El Grupo Parlamentario del PRD propuso expedir la Ley Federal de la Banca de Desarrollo, a fin de crear el Sistema Nacional de Desarrollo como el mecanismo general de coordinación, evaluación y ejecución de la estrategia general y las tareas específicas que se diseñen para contribuir al desarrollo económico nacional.
Al exponer la propuesta, la senadora Dolores Padierna Luna señaló que desde hace tiempo se ha trabajado el tema en el Congreso y, en el marco de una reforma financiera amplia, la iniciativa permite realizar una mejor y más extensa coordinación de actores involucrados en el diseño e implementación de las políticas y estrategias de desarrollo.
La Banca de Desarrollo debe estar a la altura que la situación de la economía y la sociedad mexicana exige, por lo que se debe asumir el reto de plantear una redefinición sistémica que permita conjugar las prioridades e intereses actuales del desarrollo del país con la realidad prevaleciente, aseguró la legisladora.
En ese sentido, destacó la urgencia de redefinir la estructura, instrumentos y estrategias de la Banca de Desarrollo en México.
Para ello –explicó- se necesita una visión de financiamiento al desarrollo de largo plazo, aplicando una estrategia para la descentralización productiva que ataque directamente los problemas de inclusión social, pobreza, distribución desigual del ingreso, concentración geográfica del desarrollo, e indirectamente, los problemas de migración, marginalización en las ciudades, inseguridad y violencia social.
Por otra parte, apuntó, la iniciativa busca establecer un ordenamiento específico donde se marque la ruta a las prioridades estratégicas del financiamiento al desarrollo nacional; que pueda ser revisable y observado no solamente como propósito de política sino como mandato de ley.
Dichas prioridades son: la creación de empleos; el incremento en la productividad de las empresas; el impulso a la innovación tecnológica en la planta productiva nacional; la formación y participación en inversiones de capital de riesgo para sectores de innovación tecnológica, entre otras, que con mandato expreso, darán certidumbre y fortaleza a las acciones que deberán aplicarse en la concreción de los objetivos planteados.
Además, dijo, se propone la creación de un Banco Único como instrumento de acción estratégica que propicie la mayor eficacia posible en la tarea del financiamiento al desarrollo nacional.
Actualmente, explicó, la estructura institucional de la Banca de Desarrollo adopta una configuración diversificada en siete unidades financieras, cada una con su estructura directiva y un sector particular de atención.
Por ello, con la creación del Banco Mexicano de Desarrollo no se pretende desestimar los avances y logros conseguidos en el funcionamiento de la actual Banca de Desarrollo sino robustecerla, al dotarla de unidad de mando en la dirección, economía de medios en el funcionamiento institucional y flexibilidad en la operación financiera.
Es muy importante mencionar que el planteamiento gubernamental para modificar el mandato de la Banca Pública y sus políticas de remuneración a sus directivos y trabajadores, debe asumirse con responsabilidad y observando una escrupulosa economía de medios que no afecte su funcionamiento institucional ni la flexibilidad de la operación financiera, aseguró.
Además, se debe hacer hincapié en la conveniencia de realizar la unificación de mando a partir de constituir una dirección fuerte y una estructura organizacional especializada con la creación del Banco Mexicano de Desarrollo, con lo que se reducirán las estructuras burocráticas y se harán más eficientes y eficaces a las organizaciones públicas.
En este sentido, detalló que la creación del Banco Mexicano de Desarrollo implica la fusión de Nacional Financiera, Banco Mexicano de Comercio Exterior, Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, Financiera Rural y Sociedad Hipotecaria Federal en un solo modelo de organización financiera de carácter público.
La legisladora también observó que un reto aparte, pero ineludible, es la creación de una Banca Pública con funciones comerciales que participe, promueva y apoye el fortalecimiento de la Banca Social y coadyuve en la generación de una Economía Social.
“A este propósito contribuye la desaparición y rediseño del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros y la absorción de sus cometidos por el Banco Mexicano de Desarrollo, que a partir de ahora será la institución para el fomento cooperativo, el cual deviene del cumplimiento del mandato constitucional”, indicó.
Con la creación del Banco Mexicano de Desarrollo se puede avanzar en la generación de una Banca Pública que se constituya como la banca insignia de las instituciones financieras para el desarrollo en América Latina, con imaginación y capacidad de respuesta eficiente frente a la transformación económica, política, social y ambiental de México en el siglo XXI.
La iniciativa también signada por el senador Luis Sánchez Jiménez, se turnó a la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados y se remitió copia a su homóloga en la Cámara de Senadores.
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