* Versión estenográfica del Foro de Debate en Materia Energética, llevado a cabo por las Comisiones Unidas; Energía; Puntos Constitucionales; y Estudios Legislativos, Primera, presidido por el C. Senador  David Penchyna Grub, celebrado en el Salón de Sesiones de la Comisión Permanente del Senado de la República, hoy por la mañana (10:00 horas).


- EL C. PRESIDENTE SENADOR DAVID PENCHYNA GRUB: Como es de todos conocido, tenemos algunos problemas al acceso, pero por la transmisión del Canal del Congreso y por el respeto del tiempo de nuestros invitados y todas y todos ustedes vamos a dar inicio a esta sesión en el entendido que se incorporarán más compañeros legisladores en el transcurso de los próximos minutos.

Muy buenos días, señoras y señores legisladores, que hoy nos hacen el favor de acompañarnos, les agradecemos su asistencia a esta sesión matutina de los Foros de Consulta en Materia Energética, y del cual me permito explicar la forma en la que se desarrollará la mecánica de los trabajos.

Harán uso de la palabra nuestros invitados hasta por 20 minutos cada uno de ellos, y concluidas todas y cada una de las intervenciones, un legislador de cada partido político en orden ascendente formularía preguntas a nuestros invitados cada uno hasta por cinco minutos.

Al término de ese bloque de intervenciones de nuestros legisladores, los invitados tendrán hasta 10 minutos para responder con la tolerancia del tiempo de la mesa en su conjunto todas las preguntas de nuestros compañeros legisladores.

Nos acompañan esta mañana las siguientes personalidades a quienes les agradecemos y les damos la más cordial de las bienvenidas.

El señor licenciado Francisco Labastida Ochoa, ex senador de la república y ex secretario de energía.

El señor licenciado Jordy Herrera Flores, ex secretario de energía.

Y, el doctor Carlos Elizondo Mayas Fierra, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas, A. C., muchas gracias a todos ustedes, gracias por estar aquí.

Esta Presidencia desea informarles que teníamos confirmada la asistencia también para el día de hoy del doctor Jorge Chávez Presa a esta sesión, ex subsecretario de energía del gobierno de la república; desafortunadamente por problemas severos de salud el doctor Chávez Presa se vio imposibilitado hoy acudir, pero aparte de recibir sus disculpas quiero hacer público el conocimiento de que envió su ponencia que iba a exponer el día de hoy, y que será agregada a la memoria que a partir de la semana que entra pondremos en mano de todos los legisladores de este Senado de la República y de las Comisiones de la Cámara de Diputados.

Dicho lo anterior, procederé, antes de darle el uso de la palabra a nuestro primer participante que será el señor licenciado Francisco Labastida Ochoa al leer una breve síntesis curricular de su larga trayectoria.

Don Francisco Labastida Ochoa es licenciado en economía por la Universidad Nacional Autónoma de México con estudios de post grado en evaluación de proyectos en México y en planeación de la educación en la CEPAL en Santiago de Chile.

Entre los cargos públicos más importantes que ha desempeñado están, el haber sido subdirector de inversiones públicas de la Secretaría de la Presidencia; subsecretario de Programación y Presupuesto de la Secretaría de Programación y Presupuesto, y secretario de Energía, Minas e Industria Paraestatal del Gobierno Federal, así como Secretario de Gobernación; gobernador del Estado de Sinaloa; embajador de México en Portugal; director general de Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos; secretario de Agricultura y Ganadería y Desarrollo Rural; secretario de Gobernación; candidato del PRI a la Presidencia de la República; senador de la república en la LX y LXI Legislaturas en el Senado, y presidente de la Comisión de Energía.

Este Senado de la República le da más cordial de las bienvenidas, a la que fuera su casa del señor licenciado Labastida Ochoa, muchas gracias, tiene usted la palabra hasta por 20 minutos.

- EL C. LIC. FRANCISCO LABASTIDA OCHOA: Señor Senador David Penchyna Grub, Presidente de la Comisión de Energía de esta Honorable Cámara de Senadores.

Señoras y señores senadores integrantes de la Comisión.

Señoras y señores: Es ya un lugar común decir que para darle una buena medicina al enfermo, hay que tener, primero, un buen diagnóstico; es casi igualmente conocida que la medicina que no se aplica oportunamente no da buenos resultados.

Lo comento, porque sintéticamente quiero expresar que necesitamos un buen diagnóstico para derivar de él los objetivos que el país desea alcanzar las metas factibles, así que, como los cambios que se necesitan hacer para lograrlos.

Es de todos conocido el valor estratégico que tiene la energía: el petróleo, el gas y la electricidad son fundamentales para el desarrollo de un país.

La energía ha sido y será uno de los factores fundamentales para mantener y acelerar el desarrollo de las naciones.

Hoy se está viviendo a nivel internacional una revolución energética, Estados Unidos es el pionero de ella.

Al descubrir la forma de traer el gas y el Oil Shell lograron una energía notablemente más barata, hoy el Gas Shell cuesta menos de la cuarta parte que el combustolio y cerca de la quinta parte del diesel.

En Estados Unidos cuesta el millar de pies cúbicos 3.50 dólares; en Europa 12 dólares; en Japón 22 dólares.

Hoy produce Estados Unidos más petróleo asociado al Gas Shell que el que obtienen de las plataformas marítimas, y muchos expertos dicen que Estados Unidos será autosuficiente a mediados de la década entrante, y no tendrá que importar petróleo.

Un cambio de esta magnitud implicará cambios geopolíticos y en la propia economía de Estados Unidos, la hará más competitiva, le permitirá reindustrializarse.  La energía barata cambiará muchas cosas.

México tiene, por el contrario problemas que tienden a agudizarse en el sector energético. El país tiene menos de 10 años de reservas probadas de petróleo; el 90 por ciento de los yacimientos petroleros está en declinación o en plató en su producción máxima, lo que significa que la producción de petróleo caerá en los siguientes años, la producción proveniente de estos yacimientos, con las gravísimas consecuencias para la atención de demandas sociales, de educación, salud, seguridad y construcción de infraestructura.

Sólo se ha extraído cerca del 17 por ciento del petróleo localizado en el subsuelo. Estamos importando más de la tercera parte del gas que el país consume.

Importamos la mitad de las gasolinas, más de 15,000 millones de dólares de petroquímica y cerca del 90 por ciento de los fertilizantes.

Esto es inconveniente e inaceptable para un país que tiene posibilidad de producir más de hidrocarburos y de bajo costo, que posibilitarían un mayor crecimiento económico y mayor generación de empleo.

Lograr solucionar estos problemas requiere de cambios, de cambios oportunos, de cambios bien pensados y aplicados en tiempo.

En mi opinión, los objetivos y las metas que el país fijarse en los siguientes años son los siguientes:

Primero.  Puede lograr ampliar la reserva probada para más de 15 ó 20 años confirmando y ampliando la seguridad energética del país.

Segundo.  Tener energía más barata de la que hoy tiene.

Tercero.  Lograr elevar el índice de extracción de los hidrocarburos con mejor tecnología que es sólo del 17 por ciento del petróleo que está en el subsuelo que se ha localizado desde el principios del Siglo XX, usando mucho más los sistemas artificiales de .producción y la recuperación secundaria y la recuperación de mejorada.

