POSICIONAMIENTO
La agroindustria en el TLCAN
El campo mexicano no es del interés de los negociadores del TLCAN, pero es uno de los sectores que más ha sufrido a consecuencia de este tratado.
El maíz por ejemplo, que ha tenido históricamente enorme importancia y que ha sido símbolo en las culturas que habitaron México desde la firma del TLCAN, el maíz es símbolo de la creciente dependencia agrícola de México hacia EUA.
Durante la década de los 80s, México tenía una posición importante en el mercado exportador de maíz, sin embrago, durante 2016, México importó cerca del 30% del maíz que se consume en el mercado nacional.
Los granjeros de Iowa y Nebraska obtuvieron ganancias por 2500 millones de dólares con vender a México este producto básico en la dieta de los mexicanos.
De acuerdo a las estadísticas del Departamento de Agricultura en EUA, México ha perdido 900,000 trabajos dependientes de las pequeñas granjas que cultivan maíz.
En parte, la perdida de todos esos empleos mexicanos se debe a los subsidios que en forma ilegal otorga el gobierno estadounidense a los grandes productores de maíz; subsidios que rebasan los 10,000 dólares anuales.
Algunas organizaciones como Oxfam Internacional han urgido a EUA a que elimine estos subsidios ilegales a sus productores ya que violan las reglas de la OMC y el TLCAN y además solo benefician a la agroindustria y destruyen los medios de subsistencia de los más pobres.
Es claro que existe una relación innegable entre subsidios que otorga el gobierno norteamericano que provocan que sus productos queden por debajo de los costos de mercado, lo cual se traduce en miseria rural en México donde también el gobierno desprotege a los más pequeños productores y solo da subsidios a los agroindustriales grandes.
Esa miseria es la que obliga a muchos campesinos mexicanos a migrar para subsistir.
El TLCAN ha beneficiado a industrias como el tomate y la del aguacate estos productos son controlados por los grandes grupos agroindustriales que se concentran en empresarios que reciben subsidios y fondos millonarios de parte del gobierno federal de México.
Dejan a un lado a los más pobres que no tienen acceso a las facilidades con las que cuenta la industria.
Es urgente, desde hace 20 años, que México instrumente políticas públicas para reactivar el campo mexicano, para apoyar a pequeños productores, por ejemplo de maíz, tomate y aguacate.
El tratado no puede, no debe seguir siendo un instrumento que solo sirve para enriquecer a los más ricos.
Senadora Dolores Padierna Luna
Coordinadora del Grupo Parlamentario PRD
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