Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

 

  • Temas como el sindicalismo corporativo y clientelar y el modelo educativo deben volver a verse, señala.

La Ley General de Educación tendrá que revisarse para ver temas que aún no han sido atendidos, como el desmantelamiento de un sindicalismo corporativo y clientelar, y la transformación del modelo educativo, afirmó el senador panista Juan Carlos Romero Hicks, presidente de la Comisión de Educación.

“El objetivo sigue siendo el desmantelamiento de un sindicalismo corporativo y clientelar que, en ocasiones, ha sido corrupto y que no permitió muchas cosas, donde el sindicato se convirtió en patrón y el patrón dejó de serlo; todavía hay pendientes en el camino”, apuntó al participar en el seminario “A tres años de la reforma en materia educativa”, organizado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado.

El legislador por Guanajuato enlistó 10 de tópicos en  materia educativa que, a su juicio, deben ser analizados: uno, las atribuciones de las autoridades educativas; dos, la revisión de la educación normal; tres, la formación continua de los docentes y su acompañamiento en reconocimiento; cuatro, la auténtica autonomía de gestión escolar para que las comunidades de aprendizaje tomen decisiones que hoy todavía no hacen; quinto, la  participación social; sexto, los sistemas de quejas para docentes y padres de familia; séptimo, la transparencia y rendición de cuentas de directores; octavo, el sistema de información y de gestión; noveno, la revisión del Fondo de Aportaciones a la Educación Básica; y diez, el modelo educativo.

Sobre este último punto, dijo que siempre habrá tres evaluaciones pendientes: una, la del modelo educativo; dos, la del modelo de formación docente; y tres, la del modelo de desempeño.

Romero Hicks consideró que hay que revisar el apartado B del artículo 123 de la Constitución para ver el tema del sindicalismo.

“El sindicato tiene como misión el estudio, el mejoramiento y la defensa de los intereses de los trabajadores, pero en el apartado B y su ley reglamentaria falta democracia, transparencia y rendición de cuentas; falta la libertad de asociación, no existe.

Reiteró que es necesario reflexionar en torno a lo legislado en materia educativa.

“Sus frutos, sus alcances, sus limitaciones son un ejercicio permanente, hay que recordar que las leyes no están escritas en piedra”, dijo.

(Versión de la intervención del senador Juan Carlos Romero Hicks, presidente de la Comisión de Educación, en la inauguración del seminario “A tres años de la reforma en materia educativa”, organizado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado)

Senador Miguel Barbosa, presidente del Instituto Belisario Domínguez;

Señor secretario don Aurelio Nuño Mayer;

Señor doctor Gerardo Esquivel;

Senador Flores;

Distinguidos funcionarios de la Secretaría de Educación Pública;

Distinguidos académicos;

Distinguidísimos invitados:

Educar es un acto de amor, de visión y de esperanza. Y hay que recordar que las leyes no están escritas en piedra.Reflexionar en torno a lo legislado, sus frutos, sus alcances, sus limitaciones, es un ejercicio permanente.

Hoy se aprovecha este espacio de reflexión en la casa del federalismo, donde está representada cada una de las entidades federativas, de los trozos del alma de México, en donde lo que se espera de nosotros es tener mejores instrumentos para poder seguir avanzando. En legislación y en política no hay punto final; hay punto y seguido. Y eso es lo que tenemos que seguir construyendo.

Quiero iniciar con dos reflexiones: la primera, el ánimo del país cuando se construyeron las primeras etapas de la reforma y, por otro lado segundo-- traer a la memoria cuáles eres los fines que perseguíamos en ese momento.

Hace poco más de tres años el ánimo del país era distinto; primero, el Pacto por México iniciaba, los partidos políticos de mayor tamaño habían logrado algunos acuerdos que versaban, fundamentalmente, en las grandes preocupaciones: de origen, 95 prioridades, 5 ejes temáticos; y en el caso educativo se enlistaron 11; segundo. Los actores eran otros, los presidentes de los partidos, varios actores claves en el Gabinete. Más de la mitad de los estados tenían gobernadores distintos, la Cámara de Diputados tenía 500 diputados de otra Legislatura y, en el caso del Senado, nos hemos venido (inaudible) y cerca de una veintena de compañeros se han integrado en el camino.

