Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

 * Intervención del Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, en el marco de los trabajos de la IX Reunión Plenaria de los senadores del Grupo Parlamentario del PRI, en Ixtapan de la Sal, Estado de México, el martes 30 de agosto de 2016.

Muchas gracias querido Emilio, es un privilegio para mí, nuevamente estar en esta Reunión Plenaria.

Lo primero que quiero decir, es gracias por volverme a invitar, porque he tenido el honor, el gran gusto de estar aquí con ustedes, en su Reunión Plenaria, a todas las que me han invitado, y siempre han sido espacios no solamente de trabajo, de análisis, sino sobre todo, de una gran solidaridad con el proyecto de país que representa el Presidente Enrique Peña Nieto, y lo debo decir con un gran reconocimiento, han sido siempre ustedes un apoyo invaluable para las acciones y las políticas públicas que hacemos desde la Secretaría de Hacienda.

Vamos a hablar en el espacio que ustedes me conceden, de varios temas.

Vamos hablar de crecimiento económico, vamos a hablar de los precios de los energéticos, la evolución de la deuda, cómo viene el paquete económico.

Pero antes de entrar a todo esto, quiero hacer con ustedes una reflexión, agradeciendo por supuesto en primer lugar la anfitrionía, la generosidad y el liderazgo de Emilio Gamboa.

Emilio, gracias nuevamente por la invitación, pero sobre todo, por el gran trabajo en la coordinación.

Tú coordinas a tus pares, senadoras y senadores, y todos son liderazgos fundamentales en la política mexicana, y juntos han logrado transformar a México.

Un poco de lo que vamos a hablar es de eso, cómo ustedes han, están, han transformando y siguen transformando a México. Gracias Emilio, con todo mi afecto y reconocimiento.

Gracias a todos y cada uno de ustedes.

Quiero saludar también al secretario general de Gobierno del Estado de México. Gracias querido Pepe por la anfitrionía, y muchos saludos al señor gobernador, a nuestro amigo Eruviel Ávila.

Decía que antes de empezar a hablar de las cifras y de cómo vamos, quiero hacer con ustedes una breve reflexión, que tiene que ver con la decisión de ejercer el poder público.

Para todo aquel que participa en política, todo aquel que aspira a un cargo de elección popular o a un cargo administrativo de alta responsabilidad, el propósito a final de cuentas es hacerlo para transformar una realidad, en este caso la realidad nacional.

Transformar la realidad, cambiar las cosas para bien, nadie nunca ha dicho que sea fácil, que sea sencillo, que sea rápido.

Los cambios profundos, de hecho, no son nunca instantáneos. De hecho, casi la prueba del ácido de un cambio de a de veras, es que cueste trabajo.

El verdadero cambio enfrenta resistencias, retos de implementación, y muchas veces al principio son más evidentes los costos y los problemas, que los beneficios.

Pero lo que ustedes como senadoras y senadores de la República han hecho y están haciendo, es atreverse a transformar a México en equipo, con el Presidente de la República.

Y esto lo quiero decir frente a ustedes, primero como un reconocimiento a su trabajo, a su valentía y a su liderazgo.

Pero segundo, también para poner en perspectiva y en contexto, lo que a veces en la opinión pública, que tiende a concentrarse en los hechos del día, como es natural y ocurre en todos los países y en todas las democracias, a veces se pierde la perspectiva.

Pero quienes no pueden perder la perspectiva son los que toman decisiones, y las decisiones que ustedes han tomado son decisiones trascendentes, de fondo, fundamentales, que hoy están transformando a México.

Este es un momento de congruencia, este es un momento que exige tenacidad y disciplina en la implementación de los cambios, pero también exige la capacidad de ir más allá de lo que se dice día a día, hora a hora, minuto a minuto en los medios de información, para poder ver con mayor visión cómo el país sí se está transformando, y cómo México sí está cambiando y está cambiando para bien.

Sin duda es una ruta que exige valor, un valor que ha tenido el Presidente de la República, que lo dijo claramente desde el principio de su administración, cuando dijo que no venía a administrar, que él venía a gobernar para transformar y se atrevió, y ustedes, se han atrevido igualmente.

