Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Versión estenográfica de la ceremonia de inauguración de la Décimo Quinta Reunión Interparlamentaria Cuba-México

DIPUTADA IRMA SHELTON: La Casa de México, conocida también como la Casa del Benemérito de las Américas, Benito Juárez, los acoge con satisfacción a ustedes, participantes de la Décimo Quinta Reunión Interparlamentaria Cuba- México.
Un encuentro que realizan nuestros parlamentos desde 1996 y que en esta ocasión sesionará los días 26 y 27 de junio aquí, en la capital de Cuba.
Nos complace por ello recibir calurosamente a todos sus participantes y darles la bienvenida a nuestros hermanos mexicanos.

Presiden esta actividad el diputado Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba.
El senador Miguel Barbosa Huerta, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República de los Estados Unidos Mexicanos.
El senador Emilio Gamboa, presidente de la Junta de Coordinación Política.
La senadora Mariana Gómez del Campo, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América Latina y El Caribe.

La diputada Yolanda Ferrer Gómez, presidenta de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba.
El diputado Heriberto Galindo Quiñones, en representación de la Cámara de Diputados de México.
El diputado Eusebio Leal Spengler, presidente del Grupo Parlamentario de Amistad Cuba-México e historiador de esta ciudad.
El excelentísimo señor Juan José Bremer de Martino, embajador extraordinario y plenipoteciario de los Estados Unidos Mexicanos en Cuba.
Se encuentra con nosotros el diputado José Ramón Balaguer Cabrera, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido.
Nos distingue con su presencia la senadora Blanca Alcalá, presidenta del Parlamento Latinoamericano.
Nos acompañan además Ana María Marí Machado y Miriam Brito Sarroca, vicepresidenta y secretaria, respectivamente, del Parlamento Cubano.
Representantes de organismos del estado y las delegaciones de ambos países al encuentro, integradas por presidentes de comisiones, líderes de bancadas, del diputado Guillermo Sánchez Torres, presidente del Grupo parlamentario de Amistad México-Cuba.
Sin más preámbulo, vamos a ceder la palabra al presidente de esta Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba, Estaban Lazo Hernández.
JUAN ESTEBAN LAZO HERNÁNDEZ: Muchas gracias, diputada Irma que, además de locutora de nuestra televisión, es diputada, pero además te felicitamos porque hoy es tu cumpleaños.
Senador Miguel Barbos Huerta, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República de México.
Diputado Heriberto Galindo Quiñones, copresidente de la Delegación Mexicana.
Senadoras, senadoras, diputados, diputadas, amigas y amigos invitados:
Inauguramos la Décimo Quinta Reunión Interparlamentaria entre México y Cuba, con la emoción de haber presenciado la entrega al Museo de los Capitanes Generales del fusil del lugarteniente general Antonio Macedo y Grajales, nuestro “titán de bronce”, depositado hasta ahora en Suecia por los azares de la historia.
Damos inicio a nuestra reunión precisamente en la casa en que los cubanos y cubanas rendimos permanente tributo al Benemérito de las Américas, don Benito Juárez García, a decir de nuestro José Martí, indio egregio y soberano, que se sentará perpetuamente a los ojos de los hombres, a lado de Bolívar.
En mayo de 1884 decía también nuestro héroe nacional y cito:
“Ese nombre resplandece como si fuera de acero burin y así fue en verdad porque el gran indio que lo llevó era de acero; a Juárez, a quien odiaron tanto en vida, apenas habría ahora, si volviese a vivir, quien no le deshace la mano agradecido.
De otros hombres famosos, su palabra y obra se evaporan; quedan los hombres de ancla y sobre todo los de hábitos de amor; viven en la dignidad de la grandeza.”
Juárez rompió con el pecho las olas pujantes que se echaban encima de la América todo un continente y se rompieron las olas y no se movió Juárez.” Fin den la cita.
Por todo ello nos encontramos hoy aquí, para rendirle homenaje a su inclaudicable actitud antiimperialista, en su defensa de la soberanía nacional y por su lucha tenaz por la justicia social.
No podemos dejar de mencionar que a su lado estuvo siempre su fiel secretario, siguiendo el santiaguero Pedro Santacilia, como un símbolo también de la unión de nuestros pueblos.
Nos llena de satisfacción recibir una representación tan numerosa del Congreso Mexicano, encabezada por su más alto designatario e integrada también por prestigiosas senadoras, senadores, diputadas y diputados, representantes de los diferentes partidos políticos que lo integran.
Reciban todas y todos la más cordial y sincera bienvenida en nombre de la Asamblea Nacional del Poder Popular, de nuestros legisladores y legisladoras; de nuestro partido, del gobierno, del Estado y de todo nuestro pueblo.
Queremos que se sientan en Cuba como en su propia tierra, al igual que nos sentimos nosotros allá, en febrero del pasado año. Queremos que reciban el cariño, la simpatía, la hospitalidad y el amor que profesamos los cubanos por nuestros hermanos mexicanos.
Siempre haremos todo lo posible para contribuir de manera efectiva al fortalecimiento de nuestros vínculos en todos los órdenes, contribuyendo a hacer realidad la voluntad política expresada en el relanzamiento de las relaciones bilaterales entre ambos países.
Como lo hicimos en México, trabajaremos con entusiasmo, seriedad y transparencia, para desarrollar aún más los lazos que unen a nuestros pueblos, enraizados con profundo sentimiento de amistad y solidaridad a lo largo de siglos.
