Número-643
- Es necesario sumar esfuerzos para que la movilidad sea ordenada, regular y segura, con pleno respeto a los derechos humanos, plantean.
Senadoras y senadores analizaron los efectos que la pandemia ha tenido en los flujos migratorios y se pronunciaron en favor de que el Senado de la República aborde este tema con una visión humanista y de desarrollo e impulse medidas para que la movilidad humana sea acorde a los convenios internacionales.
Durante el foro “Día Internacional del Migrante 2020. Retos de la LXIV Legislatura del Senado Mexicano ante la movilidad humana”, señalaron que el Estado mexicano tiene la obligación de promover el respeto a los derechos humanos de los migrantes.
La presidenta de la Comisión de Asuntos Fronterizos y Migratorios, Bertha Alicia Caraveo Camarena, dijo que, en el marco de una de las peores pandemias en la historia de la humanidad, los esfuerzos para que la movilidad humana sea digna y con estricto apego a las convenciones internacionales deben ser una tarea fundamental.
Ante los retos contemporáneos generados por el Covid-19, es necesario abrazar la migración y sumar esfuerzos para que sea ordenada, regular y segura, con pleno respeto a los derechos humanos, manifestó.
Refirió que, de acuerdo con el informe de la Organización Internacional para las Migraciones, en 2020, el número total de desplazamientos en el mundo se encuentra en un nivel sin precedentes, con 41 millones de desplazados internos y casi 26 millones de personas refugiadas, “todos bajo el contexto de la inusitada dureza y dificultad” de la contingencia.
Por tal motivo, indicó, es fundamental seguir trabajando con plena coordinación entre países expulsores, de tránsito y receptores para que la dinámica y el fenómeno migratorio sea tratado en todo momento desde una visión de respeto.
En un mensaje enviado por la senadora Sasil De León Villard, de Encuentro Social, se señaló que esta fecha compromete a los legisladores a promover, respetar y garantizar el derecho de las personas migrantes a una movilidad segura, tranquila y digna.
“Nuestro país tiene el deber de poner nuevamente a las personas, independientemente de su estatus migratorio, en el centro del interés nacional”, agregó la legisladora.
La senadora del PAN, Gina Andrea Cruz Blackledge, dijo que se espera que el próximo gobierno de Estados Unidos tenga una nueva perspectiva sobre la movilidad humana; sin embargo, consideró que será casi imposible que en el corto plazo se logre una reforma migratoria integral binacional.
Señaló que la pandemia plantea un reto inédito en esta materia, por lo que México debe desarrollar políticas que atiendan el flujo de personas que transitan por su territorio y la manera de regular la situación en las fronteras norte y sur del país.
La senadora Beatriz Paredes Rangel, del PRI, comentó que, debido a la emergencia sanitaria, toda la región enfrentará momentos mucho más delicados. Las expectativas de empleo formal se verán reducidas y los desastres naturales en Centroamérica, agregó.
Ante esta compleja problemática, consideró que el Senado debe aportar una perspectiva de humanismo y desarrollo, no sólo de seguridad. Sugirió que se proponga ante organismos internacionales un nuevo diseño de movilidad y oportunidades, que corresponda a una etapa de solidaridad de México con América Latina.
En su intervención, el senador Juan Zepeda Hernández, aseguró que es necesario que, desde el Senado, se impulse de manera seria una agenda donde se exponga el grave problema que representa para una persona migrante un gobierno que se ha “autodenominado de izquierda, que no defiende sus derechos humanos y que prefiere hacerle el trabajo sucio a Estados Unidos”.
El integrante del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano refirió que en 2019 más de un millón de extranjeros vivían en nuestro país, y más de 70 mil se encontraban pidiendo asilo, por lo que “tenemos que garantizar a estos hermanos migrantes que vienen de todo el mundo, un trato digno”.
La senadora de Morena, María Celeste Sánchez Sugia señaló que la crisis migratoria, que inició desde finales de los 90, se agudizará por las crisis sanitaria y económica, los desastres naturales que afectaron a Centroamérica recientemente, además de la falsa idea de un relajamiento de las restricciones migratorias en Estados Unidos por la llegada de un nuevo presidente.
Es un buen momento, apuntó, para hacer hincapié en la importancia de trabajar por los derechos de los migrantes que transitan y los que piden asilo en el país. “Aunque no es posible una política de puertas abiertas, con las redes de narcotráfico y trata de personas”, pero se busca una regulación más humana que cuide de las y los mexicanos, así como de las y los migrantes.