Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL


· El maltrato a un animal evoluciona de torturar animales a humanos: Sen. Jorge Emilio González.
Debido a que las peleas de perros involucran tortura y explotación, así como el movimiento de grandes cantidades ilegales de dinero, el senador Jorge Emilio González Martínez, propuso prohibirlas a nivel federal.
 
El también coordinador del Partido Verde en la Cámara Alta, señaló que estos espectáculos son un grave problema social, puesto que los animales que son sometidos a esta agresión pueden violentar a cualquier persona poniendo en riesgo la integridad física e incluso la vida.
 
Por ello, dijo, “requerimos que en la ley de protección al ambiente se prohíba esta actividad, así como la cruza de los canes que acentúen las capacidades de agresividad, y con ello homologar en las legislaciones locales los criterios entre la federación, los estados y los municipios en materia de protección animal”.
 
Refirió que en México, 31 estados cuentan con una Ley de Protección a los Animales. De estos estados en 8 se prohíbe explícitamente las peleas de perros, en 7 se sancionan las actividades de peleas entre animales, 13 prohíben provocar animales y hacer de peleas provocadas un espectáculo público, y en 2 no se prohíben las peleas de perros pues sólo se considera maltrato las acciones que produzcan tensión, traumatismo y dolor innecesario.
 
Explicó que las personas que realizan peleas de animales hacen un cruce intencionado entre perros con el fin de acentuar las capacidades de pelea, teniendo como resultados razas denominadas peligrosas por el grado de agresividad que contienen.
 
Finalmente el legislador indicó que los expertos en criminología argumentan que el maltrato a un animal implica un grado de insensibilidad hacia el sufrimiento y su práctica constante evoluciona de torturar animales a torturar humanos, hasta el punto de cometer asesinatos.
 
Diferentes estudios revelan que un alto número de asesinos seriales disfrutaron de maltratar a animales, en particular perros y gatos, para después convertirse en homicidas.