Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Versión estenográfica de la clausura del seminario “La Constitución, análisis rumbo a su centenario”, convocado por la Mesa Directiva del Senado de la República.

PRESENTADOR: Damos paso a la ceremonia de clausura de este seminario “La Constitución, análisis rumbo a su centenario”.
Nos acompaña el senador Enrique Burgos García, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales.
También nos acompaña el licenciado Manuel Pérez Cárdenas, coordinador ejecutivo del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República.
A continuación escucharemos el mensaje del licenciado Manuel Pérez Cárdenas, coordinador ejecutivo del Instituto Belisario Domínguez.
LICENCIADO MANUEL PÉREZ CÁRDENAS: Muy buenas tardes a todas y todos.
Con su permiso, señor senador, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales del Senado de la República.
Los destacados especialistas que han compartido sus reflexiones en este seminario, han arrojado luces para entender los antecedentes, estado actual y sobre todo los desafíos de nuestro marco constitucional mexicano.
Sería muy amplio dar cuenta de los detalles de los debates que han tenido lugar en estos tres días de trabajos.
Por ello, me permitiré compartir con ustedes sólo algunas de las principales ideas y reflexiones discutidas en el seminario, en cada uno de los siete paneles que han dado lugar al mismo.
En el Panel 1 “Orígenes del constitucionalismo de 1917”, se aseveró que la Constitución, en su acepción moderna, no es simplemente esa ley suprema que corona toda una pirámide normativa.
Más bien se trata de un documento que contiene los valores que dan origen al Estado de Derecho: soberanía, libertad, legalidad, división de poderes e igualdad, entre otros.
De hecho, el constitucionalismo moderno nace con la declaración de derechos dele buen pueblo de Virginia, en la cual se establecen los elementos que debería contener una constitución.
Para el caso mexicano, el constitucionalismo comenzó en 1808 con las cortes de Cádiz y continuó hasta la promulgación de la primera Constitución del México Independiente de 1824.
Posteriormente, la Constitución de 1857 fue la primera que no estableció la intolerancia religiosa y facultó para legislar en la materia, lo que desató la guerra civil más sangrienta que vivió México después de la independencia.
Además restableció la forma de gobierno federal.
La Constitución de 1917 fue la primera a nivel mundial en reconocer las garantías sociales y los derechos laborales colectivos. Algunos opinan que existe el riesgo de que esta historia constitucional se vuelva contra la propia Constitución, por lo que es necesario dotarla de un aparato ideológico para facilitación y cumplimiento.
Y si el constitucionalismo aún es un proceso inacabado en nuestro país, entonces es pertinente preguntarse por qué celebrar los 100 años de la Constitución de 1917, se dijo, existen al menos tres razones fundamentales:
Uno, el concepto de soberanía popular nos e ha alterado y es lo que hace posible la construcción y permanencia del Estado Mexicano.
Dos, la división de poderes es la misma en las tres constituciones federales y, tercero, la República como forma de gobierno, también se ha mantenido vigente en esas tres constituciones.
En el Panel 2 “Liberalismo y derechos sociales en la Constitución”, se dijo que la Constitución de 1917 es pionera en incluir los derechos sociales y libertades del hombre. Además es vanguardista en los temas de educación laica, reparto de tierras y derechos de los trabajadores. Influyó en otros temas, textos latinoamericanos e incluso en las ideas de distintos movimiento, como es el caso de la Revolución cubana.
En la Constitución de 1917 se incluyeron pocas garantías a los derechos, ya que se enfatizó mayormente en los derechos sociales, pero en el liberalismo igualitario, los derechos individuales comprenden tanto los derechos civiles y políticos, como los sociales y culturales y estos derechos se entienden como libertades que son frágiles, si no se logra igualar a las personas en la satisfacción de sus necesidades básicas.
A raíz de la reforma constitucional de 2011, el Estado Mexicano tiene ahora la obligación de respetar, proteger, garantizar y promover los derechos humanos.
Sin embargo, el discurso de la constitución no se ha reflejado siempre por acciones gubernamentales. La desigualdad es la asignatura pendiente, genera sus propis patologías, incremento de la desconfianza recíproca, ruptura de la seguridad, corrupción, etcétera, que son necesarias corregir con una intervención firme y decidida por parte de un estado más activo.
