayudar al trabajo legislativo de esta LXII Legislatura.
Yo quiero de verdad terminar con una frase de un gran mexicano que hoy ocupa un lugar aquí y que estoy seguro está siempre en el pensamiento, en la obra y en la reflexión de los mexicanos.
Decía Belisario Domínguez: “Si cada uno de los mexicanos hiciera lo que le corresponde, la Patria; la Patria estaría salvada”.
Muchísimas gracias.
MANUEL PÉREZ CÁRDENAS: Gracias senador.
Para concluir con esta importante ceremonia de Informe de Actividades del Instituto Belisario Domínguez, por lo que respecta al Tercer Periodo de la LXII Legislatura, vamos a rogar al señor Presidente de la Mesa Directiva, el senador Miguel Barbosa Huerta, nos dirija unas palabras.
Señor senador.
SENADOR MIGUEL BARBOSA HUERTA: Acudo a esta sesión, a este acto para escuchar el informe de actividades de este Tercer Año de Ejercicio en el Instituto Belisario Domínguez, con mucho interés; con mucho interés por lo que para mí significa este Instituto.
Saludo la presencia y agradezco la presencia de los embajadores presentes.
De verdad habla de la buena relación que el Senado tiene con el cuerpo diplomático destacado en México.
Bienvenidos señores embajadores.
Saludo la presencia de senadores de la República, de la senadora Gómez del Campo y de los senadores, hombres, para no referirme a todos los que ya mencionó, al que nunca se le pasas uno, que es Emilio Gamboa.
Y desde luego acompaño a una persona que respetamos, respetamos como político, respetamos como senador, respetamos como una persona con una con una conformación que construye, una conformación personal que propone, que no obstruye y que siempre está en favor de que las soluciones sean las más adecuadas para el funcionamiento del Senado de la República y desde luego hoy como responsable del Instituto Belisario Domínguez.
Acompaño a mi amigo, el senador Fernando Herrera, a quien felicito por este Informe de Labores.
Yo quiero reflexionar sobre algunas de las tareas que en el Senado se desarrollan:
El Senado funciona bien. El Senado de la República es el órgano del Estado que tiene atribuciones constitucionales, que es colegisladora en un sistema bicameral, o Cámara de origen, también, y que desde luego además de desarrollar esas funciones constitucionales de legislar, desarrollar actividades de control frente a los otros poderes y desarrolla permanentemente actividades políticas.
De lo que se hace en el Senado se habla siempre, es una caja de resonancia. Desde acá se alimentan muchos temas, se construyen insumos no solamente para que el Senado funcione; sino para que otras áreas de la vida pública funcionen.
Esa labor también desarrolla el Instituto Belisario Domínguez: como alimentador, como generador de insumos para que el Senado funcione bien; pero también para que otras áreas, otras entidades tengan elementos para desarrollar sus actividades.
Al empezar este Legislatura, en el Instituto Belisario Domínguez se alojaban espacios que estaban reservados al control de las bancadas. Esto puede ocurrir, de hecho el parlamentarismo en todo el mundo funciona así: es producto de los acuerdos permanentes que se tienen entre las fuerzas políticas representadas en cada Cámara.
Pero tratándose de investigación, tratándose de cosas académicas, el control político era un asunto que no permitía el desarrollo de la institución. Y por un año, por un año se construyó la reforma orgánica y funcional del Instituto Belisario Domínguez.
La penúltima sesión del Segundo Periodo Ordinario de Sesiones del Primer Año Legislativo, el Pleno de la Cámara aprobó las reformas en consenso, con la aportación de todas las fuerzas políticas.
Agradezco lo de entonces, la colaboración y disposición que tuvieron las bancadas del Partido Revolucionario Institucional y su coordinador, Emilio Gamboa Patrón; la bancada del Partido Acción Nacional y su entonces coordinador, Ernesto Cordero; de la bancada del Partido Verde Ecologista y su coordinador, Jorge Emilio González; y del Partido del Trabajo y su coordinador, Manuel Bartlett.
Así construimos esa reforma que provocó la gran transformación del Instituto Belisario Domínguez: no más control sobre la investigación legislativa de parte de los partidos políticos representados. Sí su intervención, sí se consolidó y desde luego también reconozco el valor de la aportación de quienes desde entonces, desde el arranque de esta Legislatura integraron el Comité de Senadores que forman este esquema de cúpula, de representación del Instituto.
Mi reconocimiento a Roberto Albores, al senador; al senador aquí presente, nuestro amigo Daniel; y al senador Benjamín Robles Montoya, del PRD. Con ellos construimos esta propuesta.
Apostamos a que los integrantes del Instituto Belisario Domínguez sólo fueran eso: investigadores, investigadores. Que fueran producto de concursos de oposición llevados a cabo por instituciones académicas.
