* Intervención de la senadora Angélica de la Peña Gómez, del Grupo Parlamentario del PRD, durante la presentación de la edición especial de la Revista Pluralidad y Consenso: Día Internacional de la Mujer 2017.
Angélica de la Peña Gómez (APG): Este el número, para que los busquen de la colección –Gerardo- que tienes en la página web de la Revista del instituto.
Yo agradezco mucho, en primer lugar, a la Unidad de Género de nuestro Senado, esta Unidad de Género que está haciendo cosas maravillosas –Pamela- acá están enfrente la chica y chico, son tres, entre ellos tres, Laura y además su compañero de ustedes, hacen cosas maravillosas.
Queremos transformar el Senado de la República con esta Unidad, tengo que hacer una comercial, para que el Senado de la República sea un ejemplo, una autoridad también desde adentro, con sus trabajadoras y trabajadores, con funcionarios, incluso, cualquier nivel, sea un ejemplo de todo lo que se produce en el Senado de la República.
Hacemos cosas muy buenas en el Senado de la República, el Congreso, pero el Senado como Cámara de origen hacemos cosas muy buenas para el país, y además también tengo que agradecerle al señor director del instituto, que también ha sido importante en su determinación para que la Revista Pluralidad y Consenso tome los temas trascendentales para el país, a Gerardo Esquivel, muchas gracias Gerardo, por la invitación que nos hicieron tanto la Unidad como Gerardo, para que escribiéramos, ya lo he hecho antes y ahora lo hice con mucho gusto.
Me pidieron que hablara sobre las mujeres vistas como sujetas de derechos y, además, me dijeron nada de copiar algo que hayas escrito, entonces, fue un poco complicado para mí porque es un tema que efectivamente trabajo mucho, junto con Diva, junto con mis colegas, las compañeras de la Comisión para la Igualdad de Género, Diva tuvo que irse, yo soy Secretaria de su Comisión, ella es Secretaria de mi Comisión, entonces, estamos debidamente articuladas.
Yo llegué un poco tarde porque estaba en otro evento con la otra senadora Secretaria de mi comisión, que es la comisión contra la Trata, de la que yo soy Secretaria, es decir, las senadoras, junto con Hilaria que ella maneja los temas de los derechos de las mujeres en el campo, en las zonas rurales, trabajamos de manera plural; creo que hemos aprendido a actuar todas como un solo ente, independiente de nuestros partidos, porque hemos tenido que lograr y nos propusimos lograr cosas buenas, como lo dije de manera coloquial, no hay que decirlo de manera apropiada, la revisión del marco jurídico, tanto a nivel federal como el constitucional, que nos ha mandatado a hacer leyes general o nacionales en diversas materias.
Y por supuesto, seguir incidiendo en que las mujeres de todas las edades, desde que nace y hasta que fenecen, sean reconocidas, ejerzan todos sus derechos como sujetas de derechos, y a partir de una gran consigna del 95 en la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer en donde todos los derechos de las Mujeres son derechos humanos.
Olga Sánchez Codero que ha sido una aliada muy importante en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la extrañamos muchísimo, por supuesto ella hace mención de una declaración muy importante para las mujeres que están el ámbito jurídico, pero un año después a nivel internacional se realiza la Conferencia Mundial de Viena, y ahí se determinó con puntualidad que los derechos de las mujeres son derechos humanos.
Después vino en el 94 otra importante Conferencia Mundial, que es la del Cairo, en donde se reconocen los derechos sexuales y los derechos reproductivos de las mujeres; y luego, en el 95, con la Cuarta Conferencia de Beijing.
Es decir, cuánto tiempo, sobre todo quienes han estudiado la historia, y las maestras y maestros que están acá en el frente, senador secretario del instituto Belisario Domínguez, nuestro querido colega, el senador Daniel Ávila, lo sabe porque nos ha escuchado también permanentemente, que es lo que hemos tenido que remontar en la historia de la humanidad, ¿el antisemitismo? ¿el anti esclavismo? ¿el racismo? Pero también en los últimos siglos se evidenció otro gran, terrible, falta, que todavía no logramos recomponer, que es el sexismo.
Quienes se dedican a la historia saben perfectamente bien que el proceso de la humanidad para luchar contra la esclavitud, para lograr reconocer la igualdad a todos los hombres, no solamente a los propietarios, a los príncipes, a los grandes latifundistas, los esclavistas, los países que vivían del esclavismo, todo lo movían en función de tener a hombres esclavos que trasladaban a otro, de un lugar a otro en el planeta.