En Panel 3, dedicado a analizar los derechos humanos y sus garantías constitucionales, se dijo que actualmente los derechos humanos son reconocidos por los mexicanos.
Su estatus constitucional es consecuencia de un largo proceso de toma de conciencia sobre los mismos, que inició desde el surgimiento de México como nación independiente.
La reforma constitucional de 2011 sobre derechos humanos y la reforma de amparo han sido las más importantes en la materia desde 1917.
Destaca la sustitución de la voz-individuo por la de persona y la conceptualización de las garantías individuales como derechos humanos, elemento que tomó fuerza a raíz de la suscripción de México de diferentes tratados internacionales en la materia.
El catálogo de derechos ha seguido ampliándose con la firma de tratados internacionales, incorporándose nuevos derechos como el derecho al agua, al medio ambiente sano, a la libertad de cultos, a la identidad, entre otras, pero los retos de la reforma siguen estando en su vigencia efectiva.
Cómo hacerlos realidad en el día, es necesario generar un nuevo paradigma o cambio cultural para el respeto de los derechos humanos y hacerlos efectivos mediante políticas públicas adecuadas y la participación de todos los ciudadanos.
La conmemoración del centenario de la Constitución del 17 representa también una oportunidad para revisar el desarrollo del sistema de justicia penal en sus dos vertientes, el sistema procesal y el de ejecución de sentencias.
A fines del siglo pasado hubo un intento por cambiar el sistema de justicia, pero no fue sino hasta el año 2008 cuando vino a cobrar forma el sistema acusatorio y será hasta el 2016 cuando entre en vigor ese sistema. Así, tardaremos un siglo para cumplir la promesa que hiciera Carranza en 1916.
Por último, en materia de amparo y a la luz de los estándares internacionales desarrollados en el sistema interamericano, se concluye que el nuevo juicio de amparo no satisface el Estado de Derecho, pues los recursos deben ser adecuados y efectivos para remediar la situación jurídica infringida.
En suma, faltan los medios para ejecutar las decisiones de los tribunales de control constitucional.
En el Panel 4, relativo al congreso y control parlamentario en México, la Constitución también ha reflejado la evolución de las funciones parlamentarias.
En el Siglo XIX los senadores eran electos por las legislaturas de los estados para tener representación igualitaria en el congreso, eligiendo dos senadores por cada estado.
En los años setenta del Siglo XX el congreso también buscó incluir a los partidos minoritarios en la representación política. La discusión actual es la paridad de género.
En la reflexión sobre el Poder Legislativo también hay que recordar que éste tiene límites y obligaciones constitucionales. El poder Legislativo está obligado a cumplir con la ley, al observar sus propias normas y hay que reflexionar sobre el marco jurídico que lo rige, pues la Ley Orgánica de 199 es muy limitada y está rebasada por los reglamentos de la Cámara de Diputados y del Senado.
También es necesario repensar la forma en que el Poder Legislativo aprueba las normas jurídicas con rango de ley. Es el procedimiento legislativo más adecuado o debe implementarse el procedimiento de urgencia para que el legislador tome su responsabilidad.
Por otro lado, las comisiones parlamentarias para alcanzar su perfeccionamiento y eficacia, requieren de un apoyo técnico parlamentario capacitado, cuyo personal debe ser seleccionado a través del Servicio Profesional de Carrera. También es necesario reflexionar sobre la parlamentarización del régimen presidencial mexicano frente al postulado federal.
El sistema parlamentario ha tenido procesos evolutivos diferenciados en el marco de sus propias tradiciones. Así encontramos la intención de presidencializar los sistemas parlamentarios y viceversa, la piedra angular de todo cambio en esta materia es la responsabilidad política del congreso.
En el Panel 5, la evolución de la división de poderes en México y los órganos constitucionalmente autónomos, los OCA, en materia de los órganos constitucionales autónomos, los ponentes del Panel 5 enfatizaron que estos entes públicos han dejado de ser una novedad para consolidarse al paso del tiempo y conforme la especialización estatal lo requiera.
