Senadores, académicos y servidores públicos de la Secretaría de Gobernación coincidieron en la urgencia de replantear las funciones del Instituto Nacional de Migración (INM) y arraigar en éste una cultura institucional de respeto a los derechos humanos, con funcionarios íntegros, al margen de discrecionalidad.
Durante el foro Migración con rostro humano: fortalecimiento institucional, organizado por la Comisión de Asuntos Migratorios, académicos y funcionarios del gobierno federal expusieron que existen áreas de oportunidad para trabajar conjuntamente en esta materia, para lo cual es necesaria una articulación institucional con base en políticas e indicadores que se tracen en el Programa Especial de Migración.
Asimismo, indicaron que existen retos, desafíos y diversas vertientes que atender sobre este fenómeno, y para ello es necesario trabajar en la protección de los migrantes que transitan por México para llegar hacia Estados Unidos.
Al respecto, la senadora Ana Gabriela Guevara, presidenta de la Comisión de Asuntos Migratorios, dijo que es fundamental conocer que están haciendo en materia migratoria las autoridades federales y cuáles son las carencias legislativas en las que debe enfocarse el Senado de la República para fortalecer al INM.
En su turno, la senadora Mariana Gómez del Campo, del PAN, señaló que existen en el país unos 400 mil migrantes en tránsito, de los cuales la mayoría son mujeres. “Sin duda alguna se requiere de mayor certidumbre jurídica” para combatir las violaciones de que son objeto los migrantes.
Dijo que es una “desgracia” que cerca de 22 mil migrantes sean secuestrados al año, lo que equivale a tener 63 víctimas al día, que el 70 por ciento de los migrantes centroamericanos sean asaltados, que el 60 por ciento de mujeres y niñas sufran algún tipo de violencia sexual y año tras año el número de migrantes no acompañados crezca en 36 por ciento, en promedio.
“Hay que evitar que las instituciones se conviertan en un elemento de atropellos, hay que lograr que sean eficaces para que se puedan combatir los delitos”, abundó Gómez del Campo.
A su vez, la senadora Marcela Guerra Castillo, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte, dijo que es compromiso del Senado trabajar para fortalecer institucionalmente al Instituto Nacional de Migración y convertirlo en un aliado de los migrantes, no en un enemigo.
“Queremos un instituto fuerte, vigoroso, capaz, que dé solución a los problemas de quienes transitar por territorio mexicano”, añadió.
Refrendó que la Cámara de Senadores ofrece unidad para coadyuvar en la atención de la migración de origen, tránsito y destino, “porque asumimos la responsabilidad de atender a los sectores más vulnerables en sus derechos humanos, en la seguridad y prosperidad”.
La senadora Adriana Dávila Fernández, del PAN, también se manifestó por contar un INM fuerte, pues dijo que esta institución recibe todos los problemas y quejas de diversos grupos políticos, organizaciones de la sociedad civil.
“Debe establecerse un equilibrio con personal capacitado. A nadie nos sirve un Instituto con deficiencias o carencias, y tampoco nos sirve señalar las deficiencias si no somos capaces de proponer un remedio”, dijo.
Layda Sansores San Román, de Movimiento Ciudadano, se pronunció por quitar al INM el “perfil policiaco” que actualmente tiene, pues de no hacerlo, “muy poco vamos a avanzar en esta cultura de respeto a los derechos humanos”.
“El Instituto Nacional de Migración debe dedicarse a actividades administrativas, respetuoso de los derechos humanos, y que las funciones policiacas las lleven a cabo otras instituciones. Ojalá que transparencia sea una bandera para el Instituto y se deje de simular, porque lo único que se hace es detención de migrantes, de eso ya estamos hartos”, manifestó.
Por su parte, Mercedes del Carmen Guillén Vicente, subsecretaria de Migración, Población y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, señaló que el gran reto de las autoridades de migración es aplicar políticas públicas para incorporar al desarrollo de México a los connacionales repatriados.
“El gran reto es el tema de los repatriados, que mínimo 300 mil empiezan a incorporarse año con año; no vamos a tener menos regresos, sino vamos a tener a las autoridades de EU detrás de mexicanos que no cumplan con los requisitos de su posible reforma migratoria”, consideró.
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