Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

México se encuentra en “una verdadera emergencia” energética que “pone en entredicho la prosperidad del país”, por lo que es necesario, por las vías que sean, garantizar la recapitalización de Petróleos Mexicanos, así como el abasto de energéticos a precios que “no hieran el ingreso de las familias mexicanas y la generación de empleos”.

Así lo afirmó Federico Reyes-Heroles González-Garza, presidente de Transparencia Mexicana, en el primer foro sobre la reforma energética, al que convocó la Junta de Coordinación Política y que inició esta mañana en las instalaciones del Senado de la República.

Como nunca antes, dijo, “la globalidad se nos viene encima y tenemos que abrir, en el ámbito de la energía, opciones atractivas para inversionistas nacionales y extranjeros”.

Enfatizó que la emergencia “no permite errores, no hay margen de maniobra, tenemos el tiempo encima y la judicialización de la materia sería terrible para el bienestar de los mexicanos”, por ello “es imprescindible una reforma constitucional que dé certidumbre a la legalidad de la contratación”.

El analista aseguró que nadie ha hablado de privatizar el recurso que pertenece a los mexicanos, pero las fórmulas jurídicas que se aprueben en el Poder Legislativo para atraer inversión y tecnología y relanzar el sector debe tener experiencias de éxito en otras latitudes.

De no ser así, advirtió, de nada servirá y “la emergencia energética hundirá a nuestra economía en muy poco tiempo. Se trata, entonces, de compartir beneficios, pero también riesgos”.

Afirmó que los contratos de utilidad compartida, licencias, concesiones u otras fórmulas “han sido utilizadas en otros países sin perder, en ningún momento, el control sobre la propiedad de los energéticos”.

Reyes-Heroles manifestó que la preferencia de las empresas es variada, pero no infinita, “de ahí la necesidad de abrir un espectro de posibilidades y no apostar a una solo fórmula jurídica”.

Reconoció que el petróleo es para los mexicanos mucho más que un energético, se ha convertido en un referente cargado de emociones y el valeroso acto del general Lázaro Cárdenas está en la memoria histórica de la nación, “pero, paradójicamente, esa carga emocional nos puede conducir, en el 2013, a tomar decisiones incorrectas”.

Agregó que lo que “está en juego es el bienestar de decenas de millones de mexicanos”, por lo que “deponer el peso de ideologías y los cálculos políticos es una demanda ética” en la discusión de la reforma energética.

Dijo que seguimos siendo brutalmente dependientes de las fuentes tradicionales de energía como el petróleo y el gas, pero estos recursos “están en una crisis profunda y casi todos los pronósticos  anuncian un desplome histórico del precio del crudo y si eso ocurriera las finanzas del país volverían a entrar en crisis”.

De ahí, agregó, la necesidad de una reforma hacendaria que nos ponga a salvo de ese escenario: “Dejemos atrás la vanidad de pensar en pensarnos los poseedores de una riqueza única”, pues hay muchos estudios que muestran que podríamos estar al final de una era energética y en el umbral de otra”.

También destacó que las reservas petroleras probadas cayeron 33 por ciento en 10 años y de seguir la tendencia en poco tiempo habremos pasado de ser uno de los principales productores a un ser un productor marginal.

Las importaciones, continuó, de crudo declinan de manera estrepitosa y hoy se miran muy lejos el millón y medio de barriles exportados que mantuvimos durante muchos años; además, el mercado está cambiando y si China e India siguen fortaleciendo su producción de energías renovables el consumo de crudo no se incrementará.

Ante este panorama, México se aproxima a la dolorosa frontera que divide a los países exportadores de energía de los importadores, de no hacer nada ese es nuestro futuro y ello podría ocurrir en los próximos 24 ó 36 meses.

Enfatizó que por distintas causas --la expoliación fiscal, las pensiones, las prebendas o el exceso de personal-- Petróleos Mexicanos está técnicamente quebrada y la pérdida anual en refinación oscila los 84 mil millones de pesos, el doble de la merma representada por Luz y Fuerza del Centro.

Señaló que la mitad de cada tanque de gasolina que consumen los mexicanos es importado, el subsidio a este insumo ronda los 200 mil millones de pesos y alrededor del 65 por ciento de los petroquímicos, con todas las cadenas que de ahí se desprenden, también son importados.

Del mismo modo, resaltó, las importaciones de gas ya son de un tercio del consumo total y la repercusión de este diagnóstico en la productividad de nuestro país “es tremenda”, toda vez que este indicador en 20 años sólo se ha incrementado 2.1 por ciento, en contraste con Corea, donde aumentó  83; Irlanda, 64 por ciento y Estados Unidos, 35 por ciento.

Por ello, dijo, “no estamos ante una reforma energética más, sino ante una emergencia que puede costarle al país muchísimos empleos y mermar los ingresos de millones de mexicanos”.

“Estamos contra la pared, necesitamos cambiar la lectura de muchos asuntos, recuperar el verdadero nacionalismo” y poner en el centro de la discusión al ciudadano.

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