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I
Fecl\a
ISecclón
19.02.2018 .
NOSOTROS YA NO SOMOS LOS MISMOS
t
Candidatura independiente: ¿de quién?
t
La venerable herencia del pueblo
ÜRTlZ TEJEDA
L
a
p~gativa
que
otorga a todo ciuda–
dano
el derecho
a
as–
pirar a
ser
Presidente
de los Estados Uni–
dos Mexicanos está asentada
en el artículo
35
de nuestra
Carta Magna. Los requisitos
que deben cubrir
quien~
quie–
ren ostentar tan alto encargo se
describen, tanto en los artículos
82
y
83
como en las leyes· en
materia electoral, que fijan los
requisitos, condiciones y térmi–
nos que todo ciudadano debe
cubrir si toma la decisión, ¡Y
qué decisión! de enfrentar a la
aguerrida partidocracia que nos
domina y disputarle, en soli–
tario ("independiente" se dice,
y yo pregunto, ¿de quién?) el
botín pluripartidista.
Al
respecto
de estas candida–
turas, los pros y contras son
infinitos. Yo, lo declaro públi–
camente, estoy formado por el
sí. Considero que un régimen
que se declara, se ostenta, como
popular, democrático, represen–
tativo, republicano, laico, no
puede de entrada ser, por mo–
tivo alguno, excluyente.
Es
inimaginable
regresar
a los
tiempos del PAN fundacional
(me refiero obviamente al siglo
XIX),
cuando el derecho al voto
y no
se
diga a ser votado, estaba
condicionado a que los electo–
res tuvieran bienes suficientes
o ingresos de consideración que
los hicieran, evidentemente,
gente honorable. Contaba
tam–
bién, por supuesto la tez, el
origen y la correcta pronuncia–
ción y comprensión de rediez,
Aran
juez y no jodéis.
Pienso que el pueblo llano
debe tener derecho a escoger,
aún a quienes lo van a dejar
más llano todavía, merced a la
~amia
de un voto cooptado,
inducido, cambalacheado
gra–
cias a las carencias y urgentes
necesidades que van
desde
un
tambo
de agua, un
tinaco
o
la
esperanza
de un sufragio que
reditúe, ahora, lo que nunca
me
llegará maflana No comparto
la demagógica, ridícula y fanta–
siosa pretensión de que el pue–
blo, nada más por serlo, siem–
pre
tiene la razón o que nunca
se equivoca. Por el contrario,
estoy convencido que amplios
sectores de
ese
enorme conglo–
merado identificado como "el
pueblo", están en condiciones
muy precarias para identificar
lo que verdaderamente es co–
rrecto, cierto y conveniente.
Mínimos conocimientos, in–
formación insuficiente, pobre
manejo de la "castilla" para
expresarse y darse a entender y
las miles de carencias, limita–
ciones de todo tipo qüe son, al
tiempo, causa y consecuencia
del atraso, la marginación, la
sobrexplotación.
No debería
teoer
la
necesidad
de
hacer
aclaraciones
sobre
esta
pesada
afirmación
acabada
de
for–
mular, pero
ante el
temor
de
que
el
excelentísimo
señor
Eduard R
Malayán,
embajador
de
Rusia
en
nuestro
país,
exhibido
y denun–
ciado
por
el
honorable,
rectilíneo,
impoluto,
apolíneo
y
dionisíaco
vocero, Javier Lozano, interviene
impúdicamente en actividades
que
son exclusivas
de
los
ciu–
dadanos
mexicanos, como es
la
"grilla
política," le
dé
a
mi
opinión
una dolosa
interpretación
y
me
haga
aparecer
como un taimado
menchevique,
decidí
adelantarme
y
aclarar:
pienso que
los pueblos
del
orbe
tienen
casi
tantas
posi–
bilidades
de
errar
en
sus
juicios y
decisiones, como
los
Papas,
todos
(aunque
hablen ex
cátedra).
