Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

SENADORA MARÍA ELENA BARRERA TAPIA: Buenas tardes tengan todas y todos ustedes. Damos inicio a este cierre de 11 mesas de trabajo que correspondieron a las audiencias públicas para generar una política relacionada a las alternativas de regulación de la marihuana.
Doy la más cordial bienvenida al senador Roberto Gil Zuarth, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.
Al diputado Jesús Zambrano Grijalva, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Al senador Emilio Gamboa Patrón, coordinador del Grupo Parlamentario del PRI en el Senado de la República.
Asimismo, a quienes hoy participaron y fueron nuestros ponentes especiales y participantes en esta última mesa:
Al licenciado Graco Ramírez Garrido, gobernador constitucional del estado de Morelos. Muchísimas gracias, señor gobernador.
Al doctor Jorge Castañeda, exsecretario de Relaciones Exteriores y profesor de la Universidad de Nueva York.
Al doctor Steve Rolles, director de Política Pública en Inglaterra. Muchísimas gracias.
Al doctor Álvaro Santos, profesor de la Universidad de Georgetown. Muchas gracias.
Asimismo, a quienes han estado de manera incansable y participando durante todo este tiempo, el Consejo Técnico, integrado por el doctor David Kershenobich, muchísimas gracias.
Al doctor Manuel Mondragón y Kalb. Al maestro Alejandro Hope. Alejandro Madrazo. Al doctor Mauricio Hernández. Al maestro Edgar Vielma Orozco. A Luis Mazzitelli.
Asimismo, al licenciado Fernando Belaunzarán. Al doctor Rafael Camacho Solís. A la maestra María Celia Toro. Al doctor Jorge Ulises Carmona. Al doctor Mario Melgar y al doctor Julio Sánchez y Tépoz.
Asimismo, a senadoras, senadores, diputadas y diputados que han estado participando de manera invariable en cada una de ellas. Asimismo, como integrantes de las mesas directivas de ambas legislaturas.
Muchísimas gracias a todos.
A continuación, le cedo la palabra al diputado Jesús Zambrano Grijalva, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Muchas gracias, diputado.
DIPUTADO JESÚS ZAMBRANO GRIJALVA: Muchas gracias. Muy buenas tardes a todas y todos los aquí presentes.
Gracias por la hospitalidad a nuestros amigos del Senado de la República, al presidente de la Mesa Directiva, al senador Roberto Gil.
A nuestro amigo presidente de la Junta de Coordinación Política en el Senado de la República, al senador Emilio Gamboa Patrón.
A nuestro amigo gobernador, amigos diputados y desde luego a todas y todos los ponentes, participantes distinguidos de este ejercicio que estamos realizando.
Efectivamente, el día de hoy concluyen las 11 audiencias públicas, como se ha mencionado, para las alternativas de regulación de la marihuana.
Estas audiencias han sido el resultado del impulso que conjuntamente decidimos realizar ambas cámaras del Congreso de la Unión, junto con distinguidos representantes de prestigiadas instituciones de la sociedad civil y de gobiernos locales a quienes reconozco y felicito por su esfuerzo y su participación siempre constructiva.
Como presidente de la Cámara de Diputados de esta LXIII Legislatura representa para mí una gran satisfacción haber contribuido a generar este espacio de reflexión y discusión en torno a una problemática internacional y nacional, como es la regulación de la marihuana.
A lo largo de las tres últimas semanas se ha llevado a cabo un ejercicio inédito de diálogo constructivo con apertura, en el cual a ninguna persona, a nadie se le ha limitado a manifestar sus ideas o sus argumentos.
La mejor vía para avanzar en temas complejos, como es este que nos ha ocupado, es exponiendo las diferencias y coincidencias, de tal manera que se pueda avanzar en la construcción de consensos para discutir y aprobar las reformas necesarias, en su caso, en el marco jurídico y los cambios que se deriven también en lo que se refiere a las políticas públicas.
