COMPARECENCIA DE LA SECRETARIA DE DESARROLLO SOCIAL, ROSARIO ROBLES BERLANGA, PARA EL ANÁLISIS DE LA POLÍTICA SOCIAL EN EL MARCO DEL SEGUNDO INFORME DE GOBIERNO.
SENADOR MIGUEL BARBOSA HUERTA: Se reanuda la sesión. Maestra Rosario Robles Berlanga, sea usted bienvenida a esta comparecencia, a la que se le ha convocado para analizar la política social del país, en el marco del análisis del Segundo Informe de Gobierno.
Asiste usted en cumplimiento a una obligación constitucional, derivada del segundo párrafo del artículo 69 de nuestra Carta Magna, por lo que este acto se realiza bajo los principios constitucionales que establecen la relación corresponsable entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo de la Unión.
Maestra Rosario Robles Berlanga, como es de su conocimiento, el artículo 69 constitucional compromete a los servidores públicos que asisten en comparecencia a informar, bajo protesta de decir verdad. En consecuencia, procederé a tomarle la protesta correspondiente, por favor.
SECRETARIA: Sean tan amables de ponerse de pie.
SENADOR MIGUEL BARBOSA HUERTA: Maestra Rosario Robles Berlanga, en términos de lo dispuesto por el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicano, ¿protesta usted decir verdad en la información que exponga a esta Asamblea y ante las preguntas, y en su caso, las réplicas que le formulen las señoras y los señores senadores?
Puede responder.
SECRETARIA DE DESARROLLO SOCIAL, ROSARIO ROBLES BERLANGA: Sí, protesto.
SENADOR MIGUEL BARBOSA HUERTA: De no cumplir con el compromiso que asume ante esta Asamblea, la Cámara de Senadores estará en posibilidad de iniciar los procedimientos a que haya lugar.
SECRETARIA: Sean tan amables de tomar asiento.
SENADOR MIGUEL BARBOSA HUERTA: En cumplimiento del punto tercero del acuerdo aprobado para normar estas comparecencias, tenemos una intervención inicial de la maestra Rosario Robles Berlanga, secretaria de Desarrollo Social, hasta por un tiempo de 15 minutos.
Señora Secretaria, tiene usted el uso de la palabra. Puede hacer uso de cualquiera de las tribunas.
SECRETARIA DE DESARROLLO SOCIAL, ROSARIO ROBLES BERLANGA: Muy buenas tardes señores senadores, señoras senadoras.
Comparezco ante ustedes en cumplimiento del mandato constitucional, que obliga que en el marco de la Glosa del Segundo Informe de Gobierno del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Enrique Peña Nieto, se rindan cuentas de lo que hasta ahora se ha realizado en materia de política social.
Para mí es un honor estar aquí ante esta Cámara de Senadores, ofreciendo este informe puntual de lo que ha sido una de las máximas prioridades del presidente Peña, desde el primer día de su gobierno.
En primer lugar, quisiera hablarles de lo que el Gobierno de la República considera como la política social de nueva generación. Una política social que establece nuevos paradigmas, que plantea la necesidad de que todos los mexicanos y las mexicanas sin excepción alguna, tengan acceso a un piso básico de bienestar y puedan ejercer plenamente todos sus derechos.
Una política social que trasciende la visión asistencialista y que considera que la inclusión productiva y al empleo, es la mejor medicina para romper el círculo intergeneracional de la pobreza.
Una política social que se entiende asociada profundamente a la política económica, que sabe que es necesario que ambas políticas caminen juntas: una generando el crecimiento que permita desarrollar empleos, generar más riqueza y en consecuencia, combatir la pobreza; y otra construyendo nuevos paradigmas y rediseñándose a partir de nuevas visiones.
Una política social que pone énfasis en la pobreza urbana, porque hoy en nuestro país el 60 por ciento de los mexicanos y mexicanas en condiciones de pobreza se encuentran en las ciudades.
Una política social que asume una visión federalista, que entiende que es indispensable la coordinación interinstitucional y el trabajo conjunto entre los tres niveles de gobierno.