Nos une la historia de nuestra América, una sola desde el Río Bravo hasta la Patagonia. Nos une la hazaña de los patriotas de aquí y de allá, que combatieron defendiendo la libertad y la soberanía frente al yugo extranjero, arraigado en la memoria de ambos pueblos, quedan acogidas el abrigo a destacados combatientes que encontraron refugio en nuestra tierra, donde eran perseguidos por tiranos.
México acogió con amor al poeta Heredia, el campeón del Niágara, y a Julio Antonio Mella, joven patriota que regó con su sangre la tierra azteca.
En México pasó varios años de su fecunda vida nuestro José Martí, y ahí parafraseando sus propias palabras, siempre tuvo corazones de oro y brazos sin espinas para emparar sin miedo al extranjero.
Nos inspira la rica y hermosa cultura de nuestras naciones, y el deseo de conquistar la mayor justicia para todos. Nos impulsa la necesidad de consolidar y acelerar la integración de América Latina y el Caribe; de encontrar todo aquello que nos une en medio de la diversidad de filosofía política o puntos de vista que pueden existir sobre temas diversos.
Debemos ser capaces de encontrar en los tiempos que vivimos, todo aquello que nos une para salvar la existencia misma de la humanidad; para enfrentar las crisis que nos agobian y angustian; y los enormes peligros que se ciñen sobre nuestros pueblos.
Quiero reiterar una vez más el sincero agradecimiento a México por su mano amiga, por el apoyo que siempre hemos recibido desde los inolvidables días en que acogieron a Fidel, a Raúl y a los expedicionarios del Granma, entre los cuales tuvimos un mexicano, el inolvidable Alfonso Guillén Celaya, cuando se iniciaba la cruzada decisiva por la definitiva independencia de nuestra patria.
Nuestro reconocimiento y admiración por la actitud digna del general Lázaro Cárdenas, que apoyó a los expedicionarios del Granma y se brindó como voluntario para combatir junto a nuestro pueblo en Playa Girón.
México demostró la independencia de su política exterior y mantuvo siempre sus relaciones diplomáticas y solidaridad con Cuba, gesto que jamás olvidaremos.
Hoy en los nuevos tiempos se levanta la CELAC, con la apuesta de todos sus pueblos para hacer realidad los sueños de Bolívar, Juárez, Martí y tantos otros próceres, de construir una sola patria grande latinoamericana y caribeña. Les expresamos nuevamente nuestra gratitud por apoyarnos en la batalla por el regreso de (inaudible), por la incidencia de que se eliminara a Cuba de la lista de países promotores del terrorismo, que los Estados Unidos confeccionan por decisión unilateral y donde nunca debimos estar.
Y muy especialmente, también por el firme apoyo manifestado durante todos estos años para que se ponga fin al bloqueo genocida, económico, comercial y financiero que se mantiene intacto.
Valoramos en toda su magnitud esa posición de principio, mantenida por el Gobierno, la Cámara de Diputados, el Senado de México; este último que también ha tenido hermosos gestos de reconocimiento al líder histórico de la Revolución cubana, nuestro comandante en jefe, Fidel Castro Ruz.
Este encuentro fortalecerá aún más la colaboración entre nuestros Parlamentos, nos permitirá encontrar caminos para contribuir a incrementar las relaciones económicas, comerciales y financieras; y para acrecentar ya hacer más efectiva la cooperación entre ambos países.
Iniciaremos dos días de intercambio y debate, destinado a fortalecer sobre la base de la confianza, el entendimiento y el respeto, nuestra relación histórica; y explorar días para ampliar y estrechar más los nexos entre México y Cuba.
En el desarrollo de cada uno de los temas, ustedes irán conociendo sobre la actualización del modelo económico cubano, sobre la Ley para la Inversión Extranjera, la cartera de oportunidad y las posibilidades que ofrece la zona especial de desarrollo de Mariel, donde ya se concretan varios proyectos de inversión mexicana.
También, como lo han solicitado, les informaremos sobre las compensaciones entre Cuba y Estados Unidos para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, que se desarrollan sobre la base de la igualdad de derechos y el respeto mutuo entre ambas naciones.
Esto ha sido posible gracias a la firmeza y la resistencia inclaudicable de nuestro pueblo y por la solidaridad internacional; muy especialmente de América Latina y el Caribe, y en la que México ha sido un puntal indispensable.
Estamos seguros que este encuentro terminará con el éxito que esperamos, en beneficio de ambas partes, por el bien de nuestros pueblos.
Bienvenidos a Cuba, queridos legisladores y legisladoras. Aquí encontrarán un pueblo empeñado en avanzar por el camino que soberanamente ha elegido, decidido a construir su socialismo próspero y sostenible; a defender su patria libre, soberana e independiente; sus principios; sus valores y sus sueños, al precio que sea necesario.
Aquí encontrarán un pueblo unido al mexicano, por lazos indestructibles que nadie descubrió mejor que Martí cuando al despedirse de esa tierra que tanto amó, expresó: “México querido, oye el clamor de un hijo tuyo que no nació de ti”.
Muchas gracias.
¡Viva México! ¡Viva Cuba!
DIPUTADA IRMA SHELTON: A continuación, escucharemos al senador Miguel Barbosa Huerta, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República de los Estados Unidos Mexicanos.
