Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

* La renta petrolera se despilfarra, asegura  Mario Delgado

Durante el foro “El debate público de la reforma energética”, organizado por el grupo parlamentario del PRD, se destacó la necesidad de otorgar autonomía presupuestal a Petróleos Mexicanos y quitar la carga fiscal que pesa sobre la empresa.

Al moderar la mesa Reforma fiscal, régimen fiscal  y destino de la renta petrolera, el senador Mario Delgado Carrillo señaló que México tiene una “altísima” dependencia de los ingresos petroleros, a los cuales nunca se les ha considerado como activo.

“Nos los gastamos igual en gasto corriente que en subsidios y nunca le damos la dimensión de realmente lo que es: un activo que debería estarse invirtiendo en el futuro de las siguientes generaciones”, subrayó.

Aseguró que la renta petrolera se despilfarra en lugar de hacerla transgeneracional y puso como ejemplo que tan sólo en el gobierno anterior hubo unos 850 mil millones de pesos por excedentes petroleros que no se invirtieron en infraestructura, en darle mayor capacidad a la economía para tener más crecimiento.

“Simplemente se despilfarró y así seguirá el año que entra esta tendencia, porque estamos como en un tren desbocado del gasto público y corriente, donde no nos ponemos a revisar ni su eficacia ni la transparencia del mismo”, añadió el legislador perredista.

Al exponer el tema, Fluvio Ruiz Alarcón, consejero profesional del Consejo de Administración de Pemex, aseveró que de aplicarse el “nuevo” régimen fiscal a través de la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos  “no hay alivio fiscal para Pemex”, porque no se resuelve la pesada y confiscatoria carga fiscal de ésta.

Destacó que tampoco existe autonomía presupuestal para Petróleos Mexicanos, ya que la Secretaría de Hacienda todavía mantiene el control de esta empresa a través de ajustar las metas y establecer los techos presupuestales del organismo público.

“Esta última parte ha sido recurrente y ha afectado en mayor medida la parte de la cadena de valor de transformación industrial de los hidrocarburos”, es decir los  refinados y petroquímicos.

Para Ruiz Alarcón “es imperativo modificar el régimen fiscal de Pemex y dotarlo de una real autonomía presupuestal, y al mismo tiempo flexibilizar su administración a través de un nuevo gobierno corporativo”.

El especialista aseguró que la empresa es percibida como un corsé para el presupuesto y sigue siendo visto como el factor de ajuste de las cuentas nacionales.

Consideró que en la propuesta del Ejecutivo federal no hay un alivio fiscal para Pemex y se mantiene el regateo a la autonomía.

“La consecuencia lógica es que se requiere avanzar hacia una verdadera disminución de la carga fiscal de la paraestatal que vaya de la mano con la autonomía presupuestal y de gestión”, apuntó.

En su turno, Arturo Huerta González, doctor en economía por la UNAM, aseguró que la reforma energética que plantea el gobierno federal busca atraer inversión extranjera para incrementar la producción y exportación de petróleo, y a través de esta vía tratar de recaudar más.

“Por más que nos dicen que hay que disminuir los ingresos petroleros en las finanzas, vemos que en la única viabilidad que el gobierno tiene para encarar las presiones sobre las finanzas públicas es justo la mayor petrolización de la economía”, señaló.

Indicó que Pemex está sobreendeudado y no tiene la capacidad de inversión y crecimiento, “y de ahí que sea el sector privado internacional el que venga a incrementar la producción y exportación de petróleo para que así el gobierno pueda incrementar sus ingresos tributarios”.

En su opinión, “la inversión extranjera no viene a resolver los problemas que hemos sido incapaces de resolver”, porque “ellos vienen por la riqueza del país” y “ahí tenemos una banca extranjerizada, que gana aquí lo que no gana en sus lugares de origen”.

El economista Arturo Huerta González afirmó que en las iniciativas estructurales del gobierno predomina el principio de la competencia, pero anteriormente “se nos dijo que íbamos a ser primer mundo con el Tratado de Libre Comercio, pero hoy tenemos menos industria, menos agricultura y menos economía formal”.

“Con esta reforma energética nos dicen que Pemex va a ser más competitivo y el país va a tener menores precios de gasolina, de gas, de petroquímicos, que la industria en su conjunto va a ser más competitiva. En absoluto, simplemente lo que ocasionarán es el mayor desplazamiento, el achicamiento de Pemex dentro del sector energético nacional”, aseguró.

En su exposición, Sergio Benito Osorio, investigador del  CIDE, coincidió en que no existe un alivio a la carga fiscal de Pemex pues, en principio, las empresas privadas no aportarían una parte de su utilidad operativa, por no ser propiedad del Estado, y además no se verían obligadas a pagar impuestos por adelantado, como fiscalmente se le obliga a Petróleos Mexicanos.

Un aspecto fundamental, agregó, es que no existe claridad en la propuesta presidencial, pues no se precisa con cuánto porcentaje de hidrocarburos podrán quedarse las  empresas particulares.

“Es fundamental precisarlo para determinar la magnitud de la renta que se apropiarían, porque evidentemente la acumulación de petróleo ante escenarios de incrementos de precios,  implicarían magnitudes mayores de renta apropiadas por el particular”, dijo.

Por otra parte, comentó que la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos establece que éstos se entregarán a un ente comercializador, pero no sabemos si será estatal, mixto o posiblemente privado.

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