Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Versión estenográfica de la inauguración del evento conmemorativo del Día Internacional de la Mujer “Mujeres al Poder ¿Empoderamiento o apoderamiento?”, celebrado en la antigua sede del Senado de la República en Xicoténcatl.

PRESENTADORA: Bienvenidas y bienvenidos a este importante evento para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, organizado por el Tribunal Electoral del Distrito Federal, en colaboración con el Tribunal Superior de Justicia; el Tribunal de lo Contencioso Administrativo; la Junta Local de Conciliación y Arbitraje; el Instituto Electoral, todos del Distrito Federal, y el Senado de la República.
El día de hoy nos honramos con la presencia de todas y todos ustedes, para formar parte de esta conmemoración cuya temática se centra en dos de las doce esferas de especial preocupación de la Plataforma de Acción de Beijing, la mujer en el ejercicio del poder y la adopción de decisiones y mecanismos institucionales para el adelanto de la mujer.
En este marco, podremos escuchar importantes reflexiones sobre la participación de la mujer en la vida política nacional, el empoderamiento de las mujeres, así como aquellos mecanismos institucionales que han sido implementados para el adelanto de las mujeres, con excelentes expositoras y moderadores.
En el presídium tenemos el honor de que nos acompañe el maestro Yuri Beltrán Miranda, consejero electoral del Instituto Electoral del Distrito Federal.
La doctora Jazmín Esquivel Mosa, presidenta del Tribunal Contencioso Administrativo del Distrito Federal y del Comité Institucional de Seguimiento y Evaluación para la Introducción de la Perspectiva de Género en los órganos de impartición de justicia en el Distrito Federal.
La doctora Patricia Galeana, directora del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.
La doctora María del Carmen Alanís Figueroa, magistrada de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
La magistrada María del Carmen Carreón Castro, integrante del Pleno del Tribunal Electoral del Distrito Federal.
A continuación, la magistrada María del Carmen Carreón dirigirá un mensaje.
MAGISTRADA MARÍA DEL CARMEN CARREÓN CASTRO: Muy buenos días. Sean ustedes bienvenidos, a nombre del Tribunal Electoral del Distrito Federal y los órganos convocantes, les agradezco su asistencia.
Aun y cuando estamos viviendo en una etapa de proceso electoral, es importante continuar hablando de los temas de género y de la mujer; así como de la violencia que sufre día con día.
Le agradezco el acompañamiento a la magistrada Gabriela del Valle, integrante del Pleno del Tribunal Electoral del Distrito Federal; así como a los consejeros Gabriela Williams, Carlos Martínez y la consejera Olga Martínez; quien colabora también con nosotros en los diferentes temas de género que venimos manejando de manera coordinada; así como la presencia de la diputada María de los Ángeles Moreno, muchísimas gracias.
Es importante destacar que la participación que hemos tenido los diferentes órganos con los temas de género, y es momento de recordar que Marcela Lagarde sostiene que cuando las mujeres hacen política con perfil propio, el género se empodera; y es más profundo si la diferencia política de género, conduce a las mujeres a hacer la crítica de la política y hacer una política diferente.
Este año tendremos la oportunidad de hacer una política diferente, pues por primera vez en la historia de nuestro país y de la ciudad, conmemorar el día de la mujer no será un festejo o una fútil felicitación. No, este año electoral la conmemoración del día de las mujeres se materializa en la postulación a cargos de elección popular, en condiciones de igualdad y este es, sin duda, el gran reto.
Transitar del sistema de cuotas a la paridad, hoy, después de una ardua lucha, avanzamos desde la obtención del derecho al voto hasta la obligación constitucional que los partidos tienen de postular el 50 por ciento de sus candidaturas federales, locales, de género distinto. Sin embargo, esto no debe conformarnos.
