Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

·      Se requiere una diplomacia pública audaz, estratégica, coordinada y evaluada, expuso la senadora Gabriela Cuevas Barron, al fijar el posicionamiento del Grupo Parlamentario de Acción Nacional en la comparecencia del secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, en el Senado de la República

Los senadores del Partido Acción Nacional (PAN) demandaron ante el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso, la construcción de una verdadera política exterior de Estado, en el contexto de la relación con el nuevo gobierno de Estados Unidos, y que el Senado de la República acompañe una eventual renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) y que no sólo se quede esperando los informes.

“Pedimos un proceso transparente, acompañado de información sobre el proceso; desde el Senado esperamos acompañamiento, rendición de cuentas, representación y visión de presente y futuro”, puntualizó la senadora Gabriela Cuevas Barron, al fijar la posición de la bancada panista con motivo de la comparecencia del canciller Videgaray en la Cámara Alta.

La presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado deseó a Videgaray Caso éxito en su gestión y manifestó: “Para Acción Nacional no caben los cálculos mezquinos en la definición de la política exterior mexicana. Queremos que su gestión sea exitosa, México necesita que su gestión sea exitosa y rinda buenos resultados”.

Asimismo, dijo que es urgente enderezar la relación con Estados Unidos y a nombre del Grupo Parlamentario presentó las siguientes diez propuestas:

Uno. Una verdadera Política Exterior de Estado. Comunicación constante, rendición de cuentas frecuente y sustantiva, construcción conjunta de decisiones. En síntesis: republicanismo básico, cumplimiento al mandato constitucional. Respeto a las atribuciones de este Senado de la República.

Dos. Una diplomacia pública audaz, estratégica, coordinada y evaluada. Debemos ampliar los canales de la diplomacia tradicional. La Secretaría de Relaciones Exteriores debe conducir la estrategia, pero no son suficientes las voces gubernamentales.   

Tercero. Protección a nuestros connacionales: Es urgente la aplicación de los mil millones de pesos gestionados por el Senado para reforzar la protección consular, la protección de las remesas, del patrimonio de los mexicanos en el exterior, y más importante, de la unidad familiar, para evitar que una frontera siga separado a los padres de sus hijos. 

Cuatro. Desde Acción Nacional, decimos no al muro en la frontera, no a la cicatriz que divide el corazón de millones de familias. 

Cinco. En cuanto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pedimos un proceso transparente acompañado de información sobre el proceso. Desde el Senado esperamos acompañamiento, rendición de cuentas, representación y visión de presente y futuro.

Sexto. Revisemos la cooperación migratoria con Estados Unidos: México no puede mantener el doble discurso migratorio. Mientras reclamamos derechos humanos al norte, aumentamos deportaciones al sur. Tan sólo en el año 2015 deportamos 131 por ciento más centroamericanos que los Estados Unidos. 

Séptimo. Revisemos la cooperación en seguridad con Estados Unidos y nuestra política de drogas. Estados Unidos nos necesita para cuidar su seguridad-. México paga las consecuencias del consumo, de la disposición de armas, de los flujos de dinero sin control.  

Ocho. Hagamos la tarea pendiente en casa: Si bien debemos continuar abriendo puertas a nuestras exportaciones e inversiones con el mundo, debemos reconocer que la diversificación real es una tarea de política exterior e interior. Apostemos por la planeación y el desarrollo de México, de sus industrias y de sus empleos.  

Nueve. Defendamos nuestra soberanía: México no debe aceptar o consentir de forma alguna la aplicación extraterritorial que pretende Donald Trump en sus decretos. Las decisiones de México pertenecen únicamente a las mexicanas y los mexicanos. 

Décimo.  Defendamos los derechos humanos en todas las instancias. Secretario, cuenta con nuestro apoyo y respaldo para acudir a la Organización de las Naciones Unidas y a toda instancia multilateral, para llevar todos y cada uno de los casos de violaciones a derechos humanos.  

(Se anexa versión)

 

28 de febrero de 2017

 

* Versión de la intervención en tribuna de la senadora Gabriela Cuevas Barron al presentar el posicionamiento del GPPAN durante la comparecencia del secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso

Con su venia, Presidente. Compañeras y compañeros senadores. Señor secretario de Relaciones Exteriores, bienvenido al Senado de la República.