Creo que como lo dice el Presidente ahora que aparece en los promocionales del Cuarto Informe de Gobierno, las cosas buenas, efectivamente, se cuentan poco, pero cuentan mucho, y creo que hay muchas cosas buenas.

Déjenme platicar un poquito con ustedes cómo va la economía, porque en la economía específicamente hay muchas cosas buenas que a veces se nos pierden de vista, y antes de empezar la presentación, déjenme hacer con ustedes una reflexión que, para quienes lo vivimos y lo recordamos, sirve para poner en perspectiva lo que hoy está viviendo la realidad económica del país.

Si a algunos de nosotros nos hubieran dicho hace 20 años, hace 15 años, ¿qué le pasaría a México si tenemos una caía de dos terceras partes del precio del petróleo y una depreciación del peso frente al dólar del 50 por ciento.

Todos conocíamos la respuesta, México entraría en una recesión, crecimiento negativo, alta inflación, colapso en el crédito bancario, desempleo.

Esto es exactamente lo que pasó en México, y qué es lo que estamos observando, que la economía mexicana sigue creciendo, por supuesto, no a las tasas que nos gustaría ver, pero sigue creciendo y de manera muy consistente, y tenemos una gran estabilidad financiera. De hecho, la inflación más baja de la historia, las tasas de interés más bajas en décadas, está creciendo el empleo.

Tenemos la tasa de desempleo, por ejemplo la que se anunció ayer para un mes de julio, es la más baja que se tenga registro para un mes de julio.

La informalidad está finalmente, después de 15 años de crecer cada año, disminuyendo y todo esto en un entorno internacional extraordinariamente complejo.

Y la pregunta que estamos obligados a hacernos, más allá de la coyuntura y el debate político que a veces obliga a enfocarse en los temas precisamente de coyuntura, lo que debemos preguntarnos es ¿por qué México está teniendo este comportamiento? La Economía mexicana, indudablemente positivo, ante un entorno internacional tan complejo.

La respuesta es muy clara, primero porque el Presidente Peña ha actuado con una gran responsabilidad en materia económica y financiera, y se la ha dado prioridad a la estabilidad.

Y segundo, hay que decirlo, porque en México se están implementando cambios fundamentales, que van a permitir al país no solamente en los próximos años, sino en las próximas décadas, crecer de una manera más acelerada.

Ese era el compromiso y ese es el compromiso que ustedes y el Presidente han venido cumpliendo y lo han venido cumpliendo, sin duda, de una manera profunda y con gran amor por México.

Vamos a la presentación, por favor.

La primera cosa, entrando ya un poco con más detalle en materia, es reconocer que el buen desempeño de la economía, ante un entorno internacional tan complicado, solamente se puede explicar por un buen desempeño del mercado interno.

Esto es algo, que recordemos, durante muchos años se decía “el problema en México es el mercado interno, la demanda doméstica”.

Hoy lo que estamos viendo es que lo que mantiene el crecimiento de la economía es el consumo de las familias mexicanas, déjenme compartir con ustedes algunos datos.

Primero, aquí está la caída del precio del petróleo, lo decía Emilio; después de varios años, muchos años de tener precios muy altos, de pronto tenemos precios que son francamente muy bajos.

Ahí ven ustedes en la gráfica de la izquierda el comportamiento del precio del petróleo a nivel internacional.

Por cierto, quiero compartirles una buena noticia, que seguramente ya la vieron en los medios de comunicación, hemos ya logrado cubrir al 100 por ciento el riesgo del precio del petróleo para el año que entra; completamos ya la adquisición de las coberturas petroleras, lo hicimos a tiempo y podremos presentar al Congreso de la Unión un paquete económico con un precio de petróleo que tenga certidumbre.

Por otro lado, también ha habido una reducción en la plataforma de producción, que es lo que se muestra en la gráfica del lado derecho.

Esta combinación de menores precios del petróleo y menor producción implica dos cosas. Primero, que la actividad económica petrolera está teniendo una contracción importante, hay áreas del país donde el fenómeno se muestra con gran dramatismo, como es el caso del estado de Campeche, lo vemos en Ciudad del Carmen, lo vemos también en Tabasco, en algunas regiones de Veracruz.

