Versión estenográfica de la entrega de firmas de la Ley “3 de 3” que recibe el senador Roberto Gil Zuarth, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.
SENADORA MARCELA TORRES PEIMBERT: Muy buenos días a todas, a todos.
Para el grupo de senadores que estamos aquí, el senador Ernesto Ruffo, el senador Fernando Yunes; desde luego el presidente del Senado, Roberto Gil Zuarth, y para una servidora, es un enorme honor esta mañana poderle abrir las puertas del Senado a este grupo de mujeres y hombres, ciudadanos, que dedican lo más valioso que tenemos las personas, que es el tiempo, es un pedacito de vida, a construir bien público.
Ellos se han dado a la tarea, a través de sus numerosas organizaciones ciudadanas, de juntar un número de firmas, suficientes y mucho más de las necesarias, son ya 634 mil firmas en total; para avalar, para presentar ante este Senado la iniciativa ciudadana que se ha llamado Ley 3 De 3.
Es un honor poderlos recibir esta mañana a todas y a todos ustedes.
Cedo la palabra.
ENRIQUE CÁRDENAS SÁNCHEZ, DIRECTOR EJECUTIVO DEL CENTRO DE ESTUDIOS ESPINOSA YGLESIAS: Muy buenos días. Señor presidente del Senado, senador Roberto Gil Zuarth; señores senadores, senadoras que nos acompañan, mucho gusto.
Estimados todos:
Tengo el alto privilegio de presentar al Senado de la República este segundo gran paquete, con 324 mil 667 firmas de mexicanos y mexicanas que apoyan la iniciativa ciudadana de la Ley General de Responsabilidades Administrativas, mejor conocida como la Ley 3 De 3.
Este paquete se suma a las 309 mil 476 que entregamos el pasado 17 de marzo, por lo que recibimos y ahora completamos un total de 634 mil 143 firmas de ciudadanos mexicanos.
Puedo decir que hemos cumplido la misión.
A nombre de quienes participamos en la campaña para conseguir firmas, deseamos agradecer a todas las personas que confiaron en nosotros apoyando la iniciativa; y a todas las organizaciones civiles, empresas, universidades, diversos colectivos que se unieron al esfuerzo no sólo de sumarse, sino de conseguir más firmas y convertirse en verdaderos aliados y protagonistas de este esfuerzo sin precedente en nuestro país.
Y a todos quienes operativamente, y especialmente al personal del IMCO, quienes hacen posible la entrega esta mañana.
Al Senado de la República por recibirnos, muchísimas gracias; y al INE, que está contando las firmas, as we speak, como diríamos.
Es evidente el interés de la sociedad, porque el grave problema de la corrupción que lacera todos los ámbitos de nuestra vida política, económica y social, se resuelva de una vez por todas. La sociedad ha dicho, con fuerza y claridad, que la corrupción es intolerable, que no se trata de un tema cultural, sino de instituciones que no han funcionado; que tenemos un Estado de Derecho endeble y que se aplica con discrecionalidad.
Se trata de erradicar un sistema que ha permitido que funcionarios y particulares abusen de la confianza y autoridad depositada, que desvíen recursos públicos de los fines para los que se habían autorizado, que se extorsione a personas, empresas y todo tipo de organizaciones, que se tenga que pagar por servicios que el Estado provee teóricamente sin costo alguno, que haya conflicto de interés en la labor pública, así como otras conductas de corrupción que están claramente definidas en la Ley 3 De 3.
Más de 630 mil personas, con nombre y apellido, han decidido apoyar esta iniciativa, diseñada por especialistas que generosamente brindaron su tiempo, su conocimiento y su dedicación y a quienes aquí también me gustaría agradecerles públicamente; para constituir un sistema nacional anticorrupción que sea eficaz y contundente.
La Ley 3 De 3 es uno de los pilares del sistema, es una ley fundamental, indispensable; pero si no se establecen otros ordenamientos paralelamente, no podrá cumplir con sus objetivos.
Por ello, necesitamos el segundo pilar del sistema: la Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción, que estructura, organiza y establece su forma de operación. En particular, se considera ahí la existencia de un CONEVAL de la corrupción que permita aquilatar la efectividad de la política de combate a la corrupción.
Sobre esta segunda ley, los mismos especialistas que concibieron y diseñaron la Ley General de Responsabilidades Administrativas, le entregamos a los senadores miembros de las comisiones Anticorrupción y Participación Ciudadana; Justicia y de Estudios Legislativos; cuyos presidentes casi todos están aquí, hace ya más de un mes los puntos que consideramos esenciales para redactar la ley general del sistema.
