Palabras del presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, senador Raúl Cervantes Andrade, en la inauguración de la mesa de análisis sobre “Protección de los Derechos Humanos en sede jurisdiccional: Guía para la labor legislativa”.
Buenos días a todas y a todos, sean bienvenidos al Senado de la República. Distinguidos miembros del presídium, sean bienvenidos.
Felicito muy en especial a la senadora Arely, Gómez por este motivo de generar reflexión en el Senado de la República y, evidentemente a los presidentes de las Comisiones de Justicia y de Derechos Humanos.
Mis compañeros senadores saben mi proclividad de hablar de la Constitución, de significar lo que se dio en el 2011; pero el enorme reto que tenemos como sociedad para alcanzar un verdadero Estado de Derecho, una democracia constitucional y una sociedad de derechos.
El análisis siempre tiene que empezar de cómo se construyó la Reforma de Derechos Humanos y de lo que significa un Estado democrático; ¿qué papel jugó para esta construcción, el poder renovador de la Constitución? ¿Cómo se correspondió por parte del Ejecutivo Federal en sus políticas públicas, en la implementación de esta reforma?, y la enorme aportación que ha hecho el Poder Judicial de la Federación en las diversas interpretaciones y llevar al mandato de la Constitución en una realidad.
Nosotros, hoy, iniciamos estas mesas de análisis sobre protección de derechos humanos en sede jurisdiccional; ¿para qué?, para generar una guía para la labor legislativa.
¿Qué significa esto?
Si hacemos la reflexión de lo que han hecho otros poderes, el Poder Ejecutivo hace unos días presentó en términos del Sistema de Planeación Democrática Constitucional, el Plan para los Derechos Humanos 2014-2018.
El Poder Judicial hizo reflexiones concretas sobre interpretaciones de normas anteriores al 2011, cómo se interpretaban estos cuatro principios y el sistema de convencionalidad, el sistema de interpretación conforme, el sistema de convencionalidad, el control difuso a casos concretos que nos dieron luz; como por ejemplo, ¿cuáles son las etapas del debido proceso? o ¿Cómo es hoy el método de prueba en relación al sistema de máxima protección a la persona? o ¿Qué significaba el principio de inocencia?
Podríamos describir todas y cada una de las etapas en los últimos años de lo que significó esa interpretación; generar un protocolo genérico para que los organismos de la sociedad, los grupos más vulnerables de la misma, como los indígenas, la equidad de género, los niños, los adolescentes, el tema de la migración se le diera cumplimiento.
Desdobló en protocolos específicos para que cada una de las materias se tuvieran, en sede jurisdiccional, una mejor forma de resolver la administración de justicia en relación a las personas y, en el caso concreto de estos grupos vulnerables.
El Senado de la República ha sido un Senado, una Legislatura en la que yo siempre he denominado propersona; porque ha generado realmente en la construcción de las leyes a la persona en el centro, y la dictaminación, la construcción y la discusión de las últimas reformas, siempre han visto en que los mexicanos y las mexicanas tengan plenas libertades.
Pero nadie podríamos estar conformes con lo que ha pasado. Es evidente que es un cambio de paradigma y una forma de entender a la sociedad mexicana y una forma de ejercer el derecho en las diversas formas en las que tiene el Estado Mexicano permitido a los abogados.
Pero el enorme reto que hoy veo en estas mesas, y que celebro mucho, es esta colaboración entre dos poderes; esta colaboración que se ha dado también con el Ejecutivo sobre generar nuestro propio protocolo como Poder Legislativo. Nosotros tenemos que hacer una reflexión de lo que significó sede legislativa y lo que ha significado sede jurisdiccional.
En los instrumentos internacionales se habla de manera importante el llevar a los mejores estándares de conceptos de derechos humanos para el ejercicio de la función. No es tema menor.
Se habla de una manera muy importante, en el caso de la sede jurisdiccional, el que se esté en contacto, que se propicie el contacto con las partes en el juicio para conocer sus mejores características; y máxime en temas como indígenas, migratorios, adolescentes, niños, niñas, equidad de género; conocer perfectamente sus circunstancias para la mejor administración de justicia.
El Parlamento ha generado un sistema de parlamento abierto, hay un contacto con la sociedad, con estos grupos vulnerables y con estas voces de la sociedad para escuchar y entender de mejor manera la creación de la norma en relación, específico, al que vive esta discriminación.
Promover –decían en sede jurisdiccional– promover mejores grupos multidisciplinarios para el ejercicio de la administración de justicia. El Poder Legislativo tenemos el reto y lo estamos haciendo, no sólo los representantes, senadoras y senadores, no sólo en la adjetividad de la distribución de las comisiones, sino en la creación de mejores funcionarios dentro del Senado de la República con respecto al conocimiento multidisciplinario que significan los derechos humanos. ¿Por qué?, porque son transversales.
Y sobre ese camino hemos generado un convenio con la Comisión Nacional de Derechos Humanos; hemos generado convenios con la Universidad Autónoma de México y seguimos en el camino de generar grupos multidisciplinarios en el profundo conocimiento de los derechos humanos.
También es cierto que el Poder Judicial ha generado un protocolo de progresividad sobre la capacitación técnica de su personal en lo que significa derechos humanos y en el acceso y los servicios adecuados que presta ese poder.
Hoy, el Senado de la República, a través del Convenio del Parlamento Abierto, no ve a una sociedad y menos a un Senado creando un marco jurídico sin ver siempre mejorar el marco actual y llevarlo a mejores estadios en términos de derechos humanos.
El Poder Judicial en sede jurisdiccional se le mandata por instrumentos internacionales, y él ha construido, es manejar estadística sobre lo que se ha efectuado bien y lo que falta por hacer. El Senado de la República, por su naturaleza de un órgano político, la sede del federalismo mexicano ha interpretado en la discusión de todas y cada una de las reformas en las facultades constitucionales de vigilancia, en ejecución de las políticas públicas en relación a los derechos humanos, en generar senadoras y senadores todos los días, luchadores sociales en relación a la protección de los derechos humanos.
¿Qué falta por hacer? ¿Qué tendríamos que hacer en estas mesas sobre la reflexión?
Generar un protocolo de la construcción de un dictamen por materia que siempre tenga un capítulo de racionalidad constitucional de por qué se cree, se está pensando y se busca esa norma en cumplimiento de los cuatro principios constitucionales de los derechos humanos, interpretando en primera fase los sistemas de convencionalidad, el bloque conforme de la Constitución y la evolución de lo mismo para generar progresividad en la concreción de la norma.
Hemos y seguimos evolucionando sobre una democracia participativa, una democracia funcional, pero aspiramos, sin duda, a lograr siempre una democracia constitucional.
Les deseo mucho éxito en estas mesas de análisis y hoy lunes, a las 10:56 horas de la mañana –gracias por ponerse de pie– declaro inaugurados los trabajos de las Mesas de Análisis sobre la Protección de Derechos Humanos en Sede Jurisdiccional: Guía para la Labor Legislativa, que sean un éxito y que siempre sea la responsabilidad del Senado proteger por los mexicanos y las mexicanas.
Sean bienvenidos y muchas gracias.
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