Sin duda, tenemos una contracción importante en la actividad petrolera y por eso el Presidente de la República ha puesto en marcha medidas muy específicas de reactivación económica en las zonas petroleras.

Segundo, también implica un reto muy importante para las finanzas públicas.

Con respecto al entorno externo, aquí quiero llamar la atención de ustedes sobre un hecho, no solamente el problema es la caída del precio del petróleo. Un problema que nos está restando dinamismo en la economía mexicana, es el estancamiento de la producción industrial en Estados Unidos.

Ustedes pueden preguntar ¿esto por qué es tan importante? Les doy un dato, las exportaciones de México, las exportaciones petroleras representan el 6 por ciento de las exportaciones totales; las exportaciones manufactureras representan el 89 por ciento de las exportaciones totales, y más de 80 por ciento son a Estados Unidos.

El principal determinante, lo que explica la demanda por nuestras exportaciones, es el comportamiento de la producción industrial en Estados Unidos. Y como ustedes pueden ver en la gráfica, desde 2015 y en 2016  el comportamiento de la producción industrial en Estados Unidos ha sido negativo, no solamente no ha crecido, sino que se ha contraído.

Las barritas en rojo muestran ya lo que se espera sea el crecimiento en los próximos trimestres, ojalá ese sea el caso y veamos una recuperación; pero, lo que es un hecho, es que en los últimos cinco trimestres hemos visto estancamiento o caída en la producción industrial, eso explica, por ejemplo, por qué las exportaciones automotrices o las exportaciones  manufactureras no automotrices no están creciendo. Es decir, la demanda externa no solamente por petróleo, sino la demanda externa por casi todo lo que produce México, está disminuyendo, por lo tanto la carga del crecimiento económico depende del mercado interno, no de la industria petrolera, no de la industria manufacturera de exportación. Hoy, nuestro dinamismo depende del mercado interno.

En este entorno de México, y esto también hay que decirlo, ha seguido creciendo, y estamos creciendo a una tasa por supuesto distinta de la que nos gustaría.

Pero vale la pena examinar un poco cómo se desagrega este crecimiento. Primero, si lo vemos por los tres grandes sectores, el agropecuario, el de servicios y el industrial, pues vemos que claramente el sector con menor dinamismo, es precisamente el sector industrial.

En el sector industrial, ahí dentro de la producción industrial está toda la industria petrolera y toda la industria manufacturera. Es notable que a pesar de todo ello, siguen siendo tasas positivas de crecimiento en el sector industrial.

Vean ustedes el crecimiento del sector agropecuario, un crecimiento de casi cuatro por ciento.

Y el sector servicios, que es donde está incluido también el comercio, está creciendo a más de tres por ciento.

Si hacemos un ejercicio de ver cómo está creciendo la economía sin considerar el sector petrolero, la economía está creciendo más del tres por ciento, incluso la producción industrial, si quitamos petróleo, está creciendo 2.3 por ciento anual.

Es decir, todos quisiéramos que México estuviera creciendo más, todos quisiéramos ver las tasas de crecimiento a las cuales este país sin duda puede crecer y va a crecer cuando tengamos un entorno internacional más favorable.

Pero en esta situación global de caída tan pronunciada del precio del petróleo y de estancamiento en la producción industrial de nuestro principal mercado de exportación, es notable que la economía mexicana sigue creciendo.

Y estas son las cosas que vale la pena decir, y estas son las cosas que tenemos que cuidar.

¿Y cómo cuidar este crecimiento? Pues tiene que ver con cuidar la estabilidad, que es lo que permite que siga floreciendo el mercado doméstico y la demanda interna.

Vean ustedes estas cifras, el consumo privado entre enero y mayo está creciendo al 3.6 por ciento. Las ventas a tiendas iguales, es decir, comparando el mismo número de tiendas de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y departamentales, por ejemplo todos los supermercados están creciendo entre enero y julio al 4.8 por ciento, por arriba de la inflación.