Tercero, --y esto es muy importante-- había una sensación generalizada de cambio y de esperanza, que lamentablemente hoy hemos perdido. Parecía que este país tenía grandes horizontes y que las reformas estructurales nos iban a dar mejores condiciones. En resumen, se confiaba en que trazaríamos nuevos caminos y que había esperanza. Lamentablemente, en el camino las hemos perdido.

Los cuatro jinetes del Apocalipsis que menciona Enrique Krauze: violencia, inseguridad, corrupción e impunidad, omisiones, imperfecciones, por parte de la clase política y de  una sociedad frustrada que no encuentra en sus gobiernos lo que desea: resultados, resultados y más resultados.

¿Qué buscábamos? Una mejor educación. Y así como llega la reforma constitucional el 10 de diciembre de 2012, el Congreso de la Unión, a su manera, hizo su tarea, porque los políticos tenemos que entender que nuestra misión es transformar, es cambiar, no administrar. Tenemos que modificar las instituciones y generar mejores condiciones.

En el inicio, la reforma constitucional se plantea para lograr una mejora global en el sistema educativo con dos instrumentos principales y cinco mandatos paralelos. Por un lado, la evaluación y, por el otro, la profesionalización docente y de cargos directivos, mediante la creación de un servicio profesional. Acompañaron la reforma un aumento en la capacidad de participación de docentes y padres de familia en contenidos educativos, y que ahora está poniéndose de relieve en el modelo educativo; el derecho a recibir una educación de calidad, la autonomía de las escuelas, el sistema de información y de gestión educativa, el censo, las escuelas de tiempo completo y la prohibición de alimentos no nutritivos.

Sin embargo, en los primeros años, siendo autocríticos, el enfoque principal probablemente tuvo mayor énfasis en el servicio profesional docente y el alma de la educación es el modelo, es el diseño curricular Y claro que tenemos dos actores muy importantes: los docentes y los padres de familia. Y, lamentablemente, tendremos que reconocer que no hemos logrado que los docentes se sientan aliados de este proceso, constructores de este México que queremos.

Y en el caso de los padres de familia, siempre hemos requerido una mayor participación. Teniendo estos fines claros en los primeros tres años, es difícil evaluar lo que se ha logrado por diferentes motivos. La prueba de Enlace se cambia y se convierte en la prueba de Planea. Es difícil tener (inaudible) históricas, las pruebas de PISA seguirán siendo un referente, pero no acaban de tomar decisiones en política pública y, además, porque no se ha aprobado el paquete completo de la reforma. Y hay que recordar que la reforma no es solamente la legislación; son las políticas públicas, son dos pilares que tienen que alimentarse de manera mutua y que siempre serán perfectibles, pero también no seamos ingenuos, cambiar la ley no modifica la realidad.

Si de esto se tratase --la Ley General de Educación se ha cambiado más de 300 veces en 20 años-- seríamos un país sobrerresuelto. La ley es un camino, es un deber ser, pero también tenemos que reconocer que hay algunos temas que desde el trazo original probablemente tendremos que volver a revisar.

 

Y enlisto 10 de ellos:

Uno. Las atribuciones de las autoridades educativas.

 

Dos. La revisión de la educación normal.

Tres. La formación connua de los docentes y su acompañamiento en reconocimiento.

 

Cuatro. La auténtica autonomía de gestión escolar para que las comunidades de aprendizaje tomen decisiones que hoy todavía no hacen,

 

Quinto. La  participación social.

Sexto. Los sistemas de quejas para docentes y padres de familia, que pusimos en la ley.

 

Séptimo. La transparencia y rendición de cuentas de directores.

 

Octavo: El sistema de información y de gestión.

