Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Discurso pronunciado por el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Miguel Barbosa Huerta, durante la sesión solemne en el marco del Seminario “Constitución, análisis rumbo a su centenario”.

Miguel Barbosa Huerta (MBH). Señoras y señores.

Qué gran honor hablar desde esta tribuna, en este hermoso salón cargado de historia y de símbolos. En el sitio donde fue promulgada la Constitución de 1857 y que recuerda episodios fundamentales de nuestra historia nacional.
Del 1º de enero de 1829 a agosto de 1872 este pleno albergó a la Cámara de Diputados. En 1872, un incendio lo destruyó y un siglo después, en 1972, se reconstruyó teniendo como guía la litografía de Pedro Gualdi, titulada Recinto Parlamentario.
El 18 de julio de ese año, 1972, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión convocó a una sesión solemne, a la que asistieron los titulares de los Poderes de la Unión y los representantes de los parlamentos de varias naciones amigas.
Después de 43 años, con esta sesión, la Cámara de Senadores expresa a la República su voluntad de contribuir al rescate de nuestros sitios históricos.
Señor ministro Luis María Aguilar Morales, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Señor diputado Julio César Moreno, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Licenciado Emilio Chuayffet Chemor, secretario de Educación Pública y representante del Poder Ejecutivo Federal.
Excelentísimos integrantes del cuerpo diplomático acreditado en México que hoy nos honran con su presencia.
Señoras y señores.
En política, la voluntad es una cuestión fundamental. Celebramos esta sesión después de un importante esfuerzo organizativo, pero principalmente porque logramos trascender intereses particulares y de grupo; dejar a un lado el contexto electoral para poder impulsar trabajos conjuntos que nos fortalecen como Poder del Estado mexicano y nos dan identidad como legislatura.
Una legislatura, señoras y señores, en donde valoramos el diálogo, la palabra y la cortesía para hacer la buena política, la buena política, que necesita nuestro país.
Reconozco a los grupos parlamentarios, a sus coordinadores: Emilio Gamboa Patrón, del Partido Revolucionario Institucional; a Fernando Herrera, del Partido Acción Nacional; a Carlos Puente, del Partido Verde Ecologista de México; y Manuel Bartlett, del Partido del Trabajo; a las comisiones de Justicia y Puntos Constitucionales del Senado, y a sus presidentes, Roberto Gil Zuarth y Enrique Burgos García su apoyo invaluable para la realización de este evento.
Agradezco al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto y al Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, su disposición para facilitarnos este recinto.
Señoras y señores.
Hablar de nuestra Carta Magna en el sitio que evoca el lugar donde se promulgó la Constitución de 1857 adquiere un significado especial.
En 98 años y después de más de 500 reformas hechas a su contenido, resulta necesario reflexionar sobre el espíritu que anima nuestro pacto social y nos lleva a una conclusión evidente: debemos ser capaces de preservar su esencia hacia un futuro compartido.
En el actual gobierno esta legislatura ha hecho reformas de gran relevancia en sectores estratégicos, las mismas constituyen decisiones fundamentales para el futuro de nuestra nación.
En torno a estas reformas se debatió intensamente, lo que demuestra la pluralidad del Senado y el vigor de Congreso de la Unión.
Estas reformas hoy son productos legislativos del Estado mexicano, hoy su adecuada aplicación deberá cumplirse puntualmente por las autoridades responsables.
En esta importante tarea, el Senado de la República reafirma su compromiso de dar seguimiento a la correcta aplicación de las reformas constitucionales.
Tenemos claro que la Constitución representa la unidad nacional. La unidad que debemos construir entorno a principios y valores; en torno a nuestro presente y a nuestro futuro como nación y como mexicanos.
En 1917, la Constitución recién promulgada representó la unidad de un pueblo exigente de una realidad política, social, cultural y económica nueva, distinta, la había precedido una Revolución.
En cada momento, el texto constitucional debe representar eso, la unidad nacional, la unidad nacional en torno a las aspiraciones de su pueblo, de lo contrario sería la antihistoria.
Hoy la unidad nacional en torno a la Constitución debe ser un esfuerzo conjunto en la lucha en contra de la pobreza y a favor de la equidad y la igualdad; así como en el impulso de la consolidación de nuestra democracia y la vigencia plena del Estado de derecho.
La unidad en torno a la Constitución debe encontrar mecanismos que garanticen el bienestar de las familias y proyectar al país hacia el desarrollo y la prosperidad.
Asimismo, la unidad nacional para combatir la corrupción, la impunidad y el autoritarismo.
Esta asamblea convoca a fortalecer la unidad en torno a nuestra Constitución, para amparar y proteger a todos los mexicanos; así como para procurar el bienestar de todas las familias.
El país atraviesa por un momento complejo, no es producto de los errores o la parálisis de uno sólo de los Poderes. Se trata de una combinación de situaciones coyunturales y estructurales que deben corregirse de fondo y en donde el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial deben asumir sus responsabilidades.
El dolor, la desconfianza y la inconformidad que se expresa en algunos sectores de nuestra sociedad tienen su origen en esas conductas antirrepublicanas que quebrantan la letra, el sentido y la finalidad de nuestro texto constitucional.
Ante las elecciones del próximo 7 de junio, esta soberanía llama a ejercer el voto, que la ciudadanía ejerza este derecho sin presiones, por el partido o candidato que pueda representarlos en la Cámara de Diputados, en su estado o en su municipio.
Particularmente, resulta relevante la participación de los jóvenes, de los que tienen la posibilidad de ejercer por primera vez este derecho.
Respetuosamente expresamos un exhorto a los partidos políticos a realizar campañas que contribuya al fortalecimiento de nuestra democracia y a los candidatos a ceñirse a las normas electorales.
Hoy, esta sesión se da en el marco del Seminario: La Constitución, análisis rumbo a su Centenario, cuyo objetivo consiste en analizar los fundamentos filosóficos, históricos, políticos, situación actual y perspectivas de la Constitución de 1917, desde un enfoque amplio, plural e interdisciplinario, por medio de la participación de destacados historiadores, politólogos, constitucionalistas, directivos de institutos y carreras de derecho de las principales centros académicos de educación superior del país.
Esta suma de voluntades será de gran utilidad para el Senado y para el país.
Con esta sesión solemne, el Senado expresa a la Nación su voluntad de contribuir en la conmemoración del Centenario de la Constitución, no sólo como una ceremonia cívica, sino como parte de un proceso que fortalezca nuestro pacto social y que conlleve a una reflexión profunda sobre nuestra Carta Magna.
Qué importante resulta que los Poderes de la Unión posean la capacidad de reunirse en este salón de Plenos y en torno a la reflexión sobre nuestra Constitución.
Esta sesión quedará registrada, no me equivoco y lo repito, en la memoria legislativa como un signo de voluntad para que la política esté al servicio de las instituciones, sea eso, al servicio de las instituciones y en beneficio de nuestra sociedad.
Cumplamos y hagamos cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Señoras y señores Senadores, de verdad se los digo, les aprecio, les respeto y les agradezco.

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