La paridad efectiva se alcanzará si las candidatas son postuladas en ámbitos territoriales con posibilidades reales de triunfo, aspecto en el que las autoridades electorales seremos testigos y fieles aliados para garantizar el respeto a los derechos político-electorales de las mujeres. Esta será la mejor ruta hacia un auténtico empoderamiento, no sólo de las mujeres sino de nuestros gobiernos y de nuestra sociedad
Este día, como pequeña muestra, grandes mujeres nos compartirán los retos y desafíos que superaron para convertirse en un referente obligado de empoderamiento, y estoy segura que sus experiencias darán rumbo a las inquietudes de muchas de nosotras.
Damos gracias al Senado de la República y a la senadora Mariana Gómez del Campo, quien de manera sensible con el tema nos abrió las puertas del Senado para que pudiéramos dialogar, puesto que lo que no se habla no se conoce, y es importante también conocer sus opiniones para que, de manera coordinada como sociedad, estemos enfrentando esta desigualdad y podamos realizar una serie de acciones que se vean reflejadas ya en políticas públicas.
Les agradezco mucho su presencia. Gracias al presídium.
Y estoy segura que reflexionaremos al final del día de las grandes aportaciones de las mujeres que se han empoderado de una u otra manera, pero también que nos compartan todo lo que han tenido que padecer.
Les agradezco mucho su atención.
PRESENTADORA: Agradecemos también la presencia de la magistrada Gabriela del Valle Pérez, integrante del Tribunal Electoral del Distrito Federal; a la Consejera Gabriela William Salazar; así como de la maestra Erika Larios Medina, Contralora General del Tribunal Electoral del Distrito Federal.
Asimismo, a la encargada del despacho de la jefatura delegacional de Benito Juárez, el doctor Ricardo Amezcua Galán, y a la consejera Maricarmen Color Vargas, de la Comisión de Discapacidad del Distrito Federal.
A continuación, se da el uso de la voz al consejero Yuri Beltrán Miranda.
YURI GABRIEL BELTRÁN MIRANDA: Muchas gracias.
Magistrada María del Carmen Alanís; magistrada de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; magistrada Carreón; magistrada Esquivel; doctora Galeana; señoras magistradas; señores consejeros: Buenos días a todas y a todos ustedes.
En nombre de mis compañeras y compañeros consejeros del Instituto Electoral del Distrito Federal, les expreso un cordial saludo.
El Presidente del Instituto me ha pedido manifestarles el gran interés que tenemos en el IEDF por el desarrollo de las mesas de este acto conmemorativo del Día Internacional de la Mujer.
Nos entusiasma mucho integrar este grupo de instituciones convocantes, porque el programa que ha de desahogarse desagrega uno de los conceptos más importantes, quizás el que más de la Declaración de Beijing, me refiero por supuesto al concepto del empoderamiento.
Esto no es menor, si se considera que estamos por cumplir el vigésimo aniversario del más ambicioso compendio de anhelos igualitarios que jamás haya dado la humanidad en algún momento de la historia; y es que la única manera de leer adecuadamente Beijing es en clave de empoderamiento.
Uno de cada cuatro párrafos de la declaración plantea el término como un concepto central para alcanzar los objetivos planteados.
Empoderamiento para la remoción de los obstáculos de género; empoderamiento para el ejercicio de las libertades de expresión, conciencia y religión.
Empoderamiento para el igual aprovechamiento de los recursos económicos y por supuesto, empoderamiento para el acceso igualitario a la toma de decisiones y al poder público.
Me parece que la historia que ha seguido a las dos décadas que siguieron a Beijing ha mostrado otros tres elementos a considerar:
1.- Que el empoderamiento ocurre en forma más eficaz cuando hay reglas realmente orientadas a aprovechar que las mujeres lleguen y ejerzan el poder público.
El hecho de que las cuotas hayan duplicado el número de escaños ocupados por mujeres en los congresos nacionales, es indicativo de la importancia que las leyes sean trazadas desde una visión de género.
2.- Que el empoderamiento es una inversión social redituable: 21 países en el mundo dan mayores prerrogativas a los partidos que tienen balances de género en sus candidaturas o en sus dirigencias.