Para poner en perspectiva si este es un buen dato o no, quiero compartirles que este es el mejor incremento que ha habido en la historia del indicador, desde que se lleva registro del comportamiento de las ventas en las tiendas de autoservicio y departamentales, el comportamiento que hemos visto entre enero y julio, los primeros siete meses del año, es el mejor que se ha visto en la historia del indicador.

Y vean el dato, por ejemplo, para ilustrarlo, de las ventas de automóviles. Solamente en el mes de julio se vendieron 131 mil vehículos, este es un incremento del 17.9 por ciento anual, y es la mayor cantidad de vehículos vendidos en un mes de julio en toda la historia.

Y vale la pena hacer esta reflexión, cuando una familia toma la decisión de comprar un vehículo, lo hace por dos razones, primero, porque tiene la capacidad, y segundo, porque tiene la confianza.

Entonces vale la pena contrastar estas cifras que son reales, que son datos duros, con la percepción que a veces se quiere generar de que en la economía mexicana no se tiene elementos de crecimiento, no se tiene estabilidad y no está mejorando la condición de vida de las familias mexicanas.

Una de las razones fundamentales por las que crece la demanda interna y crecen las ventas al consumidor, pues es porque hay una robusta y consistente creación de empleos.

Durante la administración del Presidente Enrique Peña Nieto se han creado ya 2.1 millones de empleos formales. Esto para alcanzar en julio 18.3 millones de empleos, y sin duda alguna, esta creación consistente de empleo formal, es uno de los motores fundamentales que explican por qué el mercado interno está creciendo.

En segundo lugar, tenemos una inflación históricamente baja.

Alguien en una entrevista ayer me hacía recordar que hubo meses en 1987, donde la inflación en un mes estuvo por arriba del 15 por ciento, en un mes. Hoy tenemos inflación por abajo del tres por ciento en todo el año y esto es muy notable a pesar de la depreciación del tipo de cambio, que se sigue manteniendo una inflación baja.

Todo esto implica mayor empleo, menor inflación. Implica que está creciendo el poder adquisitivo de los trabajadores, y esta es la clave, porque a final de cuentas uno de los objetivos fundamentales del Presidente Enrique Peña Nieto, es que la gente gane más por su trabajo y hoy lo estamos viendo y de una manera sostenible y consistente.

Entre enero y julio los salarios contractuales crecieron 1.6 por ciento por arriba de la inflación, es decir hubo un incremento en estos primeros siete meses del 1.6 por ciento en términos reales en el poder adquisitivo del salario.

Alguien puede decir, “bueno, 1.6 por ciento es poquito”, pues es la mejor cifra que ha tenido México desde el año 2001.

Esto quiere decir que las políticas públicas que han implementado los Poderes Legislativo y Ejecutivo en estos tres años y fracción, están reflejándose en el bolsillo de los trabajadores mexicanos.

Y algo muy importante, está disminuyendo la informalidad laboral por primera vez en muchos años.

El desempeño favorable de la economía mexicana es producto, como lo he repetido ya, del cambio estructural y de acciones responsables que han permitido preservar la estabilidad y apuntalar el crecimiento económico.

Esta gráfica vale la pena ponerla en perspectiva, porque ustedes fueron actores fundamentales de una de las reformas que en su momento fue extraordinariamente controversial; me atrevo a decir la más polémica, la que mayor resistencia generó, como ocurre cada vez que en cualquier país, en cualquier democracia se propone fortalecer los ingresos públicos a través de una reforma tributaria.

Pero, hoy no cabe la menor duda, que es gracias a la reforma hacendaria que se ha preservado la estabilidad económica y por lo tanto se ha protegido la economía de las familias mexicanas y el crecimiento económico.

Vean ustedes estas cifras, la primera, los ingresos totales del sector público federal, representan actualmente el 17.7 por ciento del Producto Interno Bruto, cifra no muy diferente a la que teníamos en 2012, pero lo que es notablemente distinto es la composición.

En 2012 más de la mitad de los ingresos totales eran ingresos petroleros, 8.9 por ciento, y los tributarios eran solamente 8.4 por ciento.

Los ingresos petroleros en 2015 representaron menos de 20 por ciento de los ingresos, es decir ha habido una muy consistente despetrolización si me permiten el término de las finanzas públicas.

