Senado de la República

El grupo parlamentario del PRD en el Senado promueve una reforma para fortalecer al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y garantizar que ninguna persona sufra discriminación por su orientación sexual o por su identidad de género.
En la conmemoración del décimo aniversario de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, la senadora Angélica de la Peña Gómez sostuvo que se trata de una iniciativa vanguardista encaminada a otorgar derechos iguales a las personas que son segregadas por su orientación o preferencia sexual.
Destacó que la misma fue construida desde las organizaciones no gubernamentales por expertos, por lo que confió en que pronto se estará trabajando en comisiones y reciba el apoyo del resto de los grupos parlamentarios.
Por su parte, Ricardo Antonio Bucio Mújica, presidente del Conapred expuso que el reto del Congreso es eliminar los obstáculos que impiden la igualdad en el ejercicio de derechos y libertades a través de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.
En su opinión esto sólo podrá concretarse si se renueva la sustancia de la cultura política y se reformula el marco regulativo y las formas de organización social y económica.
Al respecto, destacó la importancia de llevar a cabo una reforma que homologue el contenido de la Ley Federal con las 21 legislaciones estatales vigentes, al tiempo que considere el hecho de que existen 11 entidades federativas que carecen de una ley en la materia.
“Debe ser --añadió-- una legislación que reconozca la gran diversidad que define a nuestro país hoy en día y tenga en cuenta a las trabajadoras del hogar, personas mayores, personas con discapacidad, población indígena y afrodescendiente”.
Subrayó que el gobierno reconoce que la vigencia del derecho a la no discriminación y la exigencia de iguales derechos para todas las personas, son poderosas herramientas para la cohesión social y la prevención de conflictos.
A su vez, Javier Hernández Valencia, representante en México de la Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, vinculó el tema de la pobreza a la discriminación que hoy sufren millones de personas, no sólo en México sino en América Latina.
Enfatizó que la marginación de los pueblos indígenas sigue siendo la vuelta al origen, el volver a beber, dijo, de ese pozo en el cual ser mujer o indígena da el más alto porcentaje posible de enfermedad, de muerte temprana, de embarazos no deseados, de falta de acceso a la educación y otros problemas.
Para el senador perredista Fidel Demédicis Hidalgo, en México padecemos la discriminación de manera nutrida en la que el tema de la alimentación está negada para más de 30 millones de compatriotas, y “ese es un asunto que tenemos que resolver pronto”.
En tanto, Jaime Morales, productor de televisión y teatro y defensor de derechos humanos, señaló que en el discurso México está a la vanguardia de leyes que garantizan los derechos humanos. No obstante, mencionó que existen diversas actitudes conscientes o inconscientes de discriminación que llevan a la desigualdad y viceversa.
Morales, quien junto Felipe Nájera se convirtió en la primera pareja del mismo sexo en adoptar a un niño en nuestro país, destacó que la acción de la sociedad civil en conjunto con autoridades, políticos, legisladores, académicos, jueces y magistrados, “ha permitido que en México sigamos teniendo esperanza”.
Por su parte, Jesús Eduardo Toledano Landero, director general del Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad (Conadis), coincidió en que se han tenido avances al respecto, pero existe una larga y profunda agenda para lograr la igualdad y la no discriminación.
Consideró que el gran pendiente hoy en día es un instrumento legislativo que combata las actitudes de discriminación, el cual esté acompañado de un amplio trabajo de conciencia entre la población sobre lo que representan no sólo los derechos de los más vulnerables, sino de todas las personas.
Asimismo, comentó, se deben impulsar reformas en torno a las convenciones y tratados de derechos humanos y reflexionar que no es suficiente con señalar los instrumentos para combatir la discriminación, sino que éstos deben tener “dientes” para hacer que los derechos sean efectivos.
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