Legisladoras y legisladores de todos grupos parlamentarios en el Senado hicieron un balance sobre los avances y retos para garantizar y hacer efectivos los derechos políticos, sociales y económicos de las mujeres.
En el marco del Día internacional de la mujer, la senadora Blanca Judith Díaz Delgado, de Acción Nacional, resaltó los escasos avances en el acceso a cargos públicos y a la toma de decisiones por parte del género femenino, por lo que es necesario establecer la paridad política como tema fundamental de la reforma al sistema político mexicano.
“No puede ser que solamente seis mujeres hayan sido gobernadoras. Por supuesto que los estados y los países están preparados para que los gobierne una de ellas; lo que no se ha roto son los paradigmas mentales para llegar a la toma de decisiones”, dijo.
Enfatizó que las mujeres, de todos los partidos políticos, “estamos de acuerdo, queremos ser incluidas y sí están preparados los estados para ser gobernados por mujeres”.
Por el PRI, la senadora María del Socorro García Quiroz resaltó que en México las desigualdades entre hombres y mujeres se hacen patentes cotidianamente, por eso urge “emprender cambios estructurales” para que los derechos de la mujer sean tangibles y construir una nueva narrativa igualitaria, democrática y progresista.
Hizo hincapié en que el 96.1 por ciento de las mujeres participan en las actividades del hogar y sólo el 54.8 por ciento de los hombres se ocupan en labores de casa.
Por el contrario --añadió--, la intervención en actividades económicas es del 78 por ciento en el caso de los hombres y del 42 por ciento en el caso de las mujeres.
A nombre del PRD, el senador René Arce aseguró que sí hay motivos para “celebrar” los 100 años del Día internacional de la mujer, pues “otros siglos se han significado por guerras e inventos, pero el pasado fue el siglo en el que las mujeres irrumpieron a la vida social”.
“Por supuesto que nos duele la violencia en contra de ellas --expresó-- y que en este país todavía tengamos que estar discutiendo sus derechos para poder decidir sobre su cuerpo e interrumpir su embarazo; me apena profundamente que por asuntos electorales las fuerzas políticas no quieran entrar a ese debate”.
La senadora Ludivina Menchaca Castellanos, del PVEM, aseveró que México no está a la vanguardia en el reconocimiento de los derechos de las mujeres y por ello deben impulsar reformas en diversas materias que van desde lo laboral hasta lo educativo.
En materia de violencia contra la mujer, mencionó que el Senado no es indiferente y que aún hay muchos retos por delante, entre ellos, promover el conocimiento, reconocimiento, respeto, garantía de los derechos humanos de las mujeres, así como desarticular la violencia basada en el género e identificar la maternidad como una función social.
Por su parte, el senador Francisco García Lizardi reconoció que la desigualdad entre los géneros “aún es evidente”, pues las mujeres representan el 60 por ciento de los sectores más pobres en el mundo, menos del 16 por ciento de los parlamentarios y de los cargos ministeriales y las dos terceras partes de los analfabetos.
Los datos, dijo, reflejan que el tamaño del reto para alcanzar la igualdad sustantiva es grande, por lo que debemos trabajar para disminuir la brecha, eliminar las inequidades y “construir una sociedad que avance y se desarrolle plenamente”.
El senador del PT Ricardo Monreal Ávila dijo que con motivo del Día internacional de la mujer se han pronunciado muchos discursos y al mismo tiempo “hay miles de hogares donde las niñas, jóvenes, madres y ancianas continúan siendo víctimas de la violencia, el acoso sexual y la desigualdad de derechos”.
Subrayó que más allá de discursos y buenos propósitos es necesario prevenir, sancionar y erradicar la violencia y la discriminación contra la mujer, pero también reconocer sus derechos políticos.
En tanto, la senadora Leticia Jasso Valencia, del Partido Nueva Alianza, aseguró que “la democracia se convierte en ciencia ficción si persiste la violencia intrafamiliar y contra la mujer en la sociedad”.
La mujer como persona humana no es ni más ni menos que el hombre, pues ambos tienen iguales derechos. Sin embargo, por muchas razones sociales, culturales o religiosas, “hemos sido y seguiremos siendo víctimas de odiosas discriminaciones”, puntualizó.
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