Número-657
Fundamental un marco jurídico para catalizar el fomento de la lectura y el libro, plantean en el Senado
Los programas de fomento a la lectura deben promover el fortalecimiento de la industria editorial.
Editores, promotores, empresas, funcionarios y escritores sostuvieron una reunión de trabajo con integrantes de la Comisión de Cultura donde realizaron planteamientos y fijaron diversas posiciones sobre la Reforma a la Ley de Fomento para Lectura y el Libro.
El presidente de la Comisión, Gerardo Sánchez García, aseguró que es fundamental establecer un marco jurídico que sirva como catalizador para el fomento de la lectura y el libro, a efecto de proteger los derechos culturales de los mexicanos.
Indicó que las reformas contemplan temas trascendentales como el libro electrónico y virtual; así como dotar a los pueblos y comunidades indígenas con materiales en sus lenguas originarias; el diseño y producción de materiales para personas con discapacidad; y promover el fomento y estimulo en la población infantil del hábito de la lectura.
Dijo que es esencial proteger la industria y producción de libros y el mercado editorial, ya que su prevalencia impulsa la diversidad cultural y pluralidad creativa. “El fomento a la lectura es importante para la conservación y preservación cultural de nuestro país”, acotó.
Los representantes del sector editorial señalaron que la laye tiene que incentivar la difusión de la lectura y reducir las prácticas viciosas que entorpecen la compra y venta de los libros, como lo es el régimen de precios inflados, el cual aumenten el costo y simula un descuento “ficticio”.
Argumentaron que las nuevas tecnologías son una herramienta fundamental de acceso a la información y deben ser vistas como un medio para alcanzar los objetivos de la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro.
Los programas de fomento a la lectura, apuntaron, deben promover el fortalecimiento de la industria editorial que haga accesible el libro en igualdad de condiciones en todo el país. Regulando el precio de venta, ya que los precios libres solo benefician a quienes puedan asumir los porcentajes de descuento, es decir, los grandes grupos editoriales; así como incentivar la creación de librerías que compitan por su oferta y calidad de servicio, añadieron.