Todos los ponentes enfatizaron quela autonomía de los OCA es un tema clave que define sus rasgos e identidad institucionales.
El derecho constitucional mexicano y el diseño en materia de OCA se afirmó, han apostado a una división del poder en clave poliárquica.
La paradoja es que se está construyendo una poliarquía y al mismo tiempo hay un proceso de centralización del poder.
Así, podríamos estar respondiendo a problemas reales pero por la vía equivocada.
En este contexto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene una función clave en términos de control constitucional para delimitar la naturaleza de la actuación de los órganos autónomos y el Senado tiene también un papel central en materia de control parlamentario pero igualmente de seguimiento, gobierno y rendición de cuentas de estos organismos.
Los panelistas identificaron desafíos que estos órganos enfrentan y enfatizaron la relevancia de aprovechar el creciente surgimientos de OCAS para extraer soluciones que nos permitan regresar a la raíz de los problemas que dichos órganos han tratado de remediar.
En un contexto institucional de división de poderes, de federalismo y dada la naturaleza de los OCA, como establecer una cooperación institucional para dar resultados –se preguntaron-, responder esta pregunta exige pensar en términos de un constitucionalismo cooperativo, un reto central en la materia.
Respecto de la conferencia del doctor Parodi: “Justicia Constitucional”, después de analizar los sistemas de control constitucional en diferentes países con tradiciones jurídicas distintas, como Alemania, Austria, Italia, España y Estados Unidos –mencionó a México también-, el doctor Parodi abundó sobre el control de constitucionalidad como una función fundamental para mantener la coherencia del corpus legislativo, garantizar la protección de los derechos reconocidos de todas las personas y mantener el equilibrio entre poderes.
Al respecto, el doctor Parodi explicó la gran diversidad y las tendencias de cambio tanto en la titularidad de este control, como en el alcance de las facultades de los jueces constitucionales y los efectos de las decisiones jurisdiccionales.
Un punto central de su análisis, fue la relación entre los organismos nacionales y supranacionales entre los que observa algunas tensiones en sus alcances, roles y relaciones.
Para los interesados, la muy atractiva ponencia del doctor Parodi estará a disposición del público en el portal del seminario esta misma semana y será publicada en la edición de agosto de este año, de la revista Pluralidad y Consenso del Instituto Belisario Domínguez del Senado.
Respecto al Panel 6: “¿Reformar o Interpretar o Interpretar nuestra Constitución?”, la Reforma Constitucional tiene la inherente responsabilidad de llevar a cabo en primera instancia una interpretación de la propia Constitución.
Es decir, desentrañar el sentido de la norma con el objetivo de realizar la mejor implementación posible.
Por su parte, los jueces se enfrentan a una disyuntiva, ya que pueden aplicar estrictamente los preceptos constitucionales, o tomar en cuenta la protección de los derechos humanos.
Esto se deriva del hecho de que mientras el legislador es quien formula la ley con base en un panorama amplio, para aplicar la ley los jueces se circunscriben a un panorama reducido de interpretación.
Por lo tanto, un reto para la agenda constitucional es trabajar en la generalización de criterios que conduzcan a una misma interpretación.
El presente y futuro de nuestra Constitución, se dijo, debe considerar la inserción de México en el mundo para que se garantice en todo momento el respeto a los derechos humanos, la rendición de cuentas, la división de poderes y la legitimidad de todas las estructuras de autoridad.
Por lo que respecta al panel 7, que apenas hace unos minutos concluyó, desgraciadamente no nos va a ser posible, por razones técnicas aquí resumirlo, pero estará en los portales que ya mencioné.
Como pueden apreciar, el seminario ha sido plural y diverso en sus posiciones, nutrido en sus reflexiones y profundo en los diferentes enfoques compartidos.
Frente al Centenario de nuestra Constitución, el desafío es seguir respetando el marco constitucional que nos rige, como la mejor manera de honrar los principios que le dan vigencia y al mismo tiempo seguir identificando los temas y los procesos que nos ayuden a seguir actualizándola para reflejar las demandas de bienestar y calidad de vida de la población mexicana.
Es cuánto, señor Presidente.