Una política social participativa, que rompe con la idea de la política ventanilla y que plantea que es a través de la participación social y comunitaria como puede despertarse la capacidad productiva y la capacidad de generar mejores condiciones de vida.
Y una política social que tiene una visión de inclusión; que atiende a la diferencia, a la diversidad social, a las mujeres, a los jóvenes, a los niños y a las niñas, a las personas con discapacidad y a los indígenas.
En este marco, y en esta visión que nos instruyó el presidente Enrique Peña Nieto, es que a lo largo de estos casi dos años hemos puesto en marcha cuatro aspectos fundamentales que tienen que ver con compromisos establecidos por el Presidente de la República durante su campaña.
Primero, el Presidente se planteó como una posibilidad, como una necesidad ética, el combatir el hambre. El reconocer que en México hay hambre y que millones de mexicanos no pueden ejercer su derecho básico a la alimentación. El derecho consagrado en la Constitución.
Una población de 7.1 millones de mexicanos que viven en condición de pobreza extrema alimentaria y a la que había que atender, porque nadie que padezca hambre puede ser productivo; nadie que padezca hambre puede salir adelante. Ningún niño o niña, sin una alimentación adecuada, puede rendir frutos en la escuela y tener un futuro de prosperidad.
Por eso es que pusimos en marcha la Cruzada Nacional contra el Hambre, que a más de 21 meses y de esta población objetivo de 7.1 millones de mexicanos, podemos decir que tres millones ya comen mejor. Que tres millones tienen acceso a los diversos programas que se han instrumentado.
Programas novedosos, como el de los comedores comunitarios; programas novedosos, como la Tarjeta sin Hambre, que les permite adquirir alimentos básicos en las tiendas de DICONSA; programas que nos han planteado reorientar y recuperar el sentido social de instrumentos fundamentales del Estado Mexicano, como dos grandes redes de abasto popular y social, como son DICONSA y LICONSA y recuperar su vocación social y su compromiso con los más pobres del país. Programas que cuentan con la participación social y comunitaria, porque más de 60 mil comités comunitarios construidos a lo largo y ancho del país participan en este esfuerzo transversal que involucra a 19 dependencias del gobierno de la República y que involucra también a los tres niveles de gobierno.
Un programa como la Cruzada Nacional contra el Hambre, que involucra a la sociedad civil a través del Consejo Nacional de la Cruzada, a los expertos y a esfuerzos que se han desarrollado desde la misma sociedad civil de manera muy importante y que nos han permitido cumplir uno de los objetivos de la cruzada, que es: reducir las mermas y desperdicios a partir de un convenio sin precedentes con la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos que cada año alimentan a partir de recuperar alimentos perdidos a un millón de personas.
Esta Cruzada Nacional contra el Hambre ha generado espacios de cohesión social y de participación, y ha transformado la realidad de localidades y comunidades en las que se está desarrollando. Iniciamos con 400 municipios y hoy son mil 12 municipios que participan en este esfuerzo transversal.
Al final del año, por instrucciones del Presidente Enrique Peña Nieto, llegaremos a 5.5 millones de personas beneficiadas por la Cruzada Nacional contra el Hambre.
Un segundo objetivo y compromiso presidencial, ha sido el de generar un esquema de seguridad social universal.
Muchos mexicanos, más del 60 por ciento –de acuerdo a datos de CONEVAL– no tienen acceso a la seguridad social universal.
Por eso, uno de los compromisos del Presidente Peña, fue disminuir la edad para la pensión para adultos mayores, de 70 a 65 años.
En este lapso de gobierno, se han incorporado 2.7 millones de nuevos mexicanos a este Programa, lo que representa un crecimiento en tan sólo 21 meses de casi el 90 por ciento; un 90 por ciento de lo que se hizo durante 8 años.
El otro esquema que participa en esta visión de seguridad social universal, es el Seguro de Vida para Jefas de Familia, creado también por el Presidente Enrique Peña Nieto.
Cuatro punto siete millones de mexicanas cuentan con este Seguro, que es a la vez una pensión por orfandad, porque son los niños y las niñas las que se benefician de este Seguro en caso de que su madre llegue a faltar.
