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Cualquier discusión sobre la reforma del Estado debe tener como principios rectores la defensa y profundización de la democracia, la efectividad de las instituciones y la transparencia en todas las esferas del quehacer público, aseguró el senador Ernesto Cordero Arroyo.
Al asistir a la presentación del libro La reforma del Estado en México, un camino de acuerdos, en la nueva sede, el presidente del Senado se mostró convencido que muchos de los problemas y retos que vive el país tienen que resolverse desde el nivel de gobierno más cercano al ciudadano.
Por ello, dijo, en el Senado estamos en la mejor disposición para analizar y discutir cualquier iniciativa que tenga como objetivo fortalecer al municipio, mejorar sus capacidades de gestión y de provisión de bienes públicos.
Asimismo, dijo, habremos de discutir con la mayor profundidad y seriedad iniciativas que permitan “poner la lupa ciudadana” sobre los actos de todos los gobiernos, especialmente en los ámbitos municipal y estatal.
El escrutinio público “es el mejor antídoto contra la corrupción y por eso tenemos un firme compromiso con aquellas propuestas que ataquen este problema”, subrayó Cordero Arroyo.
Recordó que la reforma política del Distrito Federal es un tema que el Senado analiza con detenimiento, a fin de “encontrar soluciones que concilien el carácter especial que tiene esta entidad como capital de todos los mexicanos con la ampliación de las libertades y derechos políticos de sus habitantes”.
A su vez, el senador perredista Manuel Camacho Solís, presidente de la Comisión de la Reforma del Estado, expresó que el Pacto Por México representa una puerta que no está abierta y que el Senado tiene la llave para abrirla, a fin de llevar a cabo los cambios institucionales que requiere el país.
Destacó que la Cámara de Senadores cuenta con las facultades para que exista una mayoría distinta a la del gobierno, por lo que debe abrir el debate nacional a la sociedad, “a los que no están en el sistema, a los inconformes, a los que protestan, a los que tienen opiniones diferentes,” porque si no es así “de qué reconciliación vamos a estar hablando”.
Se habla --puntualizó-- de una reconciliación que sirve para el momento y la fotografía pero que no está arraigada en la sociedad y que no resuelve de fondo el conflicto de México.
Por ello, consideró que “si vamos a hacer reformas de ese calado tienen que ser compartidas con los gobernadores, presidentes municipales, movimientos sociales, con quienes protestan y no están de acuerdo con ninguno de nosotros”.
Al respecto, Jorge Herrera Caldera, gobernador de Durango, manifestó que “el gran reto es reformar la política para no fracasar como nación” y para ello “el tiempo es hoy y el instrumento es la reforma del Estado mexicano”, lo que permitirá ganar la batalla contra la inseguridad, desigualdad y a favor de la prosperidad compartida.
El también titular de la Comisión para la Reforma del Estado de la Conago, consideró “altamente estimulante” el mensaje a la nación que representa el Pacto por México firmado por las tres mayores fuerzas políticas y los gobernadores “estamos listos para impulsar los 95 compromisos que derivan del acuerdo”.
Indicó que entre los temas más relevantes del Pacto destacan la opción constitucional para conformar coaliciones legislativas y de gobierno, la aprobación de una ley general de partidos, la culminación del proceso de reforma del Distrito Federal, la ley reglamentaria de candidaturas independientes, la reelección de legisladores, entre otros.
Con ello --subrayó-- iniciará una nueva etapa de retos y de realizaciones colectivas, pues ha llegado la hora de la reforma y el momento de las responsabilidades compartidas.
En opinión del ex diputado federal, Porfirio Muñoz Ledo, el Pacto debería abrir la pista de un conjunto de acuerdos nacionales porque “el pactismo” no debe suprimir el pluralismo, por lo que tiene que ser más incluyente en temas políticos, económicos y sociales.
Precisó que la reforma del Estado es distinta al acuerdo firmado el domingo pasado porque en este último hay compromisos de distinta índole que pueden satisfacerse con convenios administrativos, políticas públicas, reformas legislativas y constitucionales.
“El pactismo --agregó-- no es unanimismo y tampoco se trata de que todos estemos de acuerdo en todo, se trata de que se abra una ruta de debate público sobre los grandes temas que preocupan a la nación y deberíamos pensar que lo que se ha abierto ahora es un nuevo debate”, enfatizó.
Sin embargo, celebró que haya una “semejanza muy grande” entre el Pacto y la reforma del Estado en el tema del estatus jurídico del Distrito Federal, ya que ambos coinciden en dotarlo de una constitución para convertirlo en una estado más de la República.
Para Alberto Aguilar Iñárritu, secretario técnico de la Comisión para la Reforma del Estado de la Conago, dicho acuerdo impulsará una nueva era de desarrollo político e institucional, que permitirá superar el rezago en la profundización de la democracia.
Dijo que el Pacto es “alentador” porque le regresa a la política su sentido creador en la gestión y solución del conflicto social, además de que habla de voluntad para construir --con pleno respeto a la diferencia-- los fundamentos de un proyecto nacional sin que por ello se desdibuje la independencia de las fuerzas que los acuerdan.
En este sentido, señaló que el funcionamiento del Estado implica negociar, acordar y compartir, sin por eso, dejar de diferir o ejercer el contrapeso y “sólo así el pacto podrá ser eficaz y constituir la cimiente de un inaplazable nuevo bloque mayoritario y plural de poder que soporte el avance democrático nacional”.
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BOLETÍN-0662 El Senado, dispuesto a discutir reformas para fortalecer al municipio: Cordero.
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