El Senado de la República aprobó en votación económica la solicitud de licencia del senador Ernesto Javier Cordero Arroyo, del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, para separarse de sus funciones legislativas por tiempo indefinido.
Lo anterior con fundamento en los artículos 63 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como 11, 12 y 13, fracción V del Reglamento del Senado de la República.
Luego de aprobar la licencia, la Mesa Directiva tomó protesta como senadora a Elia Hernández Núñez.
El panista fue Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República durante el Primer Año de Ejercicio de la LXII Legislatura, que va del 1 de septiembre de 2012 al 31 de agosto de 2013.
Desde la tribuna, Cordero aseguró que desde el inicio de la LXII legislatura se han vivido sesiones de arduo trabajo e intensos debates, siempre con altura de miras y en la búsqueda de mejores condiciones para el país.
Señaló que la aprobación de las reformas como la laboral, la educativa, telecomunicaciones, energética y contabilidad gubernamental son muestra del nivel de acuerdo y diálogo que existe en el recinto legislativo.
“Mi estancia en el Senado estuvo marcada por reformas trascendentales en las que siempre buscamos desde distintas visiones defender el patrimonio y bienestar de los mexicanos, me voy con la satisfacción de haber cumplido, pero consiente que aún falta mucho por hacer”, dijo.
El senador con licencia del PAN, resaltó que hoy en día el Senado es un referente democrático y plural donde todas las voces son escuchadas y se respetan, lo que ha hecho posible la aprobación de reformas constitucionales históricas.
Reconoció de manera particular el trabajo del presidente de la Mesa Directiva, Raúl Cervantes Andrade, porque ha consolidado el Senado.
Expresó su agradecimiento a los coordinadores del PRI, Emilio Gamboa Patrón, del PAN, Jorge Luis Preciado, Miguel Barbosa, del PRD, Jorge Emilio González del PVEM y Manuel Bartlett, del PT y a las senadoras independientes, Mónica Arriola y Layda Sansores.
El presidente del Senado, Raúl Cervantes Andrade, le deseo éxito a Cordero Arroyo y aseguró que el reconocimiento que se hace en el recinto legislativo dignifica el ejercicio de la política y cordialidad parlamentaria.
Indicó que es una convicción de las capacidades humanas que se convierten en amistades, con respeto irrestricto de las diferentes ideas, posicionamientos, pero con una sola visión de un México mejor.
El senador Luis Miguel Barbosa Huerta, coordinador del grupo parlamentario del PRD, expresó el deseo de su partido para que el proceso de renovación de la dirigencia nacional del PAN se dé en un ambiente de competencia legítima y equitativa, y del cual el blanquiazul salga fortalecido. En este sentido, afirmó que “el que más va a dar” para que haya un verdadero proceso electivo es Ernesto Cordero Arroyo.
El coordinador del PRI, Emilio Gamboa Patrón aseguró que Cordero Arroyo cumplió un año bien calificado por la sociedad mexicana, cuando la expectativa no era el que se aprobaran más de 15 reformas constitucionales y más de 40 o 50 reformas secundarias.
El coordinador del PAN, Jorge Luis Preciado Rodríguez, destacó el trabajo de Cordero Arroyo y aseguró que la fracción se ha mantenido con unidad, muestra de ello, dijo, son las votaciones que se han realizado en torno a las reformas aprobadas durante en la actual legislatura.
Manuel Bartlett Díaz, coordinador del grupo parlamentario del PT, destacó que a pesar de las diferencias al interior de su fracción, Cordero Arroyo desempeñó un buen papel como presidente de la Mesa Directiva del Senado, mostrándose amable y abierto a la discusión. Asimismo, le deseó suerte en su candidatura para ocupar la presidencia del PAN en lo que esperó fuera un proceso democrático.
El senador Juan Gerardo Flores Ramírez del PVEM, expresó su reconocimiento al trabajo de senador con licencia y su perfil para contender por la dirigencia del PAN.
La senadora independiente Layda Sansores resaltó el trabajo realizado por el ahora senador con licencia durante su estancia en la Presidencia del órgano legislativo, especialmente para escuchar a los legisladores que no pertenecen a un partido político.
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