Afortunadamente México se atrevió, el Congreso de la Unión tuvo la altura de miras para hacer a tiempo una reforma tributaria, que hoy nos da las bases de estabilidad que permite que México siga creciendo.

Cuando preguntábamos hace un rato, ¿cómo es posible que se caigan dos terceras partes el precio del petróleo y México siga creciendo, y tenemos baja inflación y tenemos estabilidad? Aquí, señoras senadores, señores senadores, está una de las piezas fundamentales de la explicación, la reforma hacendaria de 2013, que sin duda alguna hoy ya es evidente, primero que sí elevó la recaudación; segundo, que no incrementó la informalidad; tercero, que no dañó al mercado interno, se acuerdan que era algo que nos decían mucho quienes se oponían a la reforma, vieron ustedes ya la cifra.

Hoy lo que está haciendo crecer a México es el mercado interno. Y, por otro lado, que nos ha permitido enfrentar de manera exitosa la caída tan abrupta en los ingresos petroleros.

Adelante. Un segundo elemento muy importante, donde ustedes también tienen un mérito fundamental, es la reforma financiera.

Recordemos, la reforma financiera fue una reforma mucho menos controversial, tal vez no llegó a las primeras planas como otras reformas, pero fue una reforma muy importante, y lo importante es que está dando resultados.

Recuerden ustedes, la premisa de la reforma financiera era que en México hubiera más crédito y más barato.

Vemos las cifras, en 2012, el crédito total al sector, el financiamiento interno al sector privado, era apenas el 25 por ciento del Producto Interno Bruto.

Al segundo trimestre de 2016, esta cifra ya es de 32.3 por ciento del Producto Interno Bruto.

De hecho, vamos en ruta para terminar la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, llegando al objetivo que se señaló en la reforma, del 40 por ciento. Se están cumpliendo los objetivos.

Y algo muy importante, el crédito, no solamente hay más crédito, sino que el crédito es más barato.

Vemos disminuciones en las tasas de consumo, en las tasas del crédito a las empresas, en las tasas del crédito hipotecario.

Y si vemos cómo está creciendo el crédito en diferentes segmentos, la variación anual, junio-junio, que es el dato más reciente que tenemos.

El crédito a las empresas está creciendo 14.5 por ciento. Esto es, significativamente mayor que el crecimiento de la economía, está creciendo seis veces más que la economía, el crédito a las empresas.

El crédito al consumo está creciendo a 11.2 por ciento, y el crédito a la vivienda está creciendo cuatro veces más que la economía, al 10 por ciento.

Estas son cifras indudablemente muy alentadoras, que muestran que una de las grandes reformas, en este caso no la más polémica, no la más debatida en los medios de comunicación, pero sí una muy importante.

Recordarán ustedes, ustedes modificaron 34 leyes en una reforma técnicamente muy compleja.

Esta reforma está dando resultados, y además está corriendo de una manera muy sana, porque la cartera vencida de la banca, no solamente no se ha incrementado, sino que está disminuyendo, y los niveles de reservas, de capitalización, de liquidez de los bancos, están muy sanos. Es decir, la reforma está dando resultados, y vamos a continuar implementándola.

Por cierto, en materia de crédito quiero destacar dos resultados muy específicos de la reforma financiera, una que tiene que ver con el crédito al campo, donde se ha revitalizado a la Financiera Nacional de Desarrollo, y hoy tenemos un programa exitosísimo de crédito a los pequeños productores, donde la tasa de interés es de 7.5 por ciento y no se pide garantía, es real, la única garantía es la cosecha, y para las productoras mujeres, a tasas del 6.5 por ciento.

Y lo que hemos visto, en estos segmentos, es que la cartera vencida, ya tenemos más de 250 mil créditos otorgados bajo esta modalidad, la cartera vencida no llega ni al dos por ciento.

Esto quiere decir que abrir la puerta del crédito, en este caso al campo mexicano, es un éxito, y es algo que es la reforma financiera la que nos lo permite hacer, al haber redefinido el mandato de la Banca de Desarrollo, en este caso la Financiera Nacional de Desarrollo.

