Senado de la República

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La vicecoordinadora del Grupo Parlamentario del PRD en el Senado, Dolores Padierna Luna lamentó  el uso de la diplomacia mexicana como medio para presentar un México que sólo existe en la retórica oficialista de Enrique Peña Nieto.
“Se ha empleado a los miembros del Cuerpo Diplomático como brokers que tienen la vital función de promover los bienes y riquezas del país para poder afianzar los intereses personales y de grupo que el Ejecutivo federal ha delineado, en claro detrimento de la función principal de las adscripciones de México en el exterior, misma que se traduce en la protección de los connacionales en el extranjero”, advirtió.
La también secretaria de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado recordó que el canciller José Antonio Meade en el marco de la XXV Reunión de Embajadores y Cónsules hizo un llamado a los diplomáticos mexicanos a que, durante el año que inicia, promuevan en el mundo las reformas que ha emprendido el gobierno de Enrique Peña Nieto, “lo que demuestran que no ha existido un cambio radical dentro de la praxis de la política exterior”.
En este contexto, la legisladora perredista propuso una reunión entre el Senado de la República, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores y el Cuerpo Diplomático para estructurar una política de Estado basada en los principios constitucionales y a pegada a las facultades de la ley.
“Las últimas administraciones se dedicaron a privilegiar la agenda comercial sobre la política, a supeditar lo político a lo económico para actuar como agentes comerciales a favor de los intereses de naciones dominantes como Estados Unidos. Es preocupante que el gobierno actual siga la misma línea de acción marcada desde finales de los ochenta, misma que se traduce en privatizaciones de los recursos pertenecientes a todos los mexicanos para ser ofrecidos al mejor postor en el exterior”, añadió.
Padierna Luna consideró que la asistencia de secretarios de Estado en la reunión de Embajadores, como el caso del Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, demuestra que la Cancillería ha delegado a diversas dependencias federales las atribuciones propias que la Constitución y las leyes le confieren, puesto que al tener una agenda en suma comercial, la Secretaría de Economía ha sido quien ha conducido la mayor parte de las negociaciones, dentro de las que destacan la Alianza del Pacífico y el Tratado Transpacífico.
“No podemos continuar aceptando que el Servicio Exterior deje de lado su principal función para convertirse en la Agencia Comercial predilecta del Gobierno Federal, no podemos continuar aceptando que se utilice el peso político de la diplomacia mexicana para imponer y velar por intereses personales de políticos y empresarios. Es necesario que la política exterior se convierta en una política de Estado, no de grupo y que retome la vital función de protección de connacionales e intereses del Estado mexicano en su conjunto”, concluyó.
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