Doce países en el mundo exigen que los partidos destinen un porcentaje al empoderamiento de las mujeres.
3.- La conveniencia de que la lucha por la igualdad sea compartida por todos, por hombre, mujeres e instituciones.
Ahí está el paper que en febrero pasado presentó el Fondo Monetario Internacional. En países como México la desigualdad de género representa pérdidas de hasta 17 por ciento del Producto Interno Bruto, 17 por ciento del PIB.
Y finalmente creo que el empoderamiento es más eficaz ahí donde hay un semillero fértil de liderazgos femeninos. No exagero, creo, cuando digo que la ciudad de México es uno de esos ámbitos afortunados.
No me remonto solamente a hechos históricos, como aquél que nos recuerda que cuando en 1947 se negociaba la reforma que reconoció el sufragio femenino a nivel municipal, dos mujeres eran designadas delegadas en Milpa Alta y Xochimilco.
Pienso más bien en hechos tangibles mucho más recientes, como la circunstancia de que en el DF hayamos tenidos cuotas en las delegaciones desde hace más de una década, lo que da una posición relativa favorable a la ciudad, si se le compara con otras regiones del país, donde apenas el 7 por ciento de las mujeres ocupan presidencias municipales.
Quizás sea adecuado echar mano de la idea de que el 54 por ciento de quienes en el DF constituyen los comités ciudadanos y consejos de los pueblos son mujeres; 8 mil 251 mujeres líderes que ya están haciendo actualmente trabajo en sus comunidades.
O bien que en la ciudad ya tenemos cinco aspirantes a candidatas independientes que cumplieron con la entrega de firmas. Ello representa el 12 por ciento de las que lo intentaron, una productividad 50 por ciento más alta que la de los varones que lo intentaron.
Por todo ello, creo que la ciudad de México y más este recinto son el lugar idóneo para seguir avanzando en ese debate iniciado hace 20 años.
¿Cómo podemos hacer para acelerar el empoderamiento de las mujeres?
La clave, creo yo, está en las inercias que logremos hacer entre instituciones, organizaciones, ciudadanas y ciudadanos comprometidos con este propósito.
El Instituto Electoral del Distrito Federal, sus consejeras y sus consejeros estamos comprometidos con ese anhelo de igualdad.
Muchas gracias.
PRESENTADORA: Agradecemos las palabras del consejero Beltrán y a continuación cedo el uso de la voz a la doctora Yasmín Esquivel Mossa, presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal.
DOCTORA YASMÍN ESQUIVEL MOSSA: Muy buenos días.
Es para mí un honor estar compartiendo el presídium con distinguidas personalidades, con la doctora Patricia Galeana, con la senadora Mariana Gómez del Campo, con la magistrada María del Carmen Alanís, con la magistrada María del Carmen, que ha organizado este evento, y con el señor Consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal.
Quiero también agradecer la presencia de la senadora Alejandra Barrales, también de la diputada María de los Ángeles Moreno, con quien hemos compartido muchísimos eventos de carácter político y jurídico en la Ciudad de México.
También agradecer a todos ustedes que el día de hoy estemos haciendo una reflexión:
Desde hace más de un siglo, en el mes de marzo, está considerado el Mes de la Mujer. Y esto es un espacio que nos permite reflexionar acerca de los avances y acerca de los retos que tenemos hacia adelante.
Porque hoy la participación de la mujer en la vida económica de México ha aumentado en forma considerable.
La aportación del trabajo de las mujeres al Producto Interno Bruto es del 15.5 por ciento.
Nuestra presencia en los diferentes ámbitos de la vida política, económica y social se ha incrementado considerablemente.
Las mujeres ocupamos el 35 por ciento de puestos de dirección en el servicio público; el 37 por ciento de las posiciones de representación popular en el Congreso de la Unión y sólo el 24 en congresos de entidades federativas.
Hoy representamos, las juzgadoras en México, el 40 por ciento en el Fuero Común, ya especializado en las diferentes materias.