El segundo año de ejercicio de esta Legislatura, se desarrolló todo este esquema de llevar a cabo concursos para la integración de las plazas.
Yo escucho lo realizado en este año y veo con satisfacción que se ha preservado la reforma; que esta Dirección del Instituto Belisario Domínguez y su Comité, preservó el sentido de la reforma, primero con Jorge Luis Preciado y hoy con Fernando Herrera.
Que el Comité de Senadores, el mismo que ha estado por los tres años, ha acompañado y ha preservado la reforma; y que la Junta Ejecutiva, la de los cuatro directores de área y del Coordinador Ejecutivo de Investigación, han preservado esta reforma.
De verdad, celebro que así haya sido; que se haya completado en este año la integración de las plazas de investigadores y que sólo sean quienes hayan aprobado y ganado los concursos de oposición respectivas. Así funciona el Instituto Belisario Domínguez.
Escucho con atención el planteamiento de Fernando Herrara, de dotarlo desde una nueva estructura administrativa, funcional; deberá ser motivo de análisis en los órganos del Senado.
Pero quiero decirles algo, también, sin hacer a un lado lo planteado por el Presidente Fernando Herrera, también lo que debemos de hacer del Instituto Belisario Domínguez es volverlo más cercano al día a día de las labores legislativas del Senado de la República.
¿Te acabas de incorporar, Angélica, verdad? Bienvenida, Angélica.
Volverlo más cercano; que acompañe más las labores del Senado de la República.
No se han podido eliminar ciertas prácticas de inconexión entre los órganos del Senado por lo que respecta a proceso legislativo.
La labor diaria de la Mesa Directiva y su visión de conducción estratégica de las labores del Senado a veces se apartan de la labor que hacen las comisiones.
Debiera haber más conexión para haber mejores resultados, y debiera haber más conexión del Instituto Belisario Domínguez para que los temas que son materia de proceso parlamentario fueran más tocados, más apoyados, más acompañados por el Instituto Belisario Domínguez.
Ya que está conformada esta planta de investigadores, el gran reto es cómo volvemos más cercano y más útil los trabajos del Instituto Belisario Domínguez con el día a día de los temas del Senado de la República.
¿Cómo nos volvemos más útiles desde el Belisario Domínguez para el trabajo legislativo nacional? Porque el Instituto Belisario Domínguez es el hermano mayor de todos los institutos de investigación legislativa del país.
¿Cómo lo hacemos?
¿Rediseño de áreas? Pensemos en eso.
Tiene que ser un trabajo de concertación, el que se lleve a cabo en el Instituto Belisario Domínguez para hacerlo cada vez más útil.
La consolidación del Instituto Belisario Domínguez es permanente.
El Senado de la República, su Mesa Directiva, la Junta de Coordinación Política ha apoyado en todo momento al Belisario Domínguez.
La constitución de las plazas de investigadores; la homologación de ingresos o de pago de honorarios, de dietas. Antes podía entrar alguien al Belisario Domínguez ganando cinco mil pesos y otro 10 mil y otro 15 mil, porque lo único que se cubrían eran los techos presupuestales; no, hoy hay homologación, porque todos son investigadores.
De verdad que se ha preservado esta reforma, pero esta consolidación y este apoyo que ha recibido el Instituto Belisario Domínguez de los órganos del Senado, porque representó un aumento presupuestal importante, importante, se debe de convertir en mayor eficacia, en mayor eficiencia de la que ya tiene.
Mi reconocimiento al Comité de Senadores; a Fernando Herrera; a los tres senadores que integran el Comité; a Daniel, el único presente; a Roberto Albores, Benjamín Robles Montoya, a la Junta Directiva, a todos ustedes, a los investigadores, hombres y mujeres que he podido tener algún contacto con ustedes como presidente, reconozco que son muy valiosos, que se puede sacar mucho más provecho acercándonos cada vez más al día a día de las labores legislativas que desarrolla el Senado de la República, a las actividades de definición política que desarrollan otras entidades públicas y a las labores legislativas que se llevan a cabo en los congresos locales.
De verdad mi reconocimiento y felicitación y me siento muy identificado con el destino de este instituto del que ustedes conforman su estructura y su alma.
Felicidades a todas y a todos.
Gracias.
MANUEL PÉREZ CÁRDENAS: Con este importante mensaje del presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, del senador Miguel Barbosa Huerta, se da por terminada esta ocasión, agradeciendo a todos y cada uno el que se hayan servido asistir y acompañarnos.
Decirles simplemente que a la salida podrán recoger, si es su deseo, un ejemplar del informe que con el motivo de esta ceremonia se está entregando.
Gracias y buen día.
0-0-0