En este sentido, durante las audiencias se ha suscitado el intercambio de las ideas que ha permitido abordar varias de las aristas relacionadas con el uso de la marihuana, entre las cuales se pueden mencionar las siguientes, por lo menos:
Una, el uso con fines terapéuticos.
Existe suficiente evidencia científica que demuestra que la marihuana tiene más de 400 sustancias activas y al menos 70 cannabinoides.
Esto ha permitido el desarrollo de medicamentos que están al alcance de los pacientes en otros países.
Cada vez hay un mayor consenso en México sobre la eficacia en algunos de los derivados de la marihuana con fines terapéuticos.
No obstante, se debe reconocer la necesidad de hacer mayor investigación sobre las posibles aplicaciones y efectos que pudiera tener el uso de estos derivados.
Fuera de esta posible regulación de la marihuana para fines terapéuticos, existe un amplio espectro de acciones sobre lo que podría ser una nueva política de drogas que también se ha identificado en estas audiencias como una necesidad para el país.
El segundo: el uso personal.
En México hay una permisibilidad de hasta cinco gramos para el consumo personal e inmediato de la marihuana; mientras que en diversas partes del mundo la convención ha sido de 28 gramos. Yo eso lo llegué a escuchar incluso en el arranque de las audiencias al doctor Mondragón, que ha tenido una posición también muy crítica en relación con este tema, porque vi que cuando me saludó acá de una manera muy especial algunos nos tomaron placas; no es la manera que tenemos de dirimir nuestros diferentes puntos de vista.
No obstante –es que me agarró el cuello para que no se dieran cuenta, el poco cuello que tengo, me agarró aquí– no obstante esta condición legal no ha impedido la persecución y criminalización de las personas que consumen marihuana.
Se ha identificado la posibilidad de un cambio de la política prohibicionista en términos de la cantidad que se pueda aportar legalmente para uso personal, lo que implica una revisión en la legislación penal sobre el tema; este uso personal tiene un vínculo directo con la seguridad pública y con el sistema penitenciario del país.
Hoy en día cientos de miles de personas están en las cárceles mexicanas por el delito de posesión de drogas, entre ellas muchos jóvenes, la mayoría, de los cuales, según los estudios del CIDE, por lo menos dos terceras partes de los detenidos purgan penas por posesión de marihuana, cifra que se dispara hasta el 80 por ciento en el caso de las mujeres, que es otro elemento de inequidad de género que hay en el país.
El tercero es el de la salud pública.
No hay mejor forma de enfrentar el problema de las drogas que con políticas de educación, información, prevención y también con políticas de reducción del daño, tratamiento, rehabilitación y reintegración de las personas a la sociedad, porque necesitamos hacernos cargo del problema relacionado con la dependencia.
Es necesario fortalecer con mayores recursos presupuestales a las instituciones que brinden servicios de salud a quienes tengan un problema de consumo y dependencia.
Como aquí ya se ha señalado, una política pública responsable necesariamente debe contemplar el establecimiento de una estrategia nacional, basada en un enfoque de salud pública que abandone las medidas represivas, la criminalización y el encarcelamiento de los usuarios, instaurando alternativas orientadas a reducir los daños que las drogas provocan tanto a las personas como a la sociedad.
Porque está claro que necesitamos implementar políticas integrales que contemplen la descriminalización del consumo, así como un conjunto de medidas enfocadas a la prevención, a la reducción del daño, el tratamiento, rehabilitación y la reinserción social de las personas, para lo cual es indispensable instaurar un marco institucional que verdaderamente proteja la salud y la seguridad de las personas.
El cuarto, el uso de la marihuana como ejercicio de las libertades individuales.
La resolución de la Suprema Corte de Justicia de la nación abrió la puerta para la discusión sobre el derecho a la autodeterminación que tienen los individuos a su libertad individual.

Esta es otra de las vertientes en donde el cambio de la legislación podría permitir tener un marco normativo que permita el ejercicio de la libertad individual y de los derechos humanos. No obstante, hay que reconocer que existe un número importante de voces que manifiestan su firme oposición a que esta regulación se pueda concretar en el país.
