* Versión de la intervención del coordinador del grupo parlamentario del PAN en el Senado de la República, Fernando Herrera Ávila, en la presentación de la Rondalla de niños huicholes “T++IRI WA N+AWARI”, de la Sierra Nayarit.
Gracias, muy buenos días.
Todos queremos escucharlos, todos queremos convivir el día de hoy. Esta es una fecha especial que debemos celebrar y debemos agradecer de una manera muy especial a nuestras compañeras senadoras que han hecho un esfuerzo constante, permanente, por darle vigencia a los derechos de los niños y de los adolescente en nuestro país.
El esfuerzo hecho por la senadora Diva, por Martha Tagle y, desde luego, por Martha Elena García Gómez, representa un aliciente para todos los que somos senadores de la República, porque se han entregado a una de las causas más nobles en este país; reconocer y darle a los niños plena vigencia para generar un mundo y un entorno mejor para poder convivir.
Me complace estar aquí con la senadora Martha Elena García Gómez e integrantes de la Comisión de los Derechos de la Niñez y de la Adolescencia.
Agradezco la invitación a participar en este evento, en el marco del aniversario de la Convención sobre los Derechos de los Niños.
Esta Convención es el primer tratado internacional de carácter obligatorio que reconoció los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes. Hasta 1989, esos derechos no estaban oficialmente articulados en un instrumento jurídicamente vinculante, ni los gobiernos debían responder plenamente por su difusión y su promoción.
Estos derechos son un conjunto de normas de derecho internacional que protegen a las personas hasta determinada edad. Los más importantes son la no discriminación, el interés superior del niño, el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo, así como a participar en las situaciones que les afecten. Es decir, que sus opiniones sean tomadas en cuenta. Todos y cada uno de ellos son inalienables e irrenunciables, por lo que ninguna persona puede vulnerarlos o desconocerlos bajo ninguna circunstancia.
Por eso en esta ocasión que nos reunimos y que vamos a escuchar a los niños nayaritas nos llenamos de orgullo y de satisfacción.
Felicidades, compañeras senadoras. Gracias
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