Al participar en el Homenaje a Juan Rulfo, Centenario de su nacimiento el senador Luis Sánchez Jiménez, del Grupo Parlamentario del PRD, destacó que la obra artística del escritor difundida en todo el mundo “ha sido, es y será un orgullo para los mexicanos”.
“Con Juan Rulfo, desde fines de la década de los años 30, los destellos fluyen, flash, flash, flash, se repiten hasta superar las seis mil imágenes que cincelan desde una mirada profunda, a cuatro por cuatro y seis por seis, la realidad cultural y social de los mexicanos con fabulosa naturalidad realista y encantadora, sobretodo de la primera mitad del siglo XX”, indicó.
Sánchez Jiménez comentó que en el centenario de Juan Rulfo por todas partes “hoy compartimos los ecos y murmullos de un Llano en Llamas que se puede mirar, anunciando el aterrizaje de setenta piezas de un caótico y misterioso rompecabezas, enmarañado en la incertidumbre del acontecer y los tiempos, donde la piedra se derrumba en ese terreno yermo y caliente”.
Subrayó que como mexicanas y mexicanos “podemos decir gracias a Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno por su prolífica obra artística narrativa e imagen”.
El legislador perredista destacó las obras de La Escondida (1955), El despojo (1960), Paloma Herida (1962), En este Pueblo no hay ladrones (1964), La fórmula secreta (1964), El Gallo de Oro en ese mismo año, después denominada El Imperio de la Fortuna (1985).
Así como, los “polémicos” filmes inspirados en su obra literaria: Talpa (1955), El Rincón de las Vírgenes (1972), ¿No oyes ladrar a los perros? (1974), Tras el horizonte (1984), Diles que no me maten (1985), Los confines (1987), Un Pedazo de noche (1995), Paso del Norte (2002) y Zona Cero (2003).
Por su parte, el senador Isidro Pedraza Chávez, del Grupo Parlamentario del PRD, enfatizó en la “pluma fantástica” del escritor, no sólo describió algunos territorios y emociones del país, sino que también fue una insuperable crónica de la barbarie, narro sitios caóticos, plenos de injusticia, crimen, venganza y miedo, donde la muerte habita como si cualquier cosa en total normalidad.
“No es de sorprenderse porque lo que se lee en la literatura rulfiana, es buena parte de lo que compone los dolores seculares de la patria, preocupa, eso sí, que nos veamos ahora tan similares en este México de la pos revolución donde había poco o ningún Estado, mucha violencia, poca cohesión social, un gran despliegue de autoritarismo y poca idea de cómo suturar a la sociedad en sus temas y rupturas más complejos”, precisó.
Pedraza Chávez mencionó que la escritura de Rulfo es importante porque es nacional, ya que se lee en todo el país y gran parte de países de habla hispana, porque logra extraer lo universal de cualquier relato “por local que sea” y mantiene la marca inconfundible de lo mexicano, “en primer lugar, él habla la voz del pueblo, de manera que cualquier mexicano que la lea pueda verse y sentirse dentro de los textos, en los sitios de la acción, en los dilemas morales y vitales en general”.
“Rulfo nos habla de los ámbitos rurales, tal como eran antes, en ciertos modos es innegable se asemejan a los actuales como si estuviéramos volviendo al mismo sitio por la espiral de la historia”, concluyó.