Número. 557
- Se ha resuelto exigir a los jueces la restitución de derechos, con lo que se arriesga la ley: Jorge Cerdio Herrán.
- No se puede eludir el compromiso intelectual que supone el trabajo interpretativo de un texto constitucional: Roberto Lara Chagoyán.
En el último día de trabajos del Seminario “La Constitución, análisis rumbo a su centenario”, especialistas reflexionaron en torno a la pregunta “¿Reformar o interpretar nuestra Constitución?”, en un panel de discusión moderado por la senadora Ana Lilia Herrera Anzaldo, del Partido Revolucionario Institucional.
El doctor Jorge Cerdio Herrán, jefe del Departamento Académico de Derecho del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), precisó que para que el Estado de Derecho sobreviva de manera tangible, es necesario lograr un modelo descriptivo más sincero con la realidad del país, ya que ahora gran parte del poder está pasando a los jueces, por lo que se modifican las bases del sistema democrático.
El gran problema, reconoció, es que los jueces no están preparados para resolver prioridades colectivas sino controversias individuales. De seguir así, grupos de opinión atribuirán contenidos a derechos y principios que persigue el sistema jurídico y los jueces darán la razón a unos y otros, según su propio criterio, hasta que una instancia suprema establezca una pauta.
El académico argumentó que ante la injusticia existente en el país, se ha resuelto exigir a los jueces la restitución del derecho de cada uno, por lo que se arriesga a perder todas las ventajas de la ley sin alcanzar las glorias de la justicia.
En su oportunidad, el doctor José María Serna de la Garza, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que el discurso constitucional, conceptos, principios y derechos empiezan a reflejar lo que ocurre en un discurso jurídico constitucional, de alcance internacional y transcultural.
Rumbo al centenario de la Constitución, subrayó que la Carta Magna no marcha sola y está inmersa en una serie de fenómenos globales; y su evolución y dinámica, obedece a impulsos internos y externos, con lo que se abre una agenda de temas de reflexión sobre el presente y futuro de ésta.
En dicha agenda, un tema primordial es ¿cómo es que esa estructura normativa y orgánica multinivel puede contribuir o no, a proteger lo esencial de la Constitución: los derechos humanos, el principio democrático, la separación de poderes, la rendición de cuentas del poder y la legitimidad de todas las estructuras de autoridad?
Por otra parte, el doctor Roberto Lara Chagoyán, director del Centro de Estudios Constitucionales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, expresó que reformar o interpretar la Constitución lleva al mismo resultado, pero recalcó, no se puede eludir el compromiso intelectual que supone el trabajo interpretativo de un texto constitucional.
Las contradicciones entre la interpretación o llevar a cabo una reforma a la Carta Magna, expuso, están principalmente en su rigidez y flexibilidad. Esto se resolverá a través de la construcción de un diálogo racional que no renuncie a los valores que dejaron los muertos y tampoco a los anhelos de los vivos.
Finalmente, reflexionó que tanto en la clase política como en la jurisdiccional es necesario replantear qué filosofía de la Constitución se tiene y se quiere para las futuras generaciones.
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