* Versión de la conferencia de prensa ofrecida por la senadora Gabriela Cuevas Barron
Buenos días.
Muchas gracias a todas ya todos por estar aquí. Esta rueda de prensa tiene como propósito exponer un tema que es urgente para impulsar que los mexicanos y las mexicanas encuentren justicia y sean resarcidos sus derechos mediante el cumplimiento de resoluciones y recomendaciones internacionales.
Un primer paso sin duda muy importante fue la reforma constitucional en materia de derechos humanos en 2011 que representó un auténtico cambio de paradigma en el sistema jurídico mexicano, se actualizó el sistema de protección de derechos humanos y se enriquecieron además los mecanismos de garantía de esos derechos para que puedan exigirse adecuadamente.
Sin embargo, a pesar de estas reformas y de que en la ley pareciera todo estar bien, muchas personas siguen sufriendo violaciones a sus derechos humanos sin ser escuchados y sin ser atendidos por las autoridades. Padecen primero la revictimización del sistema de justicia mexicano, y en algunos casos, se ven obligados a recurrir a la protección del sistema internacional. Y cuando finalmente consiguen el reconocimiento pleno de la violación de sus derechos y se declaran las medidas para su reparación se enteran de que México no cuenta con un mecanismo para dar cumplimiento a las sentencias en materia internacional.
Un ejemplo claro de los que les platico es el caso de Valentina Rosendo, una indígena de Guerrero que fue violada por elementos del Ejército mexicano en febrero de 2002. Valentina, tras un tortuoso paso por los ministerios públicos durante casi dos años, se decidió que los militares debían ser enjuiciados por un tribunal militar y la justicia castrense resolvió que no había delito que castigar.
Fue hasta el año 2008 que el caso de Valentina llegó al Sistema Interamericano de Derechos Humanos y el primero de octubre de 2010, ocho años después de que se cometió el abuso sexual, la Corte Interamericana condenó al Estado mexicano por violaciones a sus derechos humanos. Al día de hoy ya son 12 años que la sentencia sigue sin cumplirse en todos sus términos.
Por lo anterior, esta semana estaré presentando en el Pleno del Senado una iniciativa con proyecto de decreto para expedir la Ley para la implementación de resoluciones y recomendaciones internacionales, esto con la finalidad de que nuestro país cuente con un marco legal que nos permita asegurar el cumplimiento de aquellas decisiones que han sido admitidas por instancias internacionales, cuya competencia sea reconocida por el Estado mexicano, es decir, que México ya se haya comprometido con ellas anteriormente.
México, además de ser el país con más denuncias ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ha hecho evidente un alto grado de incumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La Corte Interamericana ha señalado que México, en muchos casos, ha incumplido en llevar a cabo una investigación eficaz para determinar las responsabilidades penales y aplicar las sanciones correspondientes.
Hay claros indicadores de que existe una falla sistémica en la ejecución de las resoluciones internacionales, desde la realización de actos públicos de reconocimiento a la responsabilidad internacional hasta la instrumentación de acciones encaminadas a garantizar que las violaciones no vuelvan a ocurrir.
Así, el propósito de esta iniciativa es dotar al Estado mexicano de un marco normativo que defina claramente con qué mecanismos se va a facilitar la plena implementación de las decisiones internacionales, tomando como principios la ejecución de las sentencias internacionales, la inmediatez, la eficacia directa y la vinculatoriedad.
Sin la ejecución de las sentencias internacionales no es posible hablar de una verdadera tutela de los derechos humanos; si lo vemos realmente en lo que se ha avanzado en estos últimos años, el Congreso de la Unión en 2011 hizo una tarea muy importante, una reforma histórica en materia de derechos humanos en nuestra Constitución.
Nuestra Suprema Corte de Justicia de la Nación ha tenido también avances muy importantes, como se ve por ejemplo en el caso Radilla, y que al día de hoy ha sido reconocido hace apenas algunos meses con el Premio Internacional de Derechos Humanos de la ONU.
Esperemos que esta ley pueda ser apoyada por los distintos grupos parlamentarios, para que casos como el de Valentina no permanezcan una vez más en la impunidad.
Estoy a sus órdenes.
Pues les agradezco mucho su presencia.
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