* Versión de la intervención del senador Juan Carlos Romero Hicks, durante la inauguración del foro “Presupuestos públicos para la atención integral de la niñez y la adolescencia desde un enfoque transversal”
Muy buen día a todos.
Señor vicepresidente, senador Rosas Aispuro; senadora Martha Elena García; distinguidos funcionarios de la Secretaría de Gobernación, Hacienda, del DIF. Distinguida amiga representante de UNICEF, que ha conspirado a favor de los últimos acontecimientos; representantes de las entidades federativas y organismos de la sociedad civil organizada.
Esta ley general nos abre un gran espacio de oportunidad, sin embargo hay que reconocer que como todo diseño humano siempre será perfectible, y tenemos muchos retos en el camino.
Promulgada el 4 de diciembre, a partir del 4 de junio tenemos muchos pendientes todavía por atender, y lo digo en sentido cariñoso y de comprobación, los gobiernos tienen seis tiempos de respuesta: lento, más lento, parado, dormido, en reversa y muerto, y en este caso no ha sido la excepción.
Tenemos pendientes muchos aspectos que tenemos que mejorar, y aunque el tema central de hoy es el aspecto presupuestal, al día de hoy hay por lo menos cinco pendientes: uno, no se integró el sistema nacional y todas sus consecuencias; no hay los 32 sistemas locales, los 2 mil 457 sistemas municipales; no tenemos el sistema de información; el reglamento está pendiente y el Coneval tendrá que ir atendiendo todo esto, así como el Registro Nacional de Centros de Asistencia Social.
Segundo, celebro que nos vienen diciendo que el reglamento ya va a publicarse, sin embargo desde junio está pendiente y nos ha dado la oportunidad de escuchar y cuando uno escucha a los demás corre el riesgo de aprender, para poder perfeccionar el reglamento pero no hay ninguna justificación para no haberlo cumplido, tenemos 180 días.
Tercero, habrá que trabajar en un programa nacional; cuarto, el propio presupuesto y quinto la armonización de la legislación.
Desde junio hay por lo menos veinte leyes federales que están pendientes de armonización a partir de la ley general de niñas, niños y adolescentes. Y en el caso de las entidades federativas, por fortuna ya hay cada vez menos de cinco estados que están pendientes en todo esto.
¿Cómo llegamos a este momento? En septiembre del año pasado el presidente Peña mandó su iniciativa y por fortuna en el diálogo, entre el Ejecutivo, ambas Cámaras y la sociedad hicimos cambios muy importantes.
El primero de mayor fondo es el cambio de paradigma de la cultura social como señala Ricardo Antonio Bucio, “ir abandonando una mirada de carácter adulto-céntrica”.
A esta iniciativa, en el caso del Senado se turnó a seis comisiones, situación inédita y por cierto celebro que estemos en Xicoténcatl, en la vieja casona, en donde están aquí representadas todas las entidades federativas, los trozos del alma del México que vibra, que piensa, que siente y que quiere ser mejor.
Y participaron seis comisiones; la de Niñez y Adolescencia que conduce doña Martha, la de Atención a Grupos Vulnerables, la de Igualdad de Género, Derechos Humanos, Estudios Legislativos Segunda, Educación, y también la de Familia.
Se conjuntaron alrededor de cincuenta iniciativas previas, el documento original tenía 141 artículos, se modificaron 106 de los 141 artículos, se añadieron 13 artículos, por lo tanto más del 90 por ciento se vio mejorado.
Este es un crédito al Ejecutivo federal, al Congreso, a la sociedad que tuvieron la gran visión de subrayar que esto requiere un enfoque garantista y no asistencialista. Se consagran 10 principios y 20 derechos.
Y aquí quiero hacer dos comentarios finales. Uno, subrayar la importancia de la participación de la sociedad, nosotros creemos en la doctrina subsidiaria y solidaria, de tanta sociedad como sea posible y tanto gobierno como sea necesario, y en todo este proceso, sin duda que la visión de la mirada gubernamental será necesaria pero nunca será indispensable.
¿Quién conocerá mejor a la niñez y adolescencia? Por supuesto que la familia, los abuelos, los tíos, los vecinos, los maestros, todos los que han hecho esto posible. Y ahora en el camino, viene la segunda parte, que es, después de la instalación que está pendiente, el tema de la vulgaridad del presupuesto, las vulgaridades de la vida.
Decisiones que no se traducen en dinero son demagogia. La amistad que no se produce en la atención a la niñez en presupuesto efectivo es demagogia, y las políticas públicas que no tienen el apoyo presupuestal son demagogia.
En este sentido, quiero también reconocer al Ejecutivo federal al haber tomado una extraordinaria decisión de haber nombrado a Ricardo Antonio Bucio como secretario ejecutivo, de un sistema que aunque está en el papel, pues ahora tenemos que todos echarlo a caminar y de esa página, nos toca a todos de alguna manera acompañarlo.
¿Se necesitan más recursos? Sí ¿Más voluntad política? Sí, pero sobre todo creatividad, y esa creatividad pasa por las instituciones y pasa por las personas, por el amor, por la esperanza, por el caminar, porque eso es lo que México necesita: resultados, resultados y más resultados.
Bienvenidos.
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