Nuestro país ha sido utilizado como piñata electoral. Nuestra gente ha sido etiquetada como criminales o violadores; el respeto indispensable a sus derechos humanos hoy es cuestionado en decretos presidenciales.

El salario de nuestros connacionales, y con el que subsisten 1.6 millones de hogares mexicanos, se ve amenazado.

Nuestra frontera empezará a verse como aquella construida por la Alemania comunista del siglo pasado.

A nuestros productos y empleos se les responsabiliza de la falta de competitividad, sin embargo, cada minuto, México y Estados Unidos intercambiamos un millón de dólares. Todo esto en el mismo lugar, nuestro vecino en el norte, aquél con el que presumíamos llevar una relación ejemplar.

Nos sentimos indignados, señor secretario. Entendemos las voces que exigen dar la espalda a los Estados Unidos. Pero no podemos hacer nuestras esas voces. Por el contrario, ahora con mayor fuerza que, en cualquier otro momento en las últimas décadas, exigiremos resultados a la diplomacia mexicana.

Mientras 35 millones de personas de origen mexicano vivan de aquel lado de la frontera, mientras 2.7 millones de empleos en nuestro país dependan del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, mientras 5.8 millones de mexicanos dependan del envío de remesas, cada una de esas historias nos demanda una solución.

Sabemos que la relación entre México y Estados Unidos es profundamente asimétrica; para nosotros, el 28 por ciento del Producto Interno Bruto depende de la relación que llevemos con los Estados Unidos. Para ellos, es apenas el 1.3 por ciento. Sabemos también que la negociación no será fácil y la coyuntura dista de ser idónea para subir todos los temas a la misma mesa de negociación.

Sin embargo, secretario, haré algunas precisiones, porque no ha sido únicamente Donald Trump lo que ahora tiene a México y a los mexicanos en esta crítica circunstancia:

La actual administración carece de una política exterior de Estado. Durante cuatro años analizamos una política exterior de la que el Senado de la República nunca formó parte. Esta administración se conformó con una política exterior del Gobierno Federal, nada más. Perdieron la oportunidad de sumar voces, talentos y esfuerzos.

En cuatro años de gobierno, en este mismo recinto han rendido protesta cuatro embajadores de México ante los Estados Unidos; siete meses llegó a estar acéfala nuestra Embajada. Claramente, la relación política y comercial bilateral más relevante no fue una prioridad.

Hace apenas cuatro años se discutía en el Congreso estadounidense una reforma migratoria integral que podría haber regularizado la situación de alrededor de seis millones de connacionales. El Gobierno de México, lejos de cabildear o impulsar esta reforma –directa o indirectamente a través de aliados, tanto Republicanos como Demócratas–, se limitó a responder que se trataba de un asunto de política interna y nuestro país no le tocaba intervenir.

La última vez que se aprobó una reforma migratoria en los Estados Unidos fue en 1986. Aun así, este gobierno dejó pasar la oportunidad.

Señor secretario, durante el periodo comprendido entre 2008 y el 19 de enero de este año, el Instituto Nacional de Migración contabilizó cerca de 2.8 millones de deportaciones de Estados Unidos a México. El Gobierno de la República no alzó la voz, tampoco fue a recibir a nuestros repatriados al aeropuerto, ni siquiera aprendimos la lección para instrumentar políticas de retorno a las comunidades.

Nos enteramos también de tareas de espionaje al más alto nivel, y sólo se escuchó silencio.

Ahora, y con toda razón, nos alarman las violaciones al debido proceso en Estados Unidos, pero no hemos vuelto a saber noticia alguna sobre los casos correspondientes al fallo Avena. Tampoco ha habido seguimiento a los casos de las 75 víctimas que perdieron la vida en incidentes en los que participaron oficiales de Estados Unidos de 2006 a 2015, de los cuales 26 perdieron la vida a manos de la Patrulla Fronteriza. No hubo consecuencias legales en 51 de estos casos y 16 aún están por resolver.

Durante los últimos dos años, hemos escuchado insulto tras insulto contra nuestro país y contra nuestros hermanos, y el Gobierno de México prefirió, de nuevo, la fácil salida argumentando que eran asuntos de política interna estadounidense.

Tristemente, hoy podemos decir que sufrimos las consecuencias de un presidente en los Estados Unidos lleno de odio y de rabia contra México y contra los mexicanos, pero también pedimos un análisis serio al Gobierno de la República para que entonces no seamos víctimas, una vez más, de sus omisiones. El gobierno no hizo las tareas que debió hacer.