SENADOR MIGUEL BARBOSA HUERTA: Señoras, señores:
Las legisladoras, los legisladores mexicanos; senadoras, senadores; diputadas, diputados; nos sentimos especialmente motivados en esta mañana al arranque de los trabajos de esta Interparlamentaria Cuba-México.
Agradecemos las consideraciones, las cortesías, la amabilidad, la anfitrionía de ustedes, cubanas y cubanos.
Es muy importante para nosotros la oportunidad de compartir este acto inaugural con el diputado Estaban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba. Muy emocionados con su presencia y poder compartir esta ceremonia.
Con el diputado José Ramón Balaguer, secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista cubano.
El diputado presidente del Grupo de Amistad Cuba-México e historiador, Eusebio Leal.
Con nuestro Canciller… perdón, representante de la Cancillería en México, embajador plenipotenciario de México en Cuba, el señor Bremer. Político fino, diplomático correcto, extraordinario académico en la materia, que hace una labor día a día en este trabajo de vinculación de las relaciones México-Cuba, Cuba-México.
Está presente en esta emisión de alto nivel de senadores y diputados, los líderes parlamentarios de las fuerzas políticas que conviven en el Congreso Mexicano:
Me refiero, primero, al coordinador de los senadores del Partido Revolucionario Institucional, y presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, al senador Emilio Gamboa Patrón.
Al senador Carlos Puente, coordinador de los senadores y senadoras del Partido Verde Ecologista de México. Gracias, Carlos, por tu presencia en esta Interparlamentaria.
Al senador Manuel Bartlett, de los senadores del Partido del Trabajo. Gracias, don Manuel, por su presencia.
A la senadora Mariana Gómez del Campo, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado América Latina y el Caribe. Gracias, Mariana, por tu trabajo.
Y al diputado Heriberto Galindo, quien encabeza a las diputadas y diputados del Congreso Mexicano. Gracias, embajador Heriberto Galindo.
Estar en este recinto, al que en la Habana se le conoce como la casa de México, la casa de Juárez, tiene un especial significado para nosotros. Sin Juárez, no hubiera habido nación mexicana.
Aun cuando en 1821 fue declarada nuestra independencia de la Corona Española, la incipiente nación mexicana no encontraba la forma de convertirse en una estructura política y social. Los deseos de la Monarquía europea para instalarse en nuestro Continente resurgieron, y comandados por el entonces primer ejército del mundo, de Napoleón III, trataron de implantar un imperio.
Sin Juárez, sin las características que en México le reconocemos a Juárez: fe y voluntad, terquedad, el aprovechar el transcurso del paso del tiempo; sin esas características simple y sencillamente la nación mexicana hoy no tuviera el presente ni el destino del cual disfrutamos.
Juárez representó al indígena, que en una época de castas, en una época en donde la sociedad mexicana era una sociedad de castas, pudo estar ahí por destino divino encabezando a nuestra nación y dándole sentido. Cualquier otro hubiera claudicado o hubiera hasta negociado por una división del país que se pretendía tener en el México del norte y en el México del sur.
Juárez nunca renunció y nunca claudicó y se sostuvo, hasta que con esa fe y voluntad de su carácter; con esa terquedad encabezando al pueblo de México, encabezando al pueblo de México, pudo ratificar y pudo encausar a la hoy nación mexicana.
Ese es el significado para nosotros de Benito Juárez.
La otra gran referencia que, en el siglo XX sin duda lo es Lázaro Cárdenas. Comprometido con una visión social, una visión de un gobernante que hacía suyas las mejores causas de la gente y del pueblo.
Saludamos el reconocimiento que acá en Cuba se hace a su memoria y a su legado, de él y del Benemérito de las Américas, Benito Juárez.
Gracias, a nombre del pueblo de México, por ese respeto que se tiene a estas dos figuras de ilustras y universales mexicanos.
Señoras y señores:
Latinoamérica debe de estar unida: unida como una familia, como una gran comunidad que trabaje de manera conjunta para impulsar el desarrollo de nuestras naciones y sea capaz de construir un futuro mejor para nuestros pueblos.
La pobreza y la desigualdad, son flagelos que siempre han azotado a América Latina. Cada pueblo, con sus recursos, mecanismos y formas los han enfrentado; es momento de actuar de manera conjunta y con un mismo objetivo.
La idea de una América unida no es una utopía que se desvanezca en el viento, queremos contribuir a la construcción de un gran proyecto fincado en ideales, con bases firmes en la realidad y en las características de nuestras sociedades.
A las y los legisladores mexicanos, nos gusta pensar en una Latinoamérica unida e impulsar una auténtica solidaridad, como lo dijo José Martí: usamos la solidaridad no como un fin, sino como un medio encaminado a lograr que nuestra América cumpla su misión universal.
Sentimos esta tierra como nuestro hogar. Es un honor estar en esta ciudad, La Habana, República de Cuba, una de las grandes ciudades de Latinoamérica y patrimonio invaluable de la humanidad.
Saludamos con respeto a las mujeres y a los hombres que han dado un sentido profundo y auténtico a la palabra dignidad, que posee una voluntad inquebrantable y un corazón enorme para enfrentarse a la adversidad.
A nombre de la delegación mexicana, nos sentimos honrados de estar aquí para desarrollar los trabajos de la Décima Quinta Reunión Interparlamentaria Cuba-México.
