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La Comisión Permanente del Congreso de la Unión exhortó al Ejecutivo federal para que, a través de las secretarías de Turismo y Seguridad Pública, aplique programas de protección y alerta en las zonas de turismo religioso, rural y zonas destinadas al campismo.
En el dictamen se hace notar que la inseguridad en algunos centros turísticos ha reducido de manera considerable el número de visitantes y los ingresos de las comunidades.
Consigna que tras el ataque a un grupo de excursionistas que participaban en un retiro espiritual en el paraje El Colibrí, en Ixtapaluca, Estado de México, la Asociación de Scouts de México difundió una lista de lugares de esta entidad y del Distrito Federal considerados como peligrosos.
Entre ellos se encuentra La Marquesa, El Ajusco, las faldas del Iztaccíhuatl y San Rafael, así como Río Frío y las Lagunas de Zempoala.
En los últimos años, se agrega en el texto, ha disminuido el número de visitantes en un 50 por ciento por los problemas de seguridad, “a tal grado que los lugareños, quienes viven mayormente del turismo, han pedido en más de una ocasión la presencia del Ejército”.
“El hecho de que existan pocas condiciones de seguridad merma considerablemente --según los legisladores-- los ingresos de esas comunidades y le niega a quienes desean hacerlo la valiosa experiencia de conocer los rincones de nuestra patria”.
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