Y en esta lógica podemos afirmar que el Poder Público es ejercido en más de un 30 por ciento por mujeres.
Pese a ello, hoy seguimos siendo el sector altamente vulnerable a vicios lastimosamente encarnados en nuestra sociedad.
La violencia de género sigue siendo un mal que nos aqueja y nos indigna.
Según datos del INEGI, el 19.8 por ciento de las trabajadoras del sector público han sido víctimas de algún tipo de violencia, siendo la sexual, la laboral y la psicológica las que más incidencia tienen.
No importa la función que desempeñan o la dependencia para la que laboran, ni mucho menos el tipo de poder que ejercen.
Su situación de vulnerabilidad es la misma que en aquella que se padecía hace 50 años.
Por más inverosímil que parezca, hoy seguimos siendo testigos de silenciosos casos de este mal.
Se sigue tolerando, y lo más penoso con el complaciente silencio de las autoridades, que aún sabiendo de estas situaciones eluden sus responsabilidades y dejan sin atender las demandas de justicia de las víctimas, quien tras su largo peregrinar entre el miedo y la angustia reciben una última humillación: la indiferencia y la indolencia de la autoridad.
En este obscuro panorama las cuestiones del empoderamiento y apoderamiento se vuelven palabras que entrelazan una serie de complejidades que impiden su concreción, pues mientras no existan condiciones efectivas de equidad, cualquier tipo de empoderamiento será efímero.
Hoy nuestra obligación es mantenernos firmes ante las condiciones que ha impuesto la ley.
La legislación vigente en el país es de avanzada y establece lineamientos claros que obligan a aplicación de políticas afirmativas que generen condiciones de equidad.
Medios, modos y formas no sobran. Falta voluntad por materializar tan ansiada igualdad y enfrentar con plena convicción aquellos vicios que nos sigue lacerando como sociedad.
Simplemente exigimos lo que es justo: igualdad, equidad de condiciones para un desarrollo eficaz. Nada más y nada menos que eso.
En eso estriba el verdadero empoderamiento.
Un principio elemental de justicia, un llamado a la equidad, a la convicción de dar a cada quien lo que le corresponde en un ámbito de igualdad de oportunidades y en razón de capacidades. Y en eso estamos en la lucha.
Muchas gracias.
PRESENTADORA: A continuación, la doctora Patricia Galeana, Directora del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, nos dirigirá su mensaje.
DOCTORA PATRICIA GALEANA: Muchas gracias. Muy buenos días.
Hace 40 años justamente aquí en nuestro país, fue donde se propuso que el 8 de marzo fuera el Día Internacional de la Mujer, para recordar a todas las mujeres que habían muerto en la lucha por sus derechos. La lucha ha sido larga, difícil, ha sido una revolución pacífica y silenciosa, y aún no termina.
Desde tiempos remotos, lucharon primero por sus derechos laborales, por el derecho a la educación, por sus derechos políticos, por el derecho a la salud; y ahora se lucha por el derecho a la no violencia, por el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo, por los derechos humanos como persona que tenemos, por el derecho a la dignidad.
Hay que recordar que si bien nuestro país fue a la vanguardia en temas de derechos humanos de primera y segunda generación; en el tema de las mujeres y en el tema de las comunidades indígenas, nuestro país ha ido a la zaga de nuestra propia región latinoamericana.
Fuimos de los últimos seis países en reconocer la ciudadanía de más de la mitad de su población, después de que Naciones Unidas llamara a que se diera este paso para poder vivir en una democracia; y esto ha tenido un impacto muy difícil de superar en todos los derechos de las mujeres.
Es evidente que hace 60 años votaron las mujeres por primera vez y que hoy, gracias a las cuotas, ya en el Poder Legislativo tenemos un 36.8 por ciento de diputadas y un 33.5 de senadoras. Sin embargo, tenemos que ver la realidad, que es la que se puede pulsar en los municipios; en donde solamente el 7.7 por ciento están gobernados por una mujer, y en todo el territorio nacional hoy no contamos con ninguna gobernadora.
