Número-559
- La reforma urbana tendrá que pasar por un tamiz muy fuerte para blindarla ante la corrupción, afirma senadora Ana Lilia Herrera.
- Erik Vittrup considera necesario promover una ciudad que sea incluyente y accesible para todos sus habitantes.
Ante el fracaso en los modelos antiguos de planeación de las urbes se requiere promover nuevos patrones para su edificación, inclusión de los ciudadanos para la autorregulación y rectoría del Estado en los espacios públicos para la convivencia, señaló el presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano y Ordenación Territorial, Francisco Búrquez Valenzuela.
En la sesión inaugural del Urban Thinkers Campus México, rumbo al Hábitat III, realizado en la antigua sede del Senado de la República, el legislador subrayó la importancia de impulsar modelos urbanos capaces de enfrentar los retos y constantes cambios de la vida en las ciudades del Siglo XXI.
“Tenemos que reconocer el rotundo fracaso de los modelos metropolitanos de la segunda mitad del Siglo XX”, mientras esto no suceda, no vamos a plantear lo que se requiere para el futuro, pues todos los nuevos prototipos se están reinventado, dijo.
No se puede tratar de corregir un modelo cuyos fundamentos están equivocados, se deben desarrollar nuevos ejemplos de acuerdo a las nuevas realidades, señaló.
Por ello, el senador propuso definir un rol más sencillo y efectivo para el gobierno, proporcionar el esqueleto de arterias viales de uso compartido, equipamientos primarios conformadores de barrios para garantizar la accesibilidad de las personas a los servicios, así como la conservación de áreas de esparcimiento.
“Necesitamos que el gobierno vuelva a retomar la rectoría del espacio público y definir una plataforma abierta a la autogestión de los ciudadanos”, dijo.
A su vez, la presidenta del Grupo Mexicano de Parlamentarios para el Hábitat, senadora Ana Lilia Herrera Anzaldo, dijo que México requiere una reforma urbana con principios sólidos que no den cabida a situaciones que pongan en riesgo a los habitantes, como han sido los deslaves en la zona de Santa Fe; muestra de una falta de regulación para la construcción segura de zonas habitacionales.
La reforma urbana tendrá que pasar por un tamiz muy fuerte para blindarla ante la corrupción; el desarrollo urbano de este país no puede ir atrás de un negocio, quienes hacen negocios tendrán que buscar la forma de beneficiar las zonas metropolitanas y contar con estudios sobre la viabilidad de sus proyectos, precisó.
Herrera Anzaldo, reiteró que la legislación que se prepara en el Senado debe salvaguardar y hacer valer el derecho que tienen los ciudadanos a disfrutar de los espacios urbanos; no se tiene que hacer un “parche” sino una reforma integral y coordinada en la que el Estado retome la rectoría en la gestión del espacio públicos.
El representante de ONU-Hábitat, Erik Vittrup consideró que se requiere promover una ciudad que sea socialmente incluyente, accesible, favorable a los pobres, con buena infraestructura, servicios, movilidad y vivienda, saludable y con un ambiente que promueva la participación ciudadana, sin discriminación.
Precisó que en la Conferencia Hábitat III, que se realizará el próximo año en Quito, Ecuador, se impulsará el debate de reforma urbana y ampliar la base de discusión para la creación de la legislación.
El presidente del Colegio Nacional de Jurisprudencia Urbanística de México, Pablo Aguilar, señaló que se requiere un nuevo sistema de diseño urbano, un marco concreto que atienda los cambios en las necesidades sociales, sino a enfrentar los efectos del cambio climático.
Luz María Moreno Quiroz, moderadora general del Colegio de Jurisprudencia Urbanística de México, aseguró que los marcos legales que se creen deben ser fuertes, en el ámbito internacional para crear las de decisiones sobre la construcción de ciudades y zonas metropolitanas.
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