Fuera del uso terapéutico, la gran discusión que se tiene hoy es la revisión del marco legislativo para el uso diferente al personal, en concordancia con la libertad individual y de derechos humanos. Al respecto todavía tenemos que seguir analizando el impacto para nuestro país.
Después de estas audiencias y con el informe del Consejo Consultivo a los legisladores como representantes de los mexicanos, nos corresponde armar las piezas para la construcción de un marco legislativo nacional.
Con dichas piezas podemos avanzar en la construcción de un marco jurídico que considere las implicaciones que tiene el uso de la marihuana en sus diversas modalidades.
Un marco que deberá tomar en cuenta los instrumentos nacionales e internacionales vigentes en el país, tanto en aspectos de salud como de derechos humanos y de seguridad, además de los aspectos económicos implícitos, en el diseño e instrumentación de las herramientas normativas.
Ha sido en el Congreso el espacio en donde confluye la representación nacional, donde hemos dialogado con las voces más expertas y autorizadas para construir juntos, una definición responsable sobre la regulación de la marihuana.
Hemos analizado, lo han expresado ustedes y en diversos momentos, con seriedad, los riesgos, las oportunidades y el conjunto de retos y desafíos que esto implica para el país.
Ahora como legisladores a nosotros nos corresponde asumir una actitud responsable sobre esta regulación.
Quienes integramos las cámaras del Congreso de la Unión, tenemos el reto de plantear una alternativa al uso de estas substancias.
Particularmente nos corresponde tomar las decisiones en materia legislativa y dotar a los mexicanos de las herramientas necesarias que permitan a la sociedad en su conjunto salir adelante.
Esa es nuestra responsabilidad y ese es el paso que habremos de dar, el que sigue, con desde luego el apoyo y siempre espero sigamos contando, con la cercanía y la colaboración de quienes aquí han estado participando en estas 11 mesas.
Muchas gracias.
SENADORA MARÍA ELENA BARRERA TAPIA: Muchas gracias.
También agradecemos la siempre participación de integrantes del Consejo Técnico:
Luis Escobar Aubert, doctor Jaime Urrutia, Juan Leonardo Menes, doctor Dante Jaime Haro Reyes, Domitille Marie Delaplace, maestra María José Martínez Ruiz; maestro Raúl Martín del Campo; doctor Rafael Estrada Michel.
Muchas gracias a todos por su siempre oportuna participación.
Solicito de manera respetuosa al senador Roberto Gil Zuarth, sea tan amable de darnos el mensaje de conclusiones.
SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Gracias senadora.
Buenas tardes tengan todos ustedes.
En primer lugar, hay que reconocer y agradecer la participación entusiasta de los integrantes del Consejo Consultivo que hemos formado para articular la deliberación con respecto a una nueva política regulatoria frente a las drogas, y específicamente frente a la marihuana.
Es un ejercicio inédito del Senado de la República este modelo de deliberación.
Creamos un Consejo Consultivo para no solamente definir los temas, sino también para formular las preguntas correctas sobre un tema profundamente complejo, con distintas aristas, y por qué no decirlo con toda claridad, con una fuerte carga ideológica en la discusión.
Cuando diseñamos este ejercicio la Cámara de los Diputados, la Cámara de Senadores, con el respaldo de los grupos parlamentarios de las juntas de Coordinación Política, una de nuestras primeras preocupaciones era que no fuese éste un ejercicio, un foro igual al que estamos acostumbrados a ver en el Congreso mexicano.
Un foro en el cual los expertos vinieran a dar su opinión y que esa opinión simplemente quedara volando en el aire sin ninguna concreción de política pública y sin ninguna articulación hacia adelante.
Diseñamos este método con el propósito de obtener conclusiones, información, argumentos valiosos para tomar decisiones, para cambiar una realidad que está lastimando a México y sobre todo para hacer política.
Y es justamente lo que se abre a partir de este momento.
Por supuesto, que el Ejecutivo Federal ha convocado a sus propios ejercicios de consulta.
