Número-984
- Representantes de la sociedad y de instituciones educativas señalan insuficiencias en la propuesta hecha por la Presidencia de la República.
- Enrique Francisco Galindo señala que se estarían sentando las bases para la construcción de una policía moderna.
Durante la segunda mesa de las Audiencias Públicas en Materia de Seguridad y Justicia realizadas en el Senado de la República, se discutió sobre el mando único policial estatal propuesto en la iniciativa presentada por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto. En el análisis del tema participaron representantes de la sociedad civil, académicos y el Comisionado de la Policía Federal.
Bernardo González-Aréchiga, rector de la Universidad del Valle de México, sostuvo que el mando único requiere una jerarquía con mandos intermedios confiables, así como la homologación de protocolos y sistemas. Propuso un mando flexible, es decir que pueda ser descentralizado en situaciones normales, y centralizarse cuando haya una emergencia, con lo cual no quedará la responsabilidad absoluta en una sola persona en todo momento.
Presentó cuatro modelos de mando único, contenidos en el libro Cómo transformar las policías, los cuales son: el modelo de guardia municipal, la policía municipal con funciones originarias y seguridad pública, la policía municipal completa, y el mando único estatal.
Al detallar las especificaciones de cada uno, dijo que no apoya la propuesta de implementar un mando único estatal; por el contrario, plantearía que cada entidad tenga la libertad de elegir uno o varios modelos de mando único y de integración, aplicando los estándares con las leyes específicas y la Constitución, así como estándares de operación y certificación.
En segundo término, Miroslava Ortiz Flores, representante de la asociación civil Causa en Común, comentó que un cambio tan importante, como el que se plantea en cuanto a seguridad pública para el país, necesita que se busquen diferentes alternativas, pues las situaciones en las entidades son diferentes, y “no podemos recetar sólo un remedio a diferentes males”.
Dijo que los cambios no se darán por decreto, por lo que antes tendrá que haber un ejercicio de selección, depuración y profesionalización; pues de no hacerlo, se transferirán los problemas de lugar y de mando. Agregó que la asociación identificó que se ofrece un diagnóstico insuficiente sobre la situación que guardan las policías estatales y municipales.
Además, la iniciativa descalifica de forma generalizada los esfuerzos que se hacen para consolidar las instituciones policiales municipales, y establece la creencia de que todas las corporaciones estatales tienen la capacidad de dirigir una policía única, lo cual no es necesariamente cierto.
Finalmente, propuso la incorporación de mecanismos de supervisión civil a la función policial, porque es necesario integrar a la ciudadanía en sus actividades, para identificar áreas de oportunidad y hacer propuestas mediante figuras como el ombudsman policial, auditores policiales independientes, oficinas independientes de quejas ciudadanas o comités ciudadanos de revisión, entre otros modelos.
En su turno, Enrique Francisco Galindo Ceballos, comisionado de la Policía Federal, dijo que con la implementación de un mando único estatal, se permitirá construir ideología, filosofía, protocolos, organización, estructura, presupuesto, y consolidación de elementos que sienten las bases de una policía moderna “a la altura del país que hoy estamos viviendo, con reformas estructurales, y cambios en materia penal y procesal”.
Dijo que con la propuesta del mando único estatal se busca la dignificación de los policías, ya no sólo con la carrera policial, sino con un sistema de prestaciones sociales a las mil 800 instituciones policiales municipales, mismas que actualmente no las tienen.
Agregó que también contribuiría a un despliegue planeado de los elementos, con estrategia e inteligencia que les permita atender necesidades específicas. Detalló que México cuenta con 12 policías por cada uno de los más de dos mil 400 municipios del país.
Señaló que la iniciativa del Ejecutivo federal también permite la homologación de la visión, formación, reclutamiento, entrenamiento y capacitación de los mandos. Asimismo, se podrán construir protocolos únicos de actuación de las corporaciones. Finalmente dijo que el servicio de carrera es la columna vertebral de la iniciativa, porque permitirá blindar a los policías de la corrupción, colusión o infiltración.
Por su parte, Eduardo Guerrero Gutiérrez, académico e investigador, planteó una alternativa al mando único; ésta sería un esquema dual, es decir, que los municipios que pudieran contar con una corporación con determinados estándares de profesionalización y confianza ciudadana mantuvieran el mando, y los demás ingresarán a un esquema de mando único estatal; esto generaría incentivos para que los municipios con recursos construyan policías confiables.
Al término de la participación de los ponentes, los senadores Angélica de la Peña, Zoé Robledo y Alejandro Encinas cuestionaron detalles de las intervenciones. El senador Roberto Gil Zuarth dijo que hay una confusión entre lo que es el mando único estatal y las policías estatales únicas, lo cual debiera ser explicado para que la discusión de la iniciativa tenga un buen inicio.
El Comisionado de la Policía Federal estableció que la policía estatal es una estructura organizada, administrativa y presupuestal que necesita el país para tener alcances de presencia, supervisión y control; y el mando único estatal es una persona responsable de los actos en materia de seguridad pública. Dijo que centrar el mando en una estructura concreta con capacidades legales y supervisadas, permitirá dotar de la policía que cada municipio necesita, de acuerdo a sus condiciones particulares.
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