A trabajo igual todavía no corresponde salario igual. Según el Foro Económico Mundial de Davos, todavía en nuestro país llega a haber hasta un 46 por ciento de diferencia salarial; de los 142 países que se estudiaron el año pasado, México salió en el lugar número 80 en materia política, gracias al sistema de cuotas estamos en el 39; pero en participación económica estamos en el lugar 120 de 142. Esta es nuestra realidad a nivel internacional.
Los feminicidios siguen siendo un foco rojo para toda la sociedad y llevamos el tema de la violencia ahora hasta en el noviazgo. En esta capital de la República, 51.93 por ciento de las mujeres han sufrido algún tipo de violencia.
Tenemos que generar una nueva cultura y para ello, además de respetar el marco jurídico y los tratados internacionales que nuestro país ha firmado; necesitamos que estas políticas públicas también se traduzcan en una educación formal e informal que logre generar esta nueva mentalidad.
La lucha de las mujeres, aquí ustedes pueden verla en esta exposición, recorre desde la mentalidad cómo se ha ido generando esta cultura tan difícil de superar, la cultura patriarcal. Pueden ustedes ver el origen indígena de la cosmovisión dual; también el marianismo colonial y la participación de las mujeres en la construcción de México y la lucha por cada uno de sus derechos.
Quisiera nada más concluir estas palabras, recordando lo que señaló muy atinadamente el gran filósofo italiano Norberto Bobbio: “la mejor forma de ver el grado de civilización de un pueblo es la situación de sus mujeres”.
Muchas gracias por su atención.
PRESENTADORA: Agradecemos el mensaje de la doctora Galeana y damos también la bienvenida al maestro Félix Arturo Medina Padilla, encargado del despacho de la jefatura delegacional en Magdalena Contreras, así como a la licenciada Claudia Barbosa, magistrada del Tribunal Electoral del Estado de Puebla.
A continuación, la magistrada María del Carmen Alanís Figueroa, integrante de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dirigirá su mensaje.
MARÍA DEL CARMEN ALANÍS FIGUEROA: Gracias. Buenos días a todas y a todos. Saludo a la senadora Mariana Gómez del Campo, a la senadora Alejandra Barrales, muchas gracias por recibirnos en su recinto.
A todos los integrantes de todas y el integrante de este presídium, también es un honor compartir esta mesa de inauguración; a las autoridades electorales, administrativas, judiciales, locales, federales, a los medios de comunicación, de verdad muchas gracias y buenos días.
Empiezo felicitando la iniciativa de todas las instancias convocantes para llevar a cabo este evento y agradeciendo también que me hayan permitido participar en la inauguración.
Me habían invitado como conferenciante, pero desafortunadamente el día de hoy tenemos una sesión muy compleja en el Tribunal Electoral, entonces tendré que salir corriendo en unos minutos.
Este mes he tenido el gusto de participar en diversos espacios con motivo del Día Internacional de las Mujeres y quisiera comentar, compartir con ustedes, que destinar un día o un mes o una semana del año a reflexionar y debatir sobre los problemas y los logros en el acceso de los derechos humanos a las mujeres, reviste una enorme importancia y esto además se hace evidente.
Ustedes saben que una de mis principales convicciones –y quien no lo sepa, lo reafirmo– como persona, como juzgadora, es la realización y la protección de los derechos humanos, y concretamente los derechos humanos de las mujeres, y debemos nunca perder de vista los obstáculos a los que nos enfrentamos todos los días.
Así que mi invitación es que no terminemos este evento y pasemos a lo siguiente en nuestras agendas. Generemos en este y en otros foros propuestas, asumamos compromisos desde nuestros ámbitos de actuación.
Ahora bien, en este foro se nos invita a debatir sobre el empoderamiento de las mujeres.
¿Qué significa empoderar a las mujeres?