Lo mismo lo estamos viendo en créditos a los jóvenes, en créditos a las mujeres, lo estamos viendo de manera muy importante en el segmento de mayor crecimiento en el mercado de crédito, que es el crédito a las pequeñas y medianas empresas.

Permítanme hablar un poquito de las tarifas de los energéticos y las tarifas en materia de telecomunicaciones.

Empecemos por la electricidad, primero, las tarifas domésticas, las tarifas para el 98 por ciento, 98.7 por ciento de los hogares mexicanos, han disminuido en términos reales, casi 10 por ciento desde la aprobación de la reforma energética.

Y este es un dato que a veces veo en los medios o en las redes sociales, que se pierde completamente en perspectiva, porque si bien es cierto que hemos tenido un reciente incremento en las tarifas eléctricas para uso industrial y comercial, las tarifas que pagan los hogares mexicanos, el recibo de la luz del 98.7 por ciento de los hogares mexicanos, sigue siendo significativamente más bajo de lo que era cuando entró en vigor la reforma energética.

Las tarifas en términos nominales han disminuido ya 4 por ciento, que en términos reales representan casi 10 por ciento por efecto de inflación.

Ahora, las tarifas eléctricas para uso industrial, por ejemplo las tarifas de alta tensión, a pesar del reciente incremento anunciado, ya para el mes de septiembre, aun a pesar de este incremento, que obedece a que creció el precio de los energéticos, particularmente el gas natural y el combustóleo también, siguen estando por debajo de lo que fue el inicio, la aprobación de la reforma, en el momento en que se aprobó la reforma energética.

Las tarifas telefónicas, estas son el tipo de cosas cuando dice el Presidente, las cosas buenas se cuentan poco, pero cuentan mucho; las tarifas telefónicas traen ya una disminución, si comparamos julio del 2016, es decir apenas el mes pasado, contra junio de 2013, la telefonía celular, la telefonía móvil en promedio ha disminuido en costo 41.5, y tomamos en cuenta que en México hay más de 100 millones de líneas de teléfonos celulares.

Este ya es un artículo de consumo prácticamente para todas las familias mexicanas y por supuesto para todas las empresas mexicanas. Y por supuesto, qué decir de la disminución en las tarifas de larga distancia.

¿Qué hay con respecto al precio del gas, licuado de petróleo, el gas LP? Producto de la implementación de la reforma energética, se abrió la importación de gas LP, lo cual permitió que disminuyera el costo de manera importante para las empresas que venden y distribuyen el gas LP; sin embargo, el Gobierno de la República pudo percibir que esta reducción en el costo para las empresas no se estaba reflejando en el costo para las familias mexicanas y se tomó una decisión muy clara hace algunos días, en la cual las Secretarías de Hacienda, Energía y Economía, por instrucción del Presidente de la República, disminuyeron el precio máximo al que se puede vender el Gas LP. Disminuyó 10 por ciento en promedio en el país, de manera automática.

Esto es un beneficio muy importante para las familias mexicanas, particularmente para las de menores ingresos. No todo mundo en México consume gasolina, pero sí, prácticamente todas las familias mexicanas, incluso en las regiones más apartadas del país, ustedes lo saben mejor que yo, consumen Gas LP, y aquí claramente la reforma energética está generando este beneficio.

¿Qué ocurre con gasolinas? Recordarán ustedes que la reforma energética prevé la transformación del mercado de las gasolinas y el diésel, de pasar de un mercado donde teníamos un solo proveedor, que es Petróleos Mexicanos a un mercado abierto, de libre competencia y de un mercado donde el precio lo fija el gobierno, a un mercado donde el precio lo fije la oferta y la demanda, como ocurre en prácticamente todos los países en el mundo.

Se estableció una fecha, el primero de enero de 2018 para llegar a la completa liberalización del precio de la gasolina.

Este año 2016 es un año de transición, donde el precio máximo, ya el gobierno a través de la Secretaría de Hacienda, lo que fije es un precio máximo de la gasolina y hemos visto de manera incipiente en algunas estaciones de servicio, cómo algunos empresarios, algunas gasolineras están bajando los precios de manera marginal, pero empezamos ya a ver ese fenómeno.