Y también hemos hecho públicos otros documentos que establecen elementos esenciales que podrían o deberían considerar el sistema, de tal modo que puedan guiar modificaciones a las otras piezas de legislación que se requieren reformar para construir cabalmente el Sistema Nacional Anticorrupción.
Es decir, la iniciativa ciudadana toca sólo una ley indispensable y fundamental, pero el reclamo social va tras la construcción del Sistema Nacional Anticorrupción.
Nosotros así lo entendemos y así se lo hemos expresado al Senado de la República y a la Cámara de Diputados. No vamos por una ley, vamos por un sistema, y crearlo constituye un verdadero cambio de régimen en donde el servicio público y su relación con la sociedad se modifiquen para que aquel vuelva a tener el prestigio y dignidad que su naturaleza demanda en una democracia en donde la honestidad, la integridad de gobernantes y gobernados sea la constante que rija nuestra vida cotidiana.
Cientos de miles de mexicanos esperan resultados tangibles que enderecen el rumbo; resultados que permitan ver una ruta hacia el control de la corrupción y el fin de la impunidad; resultados que impacten positivamente nuestra vida en sociedad, nuestra economía y nuestra gobernanza política.
México se lo merece; los mexicanos nos lo merecemos.
Esta legislatura tiene la altísima responsabilidad y la inmejorable oportunidad para realizar una de las grandes transformaciones que necesita nuestra patria y que exige nuestra sociedad.
Es importante señalar que controlar la corrupción y erradicar la impunidad abre la puerta para acabar con otros males sempiternos que arrastramos, como: la pobreza, el bajo crecimiento económico, la desigualdad persistente por la falta de movilidad social y de instituciones que garanticen la igualdad de oportunidades en todas las etapas de la vida de los mexicanos. Al erradicar la corrupción, reduciremos también la inseguridad, la violencia, la injusticia.
Señoras y señores senadores: La corrupción y la impunidad que lo acompaña es un obstáculo que nos impide avanzar al ritmo que necesitamos.
La sociedad civil hemos hecho nuestra parte. Grandes grupos de la sociedad han mostrado su determinación para cambiar a nuestro país.
A ustedes les toca construir el marco legal para que esto ocurra.
Sabemos que no será fácil y que los resultados sólo serán perceptibles en el mediano plazo, pero ya no podemos retrasar más estas decisiones; los ojos de la ciudadanía estarán puestos en ustedes, vigilantes, demandantes.
Como legisladores, no pueden postergar o brindarle a la ciudadanía soluciones mediocres que realicen cambios para que nada cambie; que dentro de la complejidad de la legislación que se requiere hacer consistente para instituir un eficaz Sistema Nacional Anticorrupción se escondan rendijas, se dejen agujeros para que se diluya la fuerza que requiere el sistema.
Señoras, señores senadores y senadoras: La ciudadanía espera mucho de ustedes. Confían en el sistema político que a pesar de sus deficiencias permite que nuestras diferencias se procesen institucionalmente.
Este movimiento para pedir y recolectar firmas en realidad se ha vuelto conseguir la voluntad de la gente, ha estado enfocado a construir instituciones, a establecer los sistemas y las regulaciones que nos permitan vivir en armonía.
No hemos salido a la calle a manifestar nuestra inconformidad, a detener el tráfico en las vialidades de la ciudad y del país para mostrar el hartazgo que sentimos por los niveles intolerables de corrupción e impunidad.
Hemos salido a la calle para recoger la voluntad de muchas personas que buscan un cambio pacífico y positivo para México, dentro de los cauces democráticos.
Hemos salido a la calle con la confianza de que nuestros representantes, ustedes, sabrán aprovechar la contribución que hacemos desde la sociedad civil y escuchar este clamor generalizado por la lucha contra la corrupción y la impunidad.
Muchas gracias.
SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Muy buenos días.
Esta mañana recibimos con aprecio y reconocimiento al grupo de organizaciones, universidades, actores de la sociedad civil que se propusieron una causa: construir una iniciativa de ley general de responsabilidades de los servidores públicos, y que buscaron el respaldo ciudadano para que se convirtiera en una iniciativa ciudadana.
El requisito constitucional estaba más que cumplido desde la ocasión anterior que tuvimos la enorme fortuna de recibirlos.
De inmediato el Senado de la República envió al Instituto Nacional Electoral ese paquete de firmas y estamos, tenemos noticia de que en próximas horas, días, recibiremos la validación de las firmas.
