Número-1706
- Haremos lo mejor para que esta negociación tenga objetivos claros y transparentes.
- La política comercial en México es de gran relevancia para la vida de millones de familias: senadora Gabriela Cuevas.
En reunión de trabajo con senadores de la Comisión de Relaciones Exteriores, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, explicó que el gobierno mexicano “no va a ceder sustancia por rapidez” en la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que inicia el próximo 16 de agosto.
Señaló en esta reunión de trabajo, que existen tres preocupaciones en torno a la negociación del TLCAN: expansión del comercio, no restricción de éste; el Capítulo 19 del Tratado, que se refiere a la solución de controversias entre los países miembro; y las salvaguardas para la protección de industrias.
“No vamos a ceder sustancia por rapidez, eso, sin duda, lo digo con toda convicción, y estaremos haciendo lo mejor porque esta negociación tenga objetivos claros y trate de ser muy transparente para que los mercados puedan tener una lectura clara de hacia dónde vamos”, aseguró el secretario de Economía.
Guajardo Villarreal señaló que en este proceso negociador “seremos oportunos, seremos transparentes y estaremos informando sobre todo al Senado de la República en este proceso de acompañamiento de una manera puntual y permanente”.
Detalló que percibe tres áreas de preocupación: “la primera es una fijación extrema sobre el concepto de déficits comerciales (…), encantado de analizar la situación de lo que le llamamos rebalanceo comercial, siempre y cuando logremos mejorarlo a través de expansión del comercio, no a través de restricción del comercio”.
El otro tema, se refiere al Capítulo 19 del TLCAN y, otro elemento, que tiene que ver con las salvaguardas, donde hay un tratamiento especial en América del Norte que exenta o le da licencia a estos tres países a no ser tratados igual que al resto del mundo.
“La salvaguarda, es un mecanismo automático para reintroducir aranceles cuando consideramos que una industria ha sido seriamente dañada y no tiene el mismo nivel de exigencia que tienen las investigaciones en materia de competencia desleal o de comercio desleal”, precisó.
“Dar la tentación de utilizar instrumentos que ya habían sido desincentivados a ser usados en América del Norte sería como abrir la Caja de Pandora de nuevo. Y los más afectados no serían necesariamente sólo los exportadores mexicanos, pudieran ser los exportadores estadounidenses; entonces, podríamos terminar en un escenario donde desmantelaríamos el proceso de apertura”, comentó.
El secretario Ildefonso Guajardo refirió que la negociación del TLCAN iniciará el 16 de agosto y se pretende que a partir de esa fecha a diciembre se realicen alrededor de siete u ocho rondas de negociación. “Nunca, señores senadores, hemos dicho que tenemos una fecha objetivo para el cierre, No vamos a ceder sustancia por rapidez”, aclaró.
En tanto, la senadora Gabriela Cuevas Barron, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, señaló que la política comercial en México, no sólo es importante, sino que es de inmensa relevancia para la vida de millones de familias en nuestro país.
Indicó que México ha sido un país abierto al mundo, que habla por el libre comercio y por los acuerdos multilaterales y que entiende que en el diálogo se encuentra la mejor forma de encontrar soluciones a los problemas que nos aquejan. Y por supuesto, el comercio exterior en nuestro país cobra, al día de hoy, una dinámica mucho más importante.
Afirmó que toda esta política comercial resulta indispensable para nuestro país, pero también cree que debemos poner la mirada en lo que más ha preocupado no sólo a los inversionistas, también a otros países y que tiene en los ojos del mundo a México, a Estados Unidos y a Canadá y es la renegociación del que fue en su momento el tratado más ambicioso del mundo.
Mencionó que el diálogo con Estados Unidos no puede ser ya más público; entonces, se sabe hasta en qué tono se puede llegar a dar, pero en el Senado quieren acompañarlo porque saben que el tiempo para ambos países no es el más sencillo, pues México y Estados Unidos estarán el próximo año en año electoral y están conscientes de las dificultades que tiene un proceso de negociación de ese tamaño.