La senadora panista Gabriela Cuevas Barron sostuvo que hoy en día se ha perdido de vista que la prioridad en la relación bilateral con otros países no deben ser las mercancías, sino las personas.
Consideró que se ha desarrollado una política exterior semejante a una carrera en dos pistas: la primera orientada a profundizar las relaciones económicas; y la segunda, que tiene que ver con la política social a nivel internacional, y esta última, remarcó, ha quedado relegada.
Por ello, dijo que en el tema migratorio es necesario construir puentes que faciliten los intercambios económicos, sobre todo cuando existe la preocupación por la amenaza que representa la construcción de murallas que impiden la movilidad de las personas, especialmente entre México y Estados Unidos.
La presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores recalcó que el reto para las relaciones internacionales de los próximos años será construir una diplomacia que detenga expresiones de odio e intolerancia.
En este sentido, continuó la legisladora, es preocupante el entorno ríspido que recientemente han sufrido los mexicanos que viven en Estados Unidos.
“Las acciones de Donald Trump, precandidato republicado a la Presidencia, están sembrando una política de animadversión entre las personas, lo cual conducirá eventualmente a la radicalización y a la violencia, en una dinámica que afecta directamente a los mexicanos que radican en el vecino país”, expuso.
Cuevas Barron indicó que México posee una de las redes más amplias de acuerdos comerciales, entre los que destacan los tratados con Estados Unidos, la Unión Europea y diversos países de América Latina y Asia, pero, acotó, también se debe impulsar una diplomacia que no sólo se enfoque en las mercancías.
“Si bien los tratados económicos son importantes para el desarrollo, nuestra responsabilidad no consiste solamente en la circulación de las mercancías por el mundo, sino en la búsqueda del bienestar de las sociedades”, señaló.
En un futuro no muy lejano, subrayó, les corresponderá a las nuevas generaciones tomar las decisiones y llevar a cabo las acciones que conviertan al mundo en un mejor lugar.
Pero para que esto suceda se debe romper con la inercia y evitar dejarse llevar por la indiferencia, a fin de poder concretar los cambios que reclama la política exterior a nivel global, concluyó la senadora de Acción Nacional.
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