Desde mi punto de vista es cambiar el discurso sobre lo que somos, sobre nuestros roles, sobre lo que aportamos y sobre lo que implican nuestros cuerpos.
El discurso tiene un impacto definitivo en la creación de la realidad, en la transmisión de las formas en que se concibe al mundo y a las personas.
El discurso normativo o el discurso de las leyes, reconoce derechos.
El discurso judicial, por medio de las sentencias, resuelve controversias y declara, por ejemplo, si a una persona se le violaron sus derechos y cuáles son las consecuencias de ello.
Estos discursos caracterizan a las personas, definen sus intereses, determinan si ameritan o no protección jurídica.
Por mucho tiempo el discurso legal negó a las mujeres el derecho a votar y el derecho a ser electas.
¿A qué caracterización de la mujer obedece este discurso?
A la consideración de que sus experiencias, su trabajo, su visión de mundo, de la vida, no eran relevantes en el ámbito público, debido a una supuesta incapacidad para ejercer su ciudadanía.
Y este discurso, esta determinación basada en que precisamente en las construcciones culturales, basadas en el discurso social, que se forjaron a partir de nuestros cuerpos.
¿Un cuerpo de mujer genera capacidad en incapacidad para la toma de decisiones y para el ejercicio de la ciudadanía?
Absurdo ¿no es cierto?
Pues este discurso a todas luces persiste hoy en día, Negar la participación política de las mujeres, obstaculizando sus candidaturas y el ejercicio de sus cargos, denota un discurso de violencia y de discriminación que el discurso político y jurídico tiene que urgentemente combatir.
Hoy levanto la voz para hacer un llamado al fin de la violencia política y a la violencia política contra las mujeres.
Hoy amanecimos con una noticia lamentable: el asesinato de una precandidata a alcalde en Guerreo, precandidata por el municipios de Ahuacuotzingo, Guerrero; hace unos días el atentado a una presidenta municipal en Matamoros.

Levantemos la voz para erradicar la violencia contra las mujeres.
Y empoderar a las mujeres pasa justamente por reconstruir lo que nos han dicho que son las mujeres, ideas que se reproducen, internalizan y refuerzan cotidianamente, reflejándose en prácticas, en leyes, en sentencias, en actos de autoridad y por supuesto de partidos y de personas individuales.
Así que en el ámbito legal tenemos la paridad a nivel constitucional: por el momento, resalto, por el momento sólo a nivel de Constitución General para congreso federal y congresos locales.
Ya hay entidades federativas que han avanzado a la paridad en presidencias municipales y modelos y sistemas electorales muy novedosos.
Este discurso reivindica la relevancia de la representación simbólica de las mujeres en el ámbito público. Reivindica la necesidad de contar con su experiencia en el ámbito de toma de decisiones que definen un país, pero que también construyen una democracia.
En estos procesos electorales en curso debemos examinar qué realidades pretende construir el discurso político de la paridad. Si los partidos obstaculizan a las mujeres su llegada a las diputaciones, estaremos enfrentando otra vez ideas estereotípicas que se basan en que los cuerpos de mujeres no son aptos para la política.
Lo digo y de verdad no lo creo, pero eso denota las resistencias de los partidos frente a las cuotas, frente a la paridad y frente a las mujeres en ejercicio de cargos públicos.
Empoderar a la mujer pasa incluso por convencernos de que es ridículo y discriminador, irrelevante para el ámbito político, preguntar o comentar, por ejemplo, ¿cuántos zapatos tiene la candidata? ¿Está gorda? ¿La maquillaron bien? Ese vestido no le queda.
Otros estereotipos que pasan por las cabezas, ¿una mujer está lista para ser presidenta? Esto se viene preguntando en las encuestas nacionales. ¿Lo está el país? ¿Le habrán dado permiso sus hijos? ¿Un hombre de primera dama? ¿Será eso posible?
Seguramente ese hombre no tendrá que ser cuestionado por la marca de sus trajes.
