Número-229
- Plantea participación en definición de la política exterior que realiza el Ejecutivo federal.
- Además, prevé no sólo la aprobación de Tratados Internacionales sino su análisis y evaluación sustancial.
El Congreso de la Unión, a través del Senado de la República, debe jugar un papel más activo en el direccionamiento de los planes entre nuestro país y otras naciones que impliquen desarrollo social, económico y político, aseguró la senadora Dolores Padierna Luna, del Partido de la Revolución Democrática.
La realidad mundial y la globalización exigen una política exterior colegiada, que conduzca a una política de Estado de largo plazo, protegida de los cambios de gobierno y que enaltezca el interés legítimo de los ciudadanos mexicanos, por encima de cualquier visión de grupo.
Con este propósito, la legisladora planteó reformas a diversos artículos de la Constitución, a fin de ampliar las facultades del Senado de la República para que participe --mediante el Consejo de Política Exterior-- en la definición de la política exterior que desarrollará el Ejecutivo Federal, así como en el análisis y evaluación del desempeño de la misma.
Dicho análisis --según el texto de la reforma-- se hará a partir de los informes anuales que el Presidente de la República y el Secretario de Relaciones Exteriores rindan al Congreso.
En su propuesta, Padierna Luna expone que el presidencialismo exacerbado, que parte de la idea de que el Presidente de la República es más efectivo que los demás Poderes para promover los intereses de México, es una figura arcaica que no va acorde con los principios democráticos del México actual.
En este sentido, subraya que el Senado de la República debe ser más activo en dicha materia, para dejar de ser una Cámara receptora de informes y ratificadora de tratados y embajadores, por lo que es necesaria su participación en la elaboración de los objetivos y alcances de la política exterior, en el análisis de la misma y cuidar el cumplimiento de los objetivos diseñados.
Así, las reformas que propone a la Carta Magna prevén que, previo a la aprobación de los Tratados Internacionales convenciones diplomáticas que suscriba el Ejecutivo federal, el Senado lleve a cabo un análisis y evaluación sustancial éstos. Además de requerir la anuencia de la Cámara alta para el inicio o suspensión de relaciones diplomáticas, y apertura o cierre de misiones diplomáticas y consulares.
Con estos cambios, se pretende que el Senado de la República fomente una política exterior con visión de Estado y con principios republicanos, con el objetivo de darle continuidad y dejar de lado el carácter sexenal.
La senadora Dolores Padierna precisó en su iniciativa que, para complementar dicha visión de Estado, se prevé reubicar los principios rectores de la política exterior mexicana al artículo 134 constitucional, a fin de trasladarlo al Estado mexicano.
Así, se crea un nuevo artículo 134, lo correspondiente a éste se traslada al 126, y se reforma el artículo 133 para que el nuevo capítulo octavo conste de los artículos 133 y 134, titulado “De la Celebración de Tratados Internacionales y de la Política Exterior del Estado Mexicano”.
En dicho apartado, se prevé establecer y delimitar el marco constitucional para la celebración de todo acuerdo internacional, con el propósito de fortalecer las facultades del Senado en materia de política exterior y celebración de tratados.
Además, se busca establecer el referéndum como mecanismo de democracia directa para la aprobación de los tratados que así lo requieran, generar condiciones y límites para la celebración de tratados y crear un órgano plural y participativo de la política exterior mexicana: el Consejo Consultivo de Política Exterior, el cual, estará integrado por representantes del Ejecutivo Federal y senadoras y senadores de la República que tengan dentro de sus atribuciones la evaluación en materia de política exterior.
Con la creación del Consejo, se respetarán los principios de pesos y contrapesos y se dará una visión republicana y de Estado a la política exterior, destaca el texto.
Por otra parte, expone que dentro de la definición del Plan Nacional de Desarrollo, en lo que se refiere a Política Exterior, el Ejecutivo Federal y el Senado de la Republica definirán los objetivos, metas, estrategias, alcances y prioridades que deberán plasmarse en éste, pues este órgano legislativo será el encargado de aprobar la política exterior que se emprenderá en conjunto con el Ejecutivo.
No se pretende demeritar las facultades del Ejecutivo Federal en cuanto a la conducción de la política exterior, explicó, sino dotar a la Cámara alta de mayor dinamismo en cuanto la definición y aprobación de la misma, ya que actualmente, la política exterior representa exclusivamente la visión del partido en el poder o del grupo regente de la misma.
La propuesta fue turnada a las comisiones unidas de Puntos Constitucionales, de Relaciones Exteriores y de Estudios Legislativos, Segunda.
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