PALABRAS DEL PRESIDENTE DEL SENADO DE LA REPÚBLICA, SENADOR RAÚL CERVANTES ANDRADE, EN LA PRESENTACIÓN DE LA ANTOLOGÍA “ITINERARIO CRÍTICO”, TEXTOS POLÍTICOS DE OCTAVIO PAZ.
SENADOR RAÚL CERVANTES ANDRADE: Gracias, senadora, y te felicito por este evento, a la intervención magistral de Jesús Silva-Herzog, de veras de corazón; del doctor Jorge Javier Romero y del maestro Armando González Torres. A las senadoras, senadores, a todos ustedes, sean bienvenidos al Senado de la República.
Mi discurso lo dejaré en la memoria que hará la Comisión de Cultura, los que me conocen, siempre me quedo con una reflexión, y me parece que cuando uno representa a un Órgano Colegiado, como es el Senado de la República, en donde debe de ser un espacio de reflexión, qué mejor que sea en el Auditorio Octavio Paz, en donde fue analítico, reflexivo, propositivo, siempre inquieto del acontecer, desde su juventud hasta su muerte, de lo que sucedió en México, en América Latina, en Estados Unidos, en Europa y en el Oriente.
Su reflexión, él nunca se autodefinió como un político ni que escribía de política; finalmente su definición: Era un poeta. Un poeta en el que fue testigo de uno de los siglos más importantes hasta ahora conocido, del desarrollo de la humanidad, que fue el siglo XX.
Este libro, que no me corresponde a mí su presentación porque ya fue dada, es un tema cronológico de su vida, que es en espejo el desarrollo cronológico de lo que sucedió en el mundo en el siglo XX. Él nunca estuvo ni de lado total de los comunistas o socialistas, ni tampoco del lado del mercado y de la democracia; él fue crítico de todos y cada uno de los sistemas, él se autodefinía no como una persona que escribía sobre el tema, sino por responsabilidad, lo hacía para una reflexión.
¿Qué le puede dar a los senadores o senadores de la República, qué le puede dar a los mexicanos y mexicanas del 2014? ¿Qué puede ser en nuestro entorno lo que significa, sin duda, el más premiado escritor mexicano, que ha sido provocador de ideas?, a veces que asustan, otras que invitan y muy pocas, desgraciadamente, que hacen cambiar la mentalidad para un desarrollo individual, social y de país.
En lo personal, El Ensayo de la Doble Flama me enseñó a enamorar, a erotizar y a pensar de lo que significa un ser humano ante el amor. Me cambió la vida cuando lo leí y todavía me acompaña ese libro, ese ensayo en ese camino de la existencia que es tan importante para todos y cada uno de nosotros.
No será la primera vez, lo cité cuando vino el Primer Ministro de Israel, de lo que significa el pensamiento de Octavio Paz en alguno de sus ensayos sobre la libertad; y decía que no era un concepto –palabras más o palabras menos– filosófico, un conjunto de ideas filosófica o teológica; sino era esa experiencia que todos pensamos, sentimos, vivimos cuando pronunciamos un monosílabo: Sí o no.
Y lo principal en donde él se inscribe, que no quería ni escribir de la libertad, no quería escribir de la justicia, no creía escribir del tema de la política y de los sistemas políticos como testigo y como responsabilidad; escribía de la justicia, de la libertad, del sistema político, de la democracia y las inquietudes como sociedad que necesitamos para el desarrollo de nuestra existencia.
Hoy México, y hoy el mundo después de un siglo tan intenso y de una historia tan desarrollada, no hemos encontrado el modelo adecuado en el que sean plenos los derechos humanos, de hombres y mujeres; la Constitución en plenitud del desarrollo de los mismos y los instrumentos perfectos o adecuados para que esto se dé.
Pero al mismo tiempo, el mundo en el que estamos viviendo y hoy México, y en especial en este Senado de la República, hay la preocupación de la búsqueda permanente de encontrar estos sistemas, de encontrar los marcos jurídicos.
En mi formación siempre he pensado, y sigo pensando, que todo empieza y termina en un buen diseño constitucional porque siempre será la reflexión de valores y de principios de una sociedad concreta, que se da reglas aspiracionales, otras programáticas para su desarrollo personal, como sociedad y como país.
Paz nos da, sin duda, y este libro y este trabajo que hace la Comisión de Cultura del Senado de la República, es para que todos los que trabajamos en el Senado de la República, todos los que nos revisan en nuestra rendición de cuentas y en nuestro trabajo público, la sociedad en su conjunto, sigamos discutiendo y sigamos siendo provocadores críticos de nuestra realidad, y aspirar a mejores estadios para ser felices.
Sean bienvenidos y muchas gracias.
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