Desde 1996 a la fecha, parlamentarios cubanos y mexicanos hemos realizado estas reuniones en 15 ocasiones, lo cual expresa la importancia de Cuba para la estabilidad y la paz en Latinoamérica y el Caribe, así como la relevancia que tiene para la diplomacia parlamentaria del Estado Mexicano.
Las relaciones México-Cuba se encuentran en un momento fundamental.
Los vínculos en nuestros Congresos son estrechos y cordiales.
El diálogo entre Ejecutivos fluye y los contactos sociales, económicos y culturales, mantienen su tradicional riqueza y vigor.
El marco jurídico que sustenta nuestra relación bilateral, mantiene un carácter dinámico y fundamental.
En 2013, nuestros gobiernos concretaron los instrumentos formales de colaboración, asistencia jurídica, medio ambiente, cooperación para el desarrollo y relaciones comerciales.
Son sólo algunos de los temas en donde se lograron nuevos acuerdos.
México sigue con gran interés la evolución política y económica de Cuba.
Observamos con atención su legislación y las políticas implementadas por el Estado Cubano, con el objetivo de modernizar la economía y continuar trabajando a favor del progreso nacional.
Reconocemos sus notables avances en educación, salud y energía, que son un orgullo para nuestra Región.
Sinceramente deseamos colaborar con las autoridades y empresas cubanas en la promoción de una integración regional que beneficie a nuestras sociedades en aspectos substanciales.
Saludamos el proceso de normalización de las relaciones de Cuba con Estados Unidos.
Como todo el mundo, en diciembre de 2014, nuestro país manifestó su beneplácito ante la disposición de La Habana y de Washington, de destrabar un histórico muro que ha dividido al hemisferio por más de medio siglo.
Nuestro país, y particularmente el Poder Legislativo –desde luego también el Poder Ejecutivo- han sido siempre aliados de Cuba en los asuntos hemisféricos.
Repudiamos el embargo económico estadounidense a la isla, así como las decisiones posteriormente implementadas para endurecer dicho embargo.
Ante legisladores y autoridades estadounidenses, en diversas ocasiones hemos argumentado sobre la necesidad de terminar con el bloqueo económico en contra de Cuba.
Se trata de una medida que no beneficia a nadie y que sí perjudica a muchos.
Por lo tanto, es necesario continuar con la absoluta disposición de los legisladores mexicanos para contribuir en el desarrollo de estos esfuerzos.
México siempre se ha manifestado por la solución pacífica de las controversias y el respeto a la autodeterminación de los pueblos.
No debemos olvidar que compartimos frontera marítima con Cuba y Estados Unidos –el Golfo-, incluso se trata de una frontera cuya delimitación conjunta sigue siendo materia pendiente.
Esperamos que muy pronto podamos encontrarnos nuevamente con legisladores y funcionarios cubanos, y también con estadounidenses, para trabajar en una delimitación marítima, justa, para nuestros países.
Señoras y señores:
El escenario geopolítico del Hemisferio está cambiando y Cuba forma parte substancial de esa transformación.
En México impulsaremos un camino junto a Cuba y con toda Latinoamérica. Un camino de dignidad y de libertad.
Porque como lo dijo Martí: “de la independencia de los individuos, depende la grandeza de los pueblos”.
Compañeras y compañeros:
Concluida la invasión extranjera y restablecida la República, el 15 de junio de 1861 en México, en su discurso de toma de posesión como Presidente de la República, Benito Juárez, dijo: “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Con estas palabras, Juárez fijó la posición de México y de los pueblos del mundo, que luchaban por liberarse de las presiones de los imperios.
Ahora, desde esta ciudad de La Habana, República de Cuba, en esta Reunión Interparlamentaria, lo repito: El respeto al derecho ajeno, es la paz.
Con la convicción de que este planteamiento expresa el deseo de Latinoamérica, de que en la Comunidad Internacional se respete el derecho de los pueblos a la autodeterminación, a la soberanía, a la libertad y a la paz.
Dejamos las y los legisladores mexicanos, un saludo al Presidente Raúl Castro, y un saludo especial al Comandante Fidel Castro.
¡Larga vida para Cuba, compañeras y compañeros!
Gracias.
DIPUTADA IRMA SHELTON: También nos honra escuchar esta mañana, las palabras de la senadora Mariana Gómez del Campo, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América Latina y el Caribe.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchas gracias. Muy buenos días, todavía.
Quiero decirles que nos sentimos muy honrados de visitar su país y que la condición de pueblos hermanos que nos ha caracterizado por años, junto con su hospitalidad, nos hace sentir como en casa.
La celebración de esta XV Reunión Interparlamentaria Cuba-México, no pudo tener mejor momento. Estamos viviendo días históricos, días que anhelábamos, no únicamente para Cuba, sino para todo el Continente; días que son fundamentales por las décadas por venir.
Les comparto que en México esta reunión ha generado un enorme interés. Es una delegación plural, una delegación que incluye a todos los partidos políticos de mi país. Y además quiero compartirles que generó no nada más expectativas entre la clase política, sino que también entre los ciudadanos y por qué no decirlo así, con los medios de comunicación que hoy nos acompañan desde México, y que estamos muy agradecidos para que nos ayuden a cubrir esta Reunión Interparlamentaria tan importante.