Este Seguro garantiza que esos niños y esas niñas tengan un apoyo desde que son pequeños hasta que concluyan la universidad.
Actualmente, el número más reciente, más de 4 mil niños y niñas, cuyas madres lamentablemente fallecieron, están amparados por este Seguro de Jefas de Familia.
Otro de los compromisos muy importante del Presidente Enrique Peña Nieto, fue el que el Programa de Transferencias Monetarias, en ese momento conocido como Oportunidades, se desarrollaría y se crecería y evolucionaría.
Llegamos al rediseño del Programa Oportunidades a partir de una reflexión fundamental: En los últimos años, en las últimas décadas, los recursos destinados a las transferencias monetarias, han crecido considerablemente. Sin embargo, la pobreza se mantiene igual.
Si consideramos los datos de la pobreza en los últimos 30 años, observamos que la línea no se ha modificado substancialmente: 53 millones hace 30 años; 52 millones en el año 2012, que es el último en el que hay una medición de la pobreza por parte de CONEVAL.
Esto nos obligó a una reflexión: desde luego que el Programa Oportunidades ha sido exitoso en muchos sentidos, permitió que los niños y las niñas estuvieran en la escuela. Permitió de manera muy importante, por la acción afirmativa que involucra el Programa, que las niñas estuvieran en la escuela, en lugar de estar en la casa o en un campo de trabajo.
El Programa Oportunidades fortaleció capacidades en materia de salud, de educación y de alimentación, pero no permitió conseguir el objetivo fundamental:
Romper el círculo inter generacional de la pobreza. No permitió, a pesar del creciente número de recursos destinados al Programa y de la ampliación importante de las familias incorporadas al Programa, que las generaciones posteriores estuvieran en una mejor condición que sus padres y sus madres.
Por eso es que fuimos a un rediseño del Programa. Con más salud, más educación, más alimentación, pensando en que los jóvenes a los que se les apoyó en la primaria, con becas en la secundaria y en la preparatoria, pudieran seguir sus estudios con una beca a nivel de educación superior y tuvieran opciones de empleo y de incorporación productiva.
Pero también, además de fortalecer sus componentes básicos, incluimos aspectos relacionados con la inclusión social que hoy distinguen al Programa Prospera.
No se trata de un cambio de nombre, se trata de un cambio de fondo. Ahora las familias que reciben una transferencia monetaria podrán participar en esquemas de inclusión financiera, con crédito barato, fomento al ahorro y acceso a seguros.
Podrán participar en procesos de inclusión productiva, a partir de su incorporación a 15 programas productivos de diversas secretarías del gobierno federal.
Y podrán participar también sobre todo los jóvenes en la inclusión al empleo y a la formalidad, a partir justamente de la posibilidad de acceder a través del Servicio Nacional de Empleo un Trabajo y de capacitarse para el empleo a través del Programa Bécate.
Este rediseño del programa conocido como “Oportunidades” hasta hace poco y que hoy se llama “Prospera”, justamente lo que plantea es eso, que la gente quiera prosperar, que la gente quiera salir de la pobreza, que la transferencia monetaria sea un puente provisional, mientras que consolida su propia posibilidad de salir de la pobreza y construye su propia historia de éxito.
Estamos absolutamente conscientes de que no basta con el rediseño de las políticas sociales; este es un paso muy importante, este es un paso que construye un nuevo paradigma en la política social en México, pero para que las políticas sociales tengan éxito tiene que haber un mayor crecimiento de la economía, una mayor generación de empleo, de ingresos y una mejor distribución del ingreso.
Por eso nos congratulamos y congratulamos al Congreso y en particular esta Cámara, por haber aprobado las reformas que sientan las bases para un mayor crecimiento en el país y en consecuencia para mejores niveles de bienestar y de prosperidad de los mexicanos.
Caminando de la mano política social y política económica, estoy absolutamente segura que en muy pocos años podremos por fin hablar de que hemos modificado la condición de pobreza y desigualdad en el país.
Muchas gracias.
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