Número-159
- Acuerdos que han alcanzado las distintas fuerzas políticas han acelerado los cambios a la Constitución Política, afirma investigador de la UNAM.
- Especialistas también analizan reforma educativa.
En la segunda jornada del seminario las “Reformas estructurales: avances y desafíos”, que organizó el Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República, se destacó que los acuerdos que han alcanzado las distintas fuerzas políticas han acelerado los cambios a la Constitución Política, en un esfuerzo por construir un país moderno, desarrollado, con prosperidad, justicia e igualdad.
Héctor Fix Fierro, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que las reformas estructurales son parte de un ciclo modernizador que inició en 1982, en el sexenio de Miguel de la Madrid.
En conferencia magistral, dijo que las modificaciones a la Carta Magna son un reflejo de la dinámica política caracterizada por la creciente pluralidad y competencia entre las fuerzas políticas.
A pesar de que habla de la parálisis legislativa y de los conflictos entre partidos políticos, agregó el investigador, son muchos más los acuerdos que se han logrado, que los disensos o antagonismos que aparentemente se producen.
Destacó que a la fecha, la Constitución Política ha tenido 642 modificaciones a través de 225 decretos, que 67 por ciento de los cambios se aprobaron después de 1982 y que en los últimos periodos de gobierno, con ex presidente Felipe Calderón y lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto, se han realizado casi un tercio de todas las reformas por medio de 58 decretos.
Fix Fierro asentó que sí hay un proyecto de nación, que ha sido el mismo desde la etapa independiente: ser un país moderno, desarrollado en lo económico, con prosperidad, justicia, igualdad y respeto a la ley; todos esos, enfatizó, son principios que ya están en la Constitución.
En la mesa de análisis sobre la reforma educativa, el senador Juan Carlos Romero Hicks, del Grupo Parlamentario del PAN, explicó que ésta tiene el objetivo de alcanzar una educación de calidad, a través de las profesionalización y evaluación docente.
“Para algunos de nosotros ésta es apenas una primera generación de reformas administrativo-laborales, pero no llega a ser un reforma educativa”, expresó. En este sentido, agregó, en el seminario que organizó el IBD tiene el objetivo de abordar los avances y pendientes.
Rodolfo Ramírez Raymundo, de la Dirección General de Investigación Estratégica del IBD, consideró que la reforma establece un nuevo sistema laboral, avanza con dificultades hacia el reordenamientos administrativo, pero ha dejado problemas estructurales del sistema escolar, en particular la escolarización precaria a la que están sujetos miles de niños de las comunidades más pobres.
Agregó que está pendiente la profesionalización de las autoridades superiores del sistema educativo y que es necesario someter a concurso los puestos directivos principales como del de Secretario y Subsecretario de Educación en cada una de las entidades federativas.
Olac Fuentes Molinar, del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM, aseguró que ha persistido un currículum de educación básica que tiene su origen de la “Alianza por la Calidad de la Educación”, definido por competencias y elaborado bajo la conducción del grupo más cercano a la profesora Elba Esther Gordillo.
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