Hace poco más de un año, en aquel febrero de 2014, cuando tuvo lugar la Reunión Interparlamentaria anterior, ya reconocíamos las importantes transformaciones que están llevándose a cabo. Hoy no sólo cuentan con nuestro reconocimiento, sino que reafirmamos nuestra solidaridad y respaldo para que este proceso de cambio sea el más exitoso y benéfico posible para el pueblo cubano.
En este momento histórico son evidentes los elementos de transformación en los que coinciden nuestras naciones. Mientras en México en los últimos años impulsamos más de una decena de importantes reformas estructurales; ustedes, desde principios de 2013, han promovido reformas para fortalecer su sistema económico, aprobando por ejemplo la Ley 113 del Sistema Tributario; y el Decreto de Ley de la zona especial de Desarrollo Mariel, con miras a detonar proyectos de inversión y alta tecnología que generan desarrollo y empleo.
Nos congratulamos también de que personas extranjeras puedan invertir en esta zona de desarrollo. Sabemos incluso que hay varias empresas en México interesadas en hacer negocios con consorcios mexicanos, bajo el esquema de empresas mixtas que contempla su legislación.
Deseamos que continúe el proceso de eliminación de restricciones, destacando que en enero de 2014 entró en vigor la legislación que liberaliza la compra de vehículos automotores.
La nueva Ley de Inversión Extranjera o Ley 118, que entró en vigor en junio del año pasado, también es muy buena noticia que va a contribuir sin duda a traer mayores recursos a la isla.
México fue la tierra del encuentro entre José Martí y su familia, tras el destierro del que fue víctima. Ese mismo escenario simbólico es el que como legisladores queremos que siga prevaleciendo.
Deseamos que en el contexto de normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, nuestro país funja precisamente como punto de encuentro de sus posiciones, como actor neutro que unifique y promueva el entendimiento, y estamos llamados a ser con base en la humildad, la democracia y la justicia; en un puente de comunicación y consenso entre América del Norte y América Latina.
Sabemos perfectamente que pocos cambios trascendentales y exitosos se han dado de manera radical; la mayoría requieren de un proceso gradual. Sabemos también que se ha dado un paso adelante, que se realizan rondas de diálogo y negociación, y que venturosamente se ha eliminado a la Isla de la lista ominosa de los países que supuestamente auspician el terrorismo; y para que esta evolución siga su camino, es necesario que se eliminen barreras y frenos que amenazan al cambio.
Por eso desde aquí, elevamos enérgicamente una vez más nuestra voz para condenar el embargo comercial, económico y financiero en contra de Cuba; porque desde el primer día carece de toda razón para existir porque violenta la soberanía de los Estados y el derecho internacional.
Estas 14 reuniones interparlamentarias realizadas hasta el día de hoy, que comenzamos ya con la número 15, comprende diversos acuerdos que afortunadamente han sido en materia de comercio, de inversión, de turismo, de energía, de pesca, transporte aéreo, aduanas y minería.
Hay también diversos instrumentos para la restructuración de adeudos, así como otros de carácter empresarial.
Les recuerdo que México es el sexto país de origen de las importaciones de Cuba, después de Venezuela, China, España, Brasil y Canadá.
El Caribe y Cuba, en particular, representan la tercera frontera de México; como tal, tenemos todavía mucho potencial por explotar juntos en materia comercial y, por ende, un área clave de desarrollo económico para ambas partes.
Queremos más intercambios, más inversión para poder generar empleos de calidad y bienestar para nuestras poblaciones.
A México le interesa que tanto a los mexicanos como a los cubanos les vaya mejor; y contamos con las herramientas para acelerar este proceso.
Les quiero compartir que en esta Legislatura nos ha tocado discutir una serie de instrumentos, igualmente importantes que nos posiciona como una de las Legislaturas que más temas vinculados con Cuba ha aprobado; entre los que están el Convenio de Cooperación en los campos de la educación, la cultura, la juventud, la cultura física y el deporte.
Ha hecho posible que hoy en día se amplíen, según datos del gobierno mexicano, las 60 becas a investigadores o estudiantes de postgrado mexicano para estudiar en Cuba; y las cien para estudiantes cubanos en México.
En febrero de 2015 se llevó a cabo la XIII Reunión de Rectores cubanos y mexicanos, en la que participaron 28 instituciones educativas de México y más de 30 de Cuba para firmar 20 convenios y siete cartas de intención, para fortalecer la movilidad estudiantil y de investigadores.
Son avances enormes, pero aspiramos aún a más.
Por otro lado, se aprobó también el Tratado sobre Extradición, el Tratado sobre Asistencia Jurídica mutua en materia Penal, el Acuerdo sobre Reconocimiento y Revalidación mutuo de Títulos, Diplomas y Estudios de Educación Superior.
Les comparto que estamos haciendo también un gran esfuerzo para que el próximo Periodo Ordinario de Sesiones, podamos discutir y aprobar en el Pleno del Senado de la República, el acuerdo que modifica el convenio sobre transporte aéreo entre México y Cuba, que tanto necesitamos.
En esta reunión hemos querido ir más allá de los temas meramente comerciales, para discutir temas igual de relevantes en los que podemos generar sinergias, como lo son la promoción de esquemas turísticos sustentables, en materia de cooperación para el desarrollo, energía renovable, prospección petrolera, medicamentos, biotecnología y salud; medio ambiente, educación y cultura; así como también tocar el tema de asuntos migratorios.
En este 2015 –y estamos celebrándolo en este momento– se cumplen 113 años de nuestra relación bilateral. Una relación ininterrumpida, provechosa y cercana; nosotros jamás les hemos dado la espalda y nunca lo haremos.