El tiempo apremia, secretario. Es urgente enderezar la relación con Estados Unidos al menos en lo que algún día deja de ser un sueño la multicitada “diversificación comercial” y también si algún día logramos ofrecer mejores condiciones de vida a nuestros connacionales para que regresen por voluntad propia.

Desde la bancada de Acción Nacional presentamos diez propuestas:

Uno. Una verdadera Política Exterior de Estado: El Presidente de la República y usted han mencionado esta intención, pero poco ha cambiado. ¿Cómo podemos elaborar una política exterior de Estado si conocemos más información y con mayor dinamismo por medio de filtraciones que por un elemental diálogo entre poderes? ¿Qué esperamos? Comunicación constante, rendición de cuentas frecuente y sustantiva, construcción conjunta de decisiones. En síntesis: republicanismo básico, cumplimiento al mandato constitucional. Respeto a las atribuciones de este Senado de la República.

Dos. Una diplomacia pública audaz, estratégica, coordinada y evaluada. Debemos ampliar los canales de la diplomacia tradicional. La Secretaría de Relaciones Exteriores debe conducir la estrategia, pero no son suficientes las voces gubernamentales.

Necesitamos que se escuchen las historias exitosas de millones de mexicanos al otro lado de la frontera: estudiantes, investigadores, artistas, médicos, campesinos, financieros, obreros, políticos, empresarios, todos ellos con un profundo amor a México.

Aquí estamos las y los senadores preparados para seguir trabajando por nuestro país. Están también los gobernadores y alcaldes, los diputados federales y locales.

Que no se quede sólo en redes sociales o en las calles el llamado a la unidad nacional, que nos una el propósito, que nos una la acción.

Tercero. Protección a nuestros connacionales: Es urgente la aplicación de los mil millones de pesos gestionados por el Senado para reforzar la protección consular, la protección de las remesas, del patrimonio de los mexicanos en el exterior, y más importante, de la unidad familiar, para evitar que una frontera siga separado a los padres de sus hijos.

Cuatro. Desde Acción Nacional, decimos no al muro en la frontera, no a la cicatriz que divide el corazón de millones de familias.

Cinco. En cuanto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pedimos un proceso transparente acompañado de información sobre el proceso. Desde el Senado esperamos acompañamiento, rendición de cuentas, representación y visión de presente y futuro.

Y precisamente, secretario, la construcción de una política exterior de Estado encuentra un ejemplo elocuente en la negociación de tratados. El Senado de la República debe acompañar las negociaciones, no únicamente estar esperando los informes.

Sexto. Revisemos la cooperación migratoria con Estados Unidos: México no puede mantener el doble discurso migratorio. Mientras reclamamos derechos humanos al norte, aumentamos deportaciones al sur. Tan sólo en el año 2015 deportamos 131 por ciento más centroamericanos que los Estados Unidos.

Séptimo. Revisemos la cooperación en seguridad con Estados Unidos y nuestra política de drogas. Estados Unidos nos necesita para cuidar su seguridad-. México paga las consecuencias del consumo, de la disposición de armas, de los flujos de dinero sin control.

Ocho. Hagamos la tarea pendiente en casa: Si bien debemos continuar abriendo puertas a nuestras exportaciones e inversiones con el mundo, debemos reconocer que la diversificación real es una tarea de política exterior e interior. Apostemos por la planeación y el desarrollo de México, de sus industrias y de sus empleos.

Nueve. Defendamos nuestra soberanía: México no debe aceptar o consentir de forma alguna la aplicación extraterritorial que pretende Donald Trump en sus decretos. Las decisiones de México pertenecen únicamente a las mexicanas y los mexicanos.

Décimo.  Defendamos los derechos humanos en todas las instancias. Secretario, cuenta con nuestro apoyo y respaldo para acudir a la Organización de las Naciones Unidas y a toda instancia multilateral, para llevar todos y cada uno de los casos de violaciones a derechos humanos.

Señor secretario, para Acción Nacional no caben los cálculos mezquinos en la definición de la política exterior mexicana. Queremos que su gestión sea exitosa, México necesita que su gestión sea exitosa y rinda buenos resultados.

Estamos listos para trabajar unidos. Estamos listos para defender a México y a los mexicanos.

Es cuanto.

 

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