Número-090
- Senadores demandan nuevas estrategias para verificar detección oportuna de este delito en puertos, aeropuertos y fronteras del país.
Senadores de la República respaldaron un dictamen para solicitar a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y al Servicio de Administración Tributaria nuevas estrategias de verificación que permitan la detección oportuna de comercio ilícito de especies de vida silvestre en puertos, aeropuertos y fronteras del país.
Integrantes de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático, que preside el senador Raúl Bolaños-Cacho Cué, hicieron un llamado para poner en marcha una campaña nacional que advierta a la población de los daños ambientales que ocasiona la compra ilegal de flora y fauna silvestre.
En el documento, los legisladores alertaron que el tráfico de especies tiene consecuencias no sólo a nivel ambiental, sino también social y económico. “Los traficantes de drogas y armas también están involucrados en el tráfico de especies. Además, la corrupción y la impunidad han impedido implementar una solución eficaz al problema”, agregan.
Se trata, advirtieron los senadores, del tercer delito más grande a nivel mundial, sólo después del tráfico de drogas y armas. Cada año se comercializan a nivel global y de forma ilegal 1.5 millones de aves vivas y 440 mil toneladas de plantas medicinales.
Se calcula que al año se obtienen ganancias por 100 mil millones de dólares por este negocio ilícito. No obstante, la cifra podría ser mucho mayor ya que los datos son obtenidos sólo de las incautaciones realizadas por la policía y las aduanas de diversos países del mundo.
La Comisión de Medio Ambiente del Senado subrayó que en México existen más de dos mil 600 especies en riesgo. Las especies más comercializadas de manera ilegal en nuestro país son el perico cabeza amarilla, la guacamaya roja, la guacamaya verde, el tucán pecho amarillo, el mono araña, el mono aullador, la tarántula rodillas rojas, la iguana negra y la iguana verde.
Así como las víboras de cascabel, el halcón de Harris, especies de cactáceas del género Mammilaria, especies de palmas del género Chamaedora, así como un gran número de especies de la familia de las orquídeas.
Uno de los factores principales que detona el tráfico ilegal de vida silvestre es la demanda en el mercado global, la cual es promovida por grupos de consumidores.
El motor fundamental de esta demanda es el estatus social asociado con la posesión de objetos derivados de especies u organismos vivos per se, seguido del valor medicinal que se atribuye a muchos productos derivados de vida silvestre, destacaron el documento que avaló en la reunión del pasado 8 de septiembre.
Las complejas redes de corrupción, la posición geográfica de nuestro país y el involucramiento de la delincuencia organizada dificultan cada vez más dar solución a un problema tan complejo, que ya representa una amenaza para la seguridad y el estado de derecho, asentaron los senadores.