Noveno. Algo que olvidamos en el camino, que es la revisión del Fondo de Aportaciones a la Educación Básica (inaudible), pero hay estímulos a los estados;

Y, finalmente, lo que ahora sí estamos haciendo --y lo celebro-- es la revisión del modelo educativo.

Y junto con estos temas laborales que todavía no están atendidos, lo digo con mucho respeto en dos frases:

Primero. El objetivo sigue siendo el desmantelamiento de un sindicalismo corporativo y clientelar que, en ocasiones, ha sido corrupto y que no permitió muchas cosas, donde el sindicato se convirtió en patrón y el patrón dejó de serlo, y todavía hay pendientes en el camino, y las realidades estatales ahí están;

Segundo. Que esta sí es la parte del alma y el corazón, es lo del modelo educativo que tenemos que transformar, y porque siempre habrá tres evaluaciones pendientes: una, la del modelo educativo, que es una fotografía, es una película en construcción; dos, el modelo de formación docente y en educación normal no hemos entrado ni siquiera al inicio para aspectos importantes; y tercero, el modelo de evaluación del desempeño, tanto para docentes como para los cuadros directivos.

En los transitorios de las leyes secundarias pusimos varios aspectos, algunos se han venido atendiendo, otros lamentablemente en el camino se han quedado pendientes y, luego también, hay aspectos de carácter laboral que no están en el trazo y que son muy importantes.

Hay que revisar el apartado B del artículo 123 de la Constitución para ver el tema del sindicalismo y no es más que para que puedan tener mejores formas de desempeño interior. El sindicato tiene como misión el estudio, el mejoramiento y la defensa de los intereses de los trabajadores, pero en el apartado B y su ley reglamentaria falta democracia, transparencia y rendición de cuentas; falta la libertad de asociación, no existe. Falta  la no obligación del patrón para retener las cuotas de los agremiados, lo digo en el sentido autocrítico, no para demeritar lo que hemos hecho, porque hay que reconocer que de las iniciativas de origen, del Pacto por México, la primera que envió el señor Presidente Peña fue precisamente la reforma educativa.

¿Y qué es la reforma educativa y qué nos dice a nosotros? La reforma no va a venir de una entelequia distante. Lareforma la tenemos que construir todos los días, en las 260 mil escuelas de educación básica y media superior, en la necesidad, en algún momento, de incorporar la agenda de educación superior, en el esfuerzo que cada persona hace, porque no se hace solamente en el centro educativo. Hoy Naciones Unidas reconoce que es educación durante y para toda la vida y si algo hace el ser humano, desde el primero hasta el último suspiro de vida, es desplegar su capacidad de aprender, de amar y de comprometerse.

Hoy en esta casa de la reflexión, hemos convocado a diferentes actores y quisiéramos escuchar a todas las voces.Nunca una reforma se concluye y en esto necesitamos del alma, la mirada y el corazón de todas las personas. Las voces que piensan de manera diferente, bienvenidas. Porque en un México plural esto tiene que entenderse como una divisa y no como un mal tolerado, y podemos sistematizar muchas cosas.

Por eso, felicito al senador Barbosa, al doctor Esquivel, a todo el equipo del Instituto Belisario Domínguez, que a nombre de una institución como es el Senado, y en esto estuvieron muy de cerca planeando el evento con nosotros.Necesitamos  recuperar la reflexión detallada y estratégica de quiénes somos, de dónde venimos y a dónde queremos llegar.

 

Debemos mirar para adelante, detener la mirada un momento para darnos la oportunidad de ir hacia el futuro para entender que la educación impacta en la eternidad de un ser humano, que tiene nombre, rostro, corazón, domicilio y apellido de un educando que merece mejores condiciones; de profesores con los cuales tenemos deudas sociales y laborales, lamentablemente incumplidas, pero sobre todo de un país que es nuestro y que es de todos, y este México que representa lo mejor de lo que queremos ser: la diferencia entre las ideas y los ideales.

Bienvenidos a la casa del federalismo.