Hemos dicho abierta y claramente que queremos que este ejercicio converja con el que está realizando el Ejecutivo Federal para que juntos nutramos de nuestras conclusiones, decisiones políticas y de políticas públicas.
Creo que la conclusión más reveladora de este ejercicio es que la política prohibicionista que conocemos desde la segunda mitad del Siglo XX es un rotundo fracaso y tiene que cambiar. Y tiene que cambiar no solamente con creatividad institucional, sino también con buenos argumentos y buenas razones que nos permitan no solamente diseñar un buen marco regulatorio; sino resolver los problemas que ha generado precisamente esa política prohibicionista.
Porque creo que ha quedado claro en el curso de estos foros, que no hemos reducido el consumo, que no se ha inhibido el consumo de ciertas drogas, específicamente la marihuana.
Que esta ecuación de la política prohibicionista que recurría al derecho penal para elevar el costo al consumo y para controlar la oferta, no ha incidido claramente en los niveles de consumo en nuestro país y sí está provocando un mercado negro que es sinónimo de violencia, de inseguridad y de riesgo para los consumidores.
Nos tenemos que hacer cargo de esa realidad. También nos tenemos que hacer cargo que se están criminalizando a los consumidores, el 73 por ciento de los delitos contra la salud en centros federales fueron por posesión o consumo de marihuana entre 2006 y 2014; ciertamente hicimos una reforma a la Ley General de Salud para generar un marco de permisibilidad al consumo; pero no ha sido suficiente para que no se criminalice el consumo en nuestro país y hoy sí hay muchas personas, jóvenes sobre todo, mujeres que están en prisión pagando una pena de siete, ocho, nueve años, por el único delito de haber consumido una droga y en muchos casos, marihuana.
También es cierto que la política punitiva está generando una carga al sistema penal y al sistema penitenciario de nuestro país, que ha obligado a que esos recursos no se dispongan ni se dirijan a otros fines de política criminal más valiosos, con mayor incidencia en nuestra realidad.
Por supuesto que la criminalización está generando una sobrecarga en el derecho penal y en el sistema penitenciario, sobre todo por conductas de baja cuantía, si me permiten la expresión. El 41 por ciento de los delitos contra la salud a nivel federal, el 41 por ciento de las personas que están detenidas en un centro federal, son por delitos de una cantidad inferior a los 500 pesos; cuando el funcionamiento de los penales implica altísimos costos sociales y también altísimos costos en términos de cohesión social.
Pero también es cierto que esta política nos ha conducido a un sesgo de género y también un género socioeconómico. Quien está en prisión son los más vulnerables, quién está en prisión son aquellos que no pueden tener una adecuada defensa, quien está en prisión son mujeres, muchas de ellas por el único delito de haber participado de manera indirecta en la cadena de producción o de tráfico de drogas.
A nivel federal, los delitos contra la salud son la primera causa de encarcelamiento de las mujeres: 80 por ciento, 48 por ciento por transporte. El 98 por ciento de esas mujeres no tiene antecedentes penales y no llevaban armas al momento de la detención; 98 por ciento de esas mujeres son madres y son las únicas cuidadoras de sus hijos; son mayoritariamente pobres, con niveles de educación básico; el 43 por ciento de las mujeres indígenas encarceladas, lo están por delitos relacionados con las drogas.
Eso en español, se llama injusticia. Y esa es la injusticia que tenemos que empezar a resolver en nuestro país, porque quienes están en prisión no son los que están matando a nuestra sociedad, que están matando a nuestros jóvenes; sino los que tienen menor condición de defenderse frente al sistema público penal.
Y creo que es hora de pensar fuera de la caja, por supuesto que hay todavía enormes y visibles diferencias sobre el uso lúdico o recreativo de la marihuana; pero eso no debe ser obstáculo para empezar a tomar decisiones que vayan cambiando, desde el punto de vista de la política pública y también desde el punto de vista cultural; el modelo regulatorio sobre la marihuana.