Por eso, a través de estos mecanismos de diplomacia parlamentaria, queremos honrar esa historia de diálogo y de entendimiento. A 19 años de la puesta en marcha de nuestras reuniones interparlamentarias, arribamos a esta XV Edición con el mismo espíritu y entusiasmo que en la primera ocasión; pero todavía con mucha mayor esperanza.
Como lo dijo José Martí: “Al igual que las piedras rodando por las colinas, las ideas justas alcanzan sus objetivos a pesar de todos los obstáculos y barreras. Puede ser posible acelerar o dificultar, pero imposible de detener”.
Así que no nos detengamos.
Enhorabuena.
DIPUTADA IRMA SHELTON: Cedemos ahora la oratoria al diputado Heriberto Galindo Quiñones, en representación de la Cámara de Diputados de México.
DIPUTADO HERIBERTO GALINDO QUIÑONEZ: Dignatarios cubanos y mexicanos que encabezan esta magna ceremonia; amigas y amigos.
Es un honor asistir y participar en la Décimo Quinta Reunión Interparlamentaria México-Cuba, más aún en este magnífico foro, la Casa Benito Juárez, dedicada al más grande presidente de México, el “Benemérito de las Américas”.
Recibe a una pléyade de legisladores y legisladoras de todos los partidos políticos de mi país y propicia el encuentro con las y los legisladores cubanos, que ponemos de relieve las virtudes, el valor y la utilidad de la diplomacia parlamentaria por la paz.
Este es un saludo fraternal de los mexicanos para con el pueblo de Cuba, aquí representado, a los integrantes de la Asamblea Nacional del Poder Popular y por su presidente Esteban Lazo.
Saludo a los senadores Miguel Barbosa, Emilio Gamboa, Mariana Gómez del Campo, a todas las senadoras y senadores, diputadas y diputados, legisladores de México.
Al doctor José Ramón Balaguer, al historiador de la ciudad de La Habana, y al embajador Juan José Bremer.
México ha acompañado a Cuba desde siempre. Cuba ha estado con México siempre. La historia lo registra, lo dice y lo impulsa, lo compromete a seguir adelante.
Desde nuestra admiración por el gran José Martí que naciera en 1853 y viviera en México. Luego, tras la expedición heroica que zarpó de Tuxpan, Veracruz, hacia el triunfo de la Revolución Cubana, después, en la etapa de la institucionalización de la revolución, que más tarde, en los momentos más difíciles y aciagos de Cuba, México ha estado presente y seguirá presente con Cuba, pase lo que pase, que lo mejor está por llegar para nuestros pueblos, el futuro promisorio para México y para Cuba.
La historia nos nutre, dije, nos compromete, expresé, pero hoy es la hora de confirmar y fortalecer nuestros lazos, acuerdos y compromisos, a eso hemos venido.
Hemos escrito de andar caminos nuevos para innovar y para crear políticamente, diplomáticamente, para el movimiento y para la transformación de nuestros pueblos, bajo la équida del respeto solidario y fraternal.
Hoy se viven tiempos mejores para Cuba, producto del talento y de la madurez, de la inteligencia política y de las circunstancias que propiciaron Cuba y los Estados Unidos, ante prolongado sufrimiento impuesto por la sinrazón derivada de agresiones, en el que se acaba de la mejor manera el nefasto bloqueo o embargo de los Estados Unidos a Cuba.
Por cuya cancelación, los mexicanos hemos luchado. Luchamos y lucharemos hasta lograrlo. No les que de la menor duda: México seguirá unido a Cuba en esta gran reclamación internacional que el mundo y las Naciones Unidas han confirmado y avalado.
Hemos venido aquí a participar en la Décimo Quinta Reunión Interparlamentaria México-Cuba, con un ánimo renovado, para fortalecer nuestros lazos de amistad, intercambio, cooperación y solidaridad, como en los mejores tiempos de nuestra relación bilateral, que recuerdan el valor de la visión y la trascendencia de la mejor tradición de la política exterior mexicana.
Hoy que gozamos de un relanzamiento en nuestras relaciones de ambos países, realizado por nuestros presidentes Enrique Peña Nieto y Raúl Castro Ruz, quienes luchan por un futuro mejor para nuestros pueblos.
Pero créanlo: expresaos hoy nuestros parabienes para el pueblo cubano, para el Comandante en Jefe de la Revolución Cubano y moderno padre de la patria cubana, para el Jefe del Estado de Gobierno y Primer Secretario del Partido, Raúl Castro Ruz, en su travesía contra el nefasto bloqueo, a la luz del inminente restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos.
Esperamos y deseamos que todo salga muy bien. Todos los mexicanos estamos pendientes, hombre y mujeres, jóvenes, maduros y viejos, estamos al día observando lo que pasa y queremos que pase lo mejor.

Esperamos, lo decimos con aprecio y con respeto, que México está pendiente y solidario, para contribuir, si fuere necesario, al buen término de este proceso político y diplomático que tanto anhelamos por el bien de todos.
Las y los diputados aquí presentes nos estamos despidiendo, ya que dentro de dos meses estaremos concluyendo nuestro desempeño, pero quedarán nuestras excelentes senadoras y senadores al frente de esta gran batalla que requiere de continuidad.
