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La Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente fue reformada por el Senado, con el propósito de atender la contaminación del medio marino como consecuencia directa o indirecta del desarrollo de diversas actividades relacionadas con el sector turismo.
Se incluyó a la Secretaría de Turismo para que en la coordinación con las secretarías de Marina, Energía, Salud y de Comunicaciones y Transportes, intervenga en la prevención y control de la contaminación del medio ambiente marino y en la preservación y restauración del equilibrio de sus ecosistemas.
Todo ello, conforme a la propia ley y las de Aguas nacionales, del Mar y la de Turismo, además de las convenciones internacionales de las que México forma parte.
Las comisiones dictaminadoras consideraron inviable reformar el Artículo 28 de la Ley como originalmente se proponía, porque ya se encuentra contemplado en diversas fracciones del mismo.
Dichas actividades son las ligadas al sector turismo, como el cambio de uso de suelo en áreas forestales, selvas; los desarrollo inmobiliarios que afecten los ecosistemas costeros; obras o actividades en humedales, manglares, lagunas; y obras o actividades que correspondan a asuntos de competencia federal que puedan causar desequilibrio ecológico, daños a la salud, entre otros.
Por ello, concluyeron que lo necesario era corregir una falta de correspondencia tácita con las disposiciones de la Ley, que proponen sea subsanada mediante la reforma aprobada.
El dictamen se remitió a la Cámara de Diputados.
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