Cuarto. Sustituir por gas el diesel y el combustolio que la Comisión Federal de Electricidad consume, ahorrando con ello del orden de 6,500 a 7,000 millones de dólares por año.

Quinto. Reducir las pérdidas en refinación, y hacer a la industria más eficiente.

Las seis refinerías de PEMEX que están trabajando tienen capacidad para procesar entre 1 millón 600 y 1 millón 500,000 barriles; sólo producen un poco más de 1 millón 100,000 barriles; y PEMEX Refinación pierde más de 100,000 millones de pesos al año.

Sólo producen entre 1 millón 100 y 1 millón 200,000 barriles diarios, están trabajando al 70 por ciento de su capacidad............


(Sigue 2ª. Parte)
… barriles diarios, están trabajando al 70 por ciento de su capacidad instalada, cuando el promedio mundial es más del 90 por ciento. Y la planta de Minatitlán, la última que se transformó, está trabajando al 50 por ciento de su capacidad. Invertir en ellos y operarlos bien, puede reducir notablemente las importaciones.

 Sexto.- Se puede impulsar la producción nacional de bienes para el sector energético. Es viable, es asequible, México llegó a tener más del 60 por ciento de los bienes de capital producidos en el sector y hoy sólo tenemos un poco más del 20.

 Séptimo.- Impulsar la producción de gas de lutitas, el Shell gas, recurso natural muy abundante en México, al grado de considerar que podemos tener existencias para más de cien años y que cuesta menos de la cuarta parte del combustolio.

 Octavo.- La disponibilidad de gas de lutitas, estiman lo expertos, puede multiplicar por tres o más veces las reservas probadas de petróleo, porque tienen una gran cantidad de líquidos asociados, sobre todos los yacimientos que están localizados en Tamaulipas y en Veracruz.

 Noveno.- Disponer de una energía y una materia prima barata puede impulsar aceleradamente la producción de petroquímica, de la cual el país importa más de 15 mil millones de dólares al año.

 Décimo.- El gas barato puede también impulsar la producción de fertilizantes nitrogenados, amoniaco y urea, entre otros.
 
 Se estima que sólo el 30 por ciento de las tierras cultivables del país se fertilizan bien con suficiente abono.
Mayor consumo de fertilizantes es igual a mayor producción de comida.

 La producción nacional de fertilizantes puede provocar, seguramente provocará, menores precios, porque se evitan los costos de transportación al importarlos.
 Onceavo.- El gas natural barato reducirá la factura en mediano plazo que por compra de gas tienen que pagar en todos los hogares mexicanos.

 Doceavo.- Usar gas implicaría sólo en CFE que la emisión de C02 pueda reducirse a menos de la mitad. Podemos tener energía más limpia.

 Treceavo.- Energía barata es igual a menores costos para las industrias y mayor competitividad.

 El país puede impulsar fuertemente la inversión privada con ello y atraer inversión extranjera para crear más empleos.

 Décimocuarto.- Generar más empleos en el país es atacar la pobreza y mejorar efectivamente el nivel de vida de los mexicanos, sobre todo como cuando ocurre con nosotros, a los empleos están unidos los servicios médicos que proporciona el Seguro Social, los préstamos que otorga el INFONAVIT para la vivienda y el acceso a jubilación para los trabajadores.

 Estamos conscientes que hay mucho trabajo por hacer para obtener los resultados de una reforma de este tamaño, de esta envergadura, de esta importancia, que tomará mucho trabajo decisiones bien pensadas y tiempo, varios años desde luego.

 Estamos conscientes de que hay voces disidentes sobre esta iniciativa, tanto en la sociedad como dentro del propio Senado.

 Habrá quienes pedirán más porque esos son sus intereses. Otro, de buena fe, con honestidad, lo defenderán porque así lo creen.

 Habrá quienes dirán siempre no a todo lo que se plantee.

 Habrá algunos a los que sólo el tiempo y los resultados los pueden convencer.

 Pero también estamos conscientes de que los problemas no se arreglan sólo ni con la inercia y que tenemos que actuar, que al final de cuentas la responsabilidad de los servidores públicos es con el país, con los mexicanos, son su mejor futuro antes que con los propios partidos.

 Lograr esto requiere cambiar de leyes, es cierto. Pero también cambios de estrategia y requiere mejores políticas públicas, así como mayor eficiencia, más productividad y mucho mayor transparencia en las empresas públicas.

 La iniciativa privada necesita certidumbre, pero también la necesitan las empresas públicas.

 Yo soy de los que quieren ver a un PEMEX y una CFE transformada y fortalecida, eficiente, productiva y mucho más transparente.

 La iniciativa del Presidente Peña mantiene la propiedad de la nación sobre los hidrocarburos y las grandes empresas energéticas, PEMEX y CFE, no hay concesiones ni contratos de riesgo.

El petróleo y el gas son y seguirán siendo de los mexicanos. PEMEX y CFE seguirán siendo de los mexicanos.

 La iniciativa de Reforma constitucional evita dar concesiones, pero crea nuevos instrumentos que permiten fomentar la inversión y la tecnología de punta.

 En mi opinión, la clave está en que PEMEX y CFE mantengan las explotaciones que están realizando, una especie de ronda cero, pero sobre todo que se puedan asociar para que multipliquen así el capital disponible y obtengan tecnología de punta, sólo así será posible tener energía barata, crear muchos empleos, impulsar la producción de fertilizantes y de petroquímica y mejorar la eficiencia en las refinerías reduciendo también las pérdidas y los robos de energía eléctrica.

 La Reforma constitucional es indispensable, pero no suficiente.

 Después hay que trabajar mucho en las leyes secundarias y en los reglamentos.
Hay que fortalecer considerablemente los órganos de control, los trabajos y deliberaciones de este Honorable Senado serán, sin duda, alguna en beneficio de la nación.

 En mi opinión, deberán tener PEMEX y CFE mayor flexibilidad de operación, que se manejen más como empresas y menos como dependencias de gobierno.

 A PEMEX le haría bien tener sólo dos divisiones: PEMEX Exploración y Producción, y la industrialización de hidrocarburos.

 Las refinerías y la petroquímica se apoyan mutuamente, hay que juntarlos, menores gastos de administración en el corporativo serían benéficos para las empresas, las “Goldin” en el mundo reciben cerca del 2 por ciento de las empresas operadoras, PEMEX recibe cerca del 15 por ciento.

Menos trámites burocráticos tanto en la Secretaría de Hacienda como en la Secretaría de la Función Pública, serían positivos para la empresa, también sería conveniente que hubiera menos comités y que éstos aprobaran sólo las estrategias y no los proyectos específicos.

Los cambios pueden producir instrumentos muy poderosos, robustos, que nos permitirían como nación avances muy importantes.

Confío en que los cambios, además de bien diseñados, sean oportunos, porque la ventana de oportunidad que hoy tiene nuestra nación no estará abierta permanentemente.

Si no tenemos pronto Gas Shell, todo lo que es petroquímica se va a establecer en Estados Unidos y no en México.

En el Senado aprendí que en un ambiente de respeto a las ideas diversas y plurales, hay al final de cuentas la posibilidad de construir acuerdos, porque esta Honorable Cámara sabe poner por sobre todas las cosas el interés supremo del país.  Gracias…..