PRESENTADOR: Finalmente, para clausurar este magno evento, tiene la palabra el senador Enrique Burgos García, Presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales.
SENADOR ENRIQUE BURGOS GARCÍA: Muchísimas gracias.
Ya la hora es avanzada. No quisiera disponer del tiempo de ustedes, todos tienen ocupaciones; pero es también el tiempo de los agradecimientos.
Brevemente, deseo comentarles, informarles el día de hoy, como un acto central de este Seminario y de estas fechas, justamente con miras, con perspectiva del primer centenario de la promulgación de nuestra Constitución, hubo una sesión solemne en el antiguo recinto donde se promulgó la Constitución de 1857.
Participaron los tres poderes: el Poder Ejecutivo, representado por don Emilio Chuayffet, secretario de Educación; el presiente de la Suprema Corte de Justicia; el presidente de la Cámara de Diputados; y desde luego el presidente del Senado de la República.
Creo que eso no es por sí mismo un acto intrascendente, al contrario, el que se haya celebrado en ese espacio histórico, el que esté enmarcado en este Seminario, deja testimonio imborrable, deja una huella profunda del significado de estos trabajos.
Al conmemorarse pronto, en vísperas del primer centenario, es válido recordar lo que aquí ya se abundó y sería reiterativo: la raíz histórica de nuestra Constitución, sus principios, sus valores; que se hincan profundamente en el sentimiento popular, auténticamente popular y que en estas reuniones, el Presidente del Senado abrió espacios para que la pluralidad con la que se integra el Senado de la República, pudiera participar e invitar a muy distinguidos panelistas, conferencistas.
Y creo que esto auténticamente no es un exceso, dejará una huella profunda en el sentir de la historia del Senado mexicano.
Es tiempo de agradecimientos y quisiera dejar testimonio de gratitud, de reconocimiento a nombre de don Miguel Barbosa, presidente del Senado de la República, a todos cuantos participaron en la preparación y desarrollo de este Seminario “La Constitución: Análisis rumbo a su centenario”.
Particularmente, en mi condición de presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, deseo subrayar y destaco la propuesta de origen, el respaldo pleno y la coordinación que el propio presidente del Senado de la República, el señor senador don Miguel Barbosa Huerta, imprimió personal y directamente para los efectos de estos trabajos.
Deseo también expresar nuestra gratitud al muy valioso apoyo del señor senador, don Roberto Gil, presidente de la Comisión de Justicia del Senado de la República; y por supuesto a todo su equipo de colaboradores.
También, por elemental gratitud, un reconocimiento pleno a los señores coordinadores de los grupos parlamentarios. Al senador don Emilio Gamboa, presidente de la Junta de Coordinación Política; al senador Fernando Herrera, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional; obvio que al propio senador Miguel Barbosa, en su condición también de coordinador del Grupo Parlamentario del PRD; a don Carlos Puente Salas, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista; a don Manuel Bartlett, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo; a las senadoras y a los senadores todos, que tuvieron la gentileza de participar en la moderación y en la participación de los paneles y conferencias de este Seminario.
No omito, porque también sería justo hacerlo, no omito expresar nuestro reconocimiento al apoyo, a la orientación, a la muy eficaz participación del licenciado Onel Ortiz, Coordinador de Asesores del Presidente del Senado de la República;
Al licenciado Morelos Canseco, Secretario Técnico de la Comisión de Puntos Constitucionales por su participación;
Al licenciado Luis Felipe Nava, colaborador cercano y participativo del senador Roberto Gil; y a todos cuantos participaron en las distintas fases técnicas y operativas que se tradujeron en una eficiente realización de este Seminario.
Gracias también a don Manuel Cárdenas por la oportunidad de sus trabajos y, por supuesto, de la síntesis que todos esperaremos con oportunidad.
Y con ello, distinguidos asistentes, nuestra gratitud a ustedes por su presencia, por su participación, por su apoyo en estos tres días del Seminario.
Con ello, este 15 de abril del 2015, a nombre y en representación de don Miguel Barbosa Huerta, Presidente del Senado de la República, doy por clausurados los trabajos del Seminario “La Constitución, análisis rumbo a su centenario”.
Muchas gracias a todos.

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