Y vemos cómo empiezan ya a surgir en algunas ciudades, el caso muy evidente es Monterrey, algunas gasolineras ya con otras marcas.

¿Qué ha pasado en este año con el precio de la gasolina? De hecho la gasolina disminuyó al inicio del año. Recordemos que cayó tres por ciento y conforme a lo largo del año se ha incrementado el costo de la gasolina; quiero destacar el costo de la gasolina, porque los impuestos no se han modificado, siguen siendo los mismos, el costo de la gasolina ha alcanzado ya con el último incremento que se anunció para septiembre, el techo que estableció el Congreso de la Unión.

Sin duda alguna, el precio de la gasolina ya no podrá alcanzar un nivel superior en lo que resta del año y lo que habrá de definirse como parte de la discusión del paquete económico por parte del Congreso de la Unión, es qué tipo de transición habrá de ocurrir en el año 2017.

Una posibilidad de la cual hemos hablado ya públicamente, es acelerar la transición; no detenerla, sino acelerarla, y esta es una posibilidad que está todavía en análisis, tiene sin duda beneficios potenciales importantes que habrá, pero será materia que habrá de proponerse al Congreso de la Unión, teniendo como Cámara de origen a la Cámara de Diputados, la próxima semana cuando se venza el plazo para la presentación del paquete económico 2017.

Con respecto al gasto público. Algo que ha ocurrido en la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, es que ha habido una mayor disciplina y mayor contención en el crecimiento del gasto, particularmente del gasto programable.

Aquí con ustedes comparto esta lámina, esta gráfica, que muestra cómo creció el gasto programable.

Recordamos, ¿qué es el gasto programable? Es todo el gasto al que se le quita, con excepción de dos rubros, las participaciones a los estados y el costo financiero de la deuda. Que son dos cosas que no son programables.

Una está definida por ley, y otra pues simplemente es los intereses que se deben a los acreedores, según la contratación en años anteriores.

El gasto programable ha tenido, veamos las cifras por ejemplo del sexenio 2001-2006, un crecimiento en todo el sexenio, del 5.9 por ciento en términos reales, y en el sexenio siguiente, 2007-2012, tuvo un crecimiento de 4.9 por ciento.

Y si vemos los primeros tres años de esas administraciones, los crecimientos fueron de 7.6 y de 6.0.

En la administración del Presidente Peña, en los primeros tres años, el crecimiento ha sido considerablemente menor.

Este es un dato que se conoce poco, porque a veces escucho yo a algunos analistas, a veces algunos actores políticos, que afirman que en esta administración el gasto ha crecido más que en administraciones anteriores.

Los datos ahí están, y muestran con toda claridad que en la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, ha habido claramente una mayor contención del gasto.

Esto a pesar, que dentro del gasto programable, está incluido el gasto en pensiones, que es un gasto que tampoco se puede realmente determinar o hacer a un lado, porque las pensiones son un derecho de los trabajadores.

Y si ustedes ven, como porcentaje del PIB anual promedio, las pensiones en 2001-2006, representaban el 1.8 por ciento; en 2007-2012 eran 2.4 por ciento; en los primeros tres años de esta administración son el 3.1 por ciento.

Es decir, está creciendo el gasto en pensiones, que está dentro del gasto programable, y a pesar de ello, seguimos viendo un menor crecimiento del gasto programable.

¿Qué significa esto? Que la administración del Presidente Enrique Peña Nieto está actuando con gran responsabilidad y está dándole prioridad a la responsabilidad hacendaria, para proteger, insisto, la estabilidad del país y la economía de las familias mexicanas.

El déficit público, la medida tal vez más importante del déficit público es el llamado balance primario, y en los próximos meses vamos a escuchar y sin duda será materia de debate en la Cámara de Senadores, como Cámara revisora de la Ley de Ingresos, el tema del balance primario.

¿Qué es el balance primario? Simplemente son todos los ingresos del gobierno, menos todos los gastos, pero exceptuando el pago de intereses.

Esta es una cifra que típicamente en un país o en una empresa o en una familia, debe tener un saldo positivo.

Sin embargo, en México hemos tenido un balance primario, deficitario, en los últimos nueve años.

Esto también es importante decirlo, no los últimos tres años, son los últimos nueve años.