La lucha por lograr también la discriminación contra los judíos, una lucha de mucho tiempo, siglos y siglos, (inaudible) encontramos en la historia de la humanidad contra los judíos, totalmente discriminatorio de los judíos.
Y también encontramos historiadores que se dedicaron a denostar a las mujeres por su condición de género, alguno se atrevió a decir que no tenemos alma; algún otro se atrevió a decir que no pueden estar fuera del contexto doméstico porque son muy sensibles, no pueden asumir una responsabilidad de Estado, qué esperanzas, ¿derechos civiles, derechos políticos? ¿Qué es eso?, no, no, que estén a gusto ahí, apoyadas por el hombre, por el patriarca, sea su padre, su abuelo, su esposo, para que queden bien protegidas.
Qué esperanzas de que las mujeres pudiéramos votar, todavía en el siglo pasado, en la mayoría de los países del mundo; hay un proceso importante después de la Segunda Guerra Mundial, con la Organización de Naciones Unidas, particularmente la Comisión de Derechos Humanos que empieza a trabajar tratados internacionales importantes, donde ya se pone relevancia la discriminación contra las mujeres, es decir, por la condición de sexo.
Raza, edad, sexo, y de esa fecha a acá, si lo vemos en el espectro de la historia de la humanidad, no es nada, porque siglos y siglos y siglos pasaron y las mujeres, las primeras que lo intentaron, en el siglo 17, en el siglo 18, atomizadas totalmente, denostadas, alguna de ellas guillotinada como Olympe de Gouges, una dramaturga que en 1791 se atreve, junto con otro pequeño grupo de mujeres, en la Revolución Francesa, a establecer la Declaración Universal de los Derechos de la Mujer y Ciudadana, en respuesta a la de dos años anteriores, la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y Ciudadano, resultado de la Revolución Francesa, bueno, todos aplaudimos esa declaración, pero cuántos años pasaron para que Francia se reflejara esa declaración, muchísimos años, muchísimos.
La historia ha sido terrible, la emancipación de los derechos ha sido terrible el proceso, que se ha emprendido en muchos países; bueno, seis millones de judíos asesinados por Hitler, por el nazismo, es algo que impacta, el genocidio contra los judíos, contra el pueblo judío, las y los judíos, niñas, niños, personas adultas, nada que ver con la guerra, asesinados manera cruenta. En fin.
Las mujeres por supuesto que formamos parte de todas estas grandes discriminaciones en el mundo, la más de la mitad de la población en el mundo, porque casi en todos los países somos 51 o 52 por ciento, más que los hombres, no es bronca contra los hombres, no, la humanidad está así compuesta por hombres y por mujeres.
Y efectivamente la ex Ministra Olga Sánchez Cordero identifica muy bien la causa de los problemas que vivimos, que padecemos, que sufrimos las mujeres, el sistema patriarcal, ahí es donde está.
El patriarcado que ha determinado dejar a las mujeres en el ámbito doméstico, en el ámbito de su casa, en la crianza de los hijos, en la administración de la casa, de los quehaceres, del hogar, de la familia, pero en los asuntos de Estado, los importantes, esos han estado circunscritos el hombre.
Que no nos quieran vender que el lenguaje masculino es neutro, perdónenme, claro, tampoco se trata de cambiar la “o” por la “a”, no, se trata de cambiar el chip, de eso trata el artículo que escribo en esta revista, de trabajar para reconocer los derechos plenos de las mujeres, desde que nacen hasta que fenecen, entendiendo las particularidades de las edades etáreas de cada niñas, joven, mujer adulta, y por supuesto la importancia del ejercicio del poder estén reconocidos de manera plena, todos y cada uno de los derechos que están establecidos en los dos pactos internacionales sobre derechos humanos, el Pacto sobre Derechos Civiles y Políticos y el Pacto sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y también ahí están inscritos los medioambientales.
De tal manera que agradezco mucho que me hayan permitido estar en la presentación de este importante Revista, libro iba a decir porque ya no es propiamente una revista, ustedes vean el lomo, es prácticamente un libro que no tiene desperdicio cada uno de los artículos que están aquí, y también me uno a la propuesta que hizo la senadora Diva Hadamira Gastélum, porque sé lo que dijo.
Ojalá que esta revista tenga cada uno de sus artículos, aunque no escribamos nosotras, tengan efectivamente una perspectiva de género y se hable de la igualdad sustantiva, no la igualdad a secas, no, la igualdad sustantiva, la igualdad el principio rector de los derechos de las mujeres que está inscrito justamente para erradicar cualquier tipo de discriminación por la condición de género.
Agradezco a todas y a todos ustedes su participación aquí y a cada mesa también muchas gracias por el privilegio de usar la palabra.
Gracias.
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