El registro está completamente cumplido, pero las organizaciones han considerado necesario y nosotros reconocemos ese esfuerzo, un nuevo recordatorio sobre lo importante de la causa, con la presentación de otras 300 mil firmas de respaldo a la iniciativa conocida como la Ley 3 de 3.
No es la necesidad de cumplir un requisito lo que los ha traído nuevamente al Senado, sino la intención de hacer un recordatorio sobre la prioridad de construir el Sistema Nacional Anticorrupción y las distintas piezas que componen ese sistema.
No es el peso del volumen de las firmas, sino la importancia de la causa, el hecho de que miles de ciudadanos consideran que la construcción del Sistema Nacional Anticorrupción debe ser una prioridad para el país, debe ser una prioridad para la política y debe ser una prioridad para la construcción de políticas públicas.
Y de eso se trata el ejercicio de esta mañana. A nombre de mis compañeros senadores, que están aquí presentes, Marcelas Torres, Ernesto Ruffo, Fernando Yunes, de otros que han participado en la construcción y que tendrán la responsabilidad de dictaminar esta ley y las demás que se han presentado por distintos actores, con legitimidad para hacerlo.
Tendrán la responsabilidad de dictaminarla y encontrar los consensos necesarios respetando no solamente el espíritu, la letra de la reforma constitucional, sino también los conceptos que se nos han ido aportando en este ejercicio ciudadano y en otros ejercicios donde hemos tenido ocasión de recibir la participación de la sociedad civil.
Las organizaciones ya hicieron su trabajo: recolectar las firmas para mandar un mensaje claro a la política de que queremos avanzar en la construcción del Sistema Nacional Anticorrupción.
Ahora nos toca a nosotros, desde el Senado de la República, conseguir las otras firmas, las firmas de los votos, los votos en comisiones y los votos en el pleno del Senado, para que estas iniciativas se conviertan en ley y podamos transformar la realidad hacia un sistema político, un sistema de gobierno que responda a los principios de la integridad, de la honestidad, de la eficacia y de la eficiencia, sin duda, pero sobre todo desde la confianza que nos debemos hacia los ciudadanos.
De eso se trata la construcción del Sistema Nacional Anticorrupción, de recuperar, desde las distintas responsabilidades de gobierno, la confianza de los ciudadanos; de mejorar, sin lugar a dudas, el funcionamiento del gobierno, de reducir los costos que implica, altísimos costos que implica la corrupción, ese impuesto ilegal que pagan los ciudadanos por interactuar con el servicio público.
Hemos hecho el compromiso en el Senado de la República de avanzar en este periodo en el Sistema Nacional Anticorrupción. Lo hemos hecho con total decisión sobre la importancia que este tema tiene para nosotros y sobre todo para la sociedad.
Hay tiempo suficiente para avanzar en la construcción de este sistema. Hay tiempo suficiente para que, desde los parámetros y principios del parlamento abierto, escuchemos las voces y construyamos instituciones sólidas para darle una respuesta a los ciudadanos.
Hay tiempo suficiente y también quiero decirlo y subrayarlo, también se percibe voluntad política de quienes estamos aquí representados. Hay voluntad política de los distintos grupos parlamentarios de avanzar en la construcción del sistema. Tenemos que vencer obstáculos, tenemos que vencer resistencias; en algunos momentos también vencer miedos, pero de eso se trata la actividad política: de vencer los obstáculos para construir bienes públicos.
Quiero agradecer de nueva cuenta a las organizaciones y a las universidades que han hecho este esfuerzo.
Seiscientas treinta y cuatro mil firmas se escuchan fácil, se puede decir en segundos, en milésimas de segundos la cifra, pero es trabajo de muchos días, de muchas personas.
Detrás de cada firma hay un trabajo de convencimiento de quien pidió esa firma.
No solamente explicar la ley, no solamente explicar para qué sirve, no solamente explicar la importancia de la ley sino también convencer a un ciudadano de que le puede transformar su vida si esta ley se convierte en realidad.
Detrás de cada interacción para recibir una firma hay un ejercicio de política ciudadana, de convencer a unos de que se sumen a una gran causa y que juntos construyamos una acción colectiva por devolver la confianza y la integridad al servicio público.
Quiero agradecerles de nueva cuenta su presencia y desearles, pedirles que sigan insistiéndonos en que no pospongamos estas discusiones.
Pedirles que sigan insistiendo en la necesidad de agotar esta discusión en este periodo.
Que no nos dejen solos, técnicamente hablando, pero tampoco que nos dejen un solo segundo de exigir resultados.
Por su atención muchísimas gracias y de nueva cuenta bienvenidos.