Al inicio les pedí asumir compromisos de largo plazo. Les propongo uno muy sencillo en estos procesos electorales:
Hagamos un ejercicio y veamos las coberturas mediáticas de las campañas de las candidatas.
Además descubrámosnos a nosotras y nosotros mismos, exigiéndoles a las candidatas un comportamiento determinado y veamos cómo no es el mismo que exigiríamos a los hombres.
Identifiquemos esos estereotipos; trabajémoslos para evitar reproducirlos; construyamos otro discurso, otra realidad para las mujeres.
Evidentemente hay muchos retos más para poder llegar al empoderamiento de las mujeres.
Cada quien en nuestro papel de juzgadoras, legisladoras, hacedoras de políticas públicas, académicas, organizaciones.
Tenemos una responsabilidad qué asumir.
Muchas gracias.
PRESENTADORA: Agradecemos a la Magistrada Alanís por sus palabras.
Y nos informan que por motivo de agenda el senador Barbosa no podrá hacer la inauguración de la exposición y de los trabajos del Foro, por lo que cedemos el uso de la voz a la senadora Mariana Gómez del Campo.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchísimas gracias.
Es un honor recibirlas y recibirlos en este Encuentro, en el Senado de la República.
Nuestro primer Encuentro lo tuvimos hace un par de meses en el Tribunal Electoral del Distrito Federal.
Y la idea es poder tener este tipo de Encuentros por lo menos una vez al mes para que discutamos los temas que tienen que ver con las mujeres.
Agradezco la presencia de cada uno de ustedes, de la doctora María del Carmen Alanís Figueroa, Magistrada de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
De la doctora Yasmín Esquivel, Presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal.
Del maestro Yuri Gabriel Beltrán Miranda, Consejero Presidente del Instituto Electoral del Distrito Federal.
De la doctora Patricia Galeana, Directora General del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.
Y por supuesto de la Magistrada Carmen Carreón, con quien hemos estado coordinando de manera muy entusiasta estos encuentros.
Y también, el que esté aquí presente la senadora Alejandra Barrales, habla también del interés por parte de la senadora, desde siempre, con los temas de género.
Siempre tratamos de que desde el Senado de la República efectivamente levantar la voz y en las propuestas de género sí encontramos el consenso de las mujeres.
A veces nos cuesta un poquito de trabajo los hombres, curiosamente, el convencerlos de que se requiere equidad en diversas iniciativas de ley, en diversas reformas que hemos impulsado, pero poco a poco hemos ido logrando ganar estos espacios.
También, la presencia aquí de la diputada María de los Ángeles Moreno, bienvenida, y de cada una de ustedes.
Y el que pueda haber hombres escuchando estas intervenciones me parece de lo más elemental.
Y yo quisiera hacer segunda a lo mencionado aquí por la Magistrada María del Carmen Alanís.
Tenemos que alzar la voz y decir no a la violencia contra las mujeres.
Lo ocurrido en Guerrero, este asesinato a una precandidata alcaldesa, no importa del Partido que sea, no podemos quedarnos calladas ni callados.
Tenemos que alzar la voz, no podemos permitir que esto siga ocurriendo en diferentes estados de la República.
Hoy le toca a Guerrero; hace unos días le tocó a Tamaulipas.
Afortunadamente no hubo consecuencias graves en este segundo caso; pero las mujeres tenemos que hacer lo necesario para ser escuchadas y no guardar silencio, porque si nos quedamos calladas nos convertimos en cómplices.
Las mujeres hoy en día, y lo compartía junto con la senadora Alejandra Barrales, que tenemos un espacio en un periódico del Distrito Federal y de Nuevo León, las mujeres no queremos privilegios, las mujeres estamos buscando que el terreno sea parejo. Vivimos en una sociedad con profundas contradicciones: mientras por un lado a la madre se le erige públicamente como uno de los pilares del hogar y de la comunidad, a quien se le debe el mayor de los respetos; por otro estadísticas del INEGI confirman que dos de cada tres mujeres han sufrido violencia de género, cuyo principal agresor es precisamente la pareja.