Desde
el
sacat6n
del apóstol
Pedro
(an–
tecedente
directo
del inimputable
Vicente: ¿Y yo
por
qu6?),
basta
(tujomada
el
querido
che
Francisco,
a quien
los
ma!USalenes
del
Sacro
Colegio
Cardenalicio le
pooeo
zaocadillas
un
día
sí
y
el
otto,
doble. Pero con
sólo
una
salvedad:
ese
infeli.zaje,
ese
lumpen, tiene el
sagrado
de–
recho
de
decidir
rumbo,
tiempos,
destino
y,
si
se
equivoca, inten–
tarlo de nuevo
una
y
otra
vez. A
los
militantes, a
las
avanzadas, a
las
vanguardias
ideológicas,
a
los
que
pomposamente
asumen
el
rol
de
"promotores,
generadores
de
la
conciencia
de
clase" corresponde
el
proselitismo,
la
cooptación, el
regar
polvorita, compartir los
sa–
beres
y
proveer
las
explicacio–
nes
científicas,
no
la
superchería,
del
mundo, de la
vida,
de
la(s)
historia(s),
pero
nunca tomar
las
decisiones fundamentales que
sólo
caresponden
a los
dueños
de
~~
nrnnin
~1'11\
Pienso, antiguo de
mí:
que
hay que sermonear escuchando;
enseñar aprendiendo y, por su–
puesto: mandar obedeciendo.
¿El "pueblo" siempre acierta,
tiene la razón en automático y
no se equivoca jamás? ¡Claro
que no! ¡Por supuesto que no!
Pero su derecho a decidir para
acertar
o equivocarse, reincidir,
variar o corregir es innato. No
es mandato del Altísimo.
(0
del
de más abajo). Es la chapuza
con la que a todos pretenden
embaucamos: el libre albedrío.
Todo ser humano está facultado
para decidir por el bien o por el
mal...
Ah,
pero todos los seres
creados por diosito nacemos
inoculados por la concupiscen–
cia o inclinación al mal.
O
sea,
·cartas
marcadas,
con las que
~1,
en un juego de poder total,
habrá
previamente decidido que
"tu libre albedrío" ya tenía un
color asignado?
Una vez
más
las cuentas del
espacio y los datos que deseaba
comunicar no me salieron y la
información que para esta oca–
sión tenía preparada, va a que–
dar por esta vez mocha.
La
acla–
raré
más
tarde y con singular
esmero, pues me ha ocasionado
serios problemas de conciencia,
de escrúpulo y hasta de apre–
ciación, un tanto pretenciosa
de mi persona y
mi
traba,jo.
No me fue fácil la decisión ·de'l
escribir, después de dos meses
de análisis y corroboración de
hechos y dichos sobre lo que
los coahuilenses de las
más
di–
versas militancias políticas y
posturas ideológicas consideran
que son una realidad palpable
sobre la vida de su entidad al
terminar
2017.
En
seis
años se
logró
disminuir
93 por ciento los homicidios. Se
invirtieron
más
de 5
mil
millones
de pesos para mejorar la
seguri–
dad
y la procuración de justicia.
Se
crearon 235 preparatorias y
ocho nuevas universidades tec–
nológicas y politécnicas.
Se generaron
162
mil nuevos
empleos formales y se organi–
zaron
117
ferias de empleo.
El estado tiene la tasa de de–
socupación más baja de los
últimos
1O
años, y ocupa el
tercer lugar nacional en forma–
lidad laboral.
Coahuila
es
la
tercera entidad
más industrializada del país.
El 52 por ciento del producto
interno bruto estatal se encuen–
tra en el sector industrial. Asi–
mismo, es el estado con mayor
PIB
per cápita., equivalente a
202
mil
pesos.
Además, es
el
segundo estado
que más aporta
al
desarrollo '
económico de México, y el se–
gundo estado más exportador
del país.
En
cuanto
al
tema de desarro–
llo social y pobreza, Coahuila
ocupa el cuarto lugar a escala
nacional con menor pobreza
extrema. Durante los recientes
años, las familias
más
vulnera–
bles, aquellas que vivían en esa
condición
(120
mil), se reduje–
ron a menos de la mitad.
En
este
periodo se invirtieron
3
mil
805 millones de pesos en
infraestructura en salud.