En respuesta  a la crisis financiera de 2008-2009, al igual que muchos países en el mundo, entramos en una política de gasto público expansionista, para compensar la falta de crecimiento económico.

Y esta política ha continuado durante los últimos años, como ha ocurrido en muchos otros países.

Esto implica que la deuda pública ha tenido un crecimiento consistente desde el año 2007 a la fecha.

¿Cuál es el objetivo fundamental del paquete económico 2017? Restablecer por primera vez en nueve años, el balance primario superavitario; se va a proponer al Congreso de la Unión la cifra que anunciamos a finales de marzo, fue un déficit de 0.2 por ciento. Esto todavía puede variar, según las cifras que se presenten la próxima semana a la Cámara de Diputados, pero por primera vez en mucho tiempo habremos de restablecer el balance primario en la economía.

Esto va a permitir estabilizar la razón de deuda a Producto Interno Bruto, es decir la deuda pública que ha venido creciendo de manera consistente desde hace muchos años.

Este es un elemento central indispensable para preservar la estabilidad económica del país.

Por cierto, la propuesta del paquete económico, quiero ser muy claro, no implicará ninguna modificación de carácter tributaria que implique mayores impuestos o nuevos impuestos.

El Presidente de la República va a cumplir su palabra, una vez aprobada la reforma hacendaria de 2013, el Presidente de la República se comprometió frente a los mexicanos a no proponer al Congreso de la Unión, ni nuevos impuestos, ni incremento en los impuestos existentes, por lo tanto la eliminación del déficit primario se habrá de proponer a través de un ajuste en el gasto público, como ha venido ocurriendo en los últimos años.

Quiero comentar que el paquete económico se presenta en septiembre, seguramente será el día 8, como se acostumbra cada año; es el jueves de la próxima semana. Y señor coordinador, señor presidente de la Comisión de Hacienda, estamos a sus órdenes, personalmente a sus órdenes, para una vez que se presente el paquete económico tener, como lo hemos hecho en ocasiones anteriores, de manera oportuna una reunión de trabajo con quienes deseen participar, naturalmente con los miembros de la Comisión de Hacienda, pero también todas aquellas senadoras y senadores que quieran participar para hablar con detalle del paquete económico.

Quiero destacar, insisto, va a ser un paquete económico realista, los pronósticos van a ser pronósticos conservadores. Ya dimos a conocer cuál será nuestro pronóstico del precio del petróleo, que está basado en lo que hemos ya cubierto a través de la estrategia de coberturas.

Nuestras proyecciones de crecimiento económico, de tasas de interés, de tipo de cambio, van a estar en línea con el promedio de los analistas económicos del sector privado y los organismos internacionales.

Y será un paquete económico que tiene como objetivo fundamental la responsabilidad hacendaria y proteger la estabilidad de la economía mexicana; pero también el paquete económico va a incluir algunas iniciativas novedosas, que será para nosotros un privilegio en su momento compartir con ustedes, en materia por ejemplo de promover el emprendedurismo y la tecnología financiera, promover el ahorro voluntario en el Sistema de Ahorro para el Retiro, mejorar el Servicio Profesional de Carrera.

Hay una iniciativa que será parte del paquete económico para darle mayor peso a la materia de fondo en los juicios de nulidad en materia fiscal.

No está aquí en la lista, pero habrá ideas, propuestas para simplificar el pago de impuestos, particularmente para las empresas pequeñas y medianas.

Incentivos para la inversión en ciencia y tecnología por parte del sector privado y otra serie de temas que sin duda cada uno son temas importantes, pero insisto, no adelanto vísperas,  habremos de presentarlo a la Cámara de Diputados en los próximos días y estaremos a sus órdenes, señor coordinador, para platicar a detalle aportando elementos objetivos de carácter técnico, para lo que sin duda será una discusión importantísima fundamental para el futuro del país en el Senado de la República, en materia económica financiera.

Aquí termino mi intervención, señor coordinador, nuevamente dándoles las gracias por el privilegio de estar aquí y contar con su atención, pero sobre todo por el trabajo que ustedes hacen todos los días por México.

Muchas gracias.

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