Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

·    El proceso de acusaciones político – mediáticas en contra de la presidenta Rousseff, representa un atentado en contra de los procesos democráticos de América Latina.

·   Se refuerza en una lógica patriarcal del poder que ha incentivado a la existencia de relaciones desiguales entre los géneros.

El pasado 12 de mayo, Dilma Rousseff fue apartada temporalmente de su cargo tras la aprobación por parte del poder legislativo de comenzar el proceso de impeachment en su contra.

Este hecho generó que, a partir de la suspensión de Rousseff, el hasta entonces vicepresidente, Michel Temer ocupara el cargo, quien de manera inmediata nombró a su gabinete constituido por hombres blancos, eliminando así cualquier posibilidad de plasmar la diversidad y pluralidad que permea en dicho país, a la par de excluir a las brasileñas en los espacios de toma de decisiones.

En dicho sentido, como parte de las primeras acciones tomadas por la administración de Temer, se eliminó el Ministerio de la Mujer, Igualdad Racial y Derechos Humanos.

Al respecto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha expresado su profunda preocupación ante las decisiones adoptadas, las cuales representan un retroceso y tienen un impacto negativo en la protección y la promoción de los derechos humanos en el país.

Tagle señala que este golpe se refuerza en una lógica patriarcal del poder que ha incentivado a la existencia de relaciones desiguales entre los géneros, generando hechos de violencia en contra de las mujeres que han decidido ejercerse en la arena pública, tal y como lo ha hecho Rousseff a lo largo de su vida, donde además ha sorteado diversos procesos desde su activismo político como guerrillera durante el régimen militar, el cual la llevó a vivir dos años en prisión y sufrir actos de tortura.

Aunado a ello, el proceso de acusaciones político – mediáticas en contra de la presidenta Rousseff, representa un atentado en contra de los procesos democráticos de América Latina, frenando los grandes avances suscitados en las últimas décadas en miras de consolidar a la región como un ejemplo de gobiernos progresistas y de izquierda.

Lo anterior, resultado de que las acusaciones contra Rousseff no corresponden a lo que podría suponer el escándalo de sobornos que se dio en Petróleo Brasileiro S.A. (Petrobras) ni “tampoco se basa en los señalamientos de que la campaña de reelección presidencial en 2014 recibió dinero desviado de la petrolera estatal y de grandes obras públicas, como se ha reportado. La acusación central contra Rousseff en el Congreso es que violó normas fiscales, maquillando el déficit presupuestal.”

La legisladora hizo un llamado a la Secretaria de Relaciones Exteriores para que México externe su solidaridad con la mandataria Dilma Rousseff y con el pueblo brasileño ante el proceso antidemocrático por el que te atraviesa.

 

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