Podemos dar pasos donde ya tenemos ciertas certezas y donde existen consensos políticos sólidos, por ejemplo el uso medicinal o terapéutico de la marihuana; por ejemplo, elevar los umbrales previstos en la Ley General de Salud. Cinco gramos no representa la posibilidad de una dosis básica y sí representa el riesgo de acceso al mercado lícito de marihuana.
Esa persona que consume cinco gramos o que quiere consumir una dosis de marihuana tiene que enfrentarse a un mercado negro donde quien le vende le ofrece no solamente una mayor cantidad sino también le ofrece otras drogas.
Ahí está el riesgo de muchos muchachos, jóvenes menores de edad que por la tentación, mala información, por incluso emular parámetros de consumo va y busca en el sanitario de una estación de metro a quien le vende ese producto poniéndose en riesgo.
El mercado negro que ha generado la política prohibicionista es lo que está provocando la muerte de nuestros muchachos en México, y este es el mercado negro que tenemos que erradicar.
Por eso, subir el umbral sí significaría generar una posibilidad lícita para aquellos que hoy consumen y que para consumir requieren enfrentarse a ese mercado negro.
Hay distintos parámetros, umbrales, en los cuales hay consenso. Estudiemos cuál es el umbral razonable para generar una dinámica de acceso lícito y sobre todo que pueda resolver los parámetros de consumo actualmente existentes en nuestro país.
Hay que derivar alternativas del derecho penal, el consumo y el narcomenudeo. Ahí están los primeros ejercicios de tribunales de drogas.
Pueden también ser posibilidades para reinsertar a quienes hoy están en prisión por delitos de tráfico o de consumo. Y, por supuesto, necesitamos crear un sistema de preliberación a aquellas personas que están en prisión por el único delito de haber consumido marihuana.
Esas personas no deben estar en cárcel; esas personas no deben estar recluidas; deben poder reprogramar su vida, volver a encontrarse con su familia y quizá tener la oportunidad de poder sacarlos adelante.
¿Por qué no pensar en una alternativa para los campesinos que hoy producen?
Espacios, polígonos de producción controlada, bajo el control del Estado, donde no solamente puedan aportar ese insumo a la industria farmacéutica sino también, por qué no, para efectos de exportación.
Si Estados Unidos o Canadá están liberando el mercado, ¿por qué no nuestros campesinos puedan tener una opción productiva que suministre a ese mercado el insumo? Les quitaríamos de la sien la ley de la plata o el plomo.
Y, por supuesto, creo que es un consenso que está sobre la mesa: seguir discutiendo sobre el uso recreativo y lúdico.
El mundo está cambiando. Se espera una decisión importante en Canadá sobre uso lúdico y recreativo. Puede de ahí venir evidencia que nos hace falta para tener una conclusión definitiva sobre si podemos dar ese paso.
Pero independientemente de ese consenso que aún parece lejos, tenemos la posibilidad de en el corto plazo ir tomando decisiones para atemperar los efectos perniciosos de la política prohibitiva, porque, tenemos que reconocerlo, fracasamos como sociedad, el mundo fracasó en esa política regulatoria y ya no aguanta más la violencia persistente en nuestro país.
Creo que no ha sido un foro más en el Senado de la República ni en la Cámara de Diputados. Ha sido un foro con altísima calidad técnica, con valiosísimas aportaciones, con muy importantes conclusiones, pero sobre todo que fijan un punto de partida para empezar a hacer política y tomar decisiones.
Ahora nos tocará sistematizar toda esta información, acercársela a los cuerpos dictaminadores y empezar a construir una alternativa más inteligente, más creativa y sobre todo más justa a un hecho que nos va a acompañar como comunidad y que es el hecho del consumo de la marihuana o de algún estupefaciente.
Nuestros muchachos se están muriendo y por eso tenemos que decidir pronto sobre una alternativa mucho más inteligente y sana que la que tenemos hasta este momento.
Muchas felicidades a todos, y de nueva cuenta muchas gracias por apoyar al Congreso mexicano en este ejercicio.

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