Yo lo hago, yo lo expreso, desde la simpatía ancestral que siento por el pueblo y por la Revolución Cubana, porque no puedo olvidar tampoco y breve el intenso desempeño como embajador de México en Cuba.
Y antes de despedirme quiero concluir con unas palabras que recordarán y retumbarán en lo más profundo de nuestro corazón, que son las palabras de mayor vigencia de nuestros himnos nacionales:
“Más si osare un extraño enemigo profanar con sus plantas tu suelo, piensa, oh, patria querida, que el cielo un soldado en cada hijo te dio” Morir por la patria es vivir.
Muchas gracias.
DIPUTADA IRMA SHELTON: Para cerrar esta Ceremonia Inaugural Interparlamentaria, invitamos al diputado Eusebio Leal Spengler, Presidente del Grupo Parlamentario de Amistad Cuba-México, e historiador de esta Ciudad.
DIPUTADO EUSEBIO LEAL SPENGLER: Con la venia de la Honorable Presidente.
Poco me queda ya por hacer; lo que empiezo.
Uno por uno, han ido cayendo como las páginas de los discursos, los argumentos posibles para fundamentar unas palabras mías esta mañana.
El sol de Cuba y el vapor de La Habana, nos recuerdan alguna vez que allá en Veracruz nos reunimos y que vistiendo nuestros trajes nacionales andábamos por las calles jubilosas de aquel pueblo, generoso y cordial, que baila aún el danzón, baile nacional de Cuba, y recuerda en cada esquina alguna memoria de nosotros los cubanos.
Es cierto que esta mañana coincidentemente y cuando se preparaba el programa de vuestra visita, tuvo la gentileza, el compañero don Esteban, Presidente de la Asamblea, de aceptar nuestra propuesta, a través de nuestra querida hermana y compañera Yolanda Ferrer, de comenzar, esta mañana, en un acto representativo y simbólico para Cuba: la entrega al museo de una arma ya muda, porque pasó aquel momento de la lucha y de la batalla y el arma se convertía ahora en una pieza del museo.
Recordaba que mientras recorríamos el camino grato hasta esta casa, el Benemérito de las Américas, Benito Juárez, levantamos con huesos y piel de la vieja Ciudad de México, adquiriendo por la generosidad de amigos en el rastro en años difícil para nosotros, vigas y tablas para una casa derruida, que hacíamos algo más que levantar un templo a la amistad cubano-mexicano.
Pasábamos también bajo la ventana donde un gran escritor norteamericano, en el Hotel Ambos Mundos, escribió su inmortal novela “Por Quién Doblan las Campanas”. Ahí al menos gran parte de ella.
El autor de “Adiós a las Armas”, era también ahora un convecino en nuestro recorrido hasta el final, hasta la casa de México.
Y es que todavía calienta esa sala el humo de las velas encendidas el Día de los Muertos.
Todavía los niños que estudian todos los días en el aula de primaria, establecida en la planta alta de esta casa, viven con emoción y se preguntan sobre el dedo divino que trazó el destino de un pueblo hermano y cómo el Ángel de la Independencia, caído por los terremotos, más no por la voluntad y más quién levantado por la fuerza moral de un pueblo, preside el destino de México.
En esta casa, donde nos propusimos bordar día a día unas relaciones que, desde el lugar del éter donde ocupan un espacio esos dos hombres: el gran poeta cubano, erudito orador y luchador revolucionario Juan Marinello, y el ex Presidente de México Lázaro Cárdenas, nos miran todavía.
Ellos fundaron la sociedad cubano-mexicana de Relaciones Culturales y por ende al recaer en mí la presidencia de aquella y hace tantos años la del Grupo Parlamentario, se tomó virtualmente como sede de nuestros encuentros.
A lo largo de estos 16 años –y perdonen la cita personal-, Antés López, por razones de salud, no pudo subir a México, y por razones de salud no pudo encontrarlo tampoco en La Habana.
Sin embargo, ningún impedimento material ni espiritual le apartó jamás del deber de encender la llama de un culto que creo necesario para la historia de dos pueblos, pero absolutamente diferentes en la trastienda de su larga aventura histórica, y sin embargo tan unidos, tan entrañablemente próximos que asombra.
México siempre ha sido para nosotros –perdonen los demás- como un hermano mayor, como un superior entre rivales.
En el estudio de Cuba, raramente aparecen dos costas perfiladas y una llave que unen el centro ambas.
Es extraño mencionar en escudo de una nación la presencia de otra. Es el Golfo del que se ha hablado y es la roca de Yucatán que cuando apenas levantamos vuelo, aparece ocultando el misterio de los cenotes de los mayas y de la historia más antigua de aquella nación, que se pierde en el horizonte de los siglos.
Venir a México y venir a La Habana en su nombre, aunque sea como ha dicho Heriberto: una despedida, es quizá el mejor lugar para hacerlo, porque aquí donde nos despedimos regresaremos siempre en cuerpo o en alma.
El Insigne poeta cubano, muerto en Toluca, José María Heredia. Cuando la última visita del Presidente de México, tuvo la gentileza de traerme la obra primorosa, encuadernada, de la historia de la humanidad, escrito para la juventud mexicana, pensé en un verso que estaba escrito en un cementerio de La Habana. Con más exactitud, en el cementerio de los chinos de La Habana.
Era un pensamiento nostálgico pero cierto. Dice así:
“Si el cielo de Cuba es tan azul como el de China, y las frutas de China son tan dulces como las de Cuba, qué importante entonces morir en China o en Cuba”.