Laboralmente ha habido avances importantes, los retos siguen siendo enormes. Podemos encontrar que en el sector de la construcción, apenas 11 de cada 100 plazas son ocupadas por mujeres; en la industria manufacturera, esa cifra alcanza las 34 por cada 100 plazas; y en el sector servicios muy similar al sector comercio, nos ubicamos por encima del 45 por ciento de participación.
Esto quiere decir que en los ámbitos de trabajo remunerado, todavía existe una brecha muy amplia entre hombres y mujeres; una brecha que se hace aún mayor si hablamos de discriminación salarial, que es un fenómeno que provoca que las mujeres perciban entre un 2.5 a un 30.5 por ciento menos que los hombres, por el mismo trabajo, incluso a veces muchas más horas dedicadas para hacer este trabajo.
Si hablamos de educación, podemos encontrar que tenemos el reto de garantizar que las mujeres logren continuar en el nivel educativo inmediato superior, es decir, sigue siendo un reto que las mujeres se queden en la escuela o en la universidad conforme aumenta su edad.
La diferencia comienza a hacerse más amplia en la Educación Media Superior, donde el 4 por ciento de las mujeres abandonan la escuela; pero esta cifra se eleva al 28 por ciento en la Educación Superior y este fenómeno no ocurre tan marcadamente en los hombres.
Si hablamos de la política, poco a poco hemos ido ganando terreno. En 2005 ocupábamos el 23.6 por ciento de los espacios en el Congreso; hoy ya alcanzamos el 36.8 por ciento. Es decir, que en menos de una década avanzamos 13 puntos porcentuales, lo cual sí es de reconocerse.
Pero esto contrasta con que apenas ocupamos el 6.8 por ciento de las alcaldías, el 16 por ciento del Gabinete presidencial. Si hablamos del a Suprema Corte de Justicia de la Nación, hay representación en 18.1 por ciento de mujeres.
Por segunda vez podemos tener Procuradora General de la República, esta última sale del Senado de la República, lo cual es un orgullo. Y también en el Senado podemos ver a varias candidatas gobernadoras, afortunadamente, espero que podamos contar con gobernadoras mujeres a partir del año 2015; hay competencia en San Luis Potosí, Sonora, en Nuevo León, en Michoacán y espero que así sigamos sumando más esfuerzos para que no digamos la terrible cifra de cero gobernadoras en este país.
Y quiero compartirles, por último, que en esta Legislatura pusimos nuestro granito de arena: aprobamos que en el Código Penal tengamos un capítulo específico que sancione el acoso laboral, del que 7 de cada 10 víctimas son mujeres.
Es una acción pequeña, pero poco a poco vamos modificando leyes y haciendo lo necesario para que nuestras mujeres no sufran de acoso laboral, que es muy distinto al acoso sexual; es cuando se le maltrata a la mujer y “Te sales de esta oficina”, “Te pongo en el pasillo”, “Tienes que salir más tarde” o “Me esperas hasta que yo llegue” o “Te vas conmigo”, “Me tienes que acompañar al coche”, “Tienes que desayunar conmigo sino te corro”. Y bueno, yo creo que muchas hemos escuchado muchas de estas historias; afortunadamente logramos que en el Código Penal Federal tengamos un capítulo específico que sancione el acoso laboral, como ya ocurre en muchos otros países del mundo.
Bueno, no me queda más que agradecer. Hoy será un día muy intenso con diferentes charlas que tendremos con excelentes mujeres, con mujeres talentosas que han abierto el camino a muchas más mujeres que quieren entrar en el mundo de la política afortunadamente, y yo espero que cada vez seamos muchas más.
Y siendo las, yo les pediría que nos pusiéramos de pie para poder hacer la inauguración formal.
Siendo las 10:40 de la mañana, damos por inaugurado esta serie de conferencias “Mujeres al Poder”.
Muchas gracias y bienvenidas y bienvenidos al Senado de la República.

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