El rector de la UNAM, José Narro Robles, afirmó que el país requiere una reforma energética que no sólo atienda los aspectos relacionados con los hidrocarburos sino que asegure la propiedad de la nación de los bienes por explotarse y contemple las fuentes renovables de energía, así como la formación de cuadros profesionales y técnicos de alto nivel.

Dijo que para definir las opciones de una reforma energética “no ayudan posturas maximalistas”, pero tampoco las de quienes la ven sólo “como una oportunidad para hacer negocio”. La riqueza energética, advirtió, es de todos y debe ser usada para promover el desarrollo nacional y alcanzar niveles pertinentes de justicia social.

En el último de los foros que organizaron las comisiones de Energía y Puntos Constitucionales del Senado, Narro Robles expresó que no hay duda de que “para muchos de nosotros México requiere un cambio, un viraje en sus proyectos para el desarrollo nacional”.

Agregó: “Tenemos que romper las ataduras que nos frenan, es cierto, pero hemos de hacerlo sin sacrificar soberanía, porque el largo plazo cobraría la factura. A México le urgen cambios, pero no a toda costa, tan importantes y urgentes son las reformas como preservar la unidad de la nación”.

Enfatizó que nuestro país “requiere de ciencia y tecnología propias; depender de las que vienen del extranjero nos condena, como se ha sostenido en numerosas oportunidades, a un destino de medianía, a sacrificar soberanía e hipotecar el futuro”.

Por ello, manifestó, no se debe obviar, en cualquier enmienda, la importancia de la ciencia, la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación, toda vez que, incluso para adaptar las tecnologías disponibles en el mercado, se requieren de profesionales competentes.

Destacó que México vive prácticamente en la medianía desde hace varios lustros, pues ni avanza como se requiere en lo económico, ni termina por resolver un déficit social histórico: “Nuestro crecimiento económico es bajo, hay evidencias de que la desigualdad social no cede e incluso de que por momentos la pobreza aumenta”.

Los mexicanos, enfatizó, tenemos que encontrar caminos para superar nuestras diferencias, pero para procesarlas se requiere de voluntad, inteligencia y tolerancia, así como tomar en cuenta que los cambios no se dan de un día para otro y que sus beneficios tampoco se registran de inmediato.
Recalcó que se necesitan propuestas fundadas a partir del conocimiento y no sólo de buenas intenciones.

Dijo que desde 2008, cerca de 150 académicos dieron cuenta de las dimensiones que deben esclarecerse para discutir a profundidad y construir con el consenso de las principales fuerzas políticas, de grupos y sectores una reforma energética que beneficie el país, atienda las necesidades de los próximos años en la materia, promueva el empleo y cuyas utilidades sirvan para financiar nuestro enorme pasivo social, al igual que las nuevas necesidades.

“México dispone de abundantes recursos fósiles y de múltiples fuentes renovables productoras de energía, pero estos recursos deben ser utilizados con inteligencia y con profundo sentido ético; si fallamos a hacerlo las próximas generaciones tendrán todo el derecho de reclamarlo”, advirtió.

El rector de la Universidad Autónoma del Carmen, José Antonio Ruz Hernández señaló que la reforma energética debe estar acompañada por inversión de educación superior en los procesos de internacionalización, para que se cuente con una oferta educativa, programas de doble titulación internacional, que fomenten la investigación de energías renovables con acreditaciones que aseguren el cumplimiento de estándares internacionales.

“Si bien la reforma energética pretende crear nuevos empleos, es imperante que la preparación de los estudiantes sea altamente competitiva, lo que permitirá sin duda tener alcance a la plazas requeridas y competir en otros países”, manifestó.

Aseguró que la investigación orientada al desarrollo y la transferencia de tecnología en temas energéticos, es lo que permitirá un sano y conveniente desarrollo en el país, no solo al evitar la importación de tecnología sino exportándola.

Manifestó que es necesario destinar una mayor cantidad de recursos hacia aquellos proyectos relacionados con procesos energéticos y el adiestramiento del capital intelectual al de las energías renovables, a fin de formar especialistas en los temas energéticos.

En representación del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Arturo Molina Gutiérrez, dijo que las instituciones de educación superior en México, deben ser para esta reforma pilares estratégicos de las empresas que conforman este sector.

Lo anterior, a fin de impulsar su posicionamiento como un referente mundial de eficiencia, competitividad e innovación a través de la inversión conjunta, dirigida hacia el desarrollo de tecnología patentable que transforme al país.

En este sentido, dijo que la reforma debe representar beneficios tácitos para el desarrollo económico sostenible, transparencia y rendición de cuentas por parte de empresas involucradas en el proceso, generar y transferir tecnología y nuevo conocimiento para soportar a las empresas nacionales e internacionales.

Argumentó que para elevar la modernización y competitividad de la industria nacional es imperativo realzar la inversión en el sector energético nacional, pues el sector público no cuenta con los recursos necesarios, ni la tecnología para modernizarlo.

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