Y eso nos pasa con ustedes, hermanos y hermanas queridas. Nos sentimos allí prisioneros de nuestro afecto, de nuestro sentido de la solidaridad, tierra de hombres valientes y de mujeres bonitas y juiciosas, tentaron los primeros, con la más fraterna amistad, a José Martí.
Mintieron en el acta de su matrimonio eclesiástico cuando afirman que le conocían de mucho tiempo. Lo hicieron por amistad. Era apenas un recién llegado.
Casó en el sagrario de la Catedral de México, y junto a él algunas de las figuras más importantes de la historia del México de aquella época.
Enamorado de la vida y enamorado de México, asistió al círculo privilegiado de Rosario de la Peña, que, con el suicidio del poeta, fue apellidada para siempre con su nombre: Rosario la de Acuña.
Y a ella escribió versos tan intensos de amor, que a pesar de cualquier otra consideración siguen vigentes todavía cuando miramos los ojos negros o el pelo de alguna mujer hermosa de allá o de aquí.
Rosario: en ti pensaba y en tu cabello, que el mundo de la sombra envidiaría y luce un punto vivir en ellos y quise yo soñar que fueran mía.
Esto, sin que causara desmedro a la admiración juvenil por su contemporánea y poco menor, si se quiere, recién llegada a México, hija de una familia pudiente que allí, cerca de la Calle de la Moneda, había situado también su hogar. Una linda rubia cubana, a la cual escribió.
El infeliz que de una manera lo ignore de alzarse bien y caminar con brío, que de una vieja in celeste se enamore y arda en su pecho el esplendor del mío.
México: bajo tu cielo tan bello y bajo tus volcanes impresionantes que ignoramos, porque en nuestras naturalezas en este sentido más benigna y menos convulsa, te sentimos tan próximo que siempre bajo el amparo de las alas de tu águila bienhechora lo hemos buscado.
Buscó amparo Martí en su exilio; Pedro de Santacilia en el suyo; los cubanos en pléyade acudieron a México a luchar por la restauración republicana y que luego al primer grito del pueblo cubano regresaron valerosamente a luchar por la libertad pendiente de conquistarse todavía.
México, que vio morir a Villa en sus calles, exclamando la única palabra válida: si muero, por la revolución.
México, que son los muchachos jóvenes que antes de Tuxpan se congregan al pie del Monumento de los Niños Héroes de Chapultepec para lograr que el regreso sólo será con la victoria o con una muerte que no será nunca cierta, porque no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida.
Bienvenidas, queridas y queridos amigos.
No importa que falten dos meses para que la voluntad del pueblo mexicano os lleve al hogar, al ejercicio de vuestras profesiones liberales o científicas, al diálogo profundo con la sociedad de la cual emergieron un día.
Pienso en vuestra infancia, en el raro misterio que los llevó al ejercicio de la política a ese lugar misterioso y simbólico que se llama San Lázaro. Allí fuimos recibidos en varias oportunidades.
Recuerdo que, antes de irme, tan preciosamente adornado el escenario, cubierto todo ello de banderas de seda de México y de Cuba, me atreví a pedirle, a unos de ellos: aboga por mí, porque se va a inaugurar el teatro Martí, de La Habana, como obra de las restauraciones y quisiera que no parezca atrevimiento pedir dos cosas:
Una de esas primorosas banderas de seda con la estrella de Cuba, para el teatro Martí, porque es simbólico que venga de México. Y una bandera primorosa de México para esta casa.
Agradezco profundamente al licenciado Miguel Hernández, director de esta casa a lo largo de los años; al eminente Embajador de México, y pienso en que los años la nieve del tiempo me cubrió también a mí como alguno de los augustos volcanes que acompañan a la Ciudad hermosa, porque siete sexenios me vieron en la puerta de la casa ruinosa o restaurada, recibiendo a los presidentes de México, bajo el título de Tlatoanis Uno; de presidentes otro, para reiterarles siempre la fe de Cuba en nuestra mano extendida, y la suya se enlazaría a través del mar y del tiempo y harían del Golfo más que una frontera aún por discutir, un agua limpia en azul en una hermana para siempre.
Muchas gracias.
SENADOR ALEJANDRO ENCINAS RODRÍGUEZ: Muchas gracias, muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes.
A nombre de la delegación de parlamentarias y parlamentarios mexicanos participando en esta conferencia parlamentaria por México, quisiéramos poner en manos del pueblo cubano, a través del Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba; al igual que a través de la Oficina del Historiador de La Habana, un documento histórico que por azares del destino y de manera fortuita nos llegó y, que pese a lo austero de su envoltura, tiene un enorme significado:
Es un expediente que rescatamos de un archivo que había sido o ya había causado baja, y que contiene todo el itinerario de navegación del yate Granma, desde 1952, que entra a aguas mexicanas; hasta 1958, por supuesto pasando por esa noche del mes de noviembre de 1956, cuando burlando a la Marina mexicana, el yate zarpó a liberar Cuba y abrir una nueva etapa para el horizonte de nuestro Continente.
Es una versión digital y una primera versión facsimilar que el Archivo Histórico de la Ciudad de México nos ha hecho el favor de curar, y que solamente estamos esperando la autorización del gobierno mexicano para hacer llegar el documento original, para que esté en el Museo de la Revolución o de ustedes.

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