En el marco de la 22ª reunión del Foro Parlamentario Asia-Pacífico, la senadora priista Claudia Pavlovich Arellano hizo un llamado a legisladores a focalizar los esfuerzos de la región en la prohibición efectiva de la transferencia de recursos financieros asociados al tráfico de drogas y al crimen organizado.
La legisladora priista reconoció que el narcotráfico y la delincuencia organizada “sólo podrán enfrentarse con éxito a través del esfuerzo conjunto de todos los países”.
Advirtió que el fraude, la extorsión, el secuestro, la trata de personas, la explotación sexual infantil, entre otros delitos graves que aquejan a nuestras naciones, están asociados a la producción, comercio y consumo ilícito de drogas.
Por ello, consideró, “nuestros entendimientos deben enfatizarse a la colaboración”, a fin de identificar políticas y estrategias destinadas a reducir el consumo de estupefacientes y combatir la multiplicidad de delitos que se derivan de las actividades del crimen organizado.
“En un ámbito más general --agregó-- es pertinente que este Foro Parlamentario Asia Pacifico, nos congrega a hacer un llamado para reforzar al comercio ilícito que se ha dado a llamar el lado oscuro de la globalización, porque es capaz de generar perjuicios económicos, políticos y sociales a gran escala”.
Además, dijo, el comercio ilícito forma parte de la economía ilegal que debe combatirse con todas las herramientas en los respectivos países, por lo que “es urgente focalizar nuestros esfuerzos parlamentarios a la prohibición efectiva de la transferencia de recursos financieros asociados al tráfico de drogas y al crimen organizado”.
En la mesa de análisis relativa a la lucha contra el terrorismo, narcotráfico y crimen organizado, Thira Suwankul, de Tailandia, subrayó que el lavado de dinero y el tráfico de drogas han sido reconocidos como una de las principales fuentes de fondeo para ataques terroristas.
Por Australia, Philip Ruddock enfatizó que “que muchos de los riegos terroristas que vemos son financiados por el crimen organizado y el tráfico de drogas; estos vínculos, acotó, son reales y necesitamos ver la realidad a lo largo de nuestras fronteras”.
En tanto, Andrey Klishas, de la Federación Rusa, señaló que “la cocaína que viene de Latinoamérica es una amenaza” no solamente para esta zona sino también para otras regiones, pues la escala del tráfico de drogas disminuye la paz y “genera un mayor terrorismo”.
“Estamos preocupados por el hecho de que en los últimos años se han hecho llamamientos para tener un sistema de control de drogas con miras a liberarlas, pero consideramos de suma importancia retraer dichas acciones”, aseveró.
Por su parte, Chhit Kim Yeat, de Camboya, reiteró que “este mal no sólo amenaza el crecimiento económico sino también la estabilidad social y el tejido moral de las naciones”.
Por Nueva Zelanda, Barbara Stewart señaló que la seguridad y salud de las familias dependen de la capacidad en el combate al narcotráfico, en un contexto en el que el volumen de drogas y el nivel de sofisticación de los grupos de delincuentes internacionales aumentan cada vez más.
Señaló que los delitos relacionados con las metanfetaminas son cada días más graves y “por eso debe de haber tolerancia cero para quienes trafican con estos estupefacientes” y es necesario que en los países de la zona se implementen “acciones contundentes” en contra de este problema.
Las delegaciones parlamentarias de Tailandia, Camboya y Australia expresaron que el terrorismo, el tráfico de drogas y el crimen organizado representan un reto importante para la región Asia-Pacífico, ya que dichos ilícitos son una amenaza para el crecimiento económico y la estabilidad social.
Hicieron un llamado para continuar con la cooperación regional y hacer frente de manera efectiva a estas amenazas. Expresaron que es “deber y compromiso” de los países de Asia-Pacífico trabajar por una región vibrante, dinámica, próspera y segura.
En el marco dela 22ª reunión anual del APPF, las delegaciones asiáticas destacaron que la corrupción es una amenaza potencial que afecta la estabilidad económica en muchos países.
Se pronunciaron por impulsar desde los Parlamentos leyes que propicien el bienestar de todos los pueblos que comprenden esta región.
“La cooperación entre los legisladores una red será la iniciativa de este programa importante que debemos tener en cuenta, con el fin de lograr el objetivo de la lucha contra la corrupción, expresó el legislador tailandés Narumon Siriwat.
Por su parte, la delegación de Indonesia, representada por el legislador Andi Anzhar Cackra Wijaya, reiteró que la corrupción es un fenómeno global que ocurre en cualquier comunidad desarrollada o en desarrollo.
Sin embargo, reconoció que se trata de un crimen que se ha extendido debido a los procesos de liberalización y globalización, la nueva tecnología y la creciente importancia de las corporaciones multinacionales en la política y la economía.
Insistió en que la corrupción amenaza la ley, la estabilidad y la seguridad de la gente, y además pone en riesgo la igualdad en la distribución de recursos. Este flagelo está relacionado con otros crímenes: terrorismo, tráfico de drogas, lavado de dinero y otros ilícitos vinculados a la economía.
En ese contexto, Andi Anzhar Cackra Wijaya explicó que la estrategia nacional anti-corrupción de Indonesa tiene seis pilares: establecer sistemas de prevención, fortalecer la aplicación de la ley, implementar reformas; reforzar la cooperación nacional e internacional, impulsar una reforma judicial y desarrollar un sistema de denuncias.
El legislador señaló que Indonesia ha tenido cambios importantes y progresos en la lucha contra la corrupción en el país y muestra de ello, aseveró, son el número de casos por de corrupción que han sido difundidos y perseguidos con éxito.
También de la delegación de Indonesia, el parlamentario Pramono Anung Wibomo consideró que el desarrollo y el bienestar de la gente son dos necesidades esenciales para mantener la paz y la estabilidad en la región.
Reconoció que en Asia-Pacífico existe una situación estable, sin embargo, consideró que una amenaza real de tipo militar puede perjudicar la seguridad de toda la región, por lo que convocó a los asistentes a la 22ª Reunión Anual a resolver mediante el diálogo y la aplicación de los tratados internacionales.
La guerra nunca hace bien, de ningún modo, sólo causa pérdidas y destrucción, señaló. Por ello, insistió en que los miembros de la APPF eliminen la mentalidad de la guerra fría o de la confrontación militar.
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