(Sigue 3ª parte)
...por qué esta honorable Cámara sabe poner, por sobre todas las cosas, el interés supremo del país.
Gracias por su atención. (Aplausos)
-EL C. SENADOR DAVID PENCHYNA GRUB: Muchísimas gracias nuevamente por la presencia y la exposición del señor licenciado Francisco Labastida Ochoa, el Senado de la República valora enormemente su asistencia y participación en esta sesión de los Foros sobre la Reforma Energética.
El Senado de la República también agradece especialmente la asistencia del señor licenciado Jordy Herrera Flores, de quien antes de concederle el uso de la palabra me permitiré leer una breve síntesis curricular.
Jordy Herrera es licenciado en Economía por la Universidad Iberoamericana donde también ha sido profesor de la asignatura dentro del Departamento de Economía, en el servicio público destaca su trayectoria dentro del sector energético. En una primera etapa dentro de la Secretaría de Energía fue titular de la Unidad de Promoción de Inversiones, subsecretario de Planeación Energética y de Desarrollo Tecnológico, posteriormente fue director general de Pemex, Gas y Petroquímica Básica, y en septiembre del año 2011 fue nombrado Secretario de Energía.
Ha participado en diferentes órganos de gobierno de distintas instituciones del sector energético, siendo los más trascendentes: Presidente de la Junta de Gobierno de la Comisión Federal de Electricidad y Presidente del Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos. Ha participado como ponente en importantes foros internacionales, como el Foro Económico Mundial, capítulo Energía, el Foro Económico Mundial, capítulo Latinoamérica y el Foro Mundial de Energía, entre otros.
En el sector privado ha sido socio fundador de distintas empresas de servicios y actualmente se desempeña como consulto en planeación estratégica, negocios y temas económicos en su propio despacho.
Sea usted muy bienvenido al Senado de la República. Don Jordy Herrera tiene usted la palabra, hasta por 20 minutos.
-EL C. LICENCIADO JORDY HERRERA FLORES: Muchas gracias. Muy buenos días tengan todos ustedes.
Agradezco al Senado de la República, particularmente al Senador David Penchyna, Presidente de la Comisión de Energía, así como al resto de los integrantes de dicha comisión por brindarme la oportunidad de participar y estar aquí en este importante Foro de Debate sobre el Sector Energético de México.
En esta ocasión, acudo a esta soberanía para contribuir con ideas y contribuir con propuestas sobre el sector energético, estas contribuciones las hago estrictamente a título personal y sin representación alguna, por lo que las opiniones aquí vertidas sólo reflejan mi punto de vista a la luz de casi diez años de experiencia en el servicio público energético de nuestro país.
Permítanme comenzar con la pregunta fundamental que debemos hacernos, que es ¿cómo habremos de afrontar, como país, los retos del sector energético en los próximos años, en las próximas décadas?
De entre todas las posibles respuestas a esta pregunta podremos determinar si se requiere hoy o no una reforma energética, y en todo casi el tipo de reforma que se requiere para poder afrontar los retos que habrán de venir.
En lo particular inicio el análisis convencido de que en el sector energético no existe el corto plazo, y por esto toda decisión que se tome el día de hoy habrá de impactar en lapsos de entre 5 y quizá hasta 10 años en la mayoría de las decisiones importantes o estratégicas del sector.
Esto aplica para una nueva planta nuclear, para la producción en aguas profundas, para una refinería o bien un complejo petroquímico. Partiendo de esta premisa, que es que no existe el corto plazo en el sector energético, debemos pensar con una visión de al menos 15 años, y en términos de planeación estratégica esta visión debiera tener horizontes mayores, quizá de hasta 25 años.
Debemos entonces situarnos dentro de un cuarto de siglo, allá en el 2038 para desde ahí visualizar la manera en que el mundo y nuestro país habrán de producir y consumir la energía. El futuro de la energía, sin duda, será distinto, habrá quienes digan que los hidrocarburos seguirán dominando, habrá otros que pensarán que el cambio climático nos obligará como humanidad a modificar la manera de entender el mundo, y otros dirán que en 25 años habrá nuevas tecnologías que desplazarán y hacernos olvidar de los hidrocarburos.
Lo que es un hecho es que lo que nos ponga por delante el siglo XXI difícilmente será parecido a lo que vivimos hace 75, 50 ó 25 años, e inclusive sustantivamente diferente a lo que estamos viviendo ya hoy en tiempo presente.
Hoy tenemos una realidad cambiante, ya sea sólo por la actividad de los fenómenos en torno al cambio climático o por el desarrollo económicamente eficiente de la industria no convencional de hidrocarburos, o bien por la profunda revolución tecnológica que tenemos tanto en la producción, pero también en el consumo de energía.
Si consideramos esto se hace evidente desde hoy, y por tanto necesario transformar de fondo al sector energético de nuestro país. Si podemos coincidir en ello, coincidir en que no hay corto plazo, que el entorno ya está cambiando, entonces la siguiente pregunta es si tenemos como nación los recursos naturales suficientes y si contamos, como Estado, con los elementos suficientes para enfrentar las necesidades del país para los próximos años.
En términos de dotación de recursos naturales México mantiene un alto potencial para el desarrollo de energéticos, lo mismo en términos de hidrocarburos, convencionales, pero también no convencionales, y lo es, sin duda, también en recursos renovables para la generación de energía eléctrica.
El hecho es que tenemos recursos de hidrocarburos para varias décadas, y recursos naturales renovables para la generación de energía eléctrica, y de manera económicamente competitiva para las necesidades de los próximos 15 a 20 años.
Teniendo certeza de la suficiencia en los recursos naturales entonces el paso siguiente es definir la manera más eficiente para desarrollar esos recursos. Como país debemos encontrar la mejor combinación entre modelo jurídico, arreglo institucional y modelo económico que nos permitan tener los insumos energéticos que requieren los mexicanos con suficiencia, con calidad y a precios competitivos bajo la premisa de plena protección al medio ambiente y sin depredar las posibilidades de desarrollo de las siguientes generaciones de mexicanos.
Esto se traduce de una manera simple en tres objetivos básicos y fundamentales de la política energética: eficiencia, seguridad energética y sustentabilidad. En este sentido, y desde las modificaciones y avances que se dieron con la reforma de 2008, de hecho en alguno de los instrumentos específicos de planeación, como lo es la Estrategia Nacional de Energía, en lo particular ya se contemplan estos tres ejes fundamentales.
La Estrategia Nacional de Energía es de origen propuesta por el Ejecutivo, elaborada desde el Consejo Nacional de Energía y revisada por su consejo consultivo, donde en éste último, en el Consejo Consultivo, participan lo mismo la academia, la industria, los estados y los municipios. Y finalmente la Estrategia Nacional de Energía es aprobada anualmente por el Congreso de la Unión.
En este sentido y a manera de primer propuesta, la Estrategia Nacional de Energía debiera ser un instrumento sí sujeto a la aprobación del Congreso, pero no con aprobaciones y modificaciones anuales. Partiendo de la premisa de que en el sector energético no existe el corto plazo debiera ser medida, valorada y, en todo caso, modificada en plazos no menores a 5 años.
En la Estrategia Nacional de Energía tienen que establecerse puntualmente las estrategias para cumplir con los objetivos de política energética, por ejemplo, determinar cuál debiera ser la producción de hidrocarburos dado un ritmo sustentable de explotación, por lo que al mismo tiempo queda implícita la tasa de restitución de reservas adecuada para sostener la producción, para garantizar los ingresos fiscales y poder determinar la inversión asociada necesaria para el pleno cumplimiento de este objetivo.
En ese orden de ideas, partiendo de la existencia de un documento rector de planeación que permite conocer los objetivos y las estrategias para el logro de estos mismos, entonces habrá que resolver otro aspecto fundamental, que es lo relativo a los roles institucionales o el papel que deben desempeñar cada uno de los entes públicos dentro del sector.
Por lo tanto, también es fundamental dentro de una posible reforma energética redefinir la naturaleza de cada una de las instituciones públicas y permitirles contar con todos los elementos necesarios para el cabal cumplimiento de su misión dentro del sector.
Por ello, es necesario iniciar desde la Secretaría de Energía para que pueda contar con más facultades de coordinación, para que pueda contar con los recursos económicos y humanos suficientes y poder determinar la política energética al tiempo de poder construir las herramientas de planeación necesarias que serán fundamentales como insumo del futuro del sector energético de nuestro país.
De esta manera, la Secretaría de Energía será la encargada de la coordinación sectorial, la planeación y el establecimiento puntual de los objetivos de política energética, además de fungir como representante del Estado. Esto implica que al dejar de lado algunas funciones…


(SIGUE 4ª PARTE)
...  y el establecimiento puntual de los objetivos de política energética, además de fungir como representante del Estado.
Esto implica que al dejar de un lado algunas funciones que tiene aun la SNER, como operado o regulador, tendríamos entonces la necesidad de hacer un redimensionamiento profundo importante de sus entes coordinados.

Se requiere una redefinición de mandatos, de marco de actuación, roles y responsabilidades para hacer cada vez más eficaces para evitar duplicidades y evitar conflictos de interés en el papel que desempeñan cada uno de los entes del sector energético, ya sean las empresas públicas, las comisiones técnicas, las comisiones reguladoras, los institutos de investigación o los fondos sectoriales.

En el nuevo marco jurídico habría claramente un planeador y hacedor de política energética, diferenciado de reguladores, diferenciado de los institutos de investigación y a su vez todos claramente diferenciados de los operadores al servicio del Estado.

En este  sentido y por empezar con el sector de hidrocarburos Pemex debe iniciar siendo visualizada como una empresa pública productiva al servicio del Estado, y el Estado debe de visualizarla a Pemex como un operador y que como tal le podamos exigir los resultados que de ella se esperan.

Pemex hoy se visualiza así misma como empresa y no lo es, y al mismo tiempo es entendido por el resto como una dependencia que tampoco lo es, y que ha sido evaluada más por sus restricciones y mitos que por sus virtudes y realidades.

La realidad es que Pemex es hoy una de las mayores empresas productoras de crudo del mundo y muchos de sus indicadores son comparables a nivel mundial. Por ello no me cabe la menor duda de que México debe aspirar a transformar el Pemex en una empresa pública, productiva en el sector de hidrocarburos.

Y este es el momento ideal para dotarle de todo aquello que requiere para seguir siendo empresa pública de orgullo para los mexicanos.

Dotar a Pemex de todo lo que requiere, inicia con la simplificación de su actuar. Pemex tiene, sí, un solo mandato de ley pero también muchos roles secundarios, mucha regulación, muchos jefes y múltiples obligaciones que le impiden ser más eficiente y cumplir cabalmente con lo que se le ha encomendado.

Por ejemplo, a Pemex le han mandatado por ley maximizar el valor de la empresa, pero al mismo tiempo lo utilizamos para crear infraestructura no energética, para contribuir al desarrollo social, lo utilizamos también para fondear y para instrumentar subsidios o como generador primordial de ingresos para el Estado.

El Pemex del siglo XXI debe ser una empresa pública productiva, moderna y eficiente que pueda actuar con las mismas libertades que lo hacen otras empresas públicas en el mundo, que parte fundamentalmente de su autonomía e gestión, y de tener certeza presupuestal.

El reto de Pemex consiste en convertirse en empresa pública, productiva, eficiente y competitiva, con gobierno y prácticas corporativas, modernas y con un especial diseño con respecto a la transparencia y la rendición de cuentas ya que seguirá utilizando recursos públicos, pero esto sin que signifique sobre regulación o pérdida de competitividad.

Y en términos de sobre regulación en la práctica significa que se deberán redimensionar, funcional y orgánicamente  a sus reguladores, de entre ellos, particularmente la Comisión Nacional de Hidrocarburos, la Comisión Reguladora de Energía y, muy probablemente, considerar la creación de un nuevo regulador dedicado a la seguridad industrial y la protección del medio ambiente.

Redimensionar significa clarificar su ámbito de actuación y dotar a estos reguladores de autonomía presupuestal y libertad de gestión, pero desde mi consideración sería un franco exceso y probablemente sería, inclusive contraproducente considerar a estos órganos reguladores constitucionalmente autónomos. 

Además de la transformación propia de Pemex y su entorno inmediato en el futuro próximo habrá de enfrentar mayores retos como la de una mayor complejidad en el desarrollo de los campos, lo que implica mayores limitaciones técnicas, operativas, y sobre todo restricciones financieras para Pemex, y que esto limitará que pueda desarrollarse a plenitud dentro del sector con la intensidad y velocidad óptima para el   pleno desarrollo de la riqueza del subsuelo. 

Bajo estas premisas, estaríamos entonces ante una encrucijada, o desarrollar plenamente al sector de hidrocarburos para su óptima explotación o desarrollarnos a la velocidad, capacidades e intensidad de Petróleos Mexicanos.

Por eso debemos recordar que Pemex es solo un operador al servicio del Estado, y que como tal el Estado puede decidir entre tener un solo operador o tener más de uno para desarrollar a plenitud sus recursos.

Más aún, en este entorno cambiante que estamos viviendo ya no se puede concebir a una empresa única al servicio del Estado, que sea igualmente exitosa y rentable en la explotación y producción tanto como la transformación, el transporte, el almacenamiento y la distribución de productos.

No se puede concebir ya una empresa única al servicio del Estado, eficiente y productiva en aguas profundas, y al mismo tiempo eficiente y productiva en campos no convencionales.

En el futuro próximo no concibo un Pemex más grande en tamaño sino un Pemex más eficiente, más rentable, más sólido. De ser así, la Comisión Nacional de Hidrocarburos, bajo el mandato y estrategia de la propia Secretaría de Energía, deberá construir un mecanismo para garantizar el pleno desarrollo de la riqueza petrolera, y que sea Pemex, de acuerdo a sus capacidades técnicas y financieras, el primero en optar por las áreas futuras a desarrollar.

En otros países este  mecanismo es conocido como La Ronda Cero, que en otras palabras para el futuro Pemex seguirá contribuyendo al crecimiento económico, a la seguridad energética, al incremento de los recursos públicos, entre muchas otras cosas, tal y como lo hace productivamente hasta el día de hoy, pero además podrá desarrollar lo que pueda administrar de manera eficiente hacia el futuro.

En este modelo de reforma energética que pronto se tendría que modificar al mismo tiempo el entorno institucional en lo general, tanto el marco particular de actuación de Petróleos Mexicanos.

La transformación institucional no será menor, ya que ya no habría un modelo para una sola empresa pública sino la necesidad de contar con un modelo para toda una industria. Con una Ronda Cero para Pemex, y por tanto potenciales nuevos operadores adicionales trabajando para el Estado Mexicano, podremos cambiar sustantivamente no solo la manera, sino la velocidad y la intensidad con la que se viene trabajando en el desarrollo de la industria de hidrocarburos.

Con este modelo propuesto se podría aumentar la producción para tener mayor seguridad energética, se podría aumentar la producción para contar con más insumos en energéticos de calidad y a precios competitivos, y al mismo tiempo se multiplicarían las inversiones directas, la creación de nuevas empresas y, por tanto, la creación de empleo.

Este esquema nos permitiría trabajar al mismo tiempo en pozos maduros, que en aguas someras, en aguas profundas que en yacimientos no convencionales, maximizando así la producción de manera sustentable con niveles realistas de inversión pública.

Una reforma energética, como la que describo, aumentaría también la disponibilidad de recursos públicos, tendríamos más recursos para el combate a la pobreza y la lucha contra el hambre, tendríamos más recursos para infraestructura, tendríamos más recursos para crear empleos y mayor desarrollo como nación.

Mencionaba de inicio que no tenemos un problema de dotación de recursos, sino que por el contrario, con información disponible en términos de geología, sabemos que de manera conservadora contamos además con recursos no convencionales suficientes como para duplicar la producción de gas natural en tan solo un lapso de cinco años.

Para desarrollar esa nueva riqueza, y con base en la experiencia internacional se requiere una inversión anual para los próximos diez años, de entre diez mil a quince mil millones de dólares por año, inversiones cuantiosas que significan el equivalente a diez nuevas refinerías, o a la mitad de las necesidades de inversión para el desarrollo productivo de aguas profundas.

El desarrollo del sector de los yacimientos no convencionales, generan además de la producción en el corto plazo, más economía, crean más empleo, que el sector de la industria convencional, particularmente hablando de los de alta tecnología como lo son las aguas profundas.

Ante la necesidad de mayores umbrales de inversión, partamos de la Ronda Cero para Pemex, y el resto del desarrollo de cuencas y yacimientos, particularmente aquellos que son intensivos en capital, como lo son los no convencionales, desarrollarlo junto con otros operadores al servicio del Estado, bajo el esquema de contratación que sea más rentable para el Estado, ya sean contratos incentivados, contratos de utilidad compartida, contratos de producción compartida, o contratos de licencia, y entonces, sólo entonces podríamos empezar a maximizar la riqueza petrolera, y potencializar el crecimiento económico.

Si algo pude conocer en el sector de hidrocarburos es que no se debe tratar por igual a los yacimientos que no lo son, el régimen fiscal y la manera de contratar operadores o servicios, están íntimamente ligados .....

(Sigue 5ª. Parte)
. . . que no lo son, el régimen fiscal y la manera de contratar operadores o servicios están íntimamente ligados al tipo de yacimientos, al a geología, a la tecnología, a la capacidad financiera y al tipo de empresas que  se necesitan para poder ser desarrollados.

 En mi opinión, la Reforma Energética Estratégica y mínima necesaria para el país, debiera se aquella que permita desarrollar los yacimientos no convencionales, particularmente para producir gas natural.

 Esa es la reforma de la competitividad y los bajos costos de energía.

 Gas natural significa contar con insumos de bajo costo, altas vigencia y bajas emisiones para la industria, incluida, por supuesto la industria de generación de electricidad.

 Gas natural significa productividad; significan empleo y por tanto, desarrollo regional para nuestro país.

 Pero regresando al modelo y con independencia del tipo de origen geológico del recurso en el subsuelo y de… que puede haber más de un operador al servicio del estado, será entonces conveniente también permitir la participación de otros operadores en la transformación, el transporte, el almacenamiento y distribución de crudo y otros petrolíferos.

 En este caso, debiera pensarse en un gestor independiente del sistema de transporte, donde los operadores, incluido PEMEX no puedan ser juez y parte por ser monopolios naturales, el papel de la Comisión Reguladora de Energía para regular tarifas de transporte y almacenamiento, será fundamental en este diseño institucional.

 Finalmente, dentro del sector de hidrocarburos y en armonía al rediseño del sector y atendiendo a la independencia nacional se vuelve estratégico  conformar un fondo soberano.

 El fondo soberano es un instrumento financiero promotor que se estableció ya en otras experiencias a nivel mundial, donde de entre sus funciones es al mismo tiempo el ahorro estratégico que permita a Noruega mantener impuestos relativamente bajos, pero con alta calidad de los servicios públicos.

 El fondo soberano  es lo que permite a los países árabes comenzar a diversificar su economía y convertirse en destino turístico mundial.

 El fondo soberano es lo que permite a países de la Exunión Soviética a convertirse en actores fundamentales del mercado energético europeo y es lo que permite el fondo soberano a los países en vías de desarrollo, crear infraestructura básica que requieren para darle mayor competitividad y con ello viabilidad económica a sus naciones.

 En nuestro caso, para México, el fondo soberano sería el resultante de la comercialización de crudo y otro productos de todos lo operadores al servicio del Estado.

 El fondo soberano mexicano  actuaría como garante de la estabilidad de los ingresos petroleros, derivados en los casos en los niveles de precios internacionales.

 Fungiría como base de financiamiento para el futuro de la energía,  fondeando desde ahí, del fondo soberano al os institutos de investigación del sector y aportando también los recursos necesarios para intensificar y ampliar los programas de transición energética, y sería también y al mismo tiempo el principal impulsor de infraestructura del país participando  en asociaciones productivas público-privadas.

 El fondo soberano es  en realidad la única garantía de auténtica dependencia ante el exterior, y por lo mismo, en mi opinión, ese es el único ente que debiera gozar de autonomía constitucional, dado que en él, en este fondo, radicará la riqueza distribuible para las siguientes generaciones y más allá de las administraciones en turno, y con ello evitar las tentaciones del uso indebido o improductivo de la riqueza petrolera.

 En síntesis, en el diseño de una posible reforma energética, lo fundamental debe ser el diseño en el modelo y lo particular es el instrumento d contratación de los operadores.
 
 De estar de acuerdo, partamos de inicios diferenciando claramente los roles de las distintas instancias, definir claramente el mandato y la actuación de los planeadores, de los hacedores de política energética, de los reguladores, de los institutos, de las comisiones, de los operadores y, por supuesto, del fondo soberano.

 Esta e la parte sustantiva de la reforma, mientras que la manera en que se relacionan los operadores con el estado vía contratos para poder maximizar sustentablemente la producción y los ingresos derivados de la misma está en función del modelo y no al revés.

 El mismo principio sugiero yo que se aplique para el sector eléctrico; primero, planeación y determinación de los objetivos de política energética.

 De ahí  seguir y determinar si se cuenta con los recursos naturales suficientes para las necesidades a futuro.

 Determinar también si se cuenta con los recursos económicos y humanos para dotar con suficiencia de energía eléctrica al país.

 Separar claramente los roles  y mandatos de cada uno de los entes públicos. Ese es, permitir a CFE ser empresa pública productiva y dotarle de todo lo necesario para poder cumplir a cabalidad su misión.

 Y finalmente, lo que la empresa pública no pueda o no deba cumplir de acuerdo al modelo por determinar, entonces considerar el que puedan existir otros generadores, otros participantes que complementen y potencialicen al sector.

 En lo particular, dentro de los retos del sector energético hacia futuro serán enormes.

 Lo que hoy hemos construido como país en 75 años deberá ser duplicado en los últimos 15 a 20 años.

 Dentro de una posible reforma energética deberán armonizarse los distintos mandatos de ley que de manera similar a lo  que le sucede al propio Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad tiene mandatos que van en contrasentido.

 Por un lado, viene el mandato de generar la energía al menor costo posible, pero al mismo tiempo tiene que incorporar energía de origen no fósil en términos de su canasta de generación.

 Y también la mismo tiempo en otro mandato  tiene que desarrollar de manera creciente la capacidad de energía renovable.

 Definamos claramente los roles, el estado otorga los permisos de acuerdo a las definiciones de la Ley del Servicio Público de Energía y si se determina así que puedan coincidir otras empresas de generación.

 Esto nos lleva a la necesidad de especialización y creación de un ente comprador de la energía, llamémosle gestor independiente del sistema eléctrico, que al no deber ser juez y parte, por lo tanto no puede pertenecer a la propia CFE.

 En mi opinión se debería de permitir a los permisionarios descritos en la ley el que puedan también desarrollar su propia infraestructura de transmisión, pudiendo ser bajo esquemas de asociaciones públicos-privadas y eventualmente pensar en la realidad también de inversiones a nivel distribución.

 Particularmente esto es importante y estratégico para los desarrollos  de campo de energía renovable que no pueden esperar ni a los tiempos ni a que sea necesariamente la CFE quien invierta en la transmisión.

 Pero una vez más, dentro de una posible reforma lo sustantivo debe ser y aplica al sector eléctrico también, primero el modelo y después la manera particular  en que se va a relacionar el estado con las empresas operadores a su servicio.

 Una vez descrito este modelo, reconozco  que eso es sólo una propuesta y con apertura reconozco también que  existen otras propuestas que son igualmente factibles.

 Pudiéramos pensar que es momento de una reforma energética ambiental ante la amenaza de cambio climático.

 Podemos pensar también en una reforma energética de orientación de estado dirigida al fortalecimiento de las empresas públicas, es decir al fortalecimiento de los monopolios estatales.

 Podemos pensar en una reforma fiscal, energética  que pueda estar orientada a maximizar los ingresos públicos o bien, como lo dice la propuesta, puede diseñarse una reforma energética integral y sustentable para potencializar el crecimiento económico y la competitividad.

 Convencido estoy de que en esta legislatura, con ustedes, señores legisladores, se puede construir una reforma energética que sea el cimiento de las soluciones a las necesidades reales  y el cimiento del vigoroso  desarrollo económico del país en el siglo XXI.

 La reforma energética deseable es aquella que incorpora todos los retos y todas las restricciones que tenemos  y que permite que éstas se puedan transformar en riqueza para los mexicanos.

 La reforma energética indispensable  es aquella que nos permita contar con más insumos energéticos en el menor tiempo posible y de la manera más eficiente que en mi entender es  la reforma energética orientada al desarrollo de  los yacimientos no convencionales.

 Pero quizás, quizás la reforma energética más importante  es la reforma energética posible; la reforma energética posible es aquella que en términos de visión y generosidad construyen y entreguen ustedes señores legisladores.

 No sólo en función de su representación partidista o inclusive el interés legítimo e individual sino a favor del interés superior y colectivo  que es la nación, y que está se plasma a favor del México que soñamos y se concrete y se realiza en el México que podemos llegar a ser.

 Muchísimas gracias.  (Aplausos)

 -EL C. SENADOR DAVID PENCHYNA GRUB:  Muchas gracias nuevamente a don Jordy Herrera por su participación y por estar entre nosotros. Muchas gracias por su asistencia.
 
 Finalmente en este bloque de nuestros invitados le concederé el uso de la palabra al Doctor Carlos Elizondo Mayer Sierra, no sin antes hacer una breve. . .

(Sigue 6ª parte)
…nuestros invitados.

 Le concederé el uso de la palabra al doctor Carlos Elizondo Mayer Sierra, no sin antes hacer una breve reseña biográfica de su persona.

 Don Carlos Elizondo Mayer Sierra, es maestro y doctor en ciencia política por la Universidad de Oxfor, en el Reino Unido.

 De 1991 hasta 2004 fue profesor e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica, el (CIDE), aquí en nuestro país.

 A partir de 1995, fungió como Director General de la misma institución, hasta su nombramiento como Embajador y representante permanente de México ante la OCDE, en 2004.

 Desde noviembre de 2006, terminando su cargo ante este organismo, regresó al (CIDE) como profesor e investigador.

 Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores de nuestro país.

 Es autor de numerosas publicaciones académicas en diversos temas, como “Política comparada”; “Economía política de las reformas fiscales, y de las reformas estructurales y las razones e implicaciones del juicio de amparo”.

 Sus últimos libros, sólo por mencionar algunos: “Con dinero y sin dinero”; “Nuestro ineficaz precario e injusto equilibrio fiscal en 2012”, y “Por eso estamos como estamos”; “La economía política de un crecimiento mediocre, en 2011”.

 Fue editorialista en el Diario Reforma, desde su fundación, hasta julio del 2013.

 Actualmente tiene una columna semanal en el Diario Excelsior, y participa semanalmente en los programas de radio con el periodista José Cárdenas.

 Doctor Carlos Elizondo, sea usted muy bienvenido al Senado de la República.
 
 Tiene usted el uso de la palabra hasta por 20 minutos.

 -EL DR. CARLOS ELIZONDO MAYER SIERRA: Muchas gracias a esta Honorable Cámara de Senadores.

 Señor Presidente de la Comisión;
 Senador, Senadora:

 Es para mí un gran gusto poder participar en esta reforma crucial, probablemente la reforma más importante que tiene México, y que la aprovecharemos bien.

 Ha habido un debate largo que han ustedes organizado, que habido ponencias de primer nivel.

 Hoy ya oímos puntos muy importantes, que no voy a repetir, aunque algunas de mis frase eran idénticas a la del exsenador Labastida.
 Ya nos han explicado, los que por aquí pasaron, que este mundo ya cambió y este mundo no espera.

 El hoy energético no tiene nada ver con el mundo energético de hace 5 años.

 Como dijo el señor Jordi Herrera: “Seguramente, no el del 2038, que es una fecha simbólica para ponerlo.

 Tenemos claro, como lo mostró el señor Juan Pardinas, que el excepcionalismo mexicano es eso. El excepcionalismo nadie tiene la regulación cerrada, monopólica y excluyente que tiene México, y también nos dejó claro que los resultados no han sido buenos.

 Se ha discutido aquí sobre las necesidades de pensar ¿cuál es el marco jurídico óptimo para un país con nuestro muy peculiar estilo de hacer derecho y política?

 Se ha discutido aquí también, el señor Diego Valadéz, por ejemplo ¿Cómo el acuerdo laboral que tenemos en PEMEX, le está quitando a los mexicanos una parte importante de su renta petrolera.

 Ya nos dijeron hoy mis dos ilustres antecesores, 2 exsecretarios que tienen la visión amplia y el conocimiento profundo de estos problemas, cuál es toda la lista de tareas que tiene pendiente México, los retos y oportunidades que hay en el sector, y el impacto que tendría en la economía en su conjunto.

 Por eso el punto de partida mío va a ser muy distinto, y va a ser, si quieren ustedes, un poco simplón.

 El punto de partida es que ninguna empresa en el mundo puede hacer lo que se espera que PEMEX haga, ni la mejor.

 Si a EXXO le hubieran encargado el monopolio del desarrollo de Aguas Profundas en Estados Unidos, no lo hubiera podido hacer.

 Ya discutiremos si México tiene la mejor empresa del mundo, pero aún la mejor no lo podría.
 Déjenme darles números muy rápidos.

 En el 2012 se perforaron en Estados Unidos, excluyendo el Shell Gas, o sea, formaciones Lutitas, 48 mil 200 pozos, de los cuales 137 fueron Aguas Profundas, de estos 89, exploratorios, y ya 48 para producción.

 PEMEX, en ese mismo año perforó mil 287 pozos, y de estos, sólo 6 en Aguas Profundas, y todos exploratorios.
 
 En toda la historia de Aguas Profundas del Golfo de México, del lado de Estados Unidos, van casi 3 mil pozos los que han logrado hacer.
 
 Ya en el 84, eran capaces de perforar 30 pozos por año. Pero hay años donde han perforado 170.

 Del 2008 al 2012, el más grande operador en Aguas Profundas, desarrolló 99 pozos, el más grande todos.

 Ya hay, para toda esta tarea, 18 operadores.
 ¿Cuánto tiempo le tomaría a PEMEX, solito, hacer esto?

 Y no es una cuestión de dinero. Hoy, si a cualquiera de ustedes le dan la concesión de una cuadrícula del Golfo de México, consiguen el dinero sin tener la menor experiencia, porque la garantía está allá abajo, es una capacidad de operación.

 Hoy, en Estados Unidos, se producen en Aguas Profundas un millón 200 mil barriles diarios.

 Mi punto de partida, y creo que es el que debemos de tomar pragmáticamente los mexicanos, es que nadie en el mundo podría hacer solo todo lo que se espera en Aguas Profundas.

 Pero no sólo está Aguas Profundas, están los llamados crudos convencionales o hidrocarburos convencionales, algunos números en este sentido.

 En Estados Unidos, en el 12, en hidrocarburos no convencionales, se perforaron 9 mil 100 pozos. De aquí no tomamos en cuenta las arenas bituminosas que es otro problema.

 En México ¿Cuántos se hicieron? Ustedes conocen el número: 3.

 No hay forma, que teniendo esa oportunidad ahí abajo, PEMEX pueda solo llegar a explorar 9 mil 100 pozos, de hecho, porque todo el modelo de los crudos no convencionales vino precisamente de las empresas pequeñas y medianas, que al estar excluidas de los grandes proyectos de Agua Profunda, concentrando sus talentos y energías en desarrollar nuevas tecnologías, que hasta hace poco parecían imposibles.

 No fue EXXO, no fue Shell, no fue Britis Petróleum, las que desarrollaron estas tecnologías, sino pequeñas empresas, que luego se convirtiendo en villanas y ahora son algunas muy grandes, que tuvieron la flexibilidad y la capacidad para desarrollar esas tecnologías.

 PEMEX nos ha dicho que planean 30 mil pozos en lo siguientes 75 años, con una inversión de 175 mil millones de dólares. Aunque nos aclara en una nota periodística: que en el corto plazo esto no será rentable. No será rentable y a la mejor no tiene nada.

 El segundo tema que hay que tener muy claro, es que cuando uno es el único que opera, uno es el que corre todos los riesgos.

 No es lo mismo tener 100, participar en 100 desarrollos con el 10 por ciento, que participar en 10 con el 100 por ciento. Tu probabilidad de éxito en lo segundo es mucho mayor que en el caso de lo primero.

 Ninguna empresa en el mundo tiene además las responsabilidades adicionales que tiene PEMEX.

 No sólo tiene estas 2 grandes responsabilidades no cubiertas, sino que tienen que atender todo el sector industrial, que ustedes conocen muy bien, ya fue descrito de distintas formas por mis 2 ilustres antecesores.

 Ninguna, todo el reto, toda la enseñanza de la economía organizacional reciente, es que lo que las empresas tienen que aprender a hacer, es una sola cosa: hacerlas bien y conocer bien cuáles son sus límites, y eso claramente no es el caso de PEMEX.

 Hoy PEMEX es la única empresa en el mundo que tiene un sistema hospitalario que emplea a 11 mil personas, lo hace seguramente mal y caro, sospecho.

 Es la única empresa, de este tamaño, que se propone ahora tener astilleros para hacer barcos o para hacer plataformas marinas. No le corresponde a una empresa.

 Desde Adams Smith se aprendió la economía, el termino, la especialización del trabajo. Es lo que permite a las economías avanzar, y en México, por el modelo de monopolio que hemos desarrollado, hemos obligado a PEMEX a hacer todo.
 Yo también quiero, como los que me antecedieron, un PEMEX fuerte. Pero la única forma de tener un PEMEX fuerte, es tener un PEMEX con foco, y eso es, yo creo, el primer punto sobre el que quería hablar.

 El segundo tiene que ver con una frase que dijo el licenciado Andrés López Obrador, que comparto: “El petróleo no es del Gobierno, es de la nación, es del pueblo de México”. No es de PEEMX tampoco.

 Cada trabajar en exceso que tiene PEMEX, es un centavo o un peso, lo que cueste, de renta petrolera que no le llegó al pueblo mexicano.

 El licenciado Labastida ha dado unos datos espeluznantes en nuestras capacidades de refinación, no los repito, sólo retomo el punto final: pérdidas de más de 100 mil millones de pesos al año. ¡Dólares! Sí es cierto, dólares.

 ¡No, son pesos, son pesos! Si fueran dólares, nos tenemos que cortar las venas; 100 mil millones de pesos de pérdidas al año en refinación.

 Otras empresas ganan dinero, esta pierde; 100 mil millones es la mitad de lo que pretende recaudar al Gobierno con la reforma…

 

(Sigue 7ª. Parte)
…otras empresas ganan dinero, ésta pierde.

 100 mil millones es la mitad de lo que pretende recaudar el gobierno con la reforma fiscal. Es decir, los mexicanos podrían tener la mitad de la presión fiscal esperada para el año entrante, si Pemex no perdiera en refinación 100 mil millones de pesos.

 La renta petrolera se va perdiendo así. Se discute mucho, que si a Pemex se le extrae más recursos de los que deberían los mexicanos en su calidad de dueños del petróleo.

 La verdad es que no sabemos, porque nadie ha hecho un buen estudio que nos permita decir, la carga es excesiva o no. Lo que si sabemos, es que a  Pemex, en los últimos años, y lo dice Juan Carlos Bue, que no es un agente digamos pro reforma, dice, a partir del año 2006, lejos de que Pemex ha sido descapitalizada por causa de la voracidad fiscal del gobierno, Pemex ha dedicado montos sin precedentes de capital a la inversión en actividades de exploración y producción, pero los resultados obtenidos han sido tan exiguos, por decir lo menos.

 Han sido exiguos por decir lo menos.

 Dinero tiene, pero lo gasta muy mal. Y esto es perdida de la renta petrolera.

 Comparto lo que dijo Jordy, que además tendríamos que estar usando la renta para cosas distintas de la que estamos usando. No para gasto corriente, y ciertamente pensando en el futuro, con un fondo soberano.

 Pero eso es incluso un punto posterior, no trivial, que debería de entrar dentro de la discusión de la reforma energética. Además por un tema adicional, que el modelo de país en donde hemos sido más exitosos, que es en la generación de una capacidad industrial exportadora, requiere no sobrevaluar el tipo de cambio.

 Los ingresos adicionales que en Pemex, que gracias al petróleo han ingresado a México, seguramente nos tiene en un equilibrio de tipo de cambio, muy superior, o sea, más barato el dólar de lo que debería de estar, dadas nuestras capacidad productivas.

 Jordy mencionaba con razón lo que hace Noruega, pero se le olvidó, por falta de tiempo, mencionar un tema adicional. Esos recursos no se meten a  Noruega, se dejan en fondos, afuera, precisamente para no incrementar el problema de la llamada economía holandesa, que es el exceso de recursos provenientes de un recurso natural, que te genera una sobrevaluación del tipo de cambio y te va asesinando lentamente tu planta industrial. Como bien lo puede atestiguar Brasil, que a pesar de todos sus esfuerzos proteccionistas, el tipo de cambio los generó una pérdida de capacidades industriales nada trivial.
 
 Hay que discutir las capacidades de Pemex, no solo por los retos de la reforma, sino porque ahí está realmente una parte de la renta petrolera que se nos está yendo.

 El licenciado Labastida y yo hemos discutido en algunas veces,  qué tanto importa el costo laboral de Pemex. Lo hemos discutido, hace cinco años, en diversas ocasiones que nos hemos sentado a platicar de esto.

 Quizá como salario, como porcentaje del costo no lo es tanto. Pero el pasivo laboral de Pemex, hoy, vale nueve puntos del PIB, nueve puntos del PIB, es dos veces lo que se espera que obtenga el gobierno federal el año entrante por la renta petrolera. Es decir, son dos años enteritos de renta petrolera que se han ido a un régimen de pensiones, que ningún otro mexicano tiene.
 Y ojo, un terciario  de esto, pasivo laboral, es por Pemex Refinación. Que es uno de los costos ahí escondidos muy altos que tenemos.

 Entonces, yo invito a esta soberanía, a que la discusión, respecto a los retos que tenemos y a la discusión respecto a la renta petrolera, tengamos claro que hoy, no necesariamente estamos sobreexplotando a Pemex, sino Pemex probablemente nos está sobreexplotado a nosotros y nos están quitando una parte de la renta petrolera, que al pueblo mexicano le correspondería.
 
 El tercer punto.  El modelo que desarrollamos de monopolio petrolero, fue pagado, gracias a que México tuvo la fortuna geológica de tener el segundo o quinto yacimiento más importante que la humanidad ha encontrado, que se llama Cantarell, sobre esto se montó Pemex. Por eso pudimos pagar todos estos excesos.

 Pero como ya nos explicaron muy bien nuestros dos antecesores, en la palabra, este mundo geológico ya terminó, y nos cansamos de hablar de los yacimientos  no convencionales, pero la primera pregunta, por qué no le hemos entrado si ya sabemos que existen; y segundo, se nos olvida que en  algún sentido ya lo hicimos, ya estamos metidos en los yacimientos no convencionales, que es el futuro de Pemex, y se llama Chicontepec.

 Uno de los desastres mayores, en términos de baja rentabilidad de la inversión pública, creo que de la historia reciente de México. No sé si el licenciado Labastida esté de acuerdo, en ésta, que puede ser una hipérbole.
 
 Pero les doy algunos datos. Según documentos de la Senar de 2008, decía, otro proyecto que intensificaran las actividades de explotación, de aceite terciario del Golfo, Chicontepec, que entonces en el 07, cuando se escribió este texto, ya producía 23 mil millones… 23 mil barriles diarios. Se esperaba en el 2009 estar obteniendo 72, y para el 2017,  737 mil barriles diarios.

 Hoy está produciendo, menos de 50.

 El dinero se le dio, los resultados no llegaron.

 Entonces, solo por ese cambio, de las condiciones geológicas sobre las cuales Pemex opera, es imperativo que esta soberanía se aboque con toda profundidad… con todo cuidado y responsabilidad a entrarle al enorme y complejo tema de cómo aprovechamos nuestras riquezas geológicas, que son de una complejidad que la empresa que hoy tenemos no puede enfrentar.

 Cuarto punto y principio. Lo digo rápido, porque Jordy ya lo desarrolló con alguna… con mucho detalle, pero si quiero subrayar, que el punto de partida, una reforma como ésta, es fortalecer las capacidades regulatorias del Estado.
 No hay forma de creer que podemos enfrentar los retos que una reforma como ésta, requiere sin haber antes pensado bien, cuáles van ser estos órganos, cuáles van a ser sus recursos jurídicos y políticos.

 Que bueno que hemos avanzado en parte con limitar el amparo, los perniciosos efectos del juicio de amparo, en aquellas áreas que derivan de las restricciones del artículo 27, cuidemos con mucha… pongamos mucha atención en esta parte de la reforma, porque es imperativo un buen regulador.

 Quinto punto. Así como ayer Estados Unidos nos salvó, nos salvó de ser eliminados y podremos quizás ir al mundial, gracias, quizá, ir al mundial, gracias a que anotaron un gol adicional… al final de partido, y a pesar de nuestro desastre nacional, tenemos hoy el boleto a Nueva Zelanda, y quizá el boleto a Brasil.

 Si México no está en una serie crisis energética, es gracias a los Estados Unidos. Porque ellos sí hicieron la tarea. Si aprovecharon sus yacimientos complejos de gases y crudos no convencionales, más aguas profundas, y México tiene acceso  gracias a ello, a la energía más barata que hay hoy en cualquiera de las regiones económicas importantes.

 Desde el punto de vista de desarrollo de mucho que dijeron mis antecesores en la palabra, basta conectarnos a los tubos, en Estados Unidos, ni eso podemos hacer, pero basta en principio hacer eso, para que este país tenga la energía suficiente.

 Pero es un pésimo modelo, porque generar esa energía, generar esas grandes producciones de gas e hidrocarburo, que ahora logran de yacimientos no convencionales los Estados Unidos, genera mucha inversión y genera literalmente cientos de miles de empleos, más de 500 mil en el último año. Un país que requiere empleos, con las implicaciones que ya nos dijo el licenciado Labastida, de cada empleo generado, es una irresponsabilidad que estemos atorados en este régimen.

 Me queda tres minutos, y voy a terminar, con el mal gusto, decía el ex presidente López Portillo, ese afeminado placer “del te lo dije” alguna vez uso esa frase.
 
 Pero quiero tener el afeminado placer, de recordar lo que hace cinco años, cuando este mismo cuerpo tuvo la distinción de invitarme a lo que fue la discusión en el 2008.

 Ahí la gran discusión fue, iremos más allá de la Constitución o no. Ganó desgraciadamente la visión de que no había que ir más allá de la Constitución.

 Yo defendí la otra, fui de los pocos ilusos, que defendía aquella otra. Cómo estaría hoy el país, si hace cinco años hubiéramos reformado el sector, tal y como hoy lo propone el Presidente Peña Nieto. El país estaría mucho mejor, habríamos avanzado en muchos de estos cuellos de botella y problemas que hemos señalado a lo largo de estos foros.
 
 Pero no cometamos el mismo error